El director de una orquesta y su papel

#59 "¡No, Noo, NOOO! ¡Horrore, porqueria!"

Todo el que ha estudiado un poco sabe de la labor fundamental del director en la orquesta, principalmente en los ensayos, pero la misión más importante con diferencia es conseguir, por decirlo de una forma llana, caer bien a todos los músicos, sólo así conseguirá el mejor resultado de la orquesta sea cual sea la calidad de la misma, si por el contrario no cae en gracia a los que se sientan delante de él, no conseguirá el mejor resultado. Un saludo.

No...

Un director no está ahí para ser tu amigo: un director está ahí para hacer su trabajo y sacar lo mejor de la orquesta.

A. En una orquesta de 80, 90, 100 músicos, es imposible (por simple cuestión numérica) que un director caiga bien a todos... ¡imposible! Si no es así, da igual, porque el director no es alguien con el que te vayas a ir de copas o que sea el padrino de tu primogénito. El director te convence con su buen hacer, no con el colegueo.

B. El director puede ser un hijo de la gran puta (hay muchos ejemplos) y ser un gran músico. Al miembro de la orquesta no le importa la vida personal del maestro: le importa que sepa lo que se trae entre manos, lo sepa transmitir, te mantenga ilusionado en los ensayos, saque lo mejor de ti como intérprete, te haga recordar la chispa de por qué te dedicas a esta fantástica profesion, y que haga que todos (músicos y público) nos meemos en los pantalones de la buenísima música que consigue.

C. Si el director es un cabrón, hay recursos (convenio colectivo sobre todo) para que no te toque las pelotas. Incluso, hay formas de hacerle callar (incluso mandarlo para casa. Este caso nunca lo vi, pero estuve muy, muy, muy a punto... Sé de uno que se marchó con el rabo entre las piernas y tragándose la batuta).

Conozco casos de directores que son un cacho de pan, pero no los quiero ver delante de mi ni en pintura. Conozco otros que son de la piel del diablo, y estoy deseando que vuelvan.

No se trata de que un director caiga en gracia: un director tiene a muchos profesionales delante de él (muy buenos profesionales), y si el del palito no está a la altura, se le cala enseguida, perdiendo el respeto de los que sí dan la talla (los músicos).

Lo malo de las batutas es que no suenan. Yo tenía un compañero que decía: "Si las batutas pitaran..."

Saludos.