José Peris ponía a parír a los músicos oficiales; por más vanguardistas que se presentaran; y no era por falta de criterios amplios o ser retardatario; les tenía tirria por haberse enganchado al carro, particularmente a Tomás Marco.
Pero hizo mucho por identificar la esencia monódica de la tradición hispana,: la seguirilla-jota, el melisma, que se ve en el misterio de Elche. Gran amigo, sin embargo de Oscar Esplá de Bernaola, de Antón García Abril, de Orff, de Kristoph Penderecky, y muy respetuoso con el Jazz; ha sido el último conservador y Maestro de Capilla del palacio Real, allí organizábamos conciertos, en el Real y sobre todo en el Palacio, iba la reina Sofía muy decente comparada con el cencerro de su marido, el recién abdicado.
En esta entrevista, ya bastante mayor, está muy comedido(aunque no hay que perderse lo que dice de la educación en España), en privado era de partirse la polla, aragonés del bajo Aragón socarrón y vitriólico; aunque entusiasta; no se me olvidará, en su despacho del palacio real, una sala enorme abovedada, con tapices; pero escueta, a colación de un concierto que era de trascendencia europea en el que tenía al aparato a Marcelino Oreja, los detalles los omito de momento.
Supongo que este post le importará una mierda a mi hija: