DJ

Review de Pioneer DDJ-1000, una cabina Nexus en forma de controlador DJ

05/12/2018 por Teo Tormo Actualizado el 06/12/2018

Introducción

[Índice]

Cuando Pioneer DJ se alió con Serato DJ tras romper relaciones con Native Instruments, redefinió el concepto de controlador para DJs con la serie “S” de controladores, es decir el DDJ-SX, DDJ-SR y DDJ-SZ –vieron la luz en este orden–. El DDJ-SX comenzó dando pistas de que Pioneer DJ parecía muy decidida a convertir de la manera más similar posible sus dispositivos de reproducción y mezcla en controladores que al usarlos en combinación con un software entregaran unas sensaciones muy próximas a las del hardware que replican. Con la llegada del DDJ-SZ esto quedó patente, ya que ofrecía una mesa de mezclas digital prácticamente completa unida a esos jogs que montan en sus reproductores de gama alta y que hoy en día muchos DJs profesionales aspiran a poseer. La idea se siguió explotando a través del DDJ-SZ2 y el DDJ-RZ –este último ya con Rekordbox, el software de la marca– que fueron continuistas con este concepto y se terminó de rematar con el DDJ-RZX, que hacía todavía más parecidos los jogs integrando el mecanismo de detección de presión que había sido sustituido hasta ese momento por una superficie capacitiva. El problema estaba en que el DDJ-RZX fue un dispositivo que además de tener un coste elevadísimo por el sistema de pantallas que integró, tuvo desde el principio serios problemas de operatividad.

Todo el mundo estuvo esperando estos años un nuevo controlador para Rekordbox que volviera a integrar unos jogs exactamente iguales a los de los reproductores CDJ de gama alta y que contara con una sección de mezcla que replicara las mesas DJM y además funcionara de forma autónoma. Finalmente el pasado invierno llegó el DDJ-1000 y el sector se puso literalmente del revés. No sólo el controlador integraba todo eso que mucha gente demandaba, si no que rebajaba el precio de los 1.990€ que habían estado costando sus controladores de gama alta a unos 1.200€, logrando un producto al alcance de muchísima más gente. Y por si no fuera suficiente los jogs de este nuevo dispositivo incorporan una novedad bastante significativa: en su parte centro se reemplaza el icónico display que marcaba el “giro virtual” de reproducción por un display a todo color que muestra mucha más información adicional.

Pioneer DJ no sólo había conseguido una vez más acertar con lo que exactamente querían sus incondicionales, si no que además lo ponía a la venta con un precio tan escandalosamente bajo que el producto ha estado agotado durante meses en tiendas y hasta ha generado listas de espera para poder adquirirlo. ¿Habría conseguido Pioneer DJ realizar el controlador “perfecto”? Hoy analizamos ese producto en una review que nos ha costado mucho realizar –conseguir un DDJ-1000 hasta hace poco era complicado– y en la que te detallamos sus bondades y defectos.

El concepto DDJ-1000

[Índice]

El DDJ-1000 es un controlador que trata de replicar lo que sería una mesa de 4 canales de club como las de la serie Nexus y le pusieras a cada lado un reproductor CDJ de gama alta, y de hecho es algo que piensas nada más echarle una mirada. Está diseñado específicamente para Rekordbox –funciona también con Virtual DJ gracias a su conocida política de ingeniería inversa para compatibilizar “oficialmente” hardware de terceras marcas sin su permiso– y de hecho el controlador viene con una licencia de la expansión Performance que es lo necesario para activar todas las funciones DJ del programa –Rekordbox es de descarga gratuita si lo vas a usar sólo para preparar música para reproductores–. A diferencia de anteriores controladores, en esta ocasión la parte central del mismo replica de manera completa una mesa digital de Pioneer DJ, incluyendo tanto los Sound Color FX como los Beat FX, de hecho en cuanto a tema de efectos sólo se diferencia de una mesa de la marca en que no tiene circuito de envío/retorno a efectos externos. Además la sección de mezcla es totalmente autónoma, con lo que por el precio del controlador te llevas un dispositivo que es una mesa de mezclas digital Pioneer completa.

Por otra parte, como ya comentaba antes, los jogwheels empleados son como los de los reproductores de gama alta, e incluso van más allá. Todo esto combinado con el software Rekordbox trata de emular la experiencia de usuario que se obtiene cuando usas una cabina Nexus de Pioneer DJ pero sin gastarte los al menos 6000€ que serían necesarios. Ojo, que ya os aviso de que se trata de algo próximo pero desde luego no igual.

Finalmente el producto se remata con dos cosas ya muy habituales en los dispositivos Pioneer DJ, que son una doble conexión USB para que dos DJs puedan usar a la vez el dispositivo, y también en el interfaz la posibilidad de poder usar funciones de control por DVS.

Construcción, componentes de control y conexiones

[Índice]

A diferencia de anteriores controladores de la gama DDJ que tenían la parte superior realizada rematada con una plancha de aluminio, el DDJ-1000 tiene la sección central de mezcla construida con plástico negro de acabado “glossy”, que a pesar de ser visualmente muy bonito –y que también ha servido para abaratar un poco el coste del aparato– a la larga se puede observar que resulta un poco sucio ya que muestra mucho más los restos de sudor y suciedad de nuestras manos que vamos dejando sobre el dispositivo. Donde sí encontraremos aluminio es en los laterales donde se albergan los controles de cada deck, y curiosamente también en la pieza superior de los jogwheels.

Los potenciómetros son los habituales de Pioneer DJ, bien firmes y con recubrimiento de goma, en general los botones son también del mismo tipo que los que montan en sus mesas y reproductores, aunque en general todos algo más pequeños. Los faders de la sección de mezcla son menos suaves que los que encontramos en sus mesas y se asemejan más a los que han estado montando en controladores todos estos años. El crossfader por su parte es un Magvel, que es el nombre comercial que emplea Pioneer DJ para los crossfaders de alto rendimiento desde hace tiempo, y parece que es una evolución del Magvel que venían montando en las DJM, porque de entrada da una sensación de mayor suavidad que el que montan estas; luego detallaremos su rendimiento. En la sección de mezcla tenemos que cada canal contiene 3 cortes de EQ, ganancia, control para los Sound Color FX, botón de preescucha y arriba un interruptor para elegir como fuente de sonido una fuente externa o uno de los dos puertos USB. En la parte izquierda tenemos cuatro botones para elegir uno de los Sound Color FX que se aplicará por inserción a todos los canales, mientras que a la derecha de la sección de mezcla tenemos los controles para los Beat FX, con una pantalla OLED con dos botones debajo para ajustar la fracción de tempo a la que aplicar el efecto, un interruptor para elegir el efecto a aplicar –de entre 15–, y los típicos controles de las mesas DJM para regular la aplicación del efecto y para activarlo.

Las pantallas del interior de los jogwheels tienen una excelente visibilidad –y un poquito de ghosting, pero nada escandaloso ni que sea molesto– y nitidez, y la iluminación del aparato es perfectamente visible tanto sin luz como con ella. Respecto a la iluminación destacar que este controlador cuenta con luz alrededor de los botones de play y cue como los reproductores de alta gama de la marca, y tenemos también en el jogwheel iluminación en el borde como la de los CDJ-2000NXS. Los vúmetros de cada canal son de 9 segmentos –no de 18 como tratan de aparentar haciendo una pequeña división en cada segmento– y el master tiene un doble vúmetro de 9 segmentos. Los pads de cada lateral están a medio camino entre los disponibles entre los controladores DDJ-XP1 y el DDJ-SZ/RZ en cuanto a tamaño y dureza, no son los mejores que monta Pioneer DJ pero son más que adecuados. A la derecha de los pads tenemos los controles de pitch/tempo que son idénticos en tacto y aspecto a los que montan los reproductores Pioneer.

