Sintetizadores

Elektron Analog Four (I): analógico por los cuatro costados

Cuatro sintetizadores analógicos monofónicos, 4 líneas de control Gate/CV, efectos, entrada audio (enrutable al sinte y a los efectos) y un extremadamente ambicioso secuenciador por patrones en un pequeño y robusto chasis de metal plagado de controles… ¿Cuánto falta para mi cumpleaños?

El Analog Four con esa combinación de elementos está generando mucho interés y tanto sus especificaciones en papel como los resultados visibles en vídeos en Internet, despertaron nuestras ganas por hacer una sesuda ‘review’. Aquí la tenéis, en dos partes a fin de poder concentrar esta primera en el estudio de la (amplia) capacidad de síntesis del Analog Four, y la segunda en el uso al completo con el secuenciador de patrones, que le confiere su verdadera personalidad y diferencia en el mercado.

Antes de abrir el paquete

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Cuando me ofrecieron realizar una prueba del Analog Four (http://www.elektron.se/products/analog) y mientras llegaba desde Elektron en Suecia el envío, las expectativas según iba leyendo la documentación no hacían sino crecer. ¿Era realmente posible integrar en un equipo tan pequeño tanta funcionalidad analógica?

  • El equivalente a cuatro sintetizadores monofónicos con una arquitectura generosa en módulos y parámetros, cada uno con su propio arpegiador programable
  • Tres efectos (chorus, delay, reverb)
  • Cuatro líneas de control CV o Gate (para gobernar equipos externos) más sync clock en DIN24 y DIN48
  • Una entrada audio estéreo (procesable en los efectos, o bien para alimentar hasta dos señales hacia la parte de síntesis)
  • Todo ello bajo el control de un secuenciador por pasos capaz de alterar simultáneamente cualquiera de los muchísimos parámetros internos (ya sean de sinte, efectos o CV/Gate)
  • Más un panel que permite un importante y cómodo grado de ‘toqueteo’ en vivo, de nuevo extensible no sólo hacia la síntesis interna, sino también a las salidas CV/Gate y efectos

Reunido suma sobre el papel un poder analógico combinado difícil de encontrar (menos aún integrado en un solo equipo). ¿Estamos pues ante lo que podría ser casi una ‘workstation’ para amantes de lo analógico (si no fuera por la aversión que ese término produce en la parroquia analógica y porque generalmente será conveniente -no imprescindible- complementar al Analog Four con un programador/caja de ritmos)? Huyendo del término mencionado, quizá podría bautizar al Analog Four como un ‘Integrador analógico’: capaz de ocupar un papel neurálgico en cualquier montaje analógico, poniendo paz, control y orden centralizados en torno a él. Ya sea sólo con sus propias facilidades o extendiéndolas hacia módulos / sintes externos que quedarían bajo su control, la propuesta de Elektron ofrece el máximo de interés para cualquier analógico-adicto.

Incluso para quienes no tenemos especial predilección por los voltios frente a los bits, y haciendo caso omiso de su esencia analógica, esta unidad ofrece una interesante combinación de recursos que agradará a los amigos de la síntesis sin etiquetas.

Arquitectura general

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…Y por fin llegó el paquete (por cierto de mucho gusto y elegancia, en un formato de caja que recuerda a las que se han convertido casi en norma en el mercado de móviles y tablets).

El Elektron Analog Four parecería (por su aspecto) un módulo más de síntesis digital (cada vez más y más pequeños y con más y más funcionalidad). Sin embargo es de otra especie: su motor de síntesis es analógico (osciladores, filtros y amplificación; si bien las envolventes, LFOs y demás elementos de control son digitales, como lo son también los efectos de reverb, delay y chorus) y cuenta con 4 salidas configurables CV/Gate que le permiten gobernar otros sintes analógicos externos. En definitiva, pese a su tamaño, respira analógico hacia ‘dentro’ y hacia ‘fuera’. La construcción en metal es sólida y lleva el peso total a 2,5 Kg., todavía muy manejable para transportarlo con un simple maletín de ordenador.

Mantiene la cadena de producción audio en analógico y tiene voluntad de convertirse en un ‘centro’ integrador que además de gobernar con su ambicioso secuenciador sus propias capacidades de síntesis pueda estar actuando sobre sintes externos igualmente analógicos (los cuales por cierto podrían beneficiarse de los efectos de Analog Four a través del ‘audio in’, redondeando ese carácter ‘integrador’ del que hablaba).

Difícilmente puede (aunque lo hagamos en este análisis) separarse la parte de síntesis de la parte de secuenciador. Están íntimamente ligadas y es la confluencia y simbiosis entre ambas la que da personalidad propia al Analog Four.

La asociación Kit-Patrón como elemento central

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Aunque existe un ‘Sound Bank’ capaz de albergar 128 definiciones de otros tantos sonidos (puede parecer poco, pero esta claramente no es una máquina en la que buscar ‘presets’ sino para crear sonidos ‘ad hoc’ para cada tema), en realidad se trata sólo de una ‘biblioteca de apoyo’ en la que podemos guardar sonidos que deseemos poder recuperar con facilidad, pero no es esencial para la ejecución. El concepto central en el Analog Four es el ‘Kit’ (y su patrón de secuenciador asociado).

Un ‘Kit’ es la definición de unos ajustes que preparan toda la máquina (sus 4 sintes, los 3 efectos y las salidas CV/Gate) cara a reproducir un determinado patrón. Cada Kit (hay 128) contiene la definición de 4 sonidos para las correspondientes pistas ‘sinte’ del secuenciador. Esos 4 sonidos, aunque pueden inicialmente ser copiados desde el SoundBank, pueden modificarse como sea necesario y serán mantenidos independientemente, conservados en el Kit al margen de dicho Sound Bank. Además de los 4 sonidos el Kit contiene los ajustes para los 3 efectos, así como para las 4 posibles salidas CV o Gate, y la definición de funciones personalizadas para los 10 controles rotativos que permiten modificar parámetros en vivo (y que comentaremos más adelante).

La definición en el Kit de los sonidos y efectos (incluso de los controles CV/Gate) es en realidad sólo el punto de partida: esencialmente, en cada paso de cada patrón, cualquier parámetro (de los sintes, de los efectos, de las salidas CV/Gate) puede ser modificado. Esto hace factible por ejemplo, combinar en una única pista sonidos de bombo al tiempo 1 y 3 y caja al 2 y 4, con un hihat las corcheas pares, obteniendo una pista de ritmo que aparenta usar varias voces, aunque en realidad ‘reprograma’ en cada paso (mediante la información conservada en el patrón) esa una única voz, sintetizando con ella bombo, caja o hihat en sucesión. Por supuesto, estamos hablando de bombo, caja y hat 100% sintéticos y analógicos, no encontraréis ningún ‘sample’ dentro del Analog Four.

Aquí tenéis un ejemplo de patrón de ese tipo que he realizado en una única pista (usando por tanto sólo uno de los 4 sintes monofónicos disponibles) pero modificando sobre la marcha no sólo los ajustes del sinte sino también los efectos.

Arquitectura como sintetizador

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Un resumen de la arquitectura de síntesis en el Analog Four lo tenéis en la figura siguiente. La mayoría de los elementos (aquellos directamente implicados en la generación y tratamiento de audio, a excepción de la fuente de ruido) están resueltos con tecnología analógica (marcados en fondo gris), mientras que el control de los parámetros de estos módulos (incluída la afinación estable de los osciladores, así como las envolventes y LFOs) está realizado en forma digital.

Es en todo caso un diagrama simplificado, puesto que los detalles y parámetros en cada elemento a veces equivalen (en términos de síntesis modular) a módulos adicionales. Por ejemplo, la fuente de ruido es suficientemente versátil por sí misma para generarlo con envolvente plana, creciente o decreciente (y por tanto equivale a tener un generador de envolvente simplificado asociado al ruido con ajuste positivo/negativo del tiempo de ‘fade’).

Con todo el potencial que muestra la figura es mucho lo que puede llegar a hacer. De hecho, y tras probar la facilidad con la que pueden diseñarse y modificarse sonidos, las ganas de interpretar alguno de ellos polifónicamente asoman. Pero conviene tener clara de partida una cosa: aunque hay cuatro voces disponibles no es un sinte analógico polifónico, sino cuatro sintetizadores monofónicos en un único chasis. No creo que nadie que se interese por el Analog Four pueda tener como interés determinante el posible uso polifónico, pero la advertencia queda ahí. Además tras consulta por nuestra parte, nos anticiparon desde Elektron que sí va a haber disponible una actualización para usar las cuatro voces en modo polifónico (https://www.hispasonic.com/noticias/elektron-analog-four-tendra-modo-poly/38010).

En seguida detallaremos qué ofrece cada módulo y descubriremos un sintetizador bien capacitado. Pero antes interesémonos por algo esencial.

Manos a la obra: controles

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Esta es una máquina para los que quieren crear sonidos y patrones propios, y no tanto una máquina de ‘presets’, necesitamos por ello un control flexible y ágil para editar sonidos y también para modificarlos en vivo. Así que es importante considerar la facilidad de edición y sin necesidad de acudir a editores en ordenador.

La modificación de los parámetros de síntesis se realiza a través de 10 controles rotativos en el panel frontal. Unos pulsadores dedicados (Osc1, Osc2, Filtros, Amp, ENVs, LFOs) dan lugar a que estos 10 controles gobiernen los pertinentes diferentes juegos de parámetros (que se muestran en pantalla). Es una forma rápida de navegar ‘en un click’ (a lo sumo dos para algunos parámetros avanzados) hasta cualquier parámetro que deseemos modificar. Resulta suficientemente ágil e intuitivo para programar sonidos y modificarlos con comodidad. En las pistas de efectos y CV/Gate se usan para gobernar los parámetros pertinentes. La modificación puede hacerse a dos velocidades: giro normal para retoques finos y si además ‘hundimos’ el control retoques gruesos.

Personalmente me he encontrado cómodo con las posibilidades de su propia interfaz: la cercanía de los botones para selección de Osc1/Osc2/Filtros/Amp/ENVs/LFOs y los diez giratorios permite manejarlos bien con una sola mano. En algunos parámetros que pueden requerirlo, hay también posibilidades para conmutar rápidamente entre valores típicos (implicando a la tecla función, algo alejada y que por ello requerirá el uso de dos manos), como por ejemplo para recorrer los ajustes asociados a figuras de tiempo en el delay.

Si acaso hubiera sido de agradecer una pantalla de mayor tamaño y resolución para poder visualizar la información con más comodidad. Interpretando sobre el propio equipo no es problemático pero si ligáis un teclado controlador MIDI para interpretar junto con las bases secuenciadas, sí resulta algo más complicado por la distancia.

Un aspecto que me parece esencial en este tipo de equipos es el tipo de solución adoptada para los pulsadores y controles. Son controles llamados a tener un uso muy intensivo. Por razones de coste, son muchos los fabricantes que usan para las botoneras una tecnología hermana de la de los mandos remotos: una goma elástica cubierta con material conductor que al ser pulsada cierra el contacto entre dos puntos que van directamente sobre la placa de circuito impreso. Ese tipo de solución es reprobable para botones de intenso toqueteo porque al cabo del tiempo suele presentar fallos y al no haber un componente discreto que sustituir sólo caben (si acaso) reparaciones ‘artesanales’ arriesgadas. Como podéis apreciar en esta foto, no es el caso del Analog Four. Cuenta con pulsadores y rotatorios discretos, mucho más robustos, con una vida útil extensa, y con fácil sustitución en caso necesario. Para mí (que suelo reparar sintes de todo tipo) un motivo de tranquilidad.

Por cierto si queréis verle más las tripas acudid a este excelente reportaje fotográfico hecho por el bloguero m.matrixsynth.com: http://www.flickr.com/photos/psychlist1972/sets/72157632621387322/with/8418289327/

Quienes prefieran usar otros sistemas o superficies de control (así como quienes quieran realizar el control desde un secuenciador, por ejemplo para usar el Analog Four como un módulo de voces analógicas, que parezcan casi integradas en el secuenciador) pueden acceder a todos los parámetros a través de mensajes MIDI NRPN (o incluso CCs para la gran mayoría de ellos), fáciles de gestionar.

En los días que he pasado con el Analog Four, sin embargo, no he llegado a necesitarlo, puesto que además de ese control ‘ordinario’ en el que accedemos a la página de los controles de cada módulo, hay una facilidad (‘performance controls’) que permite actuar sobre controles que estén en diferentes secciones sin cambiar de página, es decir, sin pulsar botones (como podría ser barrer el corte de un filtro en un control a la vez que en otro aumentamos la velocidad de un LFO). Para ello se configura una ‘performance’ que permite definir los 10 controles con lo que necesitemos. Cada uno de ellos puede de hecho gobernar simultáneamente hasta 5 parámetros diferentes (que pueden provenir de cualquier página de parámetros, de cualquiera de las cuatro voces, de los efectos, de los controles CV/Gate,…). En definitiva: no, no necesitáis controles externos para poder ‘reunir’ sobre los 10 controles aquellos parámetros que necesitéis modificar en directo. La definición de esos 10 controles no es ‘global’ sino individual para cada uno de los 128 ‘Kits’, con lo que en cada Kit+Patrón podemos disponer los controles que necesitemos y vayamos a usar.

Adicionalmente (como ya decíamos) todos los parámetros individuales se pueden gobernar a través de MIDI mediante mensajes NRPN (fáciles de configurar en muchísimos sistemas de control, con lo que siempre podríais tener a vuestro alcance sobre vuestra superficie o teclado de control preferido cualquier juego de parámetros).

Pero desgranemos ya qué es lo que ofrecen los módulos en sí.

Osciladores

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Para cada una de las cuatro pistas monofónicas de sintetizador, hay dos osciladores analógicos, con sus correspondientes subosciladores, más una fuente de ruido (a la que se accede como ‘segunda página’ del Osc1, y que está realizada ‘en digital’ -ver más adelante-).

Como formas de onda se incluyen triángulo, diente de sierra y pulso de anchura variable (y con dos variantes: estrictamente cuadrado y otro con esquinas suavizadas).

Si nunca habéis visto triángulos, sierras y cuadradas/pulsos sobre un osciloscopio, que no os asusten las imágenes. Ratifican una muy correcta generación de señales. Las tres gráficas corresponden a un La de 440 Hz, y los entendidos verán en ellas una conmutación muy veloz y limpia (los rebotes son los propios del filtrado a la banda audio que aparenta existir en el Analog Four y que es habitual para evitar incorporar armónicos y componentes excesivamente altos, ruidos fuera de banda audio, etc.).

Si las queréis oir ‘en bruto’ aquí tenéis por este orden triángulo, dos variantes de pulso y finalmente el diente de sierra. Todos ellos sin filtrar (y por eso mismo ‘rasposos’: buen material para el posterior filtrado).

Hay mucho mimo en detalles. Así vemos algo poco frecuente y que sí ofrece Analog Four: el control de PW y PWM (normalmente sólo significativo para la onda pulsada) aquí actúa sobre cualquiera de las formas de onda, con lo cual pueden ‘deformarse’ no sólo las dos variantes de pulso, sino también el triángulo y el diente de sierra, aumentando la paleta de colores que puede generar el oscilador y evitando que sean formas de onda ‘estáticas’ al recibir el movimiento constante posible gracias a PWM.

En este vídeo apreciaréis el efecto que producen la PW aplicada sobre el tradicional pulso y de forma no tan convencional sobre el diente de sierra (notaréis por ejemplo el clásico sonido ‘hueco’, tipo clarinete, del pulso cuadrado en 00:07 que es cuando pasa por la anchura al 50%):

Si os fijáis en los ‘pantallazos’ con los parámetros que mostraba más arriba, veréis que la PWM (modulación cíclica) cuenta con parámetros propios (velocidad e intensidad): no es necesario gastar LFOs. Una PWM lenta es un recurso bien agradable (en parte recuerda a un chorus pero con otro carácter). Pero también es factible gobernar el parámetro PW desde una envolvente, lo cual es también muy útil para obtener sonidos que evolucionan en su timbre de una manera diferente a la clásica envolvente aplicada sobre el corte de un filtro.

Como podéis ver, no es un sinte analógico ‘modular’, pero tiene suficientes elementos y capacidades de encaminamiento de las señales de control como para abordar un amplio conjunto de posibilidades en síntesis.

En relación con la capacidad de regular la anchura del pulso, si he podido apreciar (aunque eso es común a cualquier analógico) que a menudo el ajuste 0 no se corresponde estrictamente con el 50%. Eso da lugar (se nota especialmente en formas simétricas como triángulo o cuadrada) a que se pierda un poco la característica de tener sólo parciales impares, pero como digo es algo propio del mundo analógico que sólo en un entorno digital es totalmente eliminable, fiable y repetible. Menciono esto para recordar que los sintes analógicos necesitan ser calibrados. En ese apartado el Analog Four cuenta con las correspondientes rutinas de autocalibrado que pueden invocarse cuando el usuario lo necesite (consumen dos o tres minutos aproximadamente y ajustan la afinación de los osciladores, la regulación de PW/PWM, y los filtros…). Funcionan muy bien para la afinación de los osciladores y la sintonización de los filtros, pero en cuanto al ajuste del PW al 50%, es un ajuste terriblemente difícil (en cualquier electrónica analógica). Si buscáis en algún momento el sonido exacto del pulso al 50% mi recomendación sería ajustarlo manualmente antes de pulsar ‘rec’ a la hora de grabar.

Los osciladores trabajan con comodidad en todo el márgen propio de audio. Por las pruebas que he realizado llegan a frecuencias altas con comodidad, pero sin excesos extramusicales (no le pidáis un pulso a 22000 Hz con el que molestar al perro de vuestro vecino -me refiero a su animal, y no al pobre ser humano que os tiene que aguantar haciendo sonidos marcianos todo el día-). Aquí tenéis una serie de notas La por octavas.

Veis que se mantiene un nivel todavía muy apreciable con notas extragudas (lógicamente con el consiguiente redondeamiento de la forma al existir menor número de armónicos ‘audibles’). Especialmente en el registro ‘infra-sónico’ (por llamarlo de algún modo) el origen analógico se hace notar: podemos seguir oyendo una secuencia aislada de impulsos que en muchas emulaciones digitales (insuficientemente precisas) no son alcanzables o sólo se escuchan con una pérdida importante de personalidad y carácter, emborronadas. Aquí tenéis unos ejemplos (entorno a los 14, 28 y 55 Hz -unos La ‘bastante graves’ y martilleantes-).

Cualquiera de los 2 osciladores puede admitir la entrada exterior como alternativa a sus propias formas de onda (de hecho ‘audio in’ es una entrada estéreo así que podríamos procesar dos señales), así que podremos aplicar los filtros y efectos del Analog Four sobre señales audio externas. Algo que siempre es atractivo, especialmente pensando en que los parámetros de los filtros pueden ser controlados desde el secuenciador. Podría por ejemplo usarse para algo tan hermoso como un ‘arpegio de filtro’ aplicado a cualquier sonido de pad externo que queráis procesar, con la garantía de que esté en perfecta sincronía con el resto (una deliciosa manera de modular un pad y hacerlo rítmico sin que pierda su carácter de colchón).

Los subosciladores pueden generar la primera y segunda suboctavas (con dos variantes de tipo cuadrada y pulsada). Desde la versión 1.05 del firmware (aparecida a mitad de marzo de 2013 y que yo mismo instalé con facilidad) incluso generan la quinta inferior al oscilador principal. Vemos de nuevo el detalle y los trucos que posibilita el Analog Four: añadir la quinta inferior permite una forma de polifonía simple desde las pistas monofónicas y permite obtener cierta sensación ‘acórdica’.

En alguno de mis test he usado el suboscilador con la quinta inferior afinando el oscilador principal en +7 semitonos (una quinta por encima de lo habitual). De esa forma se invierte el papel: es el suboscilador el que pasa a generar el sonido fundamental y el oscilador ‘principal’ se convierte en su quinta superior, haciendo más ‘natural’ la interpretación. El segundo oscilador, desplazando su afinación, puede completar un acorde (y dado que en el patrón cualquier parámetro puede modificarse ‘sobre la marcha’ incluso admitiría cambios de tipo de acorde sin hacer uso nada más que de una pista ‘monofónica’).

El ejemplo audio a continuación os muestra el sonido ‘en bruto’ de un oscilador, primero sin subosc y sucesivamente con -1oct, -2oct cuadrada, -2 oct pulsada, y –quinta (¡casualmente el quito sonido es el que añade la quinta!). Después oís un sonido más elaborado que lleva el truco de la quinta invertida (filtro, resonancia, env…) tocando cuatro notas. Y a continuación ese mismo sonido usado para interpretar (ya además con delay y reverb) un pequeño patrón (que hice jugando a desordenar las notas del riff inicial de ‘Sirius’ de Alan Parsons Project -no vayáis a acusarme de plagio en los comentarios, ¡que os conozco!-).

Aunque no hay posibilidad de modulación FM entre los dos osciladores, sí pueden interactuar con diversos modos de Sync (1 sobre 2, 2 sobre 1 o combinada). Sync siempre ha sido uno de mis recursos favoritos en síntesis para obtener sonidos limpios, sin el exceso de la suma de osciladores desafinados y que sin embargo contenga el necesario batido y evolución tímbrico que insufle movimiento al sonido.

Hay también una forma limitada de modulación en amplitud: la señal moduladora siempre deberá ser ajustada en modo pulso y actúa ‘todo/nada’, no hay un control del índice de modulación. Es por todo ello una modulación que tiene a introducir un gran número de parciales (no una modulación ‘suave’ ni regulable). Desde luego no se llega con ello al ‘exceso espectral’ que posibilita la FM, pero aún así AM con desafinaciones entre los osciladores puede insinuar suficientemente campanas cuando sea necesario.

Volviendo al grado de mimo y detalle, por ejemplo además la habitual afinación gruesa/fina de los osciladores, adicionalmente se puede desplazar (‘detune’) la afinación de uno de ellos en una cantidad independiente de la nota ejecutada. Esto permite conseguir que el efecto de ‘batido’ al combinar los osciladores tenga una velocidad de barrido constante (y no variable para cada nota como pasa con la desafinación convencional) y tiene también interés a la hora de crear sonidos que aprovechen las opciones de AM y Sync, por la complejidad añadida que otorga a la interacción de los osciladores.

En conjunto, como veis, un amplio potencial en los osciladores, que (no está de más recordarlo) son en cuanto a la generación del audio analógicos (salvo la fuente de ruido): no debe confundirnos que podamos controlar los parámetros de forma digital con su esencia analógica. Pocas veces veréis en sintes con control analógico tanta variedad de posibilidades (salvo modulares gigantescos), porque implicarían un excesivo número de potenciómetros en el panel. El poder de combinar el oscilador analógico y el control digital permite este beneficio y en conjunto esta combinación de osciladores permite un campo amplio de desarrollo sonoro.

Generador de ruido

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La fuente de ruido está accesible como ‘segunda página’ desde el botón Osc1. Hay un control ‘TUN’ que gobierna el ‘color’ del ruido de forma continua y otro de tiempo de ‘fade’. El que esta fuente de ruido pueda contar con esa envolvente simple en forma de ‘fade’ resulta muy útil: podemos obtener ruido constante, o bien creciente o decreciente de nivel a lo largo del desarrollo de cada nota. En muchos sonidos he acabado añadiendo un pequeño ‘click’ de ruido en el ataque como forma de hacer más prominente el inicio del sonido. Poder realizar ese control sin tener que llegar a usar ninguna de las tres envolventes disponibles deja a estas libres para otros usos.

A diferencia de los osciladores, la fuente de ruido no está realizada en tecnología analógica, sino digital. Tenía por eso mismo mucha curiosidad por saber cómo se comportaba y si el control ‘TUNe’ conseguía o no la variación del blanco al rosa. Según podéis ver en el vídeo-test que sigue, no se trata de una emulación de la clásica fuente analógica con ese potencial recorrido blanco a rosa. Elektron ha optado por un diseño en el que se produce un valor aleatorio de tensión a intervalos regulares. Vendría por ello a ser el equivalente de aplicar un S&H (sample and hold) sobre una fuente de ruido en un modular. A través del control ‘TUN’ en realidad se ofrece control de la velocidad a la que se producen valores (como si reguláramos la velocidad del S&H). Eso implica que la variación del color del ruido no es exactamente la que muchos esperarían entre blanco y rosa. Se asemeja pero no es literalmente lo mismo. Hay una razonable imitación del blanco, pero no tanto del rosa. A velocidades lentas (las que emularían el rosa) puede oírse como el ruido está acompañado de un ligerísimo ‘pitido’ que es el producto de que en la señal haya transiciones espaciadas de forma periódica (aunque es claro que domina abrumadoramente el carácter de ruido). Pero nada como las orejas para juzgar, así que aquí tenéis el test:

En todo caso, el ruido será generalmente un acompañamiento o un fondo superpuesto a otros sonidos, y la aplicación del filtrado y de los efectos disminuye la importancia de estos detalles. Quien necesite el ‘rosa’ más que el pan y la leche, siempre podría gobernar un sinte externo (vía CV/Gate) o aprovechar las entradas de audio externas y procesar un ruido rosa grabado procesándolo con el resto de módulos analógicos de Analog Four.

Filtros y overdrive

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Son muchos los sintes que se han decantado por la opción de combinar dos filtros de diferente carácter, y es también la opción de Elektron en este equipo. De nuevo entramos en el terreno 100% analógico. En cada una de las cuatro voces, hay una cascada (serie, no hay opción paralelo) de dos filtros más un ‘overdrive’ intermedio. El primero es un paso bajo resonante de 4 polos con diseño en escalera (‘Ladder’) y el otro un dos polos multimodo (también resonante y ajustable en varias respuestas: LPF y HPF cada uno con dos pendientes diferentes posibles, Band Pass Filter, Band Reject Filter, y filtro Peaking).

La elección de estos filtros y su rendimiento frente a sweeps y resonancias altas ofrece muy buenas prestaciones. En un primer momento me engañó el hecho de que la frecuencia de corte estuviera en un único control cuyos valores aparecen en pantalla como 0 a 127. ¿Cómo podía ser que un sintetizador tan brillante en otros aspectos fallara en algo tan simple? Con sólo 128 valores posibles para la frecuencia de corte, cualquier ‘movimiento’ de ella generaría un efecto ‘escalera’ audible, impidiendo barridos continuos suaves.

En realidad, el control tiene toda la precisión necesaria, tanto desde el panel frontal como vía MIDI. Para avanzar desde 0 a 1 (o entre cualesquiera otros dos valores) es necesario hacer un amplio movimiento del control durante el cual el filtro va visitando todos valores intermedios con precisión suficiente. De hecho fijándose bien en la pantalla puede apreciarse que el control FRQ, al ser desplazado, no sólo muestra el valor 0-127 sino también un indicador gráfico de ‘sintonía fina’.

Podéis apreciar el rendimiento del primer filtro en estos ejemplos. En ellos muevo la frecuencia de corte y uso diferentes grados de resonancia. La segunda mitad contiene un barrido lento con un LFO a la vez que una subida lenta del ruido (con su propio control ‘fade’) que hace que sólo se aprecie hacia la segunda mitad del barrido –cuando está ascendiendo la frec. de corte-. De esa manera escucháis el carrido sobre un sonido ‘tonal’ y sobre un sonido con ruido (que son tests muy diferentes para la escucha del filtro).

Para los más eruditos: el filtro Ladder está realizado en el Analog Four con transistores discretos (es pues un Ladder con transistores y no un diseño más simple -y menos ‘Moog’- basado en diodos). En definitiva, para este elemento tan esencial en la cadena audio de un sinte analógico, se ha optado por una solución muy tradicional y reconociblemente analógica en su diseño y en su resultado sonoro.

A la salida de este primer LPF se cuenta con la posibilidad (de nuevo ‘vieja escuela’) de saturar (hay un control de ‘overdrive’ para ello) para generar un sonido más distorsionado y agresivo (que podrá ser después matizado con el segundo filtro). Es un control con recorrido a ambos lados del cero, que corresponden a diferentes patrones de saturación (fácilmente audibles). Como se trata de una distorsión por cada voz analógica (y no una distorsión global) estamos hablando de distorsión principalmente armónica (y por tanto ‘constructiva’) salvo que hayamos establecido diferencias importantes de afinación en los dos osciladores. En todo caso puede encontrar muchos usos más allá de la clásica recreación del Bassline TB-303 y semejantes.

La personalidad de los dos filtros está claramente diferenciada por corresponder a dos tipos de diseño. Mientras que el ‘ladder’ tiene un Q más acentuado en altas frecuencias que en bajas (y ofrece un sonido característico en el barrido que huele a ‘vintage’ y a calidez), el multimodo (basado en VCA) ofrece un pico de resonancia básicamente igual a todas las frecuencias (un color y resultado alternativo al anterior, que se hace más presente pese a ser un dos polos).

En muchas ocasiones, al crear sonidos, he usado el segundo filtro en modo ‘peaking’ para enfatizar una gama concreta de frecuencias dentro de lo que era la banda pasante del primer filtro, pero tiene también comportamientos de LPF, HPK, BPF y BRF, que usados con sabiduría ofrecen interesantes colores (por ejemplo un BRF modulado en su frecuencia de corte desde un LFO es un truco que uso habitualmente para recordar a un phaser).

