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Grandes desastres del equipamiento para DJs

13/07/2013 por Teo Tormo

Las grandes marcas de productos para DJs tienen departamentos de investigación y desarrollo donde sus ingenieros y diseñadores se rompen la cabeza para crear productos que sean un éxito comercial y produzcan grandes beneficios a sus patrones. Unas veces se trata de lograr productos de bajo coste y accesibles a todo tipo de DJs, unidades baratas de efectos o mixers sencillos para principiantes; en este tipo de productos no hay excesivo riesgo financiero, e incluso se puede reaprovechar circuitería ya diseñada anteriormente.

Otras veces se trata de lograr producir un producto de gama alta que represente a la marca (flagship, que dicen los ingleses) y que aporte innovaciones técnicas que doten al DJ de nuevas alternativas artísticas. En este caso, además de la inversión requerida para su desarrollo y fabricación, se hace un importante (y necesario) aporte en marketing y promoción.

Es ese tipo de productos donde muchas marcas se la juegan: no sólo pueden perder dinero por bajas ventas, también pueden perder prestigio entre sus clientes si el producto no reúne la calidad y características que se esperan de él y perder durante muchos años la confianza que se tenga puesta en la marca. Es difícil hacer olvidar a la gente un producto flagship que salió rana.

De ellos vamos a hablar hoy: grandes promesas tecnológicas de algunos fabricantes que por causas diversas no llegaron a cuajar, unas veces por implementar una tecnología tan moderna que no era útil o interesante, algunas veces por no llegar a ser lo que prometían ser, y otras por imponer unos precios que no eran acordes a lo que se ofrecía.

Wacom Nextbeat

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Wacom es un reconocido fabricante de tabletas gráficas. Y un buen (o mal) día, decidió fabricar un producto para DJs llamado Nextbeat. No decidió fabricar una gama, sino un solo producto. Claro, no podía fabricar varios productos porque total, el que habían decidido hacer era lo que se podría llamar un “todo en uno”: doble reproductor digital, mixer y unidad de efectos, así que no hacía falta fabricar nada más.

Para asegurarse de que el producto era un éxito ficharon a uno de los diseñadores del CDJ1000 MK3 de Pioneer y se aseguraron de incluir esa información en el marketing correspondiente. Hasta aquí la historia ya te da indicios de cierto peligro; es sabido que los productos “todo en uno” suelen correr el peligro de ser un fracaso. El hecho de que lo desarrollara una empresa novata en el sector añadía más salsa de peligro al asado.

Como Wacom disponía de tecnología táctil desarrollada para sus tabletas, no le pusieron ni faders ni crossfader ni tampoco jog: en su lugar colocaron una superficie táctil dividida en segmentos. Según donde tocaras, era como tocar alguno de esos elementos. Wacom ya estaba arriesgando demasiado, pero por lo menos mantuvo los knobs de la EQ y la ganancia. Además, añadieron una característica killer total: toda la parte táctil se podía desacoplar del resto de la unidad, sujetarse con la mano y utilizarse a distancia de todo el resto de la unidad gracias a tecnología inalámbrica integrada en el dispositivo. Según Wacom, aportaban así al DJ nuevas posibilidades escénicas. La música se cargaba desde una tarjeta Compact-Flash (en aquel momento todo usaba ya tarjetas SD, pero un poco más de riesgo no iba mal...) y por lo menos le pusieron una pantalla decente en la que ver formas de onda y navegar por la música.

El producto salió a finales de 2009 y costaba unos 1.300 euros. La distribución no era muy buena: Wacom, por una parte, usó los canales de distribución que ya tenía para la venta de tabletas gráficas, pero eso solo le acercaba a tiendas de informática y grandes almacenes. Para llegar de manera directa a los DJs, en lugar de cerrar acuerdos con distribuidores especializados en este tipo de productos en los diferentes países en los que pretendían vender, hicieron acuerdos individuales con tiendas locales, algo realmente complejo de llevar a cabo.

Curiosamente puede probar uno en una tienda de Valencia que vendía el producto y no me pareció un mal aparato. A pesar de estar hecho totalmente de plástico, parecía bien construido y se podían mezclar dos temas sin problemas. Pero era imposible que el Nextbeat triunfara. Su precio era muy elevado, su distribución deficiente, el producto procedía de una empresa totalmente nueva para el sector DJ y eso no generaba confianza. Sustituir tantos controles por una superficie táctil era algo a lo que uno se podía llegar a acostumbrar pero, ¿era realmente necesario? Sus posibilidades escénicas no interesaban a ningún DJ (nadie quería pasearse por el escenario o la pista con un mixer táctil en la mano) y además tenía alguna carencia imperdonable en ese precio, como por ejemplo no disponer de salidas balanceadas en un producto que teóricamente se puede conectar directo a amplificación. Tampoco contaba con ningún tipo de entrada para poder mezclar alguna fuente externa con la música almacenada en el Nextbeat.

El producto sufrió diversos recortes. En uno de los recortes rebautizaron la unidad con el sufijo MK2 y aprovecharon para actualizarle el firmware y regalar una tarjeta CF de 16gb, pero ni por esas. Su precio de venta llegó a estar fijado en 400 euros. Actualmente en Amazon puede encontrarse hasta por la mitad (aunque no lo envían a España) y es un habitual del Mercasonic.

Realmente no es un mal producto, pero Wacom pretendió hacer algo excesivamente avanzado sustituyendo cosas normales por características innecesarias, y sin dar motivo alguno de confianza pedir muchísimo dinero a cambio. Quizá si su precio inicial hubiera sido mucho más bajo hoy igual estábamos hablando del Nextbeat MK4.

Technics SLDZ1200

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Technics ha sido el rey de los platos para DJs. Eso es indiscutible. El SL1200 MK2, y las posteriores evoluciones de este plato, han sido el estándar en las cabinas profesionales para reproducir vinilos de cualquier género musical. Pero ese logro ha quedado únicamente para ese producto de Technics. En el año 2003 Pioneer sacaba su CDJ1000 MK2, evolución de su más exitoso y complejo reproductor de CDs lanzado dos años antes. Denon llevaba también varios años lanzando reproductores de CD de muy alta calidad, y el software y hardware para pinchar con ordenadores ya había alcanzado la calidad suficiente como para considerarse de categoría profesional.

El grueso de la profesión se estaba pasando a pasos agigantados a formatos digitales; los que comenzaban también tomaban esos formatos como algo normal. Technics debió pensar que podría lanzar un producto con la calidad de sus míticos platos que les permitiera competir, y por qué no, reinar, en el nuevo mundo de los formatos digitales. Para ello la marca presentó en 2004 un reproductor que permitía a los DJs que ya pinchaban con platos Technics pasarse al CD sin tener que aprender nada nuevo: el SL DZ1200.

Relacionado: Technics SL-DZ1200, historia de un bellísimo fracaso

El DZ1200 tiene la apariencia externa de un plato Technics, solo que más pequeño. Cuenta con una bandeja giratoria montada sobre el mismo motor que los SL1200 y sobre esa bandeja, una simulación de vinilo. En el centro del sistema giratorio está la pantalla del dispositivo y algunos de sus controles; en la parte superior izquierda tenía diversos controles para almacenar cues y una palanca junto a la bandeja giratoria para activar el modo “reverse”, así como botones de cue y play en la parte inferior izquierd. En la parte frontal llevaba una ranura para insertar los CDs —que te hacía recordar que aquello no era un plato—.

Lo cierto es que el diseño del aparato era una preciosidad, un buen gancho para compradores. Pero no sólo de aspecto viven este tipo de aparatos: aunque reproducía MP3, estaba limitado a archivos de 192kbps. El sonido de la unidad realizando scratch era “pasable”, pero si el scratch se realizaba con el pitch lock activado el sonido era directamente ruido. El uso de la tarjeta SD obligaba a seguir una estructura de directorios rígida y absurda, y la unidad tardaba mucho en reconocer CDs.

Algunos de estos fallos pudieron ser resueltos con actualizaciones de firmware, pero otros fallos fueron de tipo electrónico o mecánico y tenían peor solución: algunas unidades tenían excesiva holgura en el disco giratorio, y otras tenían fallos de montaje en el módulo central de la pantalla. Otro error en algunas unidades fueron averías en el sensor de movimiento de giro del disco (usaron el mismo sensor que los ratones ópticos baratos).

Todos estos fallos y averías comunes se unieron al hecho de que, aunque Technics había tratado de dar el mismo feeling que en sus platos, no lo había conseguido del todo. Los puristas que esperaban un aparato digital con la misma respuesta que el analógico y que les permitiera seguir pinchando sin cambiar un ápice su técnica, no estaban satisfechos del todo.

El SLDZ1200 salió a la venta por 1.200 euros aproximadamente, pero fue cuestión de tiempo que se pudiera encontrar nuevo por unos 700-800 euros. Las actualizaciones de firmware y la bajada de precio fueron intentos fallidos para salvar comercialmente el producto, pero fue imposible: las críticas y el poco respaldo que tuvo la unidad por parte de salas y DJs importantes (en todas partes se montaba ya Pioneer para pinchar con CD) abocaron el producto al fracaso. Los que querían una emulación de plato con bandeja giratoria acabaron comprando el Numark CDX, un producto que aunque tampoco estuvo exento de errores, cumplió mejor las expectativas de los amantes del vinilo, especialmente de los turntablistas.

Personalmente me pareció una lástima que el SLDZ1200 no triunfara, a mi siempre me encantó. Me hubiera gustado ver cómo el producto evolucionaba y mejoraba, y además me parece que tiene uno de los mejores diseños jamás realizados en este tipo de equipamiento. Siempre tengo el ojo puesto en los mercados de segunda mano por si aparecen unidades, aunque nunca me termino de decidir a comprar uno. Se suelen encontrar actualmente por entre 250 y 400 euros.

Stanton SC System-1

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En 2008 Stanton había cosechado ya unos cuantos éxitos en la industria del equipamiento con algún modelo de plato competente y algunos mixers de scratch que no estaban nada mal, aunque su mayor logro hasta el momento había sido Final Scratch. En la primera versión de este producto habían tenido poco que ver salvo lograr un contrato para distribuirlo bajo su marca, y en la versión 2, Stanton ya había contribuido al diseño de la interfaz de audio.

Pero Final Scratch había terminado su reinado y quien mandaba ahora en el timecode era Serato y Traktor Scratch (estos últimos pagaban royalties a Stanton por su timecode, por cierto), y los platos y mixers de Stanton ya no se vendían tanto. La gente se estaba olvidando de esta marca y tenían que hacer algo para reflotarse. Los controladores estaban comenzando a dar mucha guerra y a convertirse en algo que seguramente mucha gente adoptara en el futuro de manera masiva, así que Stanton apostó por ese tipo de producto.

En abril de 2008 y tras una campaña publicitaria con secretismo y basada en “lo que vamos a sacar va a cambiar el mundo del DJ”, sacaron el SC System 1, un sistema basado en dos controladores: por una parte, una emulación de mixer DJ llamada SCS1-M con cuatro canales (un fader, 5 knobs y un encoder por canal), crossfader y multitud de botones. Este controlador-mixer contaba con el interfaz de audio del sistema. Por otra parte, el SCS1-D, una emulación de un plato, con bandeja giratoria, vinilo, pitch motorizado, montones de botones asignables, cuatro pads sensibles a la velocidad... Ambos aparatos funcionaban por firewire y salían por cerca de 2.000 euros.

En este caso el problema no estaba en falta de funciones o problemas de construcción, o por lo menos si los hubo no fueron trascendentes. Estuvo en quién podía comprar el invento. Para empezar, el hecho de que fuera algo enfocado a DJs pero que funcionara por firewire ya era algo que tocó las narices a mucha gente; de hecho, ya Stanton tocó las narices con que el Final Scratch 2 fuera también por firewire. ¿De verdad los productos para DJ necesitan funcionar con este puerto? Los ordenadores de Apple suelen integrar siempre Firewire, pero en los PC’s no es lo mismo, así que los interesados en el asunto que tuvieran un PC debían en la mayoría de los casos de hacer un desembolso adicional para comprar algo que permitiera disponer de firewire en sus portátiles u ordenadores de sobremesa.

Y ya que hablamos de desembolso... ¿2.000 euros por un controlador en 2008? Se supone que los controladores en cierto modo siempre se han visto como una alternativa algo más económica para pinchar (a pesar de que los haya en distintas gamas de precios), pero 2.000 euros no era para nada una alternativa. Además, solo se obtenía por ese precio control para un deck (vale, era conmutable). Si querías tener control sobre más de un deck a la vez, tenías que soltar más dinero.

El SC System 1 fue un fracaso, y un año después de su lanzamiento era frecuente ver tiendas tratando de quitarse de encima el stock que les quedaba del producto a mitad de precio. No era un mal producto; quizá el problema fue que era demasiado bueno, pero para que diera beneficios había que venderlo por esa burrada de dinero. El tema del firewire seguramente no ayudó.

Posteriormente ha habido controladores motorizados para DJ que se han acercado a ese mismo precio, pero ofreciendo la característica de controlar dos decks completos a la vez en lugar de uno. Quizá si Stanton hubiera conseguido crear un controlador de doble deck por algo menos de dinero el destino de su producto habría sido otro.

Numark X2

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Numark es una compañía que ha logrado muchos éxitos comerciales (su controlador low-cost Mixtrack Pro tiene records de ventas) pero también grandes fracasos. Esto se debe a que es una compañía que desde hace unos cuantos años prueba a sacar a la venta casi de todo en todas las gamas de precios, e incluye tanto productos OEM como cosas de diseño propio. Imagino que los que dirigen las finanzas de la empresa deben tener calculado que un tanto por cien de sus productos de catálogo no tienen éxito, pero eso se solventa con los que sí lo tienen, es lo habitual en compañías que tratan de abarcarlo todo.

El Numark X2 fue un producto realmente extraño y no fue único en su especie. Se trataba de un reproductor que aunaba plato giradiscos y CD. O dicho de otra forma, era como coger el CDX y ponerle un brazo de plato. El aparato permitía reproducir vinilos, CD’s, y también permitía reproducir CD’s controlados con la bandeja giratoria del plato. El plato contaba con el motor de alta potencia que Numark suele montar en sus platos, con 4.5kg/cm de par motor, y además el diseño del plato era muy similar al de sus platos y giradiscos, con su ya famoso doble botón start/stop. El brazo era intercambiable y se podía emplear un brazo en S o recto, o no poner ninguno si solo ibas a poner CDs. El precio de salida de la unidad fueron unos 1000€, y no pintaba mal para todas las funciones que tenía. Aunque no para todos sus problemas.

El primer problema era un fallo de diseño un poco tonto. Con la unidad colocada en posición normal, los CDs se introducían por abajo... así que si lo ponías en posición batalla los CDs se introducían por el lateral y el reproductor a la izquierda del mixer tendría la ranura tapada por el mixer. Una pequeña tontería en el fondo, pero extraño que nadie lo hubiera pensado. En segundo lugar, el aparato daba bastantes problemas para leer CD-R, le costaba aceptarlos e incluso los que aceptaba tardaba bastante en dejar usarlos. Muchas unidades con el tiempo daban problemas cada vez mayores con los CD-R e incluso con discos originales, acabando por no reconocer absolutamente nada. Los archivos MP3 con VBR también eran problemáticos en la unidad e incluso Numark aconsejaba directamente no emplearlos. El pitch del aparato dejaba que desear, era digital totalmente y no muy preciso, así que no fue excesivamente bien recibido entre los DJs de club. También muchas unidades dieron problemas mecánicos y tenían que pasar en varias ocasiones por el servicio técnico. Todos estos fallos unidos a un marketing malo y a un precio que tardó mucho en comenzar a bajar, hicieron que lo que en un principio era una extraña aunque original idea terminara siendo un producto fallido más. Los poseedores del X2 aseguran que si la unidad que te tocaba no tenía fallos no terminaba siendo una mala inversión, pero los que comenzaban a fallar se convertían en una pesadilla.

Gemini sacó un producto muy parecido, el CDT-05, con características similares, aunque con un motor de menos potencia, algunas funciones menos y acabados distintos. Nunca llegué a tener claro del todo si eran productos OEM, si no en su totalidad, seguramente compartían muchísimos componentes. Aunque era algo más barato fracasó igual que el Numark. Más marcas anunciaron reproductores híbridos como los de Gemini y Numark, seguramente aprovechando también componentes OEM, pero dado el fracaso de los primeros nunca llegaron a sacarlos. Hoy en día este tipo de reproductores ninguna marca se atreve a resucitarlos y son una curiosidad en los mercados de segunda mano.

Pioneer DJS (SVJ-DL01)

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He dejado para el final a la todopoderosa Pioneer y así demostrar que hasta los grandes tienen vergüenzas, y en este caso no pocas, porque hoy por hoy Pioneer hace como que DJS nunca existió. Bajo el nombre común de DJS y el nombre estilosamente “técnico” SVJ-DL01 se designa al primer y único intento de Pioneer por crear un software autónomo para discjockeys. Al decir autónomo me refiero a un software que emule reproductores profesionales y un mixer, y no a software como Rekordbox, destinado simplemente a la preparación de la música y los playlists. A diferencia de los otros productos del artículo, este seguramente no fue un intento de producto “flagship”, aunque sí un intento de una marca de entrar en un mercado nuevo, y que salió rematadamente mal.

Pioneer DJS salió al mercado en 2005, cuando ya otros programas para discjockeys vivían un momento dulce y su penetración en el mercado era muy buena. Pioneer tenía una inmejorable posición vendiendo reproductores de CD, mixers digitales y unidades de efectos y seguramente decidió probar en el mundo del software para expandir su reinado en el mundo del DJ digital. No tengo muy claro en qué pensaban los ejecutivos de Pioneer que dieron luz verde a que el software saliera a la venta, porque desde el principio era algo que sencillamente no podía competir con Traktor o Serato, quizá estos ejecutivos pensaron que dado el momento tan bueno que atravesaba la marca se podía poner Pioneer en cualquier cosa y esta se vendería. Bueno, pues con esto no funcionó.

DJS emulaba con todas sus virtudes y defectos dos reproductores de CD Pioneer (emulaba algo así como un DMP-555 con algunas funciones de un CDJ1000), un mixer de dos canales (tipo DJM-400) y una unidad de efectos (estilo EFX-500). Primer problema: DJS se lanzó únicamente para Windows, los usuarios de Mac nunca tuvieron noticias de este programa. Segundo problema: la interfaz de la aplicación era horrorosa. Para algunos elementos se utilizaba un diseño altamente espartano, par otros se utilizaban botones que parecían sacados de un juguete de Fisher Price, y en general los colores eran chillones a más no poder, algo que por lo menos te proporciona la ventaja de ver bien el contenido de la pantalla en un entorno oscuro. Tercer problema: aunque el software soportaba ASIO con algunas tarjetas de sonido directamente no iba. Cuarto problema: el programa necesitaba crear una librería en la que no solo debía copiar información del tema, necesitaba hacer una copia del propio tema, así que la primera vez que necesitabas cargar una canción debía copiarla a su base de datos.

Pero todo esto eran cosas circunstanciales teniendo en cuenta el más grave problema, y eran las opciones de control disponibles. El software no permitía emplear cualquier controlador MIDI, únicamente dejaba emplear como controladores algunos reproductores de Pioneer disponibles en ese momento en el mercado. Bueno, también podías usar el teclado (traía unas pegatinas para el teclado) y el ratón. Esto nos llevaba a una situación altamente absurda, veamos, para qué narices puede querer alguien un software que emula dos reproductores Pioneer si para poder controlar el software necesito... dos reproductores Pioneer, ¿qué clase de ventaja obtengo empleando el ordenador?. Entre los reproductores que soportaba el software como controladores estaban el DMP-555 (una especie de CDJ-100 con tarjeta SD), el CDJ-400 y el SEP-C1. Todos estos reproductores soportaban reproducción de MP3 desde soportes digitales... si tenías alguno no tenía mucho sentido emplear un ordenador para relegar estos reproductores a meros controladores, quizá el SEP-C1 que era el frontal de control del MEP-7000 y que se podía comprar suelto era lo más parecido a un controlador, de hecho creo que DJS se llegó a incluir de regalo con este hardware.

El programa como tal tampoco ofrecía muchas ventajas. Ciertamente cargaba de manera instantánea los temas una vez estaban añadidos a su base de datos, y si tu tarjeta de audio se llevaba bien con el soft podía operar a latencias bajas, además incluía una herramienta para ripear CDs de audio. Aparte de eso, poco más interesante ofrecía. Las funciones que ofrecía eran las mismas que las de un reproductore de CD’s, con una representación pésima de la forma de onda del tema, loops totalmente manuales, 4 hotcues por pista... y poco más. Los efectos eran similares a los que vienen con el EFX-500, con un solo parámetro regulable, además los efectos aparecían en una incómoda ventana flotante sobre los reproductores. Quizá los que vinieran de usar en su actividad profesional unos reproductores Pioneer se sintieran cómodos ante algo igual de limitado que los reproductores, pero al margen de ese público, creo que no mucha gente podría estar interesada en el software. Ni mucho menos pagar los 200€ que costaba.

Salvo en algunos videos de Youtube y en mi propia casa, no he visto nunca a nadie usar Pioneer DJS para pinchar. Quizá no fui al sitio adecuado. Quizá es que absolutamente nadie pudo apreciar interés alguno en este programa. Pioneer no tardó mucho en olvidarse del desastre, prueba de ello es que en su siguiente generación de reproductores estos fueron compatibles con el modo HID de otras aplicaciones como Traktor, Serato o Cross, así que Pioneer reconoció que el software no era lo suyo y decidió aliarse con quienes sí estaban haciendo bien las cosas. Es más, su software Rekordbox ni tan siquierea se atrevieron a desarrollarlo ellos mismos, se lo pidieron a Mixvibes.

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