Respecto a las conexiones el controlador tiene en la parte trasera una salida master en formato XLR y otra en formato RCA, salida de monitores en formato TRS, cuatro entradas –una por canal– en formato RCA siendo dos de ellas conmutables entre nivel de línea y phono, y dos entradas de micro, una en formato combo XLR/jack y la otra únicamente jack. Tenemos también en la parte trasera dos puertos USB tipo B para conectar el controlador a dos ordenadores distintos simultáneamente. La conexión de alimentación también la tenemos detrás, es una toma de 12v a la que conectar la fuente de alimentación, que como en casi todos los controladores es externa. En el panel frontal tenemos las dos conexiones de auriculares, minijack y jack.

Instalación

[Índice]

Tanto en Windows como en macOS es necesario instalar drivers para el dispositivo –nos es class compliant– y además es probable que tengas que actualizar el firmware del dispositivo ya que desde su salida al mercado ha habido diversas actualizaciones. Lo cierto es que desde su salida el aparato dio unos cuantos problemas que requirieron varias actulizaciones, aunque ya han logrado corregir prácticamente todo y volverlo muy muy estable. Si no estás seguro de si debes actualizar el firmware tranquilo porque Rekordbox te avisará cuando lo arranques con el controlador conectado y encendido. Y hablando de Rekordbox, el controlador incluye una licencia completa en forma de un cupón con un número de serie. Drivers, firmware y Rekordbox debes descargarlo de la web oficial de Pioneer DJ.

Con todo instalado, en la carpeta Aplicaciones->Pioneer tienes una subcarpeta llamada DDJ-1000 con una aplicación para configurar algunos aspectos del controlador como el ruteo de entradas y salidas, y el tamaño del buffer del driver ASIO en Windows.

El interfaz de audio del dispositivo puede usarse para control por DVS, para ello debes en la parte trasera del aparato cambiar la posición de los interruptores que hay a cada lado de las entradas 3 y 4 –las que están en los extremos opuestos de la sección de mezcla– para que se pongan en marcha los previos phono del interfaz y así puedas conectar tus platos. Ojo porque para usar DVS sí debes pagar la expansión que habilita esta función en Rekordbox, no viene incluida con el producto.

En general todo el proceso de instalación y configuración es “a prueba de tontos”, algo que Pioneer Dj sabe hacer bastante bien y no se le puede poner ninguna pega. Sólo me gustaría reseñar un detalle que hay que tener en cuenta y es que cuando estás usando el aparato con Rekordbox, a pesar de que puede usarse como una mesa de mezclas independiente, el software se configura automáticamente para usarlo en mezcla interna. Esto no es un fallo del software ni tampoco debes intentar forzarle a usarlo en mezcla externa, por lo que he podido averiguar es una decisión de Pioneer debido a que de esta manera se reduce ligeramente la latencia del aparato. Y tiene todo el sentido del mundo, ya que no es lo mismo que todo el audio se mezcle dentro del software y luego sea mandado directamente a las salidas principales del mismo –así funciona el modo interno–, a que el software enviara el audio al controlador por separado, se mezclara dentro del mismo en modo de mezcla externa, y tras eso se enviara a la salida. El proceso adicional de mezclar por separado probablemente añadiría aproximadamente 2ms de latencia a la latencia global.

En uso

[Índice]

El DDJ-1000 tiene un workflow que efectivamente es lo más similar a emplear una cabina Nexus… pero sin tener una cabina Nexus, y es que este aparato representa una de esas ocasiones en las que Pioneer DJ no exagera su marketing. Aunque algunos botones y la pantalla del controlador tienen un tamaño más reducido que el de los dispositivos autónomos de la marca, y el espacio en la parte del mixer se ha reducido un poco, todo funciona de forma muy similar, y lo que no, funciona exactamente como esperas. De hecho si tienes la posibilidad de ubicar la pantalla de tu ordenador justo detrás del controlador y regulas adecuadamente su inclinación, puedes llegar a olvidarte de que es un controlador lo que manejas y pensar que estás trabajando con dispositivos autónomos. Entiendo que esto dicho así suene un poco increíble, pero no tengo otra forma de explicarlo ya que las sensaciones que he tenido con el aparato son exactamente esas.

Primero lo más visible

[Índice]

Empezaré hablando de una de las cosas que más llaman la atención del aparato y son las pantallas internas de los jogwheels. Su visibilidad es bastante buena, aunque recomiendo tener seleccionado su brillo al máximo –esto se hace desde el software– y aparte del “giro virtual”, representado por algo similar a la saeta de un reloj, la información que ofrece es la siguiente:

  • Forma de onda general de la pista cargada.
  • Tiempo de pista restante o transcurrido.
  • Tonalidad en notación tradicional.
  • Tempo actual de la canción.
  • Variación de tempo aplicada.
  • Duración del loop activo.
  • Rango de pitch.
  • Si la música del deck está o no en el aire –cambia el tono del color de fondo–.
  • Si el Slip está activado –tono rojizo de color de fondo–
  • Artwork de la canción –realmente un fragmento–.
  • Función Cue Scope: muestra en la parte inferior una linea de tiempo representada por puntos que se desplazan de derecha a izquierda con marcas que representan los hotcues, y que sirve para saber lo que falta para llegar a cada uno. Se puede desactivar.

Adicionalmente, alrededor de esta pantalla podemos ver el número del deck que controla ese jogwheel en la parte superior, mientras que en la parte inferior podemos ver si tenemos el sync activado en ese deck y si el deck ejerce de master. Hay que destacar que estos indicadores no forman parte de la pantalla, si no que son indicadores luminosos. El jog tiene iluminación led blanca en los bordes que parpadea cuando la pista se acerca al final, igual que sucede en los jogs de los reproductores de gama alta, con la salvedad de que estos no cambia la luz a color rojo.

Toda la información visual que muestra el jog, tanto en la pantalla como en sus “alrededores” , y el tamaño al que se visualiza es adecuado, quizá el artwork de la canción no resulta todo lo útil que sería deseable porque sólo se muestra una parte y en tamaño reducido. El brillo de la pantalla se puede regular desde las preferencias de Rekordbox en 3 niveles, aunque yo diría que todo el mundo lo tendrá siempre en el nivel más alto, es como mejor se ve en todas las situaciones. El ángulo de visibilidad no es tan amplio como los de los móviles modernos pero es suficiente, y tiene un poco de ghosting –no molesta–. Desde Rekordbox también se configura si la saeta gira representando las 33 o 45 RPM de un plato, pero he observado que como funciona de forma más práctica es hacerlo girar a 33 ya que de esta forma el indicador sigue exactamente la posición de la mano al mover el jogwheel tocando la parte superior, mientras que a 45 el desplazamiento de ambos elementos no va sincronizado. En resumidas cuentas, esta reinterpretación del jog con pantalla central, bajo mi punto de visita supone un muy buen avance con respecto al anterior tipo de pantalla que presentaban los jogs “premium” de Pioneer DJ. Quizá serían más perfectos si las pantallas tuvieran mejor ángulo de visión, no tuvieran nada de ghosting o incluso brillaran más, pero a fin de cuentas han sentado las bases de lo que seguramente serán las pantallas que veremos en los próximos reproductores de gama alta de la marca. Y creo que cuando lleguen esas pantallas a los nuevos dispositivos van a ser incluso mejores.

Los jogs sobre los que van las pantallas son muy similares a los que montan los CDJ-2000NXS2, con el mismo tipo de ajuste mecánico de tensión –quizá los CDJ se puedan regular con algo más de tensión– y el mecanismo de muelles en la parte superior para detectar la presión. Las sensaciones físicas son muy similares a las de los reproductores, y es de agradecer que Pioneer por fin incluya estos jogs en un controlador que cuesta menos de 2.000€. He visto usuarios quejarse de que los jogs carecen de ajuste de arranque y parada como los reproductores, pero es que en realidad ese ajuste en los reproductores es independiente del jog, se trata de potenciómetros que ajustan valores en el software interno del reproductor. Aunque es cierto que en el caso de este controlador no contamos con esos controles, el ajuste de tiempo de parada y arranque se puede realizar igualmente desde las preferencias de Rekordbox, y el control de parada también se puede mapear a un controlador MIDI auxiliar, concretamente en la ventana de mapeo MIDI el control se llama VinylBrakeSpeed.

Guiños a la gama alta

[Índice]

Siguiendo con el resto de los controles del deck, tenemos en la parte superior dos botones para marcar manualmente el inicio y final de los loops, y a diferencia de los reproductores en los que necesitas dejar pulsado el botón de IN para crear un bucle automático de 4 tiempos, tenemos al lado de estos botones un botón rectangular bien visible para esta función. A la derecha tenemos botones para activar el modo slip y la cuantización, y justo al lado el encoder de navegación y carga con dos botones debajo con dobles funciones para las diversas opciones que nos permiten movernos por toda la librería. A la izquierda del jog tenemos el botón shift y debajo el botón para guardar los memory cue/loops, con doble función de borrado. Tenemos también dos botones para avanzar y retroceder por la canción, y a la derecha del jog el botón de Sync con doble función para master. Aparte de los botones de Play y Cue –mismo tamaño e iluminación que los de los reproductores– tenemos obviamente el bloque de pads multifunción cuyo funcionamiento es el esperado, responden adecuadamente sin excesiva presión, la iluminación que tienen es bien visible en cualquier situación y su tamaño es suficiente. El pitch de la derecha tiene el mismo tacto y precisión que los que encontramos en los reproductores de la marca.

En todo el conjunto de controles del deck se echan en falta las tiras táctiles para hacer needledrop, algo que sí estaba disponible en los controladores de la gama “S” y que obviamente se ha eliminado para reducir costes en favor de otros controles. A algunos quizá les parecerá que muchos botones tienen doble función –otra medida para reducir costes al integrar así menos botones– pero esto personalmente no me parece problemático ya que es fácil aprender las funciones secundarias en poco tiempo.

La parte de mixer del controlador se maneja exactamente igual que una mesa digital de Pioneer, e incluso puede usarse en modo autónomo. Respecto a la “calidad” del sonido, que es algo que mucha gente tendrá en mente, diría que es más o menos como una DJM-750MK2. Se echa en falta disponer de un control “Parameter” para regular los Sound Color FX, así como que los controles de los Sound Color FX sean iguales a los del resto del mixer, aunque esto último se puede solucionar sustituyendo los capuchones de los potenciómetros por unos chroma caps o incluso comprando los mismos capuchones que usa Pioneer para estos controles en sus mesas. La posibilidad de elegir qué canales quedan asignados a cada conexión USB del aparato es muy interesante para las transiciones y los “back to back", y se agradece esta función en un aparato que no sea una mesa de mezclas de 2.000€.

El crossfader es distinto a los anteriores Magvel que Pioneer DJ ha montado hasta ahora, se siente más ligero y es menos ruidoso que los anteriores, y eso es sencillamente genial. Aunque ya veremos si esta "ligereza" no se traduce en averías tempranas del crossfader. El cutlag se puede configurar desde Rekordbox y se pueden hacer todo tipo de trucos de scratch con este crossfader en combinación con los jogs. Pioneer DJ en su marketing asegura que han reducido la latencia de los jogs, un problema del que adolecen muchos controladores modernos, y nuevamente no han exagerado. Mientras muchos controladores tienen una respuesta al tocar o soltar los jogs que dificulta o incluso impide la realización de trucos de scratch, en este controlador la excelente respuesta facilita esas técnicas.

Respecto a los Beat FX, contamos ahora con una cantidad importante de efectos, incluso más que en algunas mesas. Destacaría positivamente los nuevos efectos Mobius, que no son otra cosa que formas de onda triangulares y de sierra con cierta modulación, algo bastante simple pero muy resultón. El uso de los efectos es idéntico al que se hace en las mesas de la marca, tienes un selector para asignar el efecto, otro para elegir el efecto, y otro para regular el nivel de aplicación del mismo junto con un botón para activar y desactivar el efecto.

Ampliando el setup

[Índice]

Gracias a que Rekordbox admite que prácticamente cualquier reproductor Pioneer DJ de los últimos años sirva como controlador HID, puedes “ampliar” las posibilidades de control del DDJ-1000 con un par de reproductores a cada lado del controlador para controlar los decks 3 y 4 de forma directa sin tener que estar pulsando los botones de cambio de deck. Además, esto también sirve para usar el DDJ-1000 como mesa autónoma –a fin de cuentas cuesta como una DJM-750MK2– con los reproductores cuando no te apetezca encender el ordenador.

Entiendo que esta “propuesta” de ampliación que hago pueda parecer de un coste muy elevado, pero un par de reproductores XDJ-700 de segunda mano no salen tan caros. También es posible emplear unos platos para control DVS, pero eso es algo que veo mucho más accesorio y que con un controlador de estas características no termino de entender demasiado, aparte de que debes comprar la licencia DVS ya que no viene incluida.

Conclusiones

[Índice]

El DDJ-1000 es uno de los mejores controladores DJ que he podido usar en los últimos años, y desde luego el mejor que he probado este 2018, su diseño está muy centrado alrededor del concepto de cabina Nexus de Pioneer DJ, y esta vez la marca no se ha quedado sólo en las palabras si no que de verdad ha tratado de hacer un dispositivo que transporte a un controlador el feeling de sus cabinas y que además mucha gente pueda permitirse.

Es muy cierto que se han hecho algunos sacrificios reduciendo la cantidad de controles, no tenemos el touchstrip –lo que más echo de menos–, y hubiera estado bien tener algunos botones menos con funciones dobles, así como algún control adicional para efectos, pero también es cierto que estos sacrificios dan como resultado un controlador DJ que sólo se puede calificar de magnífico. Por el precio que tiene no se pueden pedir más controles o funciones, ni tampoco mejor sonido o mayor conectividad.

Tener un dispositivo como este en casa y usarlo con Rekordbox es una forma muy adecuada de prepararse las sesiones que harás luego en un club usando una auténtica cabina Nexus. Si a esto le añades dos reproductores XDJ-700 o incluso unos XDJ-1000MK2 –sí, esto quizá sea un “lujo innecesario”– rematas tu preparación con nota. Tampoco veo inconveniente en emplear el controlador profesionalmente, su sonido es adecuado para discomóviles y locales pequeños, no veo ningún inconveniente en darle uso en esas situaciones.

Aunque en algunos artículos del pasado he contado con la opinión de DJs profesionales que habían probado el producto del que realizaba la review, esta vez quise realizar un experimento y a través de mi cuenta de Instagram realicé un “llamamiento” a opinar sobre el producto, entre otras cosas para ver si yo estaba alucinando demasiado con el mismo. Lo cierto es que recibí unas cuantas opiniones muy similares a la mía, tanto de profesionales como amateurs, como también de otras personas que se dedican a analizar equipamiento. Entre los 30 y tantos mensajes que recibí al respecto, os dejó aquí una selección bastante representativa:

DJ Loomy (La Bull, Ourense): “Hoy por hoy no hay controlador con jogs que tenga mejor relación calidad/precio”.

Fano Sánchez (Tecnologia DJ): “Probablemente una de las mejores controladores de la historia, sin duda”.

Manu Balsa (EvenTec): “A mi me parece la mejor controladora que he probado. Llevaba desde 2007 con Serato pasando por la DDJ-SX, SX2 y SX3 y esta sin duda es la mejor.”

Fran DC (RedBull, DJMania): “¡La mejor controladora calidad/precio del momento!”

TavaMundo Multievents: "Controladora impresionante. Multitud de facilidades y fácil interfaz para llevar a cabo las sesiones. Tiene también un amplio abanico para configurar desde el crossfader hasta los pads de los FX y el ecualizador de los canales. 10 de 10”.

Viendo opiniones como estas –y unas cuantas más que me dejaron– me quedé un poco más tranquilo, esta ha sido de las pocas veces en las que he dudado de si la euforia que me producía el producto hacía que lo estuviera evaluando demasiado al alza. Por lo visto no fue así.

Lo mejor:

  • Jogwheels con completa y útil pantalla interior, y diseño del jog en general calcado al de los reproductores de gama alta de la marca.
  • En modo autónomo es una completa mesa de mezclas de 4 canales con dos tipos de efectos.
  • Sensaciones muy similares a las que produce una cabina Nexus.
  • Precio muy competitivo.

Lo peor:

  • No hay touch strip.

Más información en la web de Pioneer Dj

Te puede interesar