DJ

Grandes desastres del equipamiento para DJs (II)

El pasado verano publicamos Grandes desastres del equipamiento para DJs y el artículo fue todo un éxito, de hecho ha sido uno de los artículos más populares del año 2013. ¿Será que a los DJs nos encanta regodearnos en las meteduras de pata ajenas? Quien sabe. La cuestión es que cuando se publicó el artículo, me quedé con ganas de haber incluido algunos dispositivos que por falta de tiempo no pudieron incluirse, además algunos Hispasónicos sugirieron productos de los que merecería la pena hablar, y durante estos meses incluso ha habido algún culebrón del que merecería la pena hablar. Por todo ello, he decidido redactar una segunda parte del artículo, y atravesar con un poco de humor el frío del invierno. ¿Preparados? Empezamos.

Stanton SC System3

Stanton no tuvo suficiente con los controladores SCS-1D y 1M, y decidió seguir buscando la manera de dilapidar todo lo que ganaron con Final Scratch fabricando controladores complicados de vender. Y vaya si la encontraron. En 2008 lanzaron los controladores de la serie SC System3, formada por los modelos SCS3D y SCS3M. Ambos aparatos eran controladores táctiles (con algún botón) de pequeño tamaño, el SCS3D simulaba un reproductor y el SCS3M una mesa de mezclas. Al ser táctiles, cada controlador disponía de diversas áreas de control sobre las que tocar, con tiras de leds indicadores de la posición “virtual” del control. El precio de cada controlador era de 200€, así que tener el conjunto de dos controladores para emular decks y un tercero para emular el mixer, salía por 600€. Los dispositivos únicamente eran controladores y no incluían interfaz de audio, así que a la suma final había que añadir el coste de un interfaz, los 700€ no te los quitaba nadie y lo que terminabas teniendo era algo que cansaba usarlo. Lo táctil está bien como elemento auxiliar, aplicaciones para tablets actuales son muy prácticas porque el usuario puede diseñar a su gusto una interfaz que le ayude a manejar determinadas funciones del software, pero basar absolutamente todo el control en lo táctil termina resultando muy cansino, especialmente en directo, en donde apoyar la mano en el sitio incorrecto puede pararte la música. Esa posibilidad de equivocarte hace que no quites el ojo de la superficie táctil, pero cuidado, el software también hay que mirarlo… Además el pequeño tamaño de las unidades no ayudaba mucho.

Estos pequeñines de Stanton se amontonaron durante meses en estanterías de tiendas, y su precio fue bajando progresivamente. Hoy se pueden encontrar por menos de la mitad del precio original, incluso he llegado a verlos por 40€. Aún así no se los quitan de encima.

Pioneer DMP-555

El Pioneer DMP-555 fue lanzado en el año 2002 y era el primer reproductor de CD’s profesional capaz de reproducir archivos MP3, ya fueran almacenados en los propios CDs o en tarjetas MMC, que también podía leer el aparato. Su aspecto recordaba mucho al del CDJ-100S, de un color gris plata muy similar, con todos los controles de transporte en el lado izquierdo y dispuestos de la misma manera, ubicación y tamaño de la pantalla similar… pero era capaz de muchas más cosas. Tenía contador de BPM, master tempo, podía reproducir en loop, permitía hacer scratch, disponía de un isolator… y lo mejor de todo, podía reproducir simultáneamente música de la unidad de CD y de la tarjeta MMC, además direccionaba cada fuente de sonido por una salida independiente y disponía de controles específicos para la música de la tarjeta. Esta solución era muy ingeniosa y permitía que el DJ disparar loops en formato MP3 almacenados en la tarjeta cuyo tempo se podía sincronizar automáticamente con la música que se reproducía en CD. Su precio de salida fue de unos 900€.

¿Qué fue mal? No está demasiado claro, pero la cuestión es que el DMP-555 se vendió poco y mal, y de hecho fue retirado apenas dos años después de su lanzamiento, sin que hubiera un modelo que lo sucediera. Las causas no fueron técnicas, rara vez Pioneer saca algo malo, y aún así su tiempo de vida en el mercado no suele ser tan corto. El único detalle técnico negativo que se ha escuchado es una excesiva sensibilidad a la hora de usar jog para hacer pitch bend, pero eso es algo un poco subjetivo. Probablemente el DMP-555 era demasiado avanzado a su tiempo, y eso en ocasiones mata un producto. El marketing del DMP-555 estaba muy enfocado al concepto “el reproductor de la música de internet”, pero lo cierto es que en 2002 casi toda la música en MP3 que había en internet era pirata, iTunes Store no llegaría hasta 2003 y vendía música en formato M4A con DRM, Beatport no se pondría en marcha hasta 2004… así que la música para el DMP-555 debía ser necesariamente ripeada de CD’s o descargada ilegalmente, la primera opción era un poco tonta porque si tienes la música en el CD original, ¿para qué ibas a ripearla si el aparato reproduce CDs?, y la segunda opción proporcionaba música con una calidad de sonido bastante dudosa en muchas ocasiones. La música en MP3 no tendría realmente su revolución comercial hasta un par de años después del lanzamiento del DMP-555, que es justo cuando lo retiraron. Por otra parte, por 300€ más los DJs podían optar por adquirir el CDJ-1000, y ya en 2003 el CDJ-1000MK2, reproductores que aunque curiosamente tenían menos funciones, recibieron mucho más marketing por parte de Pioneer y se postulaban como el sustituto digital definitivo del plato en los clubs por sus controles de gran tamaño. La gente optó por esos modelos de gama alta dejando el DMP-555 de lado. Cuando se abandonó el modelo, las últimas unidades en stock llegaron a comercializarse por precios tan bajos como 250€.

Tascam TT-M1

En 2004 llegó el Tascam TT-M1, que básicamente era un aparato que se montaba sobre un clásico giradiscos para DJ y mediante un sensor óptico (yo diría que similar al de los ratones) detectaba el movimiento giratorio del plato y lo transmite a un reproductor de CD, permitiendo controlar la reproducción de la música en CD con el plato. El invento funcionaba realmente bien, no era muy grande, se colocaba sin problemas sobre el plato y se conectaba de manera sencilla. Detectaba muy bien el movimiento del giradiscos, y de hecho no era necesario ni poner un vinilo, simplemente con el deslizador ya podías trabajar. Cada TT-M1 costaba 100€, y evidentemente necesitabas 2.

El primer problema llegaba con los reproductores con los que era compatible, concretamente con 3 modelos, dos de ellos de Tascam y uno de Vestax. Tener pocas opciones es algo que de entrada no gusta a la gente. El segundo problema es que el dispositivo, a pesar de funcionar muy bien y permitir un control preciso, sólo detectaba movimiento pero no posición, algo similar al modo relativo de los actuales sistemas DVS, así que si deseabas saltar a una determinada posición de la canción de manera rápida debías hacerlo desde el reproductor de CD, y para muchos era un coñazo tener que manejar a la vez plato y CD. El tercer problema era el coste total de todo el sistema, aunque el TT-M1 era barato, en realidad sólo era el componente clave en un setup con muchos más elementos, ya que necesitabas dos platos y dos reproductores de CD (o uno de los modelos dobles de Tascam), así que la broma se podía poner bastante cara. El último problema al que se enfrentó el TT-M1 eran los sistemas DVS, su mayor rival puesto que estos sistemas tienen la misma finalidad, seguir empleando los platos como medio de control. Serato Scratch Live llegó el mismo año que el TT-M1, y al emplearse con un ordenador permitía mayor flexibilidad manejando y cargando música. Muchos afirmaban que lo que hubiera salvado al TT-M1 hubiera sido hacerlo compatible con ordenadores, transmitiendo el movimiento del plato directamente a un software como Traktor. Además al ser un sistema óptico y poder funcionar con el deslizador, y no necesitar el brazo del plato los DJs habrían ahorrado un poco en vinilos codificados y agujas de reemplazo. A todos aquellos que emplean DVS sin necesitar modo absoluto les habría solucionado la vida por poco dinero.

Aunque los que compraron el TT-M1 quedaron contentos con su funcionamiento, las ventas del dispositivo fueron muy bajas y ningún DJ importante respaldó el producto empleándolo en directo. Tascam nunca sacó evoluciones del producto.

Actualización 29/1/2014: Tal y como apunta Mudo en los comentarios, la compañía Visual Disco Mix desarrolló de manera independiente un interfaz que permite conectar el TT-M1 a un ordenador y aprovecharlo para controlar software. Al parecer es únicamente útil en el software para DJs que ellos mismos desarrollan. El dipositivo se fabrica únicamente por encargo. En el enlace más información http://www.visualdiscomix.com/scratch.htm . Gracias Mudo.

Yamaha DJX-IIB

Es complejo explicar lo que es el Yamaha DJX-IIB, al igual que averiguar el público al que va dirigido. De hecho creo que ni los ingenieros de Yamaha tenían muy claro lo que querían hacer, ni quiénes lo comprarían, y simplemente colocaron en un mismo aparato una serie de elementos que pensaron que estarían bien juntos, a pesar de que su finalidad creativa era más bien escasa.

Yamaha lanzó en el año 2000 dos productos, por un lado el teclado DJX-II y por otro la “caja” DJX-IIB. El DJX-II era un teclado barato con un set de sonidos basados en música electrónica mainstream, y que además podía disparar patrones preprogramados. Para rematar el conjunto tenía unos altavoces. La versión “caja”, llamada DJX-IIB, podría aparentar ser la versión sin teclado del mismo aparato, al que le podrías conectar tu propio teclado maestro. Pero no, el DJX-IIB era un producto alternativo supuestamente más orientado a DJs.

La “caja” (no lo llamo módulo porque no tiene medidas standard de módulo enrackable) contaba con 70 patrones disparables de diferentes estilos musicales, con 10 variaciones cada patrón. Los patrones y sus variaciones se disparaban desde los botones centrales de la unidad, y su sonido podía variarse empleando el filtro de la unidad, el isolator, o alguno de los 10 efectos. Sobre el sonido de los patrones, se podía disparar un sonido sampleado (de unos 70 para elegir), el sonido podía scratchearse moviendo un jog que era… un CD. Lo gracioso es que era un CD de verdad, que podías desatornillar de la unidad e insertar en tu ordenador para instalar un software que comunicaba al ordenador con el DJX y poder cargarle algunos patrones nuevos. Los patrones tenías que hacerlos tú con tu propio secuenciador imaginándote cómo sonaría en el DJX, ya que su implementación MIDI no permitía enviar y recibiar notas. Después transferirlos al DJX con el software del CD, llamado Pattern Launcher. Podías volver a colocar el mismo CD otra vez en el DJX, o uno con dibujitos que te gustaran más. Para rematar el conjunto, la “caja” tenía altavoces, igual que su primo el teclado DJX.

Como ya he dicho antes, no estaban claras las pretensiones del DJX. A pesar de su aspecto aparatoso, sus posibilidades eran muy limitadas. La calidad de audio del DJX no era precisamente lo mejor, ni a través de sus altavoces ni en su salida de línea. Las funciones atribuidas al “scratch pad” o CD atornillado, era algo que se podía haber hecho mejor con un jog como dios manda. Lo más interesante de un aparato así sería usar tus propios ritmos, pero el proceso para algo así con el DJX era complicado al tener que usar un ordenador y secuenciador medio a ciegas, amén de tener que transferir los patrones por sysex a través del puerto MIDI, así que la diversión del aparato dura tanto como el tiempo que pueda estar de moda lo que lleva pregrabado.

No llegó a ser un producto que encontrara sitio en las cabinas de los DJs, compartió mercado con cajas de ritmos y grooveboxes que aunque eran más caras daban una flexibilidad y un sonido mucho mejor. Sí consiguió ser un juguete que acabó en los dormitorios de algunos niños, de hecho se llegó a vender en los Toys’r’Us. Su precio era de unos 250€. En las tiendas de segunda mano aparecieron pocos años después de su lanzamiento por 40€-50€.

Beamz

Como siempre lo mejor para el final, y esta vez con un culebrón digno de telefilm. En el año 2008 llegó Beamz, un extraño controlador enfocado a la música electrónica con forma de enorme tridente (o candelabro), que proyectaba entre sus brazos 6 haces de luz láser que al ser interrumpidos con la mano (o con lo que quieras) enviaban distintas señales MIDI a un ordenador en el que corría un software propietario para reproducir loops y que incluía una enorme cantidad de loops. Aquí un vídeo en el que se realiza una review del aparato:

Como se puede observar el aparato es mamotrético y su tecnología, por mucho que el marketing pretenda venderla como novedad, es carpetovetónica. Beamz fue un total desastre comercial, y no tardó en desaparecer del mapa.

Unos cinco años más tarde, el cantante y ¿productor? Flo Rida decide asociar su nombre a una versión renovada del Beamz original. No tengo claro si las asociación entre Flo Rida y el aparato tiene algo que ver con que el cantante comprara los derechos del aparato, invirtiera de alguna forma en él, o simplemente recibió dinero por poner su imagen. El aparato pasa a llamarse “Beamz by Flo” y ahora es algo más pequeño, aunque tiene sólo 4 haces láser. Ya os adelanto que la versión renovada es también un fracaso en ventas y en EEUU está resultando ser motivo de pitorreo general entre especialistas en tecnología musical, especialmente por su campaña de marketing. A continuación uno de los primeros anuncios para televisión del renovado producto:

Es un típico anuncio Made in USA en el que una vez más nos prometen que seremos estrellas de la música, algo que se refuerza con la presencia de Flo Rida en escena. Los expertos publicitarios debían tener un concepto muy negativo de los posibles compradores del aparato si es que trataban de presentar en el anuncio usuarios de Beamz con los que pudieran identificarse.

Pero Beamz aún debía provocar más vergüenza ajena, y lo consiguió gracias a que sacaron una versión “especial para DJs” llamada Beamz DJ que venía acompañada de una versión customizada de Virtual DJ. Grandmaster Jay hizo el anuncio para vendernos el asunto. ¿Quién es Grandmaster Jay? Pues ni idea, seguramente algún DJ con tan poca popularidad como quien escribe estas líneas, pero en el siguiente vídeo lo tenemos demostrando lo maravilloso que es Beamz DJ:

¿Impresionado? Pues no te dejes impresionar. El señor Grandmaster Jay lo único que hace en el vídeo es mímica, ni más ni menos. El sonido no proviene del Beamz, porque en realidad lo que suena es una rutina de turntablism de nada menos que DJ Jazzy Jeff, alguien al que sí que todos conocemos. A Beamz y a Grandmaster Jay les llovieron las críticas por todas partes, y DJ Jazzy Jeff les dijo de todo. Los videos oficiales de Grandmaster Jay y Beamz fueron retirados de internet, de hecho el que os he puesto fue subido por alguien ajeno a toda la historia para dejar constancia de todo el engaño. Pero no contentos con ello, los responsables de Bemz (esta vez la versión Flo) siguieron tomando el pelo en sus anuncios, usando en esta ocasión sin permiso y al límite de la legalidad la imagen de otro artista

¿Os suena? No, no es Deadmau5 ni tampoco una imitación autorizada. Pero tampoco se dice que lo sea… los responsables de marketing jugaron con los límites y no les salió bien, el vídeo al final fue retirado (el que he puesto, nuevamente es subido por un tercero) y Deadmau5 tuvo una pequeña venganza también en forma de vídeo, aunque usaba el Beamz de una manera “alternativa”:

Pues sí, lo destroza. Y esa es la acción que mucha gente recordará del Beamz, y no a Flo Rida vendiendo que haremos música super guay con Beamz.

Teo Tormo
EL AUTOR

He trabajado como productor musical y discjockey. Desde hace años investigo y analizo la tecnología musical aplicada al DJ, buscando siempre las herramientas más innovadoras y observando su impacto en la industria musical.

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