Sonido en vivo

Cómo trabajar con grupos VCA/DCA

03/04/2015 por R. Sendra
adt-audio.com

VCA es el acrónimo de Voltage Controlled Amplifier que, traducido, significa "amplificador controlado por tensión". En los modelos de mesas de sonido de directo analógicas corresponden a una serie de potenciómetros lineales que permiten agrupar un conjunto de faders de canal específicos y controlar su nivel de manera proporcional y directa al del VCA determinado. A diferencia de un subgrupo, el VCA incrementa o disminuye, para entendernos, la misma cantidad de dBs a todos los canales, mientras que el subgrupo no tiene este comportamiento directo a los canales, sino que modifica la señal resultante.

Un ejemplo práctico para ver la diferencia entre el VCA y el subgrupo es que si incrementamos en 10 dB el recorrido de un VCA para un determinado grupo de canales, todos ellos incrementan 10 dB de manera individual por lo que también modificamos todos los envíos post-fader (efectos, mayoritariamente), mientras que si realizamos lo mismo con un subgrupo, lo que incrementamos son 10 dB la mezcla de dichos canales, que en la práctica siguen con el mismo nivel de fader individual. En contra, los subgrupos pueden procesarse, mientras que el VCA no es un canal per se. En las consolas digitales, los VCA se controlan mediante dominio digital, por lo que en realidad son amplificadores controlados digitalmente —DCA en su acrónimo inglés—.

¿Para qué nos puede servir un VCA/DCA en nuestro campo? ¡Para mucho! Una batería puede suponer el uso de una decena de micrófonos (bombo, caja, platos, toms, ambientes, etc.). Una vez hemos ajustado el nivel, ecualización y efectos de todos estos canales, el simple hecho de querer subir o bajar la batería de golpe significa tener que modificar, por igual, esa decena de canales. Hasta hace unos años, antes de la llegada del VCA, ruteábamos toda la batería a un subgrupo (estéreo) y controlábamos el nivel de toda la batería utilizando únicamente un par de faders. Además, al utilizar el subgrupo podíamos procesar esa batería y conseguir un sonido más contundente. Pero ante cualquier cambio, por mínimo que fuese, notábamos que un incremento o disminución del nivel a través del subgrupo contenía cambios en la dinámica y en la ecualización bastante evidentes. Lógico: reducíamos una única señal estéreo (dos mono) que incidía notablemente en el compresor insertado o en los insertados por canal (no tenía sentido una mayor compresión en el bombo si el nivel global de la batería era diferente al anterior). El VCA resuelve muy bien este problema: al modificar el nivel por VCA (con la ventaja, además, de que se trata de un único fader) modificamos el propio canal individual, por lo que la incidencia del procesado de señal y también los efectos se ejecuta en su justa correspondencia.

Agrupada la batería en un VCA nos deja bastante libertad para conseguir mejores dinámicas de trabajo a tiempo real. Obvio: es más fácil mover 1 fader que 10 de ellos y, además, de manera coherente. Si además utilizamos mesas digitales, nos permite tener una base de 8 o 16 faders a nuestra izquierda en diferentes capas y un segundo banco de apenas 8 faders a nuestra derecha que corresponden a los VCA: sólo con los faders de los VCA podemos controlar toda la banda.

Si alguna vez os habéis fijado en algunos técnicos de sonido es fácil ver que en el banco de VCA/DCA lo agrupan todo: al 1 la batería, al 2 el bajo, 3 y 4 las guitarras, al 5 los teclados y al 6 las voces. Parece una “tontería” tener un VCA dedicado que controle únicamente un canal (como podría ser el caso de un bajo que sólo utilizamos su salida de línea), pero esto nos permite agrupar en un banco todos los canales y, si hace falta, recurrir al lado izquierdo de las consolas digitales para llamar al bajo y ajustar su compresor, ecualizador, etc. Este sería, entonces, uno de los planes de trabajo más habituales del uso de los VCA/DCA.

