Informática musical

Cubase 6 a prueba

09/05/2011 por Antonio Escobar

Hace unos meses Steinberg nos sorprendió con su sexta encarnación de esta segunda etapa con Cubase, su producto más longevo y asentado. En esta revisión mostraré sus nuevas características y veremos si merece la pena la actualización.

Un poco de historia

En abril de 1989 se presenta Cubase 1.0 para Atari. Nacido como Cubit, no era el primer secuenciador de Steinberg, que ya sorprendió a todos con Pro-24. Su mayor innovación fue la página gráfica de arreglos, que mostraba una representación gráfica de la composición usando una lista vertical de pistas y una línea de tiempo horizontal. La facilidad y rapidez de uso ha sido marca de la casa y ha ido evolucionando y mejorando por años.

Pero fue otro el primer momento clave para la historia de Cubase: Cubase VST 3.0 (1996). Steinberg revolucionó la forma de ver la producción de audio dentro de un ordenador: un estudio de Audio y MIDI integrado y con efectos y generadores de sonido en tiempo real. Este concepto tan cotidiano hoy en día, era una verdadera revolución en aquella época, donde la única forma de tener efectos digitales integrados era usando carísimos sistemas basados en DSP.

Después de más de diez años de cambios y versiones, el entorno de Cubase empezaba a verse fragmentado y anticuado, por lo que Steinberg aprovechó el motor de Nuendo, un desarrollo paralelo orientado para entornos de alto nivel de exigencia. Con una interfaz más renovada e integrada, Nuendo y Cubase (SX1 en su primera versión paralela) han ido compartiendo características de forma escalonada hasta llegar a la versión que nos ocupa.

Los pilares de la versión 6

Las necesidades de los usuarios han ido cambiando a lo largo de los años: cuando todas las DAWs (Digital Audio Workstation, estaciones de trabajo de audio digital) tienen características muy parecidas, cada fabricante mantiene su identidad a su manera. Steinberg ha estado siempre muy pendiente de mantener un delicado equilibrio entre la usabilidad y las funciones, adoptando modelos más modernos de interfaz de usuario donde otros eran menos rupturistas (véase, por ejemplo, la evolución de Pro Tools).

Si en Cubase 5 la lista de características era impresionante, con la versión 6 consiguen limar todas las durezas y añadir algunas características en áreas muy importantes:

  • Edición de baterías multipista y cuantización.
  • Edición multitoma, con grupos de edición.
  • VST Expression 2.
  • Mejoras en los algoritmos de cambio de tono.
  • Nuevos instrumentos virtuales y efectos de alta calidad.
  • Mejoras en la interfaz y las herramientas.
  • Mejora en el MediaBay.
  • Versión de 64 bits para Mac y Windows.

La integración lo es todo

En Cubase 6 tenemos una interfaz mejorada, heredada de Nuendo 5, con una gama de colores más sobria y oscura y en la que se han unificado y cambiado la mayoría de los iconos a una versión más oscura y esquemática.

Como usuario de Nuendo (y de Cubase), cuando llegas a la versión 6 la primera impresión que tienes es que te suena todo, pero que todo está distinto. En unos minutos te habitúas a la colocación de las nuevas cosas, a los crípticos nuevos iconos para algunas funciones y al hecho de que ahora para cambiar cualquier parámetro hay que hacer doble click. A priori, todo parece estar en su sitio y, salvo esos cambios cosméticos, no hay nada especialmente nuevo y emocionante. La realidad es que todas las novedades más importantes están ocultas y perfectamente situadas en el lugar que les corresponde, pero un usuario habitual de esta plataforma puede comenzar a trabajar sin notar grandes diferencias, salvo una si usas Mac: la velocidad del entorno. Donde un proyecto de Nuendo 5 cargado de efectos puede llegar a ser desesperante, Cubase se desenvuelve con una velocidad pasmosa. Sin tests científicos que lo demuestren, también diría que el rendimiento del motor de audio ha mejorado, y permite un poco más desahogo. Aunque, honestamente, sólo con la amplia mejora en la respuesta, parece que te has comprado un ordenador nuevo.

La compatibilidad cruzada entre Nuendo y Cubase hace muy sencillo mover trabajos entre ellos. Los proyectos de ambos programas cargan perfectamente, ignorando las características impropias de cada versión.

Una vez que escarbas más, empiezas a ver esos detalles que, con la versión seis, hacen tu vida más fácil.

Editando baterías

Cuando produzco o mezclo a un grupo, no siempre, el batería está a la altura de las circunstancias. Cuando es una pequeña corrección, corregirlo a mano es rápido y eficaz, pero si la grabación es un verdadero desastre, la edición se convierte en una verdadera pesadilla.

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Como salvavidas en estos casos, Steinberg ha mejorado sus herramientas de detección de transitorios y cuantización de audio, ya presentes en versiones anteriores, haciéndolas más precisas y multipista, permitiendo aplicar la corrección sin problemas con las fases. Este proceso es menos intuitivo de lo que cabría esperar, pero el manual lo explica bien y el resultado es más que óptimo.