LFOs y ENVs

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Los LFOs y ENVs son digitales (a mi entender un acierto que debería ser reconocido incluso por los más fanáticos defensores de lo analógico) y suficientemente veloces. ¿Ataques impulsivos? ¿Decays ultraveloces? ¿Modulaciones con LFO con frecuencias en banda audio para conseguir efectos tímbricos y no tan claramente ‘modulantes’? No hay problema.

Las envolventes son de tipo ADSR (puro, sin hold/delay ni cosas semejantes, que hubieran sido interesantes por ejemplo a la hora de combinar la acción de los dos filtros). Pero cuentan con el añadido de que permiten escoger el trazado de cada segmento entre diversas formas (variantes cuadradas, lineales y exponenciales, con y sin retrigger, etc.). Es muy interesante el efecto de estos cambios de perfil. El diferente matiz con el que se realiza el recorrido de la envolvente según se haya especificado una u otra ‘forma’ para los tramos ofrece muchas posibilidades. Todos podemos tener en la cabeza determinados sintes monofónicos cuyas envolventes ‘instantáneas’ los hacían idóneos para bajos de ataque rápido, mientras otros (precisamente por la forma de resolver los perfiles en las envolventes) ofrecían una suavidad bienvenida en cuerdas y colchones. Esa variedad de personalidades está aquí al alcance con los generadores de envolvente disponibles sin más que modificar ese diseño de los tramos. Incluso se puede ajustar independientemente la forma para los segmentos de ‘ataque’ y los de ‘decay’.

Hay una envolvente dedicada en exclusiva a la intensidad, otra para el control de la frecuencia de corte en los filtros (que puede también atacar, con profundidad independiente, a otros dos destinos seleccionables), y una tercera enteramente libre (también hacia dos posibles destinos). Pueden aplicarse en modo ‘invertido’ mediante el ajuste de ‘depth’ (que admite valores negativos) para obtener, entre otros, los clásicos efectos de ‘burbuja’ al acabar cada nota (filtro que se abre paulatinamente a partir del fin de la nota, para un resultado marcadamente antinatural y electrónico).

En el apartado de LFOs, existen dos en cada uno de los cuatro sintetizadores (hay otros dos autónomos en la sección de efectos, y otros dos más para CV/Gate). Ofrecen un muy amplio rango de frecuencias, aparición o desaparición progresiva, y admiten funcionamiento en modo ‘legato’, redisparo (con cada nueva nota) o ‘libre’ (sin redisparo). Aquí también encontramos un ‘extra’: hay también modos para ejecutar un único ciclo o medio ciclo (sumamente útiles para recrear sonidos que necesiten ‘clicks’ característicos en el ataque).

Cuentan con diversas formas de onda (triangular, seno, cuadrada, sierra, pulso exponencial, rampa, S&H) y en todas ellas hay posibilidad de inversión y de selección de la fase de arranque dentro del ciclo, pudiendo así garantizar un color determinado en el inicio de su aplicación sobre el sonido.

Como ya sucedía con las envolventes, cada uno de ellos puede especificar hasta dos destinos.

Impresiones generales sobre el rendimiento como sinte

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Como he dejado ver sin tapujos en la presentación realizada, las posibilidades como sinte rivalizan (y a menudo exceden) las que podemos encontrar en tantísimos sintetizadores monofónicos dentro del mercado (a veces a precios que nos dejan a muchos sólo mirando desde el escaparate) y me han resultado sorprendentes en su grado de detalle.

Dado que hay cuatro unidades de síntesis en el Analog Four y que cuenta con una muy completa implementación MIDI, puede incluso tener sentido como simple módulo para disponer de 4 ricas voces analógicas independientes. En ese uso, además del control desde sus propios rotatorios, admite mediante NRPNs / CCs el ajuste de todos y cada uno de los parámetros de cada sintetizador, en aquellas ocasiones y músicas que no quieran beneficiarse del poder del secuenciador de patrones que lleva incorporado.

Sobre su sonido poco que mencionar. Abundan ya los vídeos y audios en Internet, con lo que podéis juzgar por vuestros propios oídos. Está a la altura de lo que puede esperarse de una máquina que se publicita por su carácter ‘Analog’. Me he sentido muy cómodo programándolo y también moldeándolo en vivo. De inmediato hace aflorar ideas muy difíciles de concebir sin la particular integración ‘todo-en-uno’ que hace inmediato el proceso de creación, retocando desde los timbres, a los patrones, pasando por los efectos, etc.

En mi caso siempre he creído que más que un tipo u otro de oscilador o de filtro, lo que importa es el control que se nos permite de ellos, la variedad de colores que alcancen, el recorrido que admitan sus parámetros (desde un ataque hiperveloz para un synthbass a un sweep lentísimo sobre el filtro en el ataque, etc.). En todos esos aspectos ofrece un comportamiento ‘a la altura’. Es por tanto un buen sinte, pero, incluso, con la prometida aparición de un modo ‘poly’, no hay que olvidar que es un sinte analógico y no un ‘todo terreno’.

Así que, para ‘despistados’: no es una máquina ‘de presets’ y sus usuarios lo serán porque deseen sintetizar sonidos y patrones propios más que usar librerías (aunque en la web de Elektron hay algunas disponibles para descarga gratuita). Además no hay que olvidar que para las baterías/percusiones generalmente se necesitará el apoyo de algún sistema exterior. Pero está claro que no se trata de una máquina ‘todo en uno’ sino de una herramienta que hace honor al nombre de su fabricante ‘Elektron’, y puede encontrarse cómoda en los distintos estilos y variantes del uso de las herramientas de síntesis.

Efectos

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Analog Four dispone de 3 efectos: Chorus, Delay y Reverb. Sendos botones nos dan acceso inmediato a los parámetros de cada uno de ellos. Son efectos ‘básicos’, en los que el grado de ajuste no tiene la capacidad de una unidad de efectos dedicada. Tampoco alcanza la que ofrecen otros muchos sintes ‘digitales’, pero es desde luego mucho más ajustable que los efectos tan limitados con los que muchos sintetizadores analógicos se comercializaron en su día y plenamente capaz de ‘teñir’ y ‘redondear’ los sonidos de origen analógico, que siempre demandan el añadido de efectos. A esos propósitos cumplen holgadamente y cuentan con parámetros suficientes para un alto grado de personalización.

Son diseños digitales (lo que les permite por ejemplo estar libres del exceso de ruido que acompañaba a tantos Chorus y Delays analógicos) pero con ‘pocos’ parámetros definibles. No busquéis por ejemplo en la reverb un ajuste de ‘algoritmo’ (hall/room/etc.). Es una reverb genérica, que aún así cuenta con predelay, tiempo de caída, y filtros a la entrada y a la salida para limitar la aplicación de la reverb. Igualmente el Chorus cumple su misión.

El delay puede funcionar en modo estéreo normal o ‘ping-pong’ pero es un delay claramente concebido para ecos ‘a tempo’ y efectos semejantes y no tanto para efectos de filtrado ‘comb’ o de ‘slap delay’ o para ‘flanger manual’. La razón estriba en que sus ajustes (en común con lo que sucede en el resto de los efectos) se realizan con rangos 0-127, y con esa resolución limitada los saltos entre los tiempos cortos de delay son demasiado grandes.

El verdadero ‘extra’ en estos efectos proviene del hecho de que pueden ser totalmente controlados desde el secuenciador: en cada paso de un patrón podemos variar los parámetros de estos efectos (y por supuesto los envíos desde las pistas y las entradas L/R externas), de forma tal que es posible automatizarlos desde dentro de los patrones del Analog Four. Efectos que ya no son estáticos, sino que modifican sobre la marcha su comportamiento. Algo que abre enormemente las posibilidades y que les hace tener un brillo propio definitivo en los patrones, sin necesidad de complicarnos la vida con unidades externas, ni programación en ordenador.

Hablando de lo cual, en la sección de efectos hay dos LFOs (del tipo ya descrito anteriormente, pero totalmente independientes de los que existían para la síntesis) dedicados en exclusiva a la modificación de parámetros de los efectos. ¡Si algo queda ‘estático’ es culpa del usuario!

Por ejemplo, el clásico (muy ‘Kraftwerk’) juego de frenar la pista de percusión haciéndola coincidir con un sonido de ‘caja’ flotante en un mar de reverb que llene el hueco es facilísimo de ajustar. Lo podéis escuchar en el ejemplo con el que abrí este artículo. Y en el vídeo con que cierro esta primera parte.

La segunda parte

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Como en el relato de las bodas de Canaán, hemos guardado el mejor vino para el final. Atractivas como son las posibilidades como sinte del Analog Four, su verdadera personalidad sólo se descubre cuando aterrizamos sobre su secuenciador.

A los arpegiadores (si, en plural, y con capacidad polirítmica), el secuenciador, el control CV/Gate y la entrada externa dedicaremos la segunda parte de esta prueba, junto con una valoración final.

Así que os dejo, que me espera el Analog Four… Me apetecía terminar enseñándoos algo propio, así que ahí va esto (no seáis malos con las críticas, que sólo es un divertimento, hecho a todo correr -incluso no he corregido que la imagen quedó invertida especularmente-)

Para que vayáis conociendo mejor a la bestia, con otros estilos y mejor grabado, mirad estos ejemplos (u otros muchos en Internet):

Parte II: Elektron Analog Four (II): analógico e integrador

Pablo Fernández-Cid
EL AUTOR

Pablo no puede callar cuando se habla de tecnologías audio/música. Doctor en teleco. Ha creado diversos dispositivos hard y soft y realizado programaciones para músicos y audiovisuales. Toca ocasionalmente en grupo por Madrid (teclados, claro).

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