¿Que suele ser lo más importante de un grupo musical? La voz (o las voces). Sea como sea, el mensaje que el artista o banda quiere proponer lo hará cantando, explicando una historia. Este mensaje debe ser inteligible, que se entienda y, además, arropado por una música que ejecutan de manera sincrónica los que le rodean en el escenario. Además de realizar una buena ecualización y procesado de la voz, la única manera de conseguir que esta sea inteligible es colocándola por encima en cuanto a nivel del resto de fuentes sonoras, es decir, que suene alto. Por lo tanto, lo fácil y primario es subir ligeramente el canal de la voz, aunque a veces lo suyo es justamente lo contrario: bajar lo que no sea voz. En este punto, incluso si hemos seguido a rajatabla la anterior propuesta, ejecutar esta orden implica mover 6 o 7 faders a la vez. Entonces ¿por qué no crear un nuevo VCA/DCA que controle todos los canales menos el de la voz? La ventaja de los VCA/DCA es que pueden ser acumulativos, es decir, un canal puede ser controlado por uno o varios VCA/DCAs y esto nos permite este sencillo pero efectivo ‘truco’.

Soundcraft

El VCA/DCA en monitores

Los técnicos de monitores también utilizan y mucho el VCA/DCA, justamente por sus características. En el VCA/DCA 1 tenemos la batería, toda ella, y aunque el envío ‘real’ que controlaríamos mediante el fader de canal no lo utilizamos en este ejemplo, si hemos ajustado que todos los envíos a monitores (auxiliares) estén en post-fader, con el VCA de la batería podemos modificar (incrementar o disminuir) el sonido que enviamos a todos los monitores que proviene de la batería, modificando únicamente un fader.

Quizá con la batería no encontramos utilidad, pero sí podríamos entenderlo con una guitarra eléctrica principal: el envío a esta guitarra está en pre-fader, mientras que el resto en post-fader: al subir o bajar el fáder de canal de esta guitarra (o su control VCA/DCA correspondiente) todo el mundo escucha más o menos guitarra (menos el propio guitarrista que sigue con su ego-nivel intacto durante su solo majestuoso).

Errores comunes con el VCA/DCA

Aún así, yo el primero pero también visto en otros técnicos a los que he realizado tareas de asistente de mesa, suelo encontrarme con algunas incongruencias que vale la pena recordar. Por ejemplo, ¿incluyo en el VCA/DCA de la batería los efectos de la misma? No. Ya hemos señalado que el VCA actúa de manera directa en el fader del canal. Dicho de otra manera, un VCA/DCA es como un mando a distancia. Al disminuir un VCA disminuyes el fader del canal que, a su vez, envía menos señal al efecto correspondiente. Si incluyes el retorno de efectos en el VCA/DCA de la batería es como si disminuyeras dos veces la cantidad de efectos (y en un ambiente logarítmico esto puede significar muchísimo algunas veces).

Sí puedes agrupar todos los efectos en un nuevo VCA/DCA, pero tiene poco sentido. Sólo en el caso de una voz a la que quieras controlar el retorno de efectos, por ejemplo, cuando se dirige al público y no quieres que su efecto Hall se escuche (que sólo se escuche cuando cante); o con efectos puntuales (delays, por ejemplo, y así evitas ir a la capa de retorno de efectos cada vez que lo necesitas). Recuerda que en muchas mesas de sonido digitales los DCA pueden controlar textualmente cualquier fader físico de la mesa y eso incluye no sólo los faders de canal, sino también subgrupos (muy habitual), pero también los faders de matrices, auxiliares, envíos, etc. Las posibilides, entonces, son mucho mayores.

Es fácil utilizar los VCA/DCA como grupo de mute o silenciado. De acuerdo, pero es añadir un posible problema (mover sin querer un fader) a algo que tiene solución: los grupos de silencio.

Otro problema (o, mejor dicho, incoherencia) que he detectado es incluir —porque se puede— en un mismo VCA/DCA el subgrupo de los canales implicados. De hecho es el mismo hándicap que tenemos con los efectos: al disminuir el VCA de la batería, la señal que le llega a su subgrupo también se reduce y, por lo tanto, el resultado de los los procesados de señal que hayamos insertado en el subgrupo ahora actuarán de una manera distinta a la original. Si incluímos los subgrupos al VCA/DCA no sólo modificaremos la señal el doble de los deseado, sino que el descontrol en el procesado de la señal será mucho más evidