Música contemporánea.- Minimalismo I

Música contemporánea.- Minimalismo I

Preámbulo y justificación (o no)

Inicio aquí una serie de posts sobre música contemporánea, para tratar de difundir un poco más una serie de corrientes o estilos poco conocidos, con fama de difíciles, incomprensibles o incluso desagradables. Quizás esa fama sea a veces merecida, pero en muchas ocasiones es fruto del justificable desconocimiento del común del público, dado lo difícil que es encontrar conciertos de música contemporánea en las salas de conciertos, y por tanto tenemos el oído completamente desacostumbrado a este tipo de sonoridades.

Y es que, mientras que en otros campos artísticos, especialmente en las artes plásticas, lo contemporáneo, lo abstracto, lo “extraño” está plenamente asimilado y ya no “extraña” a nadie, en la música no sucede así. La señora que admira la composición de un Picasso, los colores de un Kandinsky o las formas simples de un Miró, escucharía con desdén (quizá con asco) la música de Reich, Berio o Messiaen.

Debo advertir que no soy experto en esta materia (de hecho, no soy experto en ninguna materia), y que escribo esto por diversión, sin demasiado rigor y con el respeto justito (Proceed at your own risk).

Introducción

Así que empecemos con el rollo, y quizás por una de sus partes más “amables”: el llamado minimalismo. No está mal comenzar con una definición, extraída de la Wikipedia: La música minimalista es un género originario de Estados Unidos que se cataloga como experimental o música downtown que empezó a ser creada en los años 1960 basada en la armonía consonante, en pulsos constantes, en lo estático o en las lentas transformaciones, a menudo en la reiteración de las frases musicales en pequeñas unidades como figuras, motivos y células.

Muchos resumen esta definición con el siguiente corolario: la música minimalista es un coñazo repetitivo insoportable.

Me permito insertar un chiste:

“– Toc,toc!

– ¿Quién es?

– Toc,toc!

– ¿Quién es?

– Toc,toc!

– ¿Quién es?

– Philip Glass”.

Bromas aparte, decía que el minimalismo es quizás una de las caras más amables de la música contemporánea, por su armonía fácil y nada disonante, por sus ritmos regulares y sus frases pegadizas, que lo hace cercano a otros estilos más populares. De hecho, compositores como Glass o Nyman son bastante conocidos para el gran público, y tienen un considerable éxito comercial.

Philip Glass

[Imagen perdida]

Quizás el más conocido representante de esta corriente, también muy célebre por sus bandas sonoras. Frente a muchos compositores de otras épocas, a este parece que le va bastante bien en lo económico ;) Podéis conocerlo un poco mejor aquí. Se dice que es el compositor norteamericano vivo más conocido (dentro de la llamada música “culta”). Quizás el único compositor norteamericano vivo conocido, dicen algunos.

Un ejemplo de su música:

Como veis, hay muy poca variación, no hay partes fácilmente separables ni giros sorprendentes. La armonía es sencilla y agradable, el ritmo se mantiene de principio a fin y toda la pieza tiene un carácter “hipnótico”. Tal vez el propósito de esta música sea crear un cierto estado de ánimo en el oyente, como una especie de mantra que te va acunando en un viaje plácido y sin sobresaltos, meditativo, sin fijar la atención en nada en concreto, dejándote llevar. Esa es mi opinión, claro, aunque en parte comprendo a los del corolario.

Otra de sus piezas más conocidas, Metamorfosis:

Pero no sólo de piano vive el hombre, y Glass compuso una célebre “ópera” sobre Einstein que no tiene propiamente un libreto convencional, no hay historia sino “conceptos” e imágenes: Einstein on the beach. Se estrenó en Avignon en 1976 y económicamente fue un fracaso. Aquí tenéis un pequeño fragmento interpretado por el “Philip Glass Ensemble” (con mala calidad de grabación, pero es interesante ver al propio Glass tocando):

Para los que tengáis tiempo (44:21) e interés, aquí podéis escuchar una obra más reciente (2001), en este interesante documental sobre su Concierto para Cello y orquesta:

Para acabar, una entrevista en dos partes:

Continuará (a lo mejor)

Pues hasta aquí la primera parte de introducción al minimalismo y de Philip Glass. No sé si ha sido una entrada demasiado larga y desordenada, pero ahí queda, por si a alguien le interesa. Si me veo con ganas (y tiempo), intentaré hacer otras entradas con más compositores minimalistas.

Para este post he consultado, entre otras cosas, la Wikipedia, Youtube, y el magnífico libro de Alex Ross The Rest is Noise (creo que hay edición en español, pero yo tengo la americana), una delicia instructiva y muy entretenida sobre la música del siglo XX. Este señor tiene también un blog muy interesante (http://www.therestisnoise.com/).

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