El penúltimo exceso de Marilyn Manson tuvo como víctimas a los que trabajan para él, y por añadidura, a su propio público. Como se puede apreciar en este vídeo compartido hoy en Facebook, el conocido artista baja del escenario y se acerca cantando a la mesa de FOH. Hasta ahí nada extraordinario, pero nadie podía sospechar lo que pasaría inmediatamente después: Manson se sitúa al lado de su técnico y, de repente, eleva los niveles de la mesa al máximo (aproximadamente en el segundo 0:23), poniendo en riesgo la salud de la audiencia y la integridad del equipo.
El sorprendido profesional reacciona de inmediato, pero el esperpento continúa: en los momentos siguientes Manson intenta repetir la hazaña sin éxito, ante la firme resistencia del técnico, que protege los faders con sus manos. Quizá frustrado por ello, regresa al escenario tras derribar una pantalla de un empujón.
El suceso se define solo, pero algunos fans opinan que el artista tiene derecho a este tipo de cosas porque, al fin y al cabo, es el motivo por el que la gente acude al concierto, y es "el que paga a los técnicos". Sin embargo, y por mucho que pongamos al artista en el centro del show, no parece razonable saltarse un elemental respeto profesional.
Viene muy a cuento recordar el artículo Respétame el equipo, de Ramón Sendra: "es evidente que toda banda quiere ofrecer el show más espectacular posible [...], pero cuidado cuando eso supone utilizar mal un material que no es de tu propiedad". Este vídeo, sin duda, es un ejemplo extremo de un espectáculo mal entendido.
Gracias a eduardoc por hacernos llegar esta noticia.
