Para mi este es un mundo demasiado complicado quizás por mi formación autodidacta y porque no soy un músico profesional y no he frecuentado el Conservatorio.
Quizás procurar paliar esa falta de formación leyendo algunos libros tampoco me hizo mucho bien porque detecté en ciertas cuestiones una rigidez que he acabado por extrapolar a otros ámbitos académicos y veo que no es así.
Ya era joven cuando leí aquel libro de Casella y lo subrayaba y me pareció que aquel mundo de la técnica era inalcanzable para mi por la falta de dedicación y de recursos, tampoco es necesario llegar arriba del todo; y estoy de acuerdo con la generalización de las enseñanzas de música a la sociedad como un bien cultural que hace mucho por la educación y formación desde niño, pero de joven lo vi cono un fracaso aunque en parte fue consecuencia del ambiente que me rodeaba.
Otro de los libros que "me acojonaron " fue el de Heinrich Neuhaus "El arte del piano" (R.M. Real Musical), el libro tiene que ser analizado (desmontado) párrafo a párrafo para sacarle todo el jugo y desde luego, también supongo que ofrecerá una visión concreta entre muchas de los asuntos que trata; habla de forma extensa sobre la pedagogía musical.
En el Capítulo V El maestro y el alumno indica
Recuerdo que Rubinstein no permitia que Hoffmann volviese a tocar el pasaje que acaba de estudiar. Cuando un día este último preguntó tímidamente al maestro que quería escucharlo una segunda vez a fin de asegurarse de que había seguido sus consejos, Rubinstein repondió con negativa, alegando que sus observaciones serían "completamente diferentes" en el curso de la nueva ejecución. Esta anécdota merece ser retenida en nuestra propia memoria. Nos hace pensar en las fuentes infinitas del arte (siempre se puede tocar mejor o tocar de forma diferente); por otra parte, confirma que Rubinstein era un maestro y un psicólogo sorprendente...
El sincero propósito de Rubinstein parece ser una confesión de a inmensidad y de las contradicciones del arte que permiten al intérprete no limitarse a una interpretación estándar y de poder variarla según su inspiración.
Claro, a mi todo esto me viene grande porque no por asomo llego al nivel que requiere un debate serio; estaba cuestionando que papel desempeñaba la improvisación en la música denominada clásica, luego el papel de ésta en los estudios reglados y ahora, ni siquiera entiendo bien los límites de esa libertad interpretativa; al menos, si que la entiendo pero no como inspiración del intérprete que me denota algo así como creatividad lo cual me confunde; sino como sentimiento a la interpretación. No se si me explico.
Quizás procurar paliar esa falta de formación leyendo algunos libros tampoco me hizo mucho bien porque detecté en ciertas cuestiones una rigidez que he acabado por extrapolar a otros ámbitos académicos y veo que no es así.
Ya era joven cuando leí aquel libro de Casella y lo subrayaba y me pareció que aquel mundo de la técnica era inalcanzable para mi por la falta de dedicación y de recursos, tampoco es necesario llegar arriba del todo; y estoy de acuerdo con la generalización de las enseñanzas de música a la sociedad como un bien cultural que hace mucho por la educación y formación desde niño, pero de joven lo vi cono un fracaso aunque en parte fue consecuencia del ambiente que me rodeaba.
Otro de los libros que "me acojonaron " fue el de Heinrich Neuhaus "El arte del piano" (R.M. Real Musical), el libro tiene que ser analizado (desmontado) párrafo a párrafo para sacarle todo el jugo y desde luego, también supongo que ofrecerá una visión concreta entre muchas de los asuntos que trata; habla de forma extensa sobre la pedagogía musical.
En el Capítulo V El maestro y el alumno indica
Recuerdo que Rubinstein no permitia que Hoffmann volviese a tocar el pasaje que acaba de estudiar. Cuando un día este último preguntó tímidamente al maestro que quería escucharlo una segunda vez a fin de asegurarse de que había seguido sus consejos, Rubinstein repondió con negativa, alegando que sus observaciones serían "completamente diferentes" en el curso de la nueva ejecución. Esta anécdota merece ser retenida en nuestra propia memoria. Nos hace pensar en las fuentes infinitas del arte (siempre se puede tocar mejor o tocar de forma diferente); por otra parte, confirma que Rubinstein era un maestro y un psicólogo sorprendente...
El sincero propósito de Rubinstein parece ser una confesión de a inmensidad y de las contradicciones del arte que permiten al intérprete no limitarse a una interpretación estándar y de poder variarla según su inspiración.
Claro, a mi todo esto me viene grande porque no por asomo llego al nivel que requiere un debate serio; estaba cuestionando que papel desempeñaba la improvisación en la música denominada clásica, luego el papel de ésta en los estudios reglados y ahora, ni siquiera entiendo bien los límites de esa libertad interpretativa; al menos, si que la entiendo pero no como inspiración del intérprete que me denota algo así como creatividad lo cual me confunde; sino como sentimiento a la interpretación. No se si me explico.
Y chafardeando por su web he visto otras clases patrocinadas por La Razon.
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