Sin estar estrictamente reservado para la edición de baterías, el nuevo algoritmo de detección de transitorios es mucho más preciso, aunque había sido mejorado también en las últimas versiones.

El troceado de las pistas se hace tomando como referencia los transitorios de una o varias pistas, a las que se les asigna una preferencia. De esta forma, no se escapa ningún golpe a cuantizar.

Un caso común es cuando se graba sin claqueta o el batería tiene problemas para seguirla. Hasta ahora, la única forma de hacerlo era creando una claqueta MIDI y asignándosela al mapa de tempos. En esta nueva versión se incorpora una opción que funciona muy bien, que detecta automáticamente el mapa de tiempos y te deja hacer algunos pequeños ajustes en la precisión y las subdivisiones.

Otro cambio no estrictamente relacionado con el mundo de la batería acústica es la inclusión de nuevos modos de ajuste de tiempo (time stretching). Especialmente me gusta el modo “tape”, que cambia la afinación del sonido en relación con la duración.

Buscando la mejor toma

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Otra función que ha sido mejorada es la de compilar la mejor toma partiendo de múltiples versiones.

En este caso, las tomas se van amontonando y se forma una carpeta virtual que, una vez abierta, deja seleccionar y modificar los mejores fragmentos. También es posible seleccionar un rango de una toma y activarlo con un simple doble click. Si ya de por sí la herramienta funcionaba estupendamente, los cambios aceleran y refinan el proceso.

Personalmente me gustaría tener la opción de hacer playlists con las tomas como en Pro Tools, pero a falta de ello, es una herramienta estupenda.

Dentro de la misma categoría se ha agregado una pequeña funcionalidad que ahorra bastante tiempo: usar como grupo. Este botón activa que todas las pistas de una carpeta puedan ser modificadas al mismo tiempo, lo que es muy útil para cualquier grabación multipista.

VST 3.5

Pero posiblemente la innovación más notable de Cubase 6 sea el soporte del estándar de Steinberg, el VST 3.5 y su aporte más destacable es el control de expresión por nota. Para resumirlo, consiste en poder manejar ciertos parámetros a nivel de nota, en lugar de, como hasta ahora, a nivel de canal. Esto abre un mundo infinito de posibilidades, en el que cada nota puede ser articulada y controlada con un nivel de detalle tan fino como el instrumento virtual te lo permita.

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Obviando el potencial que tiene en el mundo del sintetizador virtual, su aplicación más directa son los instrumentos virtuales de orquestación, donde cada nota podría ser articulada de forma independiente, pero me lo imagino en lugares tan variopintos como una guitarra virtual donde se pudiera controlar la pulsación y expresión de cada nota o una batería acústica donde se pudiera controlar cada golpe con detalle.

La integración de la nueva funcionalidad en el flujo de trabajo es ejemplar siendo la pega que sólo se puede usar en instrumentos virtuales que cumplan el estándar, lo que ahora lo limita a únicamente los de Steinberg. Aunque posiblemente veamos salir instrumentos de terceras partes que lo soporte, me temo que el número de opciones será muy limitado. Muchos desarrolladores prefieren seguir usando el viejo VST 2.4 dado que es la opción más usada por otros secuenciadores compatibles.

El resto

Los efectos y instrumentos incluídos en Cubase son de una gran calidad, primando la limpieza sobre la emulación analógica. Con Cubase 6 han llegado varias novedades interesantes, entre las que destacan:

Halion Sonic SE. Un rompler que sustituye al Halion One (que también va incluido) e incluye una librería muy ampliada y variada con cerca de 1000 sonidos, y con bancos compatibles con GM. La calidad es variopinta, desde sonidos muy malos a algunos deslumbrantes, pasando con una buena colección de sonidos clásicos y muy utilizables. Destaca el piano derivado de la estación de trabajo Yamaha S90ES, sin duda mi favorito. Me resulta curioso que Steinberg siga insistiendo en no meter un sampler completo, obligando a la mayoría de sus usuarios a buscar alternativas en el Kontakt o el propio Halion, que vuelve renovado en su 4ª versión.

VST Amp Rack. Un nuevo simulador de amplificadores de guitarra y pedales, que incluye posicionamiento de microfonía. Aunque no desbancará al amplificador y la pedalera de toda la vida, suena bastante mejor que todo lo ya incluido en anteriores versiones y está a la par de otros productos de otras compañías.

Loopmash 2. Loopmash es una herramienta para el troceado y permutación de bucles, una rareza muy interesante dentro del arsenal de instrumentos de Cubase. En la versión 2 amplía el número de parámetros modificables y control mejorado.

Otra novedad es la muy esperada versión de 64 bits para Mac. En este caso hay que tener en cuenta que hay algunas opciones, como la de exportar a MP3 que no estaban disponibles en esta versión y que se han ido incorporando en las sucesivas actualizaciones.

En uso

La pregunta que todo el mundo se hará después de haber leído este extenso artículo es: ¿cómo se comporta?

Cuando Steinberg me ofreció la oportunidad de probar el programa decidí hacer algo que no suelo: usar el programa para mi producción diaria. Siempre aguanto varias versiones de cada programa y sistema operativo antes de actualizar el software de mi estudio para evitar problemas derivados de revisiones muy tempranas. Tras unos días de trabajo de poco peso, me enfrenté a un proyecto de envergadura donde se vería el potencial de Cubase 6: mezclar el nuevo disco en directo de Xoel López (Deluxe), un trabajo inmenso, con 3 horas y media de grabación y 48 pistas, con un montón de artistas invitados que usaban los mismos micros y un instrumental muy completo.

Ver captura completa de las pistas (1,6 MB)

Aunque eso daría para una serie de tutoriales, la mayor dificultad de mezclar en directo es que si la microfonía está muy cerca de la fuente ésta no suena en contexto (preferible), y si está muy lejos recoge todo lo que hay alrededor. En este caso concreto había una mezcla de ambos, agravado por el trasiego de músicos invitados, aunque habían sido muy previsores con el “headroom” y no distorsionaba en ningún momento.

Ver captura completa del mezclador (2 MB)

Con un proyecto de tales dimensiones, esperaba que Cubase (como Nuendo 5) tuviera problemas para mover pistas tan largas (muchas veces duplicadas), con tantos efectos, reverberaciones, y un largo etcétera. Lo cierto es que, como he comentado al principio, quedé muy gratamente sorprendido por la respuesta del programa y, sobre todo, las mejoras en la automatización, que permite modificar rangos de forma rápida y sencilla.

La estabilidad es otro punto fuerte de esta versión, siendo la primera edición de una versión de Cubase que se editaba con un nivel de confiabilidad equivalente a otros con versiones más maduras. De hecho, apenas tuve dos cuelgues en todo el proceso de prueba, motivados por versiones no estables de plug-ins y no por el programa. Lejos queda la época en la que las primeras versiones de Cubase y Nuendo eran poco estables.

En un intercambio de impresiones el encargado de relaciones públicas de Steinberg, Stefan Trowbridge, me confirmaba ha habido grandes refinamientos en el motor del programa, que sin duda han hecho un gran favor a esta versión.

Cubase 6 VS Nuendo 5

El usuario de a pie siempre pregunta esta cuestión, ¿qué me pierdo con Nuendo 5? En este caso he de decir que todas las novedades de Cubase 6 no están incluídas en Nuendo 5, algo cuanto menos curioso cuando hablamos de un programa que cuesta 4 veces más, aunque Steinberg ha prometido incluir algunas de ellas en la próxima gran revisión de verano. Lo que no está en Cubase son las opciones avanzadas de automatización (uno de los grandes caballos de batalla de Nuendo), las opciones avanzadas de ruteo de señales, manejo avanzado de marcadores y algunas funciones muy útiles de exportación e importación. Sigue siendo muy polémica la política de Steinberg de versiones, que se aleja de la tradicional y más lógica adoptada por el resto de las compañías, haciendo que su programa estrella (Nuendo) no tenga funciones que les corresponde por precio y posicionamiento, sin contar con que los usuarios de Nuendo no pueden usar su licencia para abrir el programa.

Por otro lado, es como poco curioso que los instrumentos VST3 instalados en Cubase o Nuendo no pueden ser usados en ningún otro programa que el original, aún contando con la llave de protección (eLicense). Es bastante frustrante tener una licencia con todos los plug-ins nuevos de Cubase y no poder usarlos en Nuendo, por limitaciones impuestas por el fabricante, cuando se supone que los has pagado.

Conclusiones

Cubase 6 se mantiene como una estación de trabajo sobresaliente, completa, con un entorno rápido y con unas herramientas de edición deliciosas. Las nuevas opciones son sencillamente inmejorables y la estabilidad hacen del programa una gran opción tanto para profesionales como para el músico más casual.

Pros

  • Tiene el entorno de edición más rápido disponible en ninguna otra DAW.
  • Los efectos e instrumentos incorporados cubren una amplia gama de situaciones.
  • Las nuevas herramientas están muy bien pensadas y resuelven los problemas con maestría.
  • La herramienta de edición de baterías es, simplemente, sublime.
  • El VST 3.5 es una gran innovación con un gran futuro.
  • El manejo de mezcla multicanal está muy mejorado.

Contras

  • No incluye un sampler completo e integrado.
  • Los instrumentos VST3 incluidos no pueden ser usados fuera de Cubase.
  • El ruteo podría ser más flexible.
  • La versión Mac tiene un rendimiento equivalente bastante inferior a la de PC y, en bajas latencias, peor a otras alternativas de Mac.
  • Los usuarios de Nuendo 5 no tienen licencia gratis con la misma llave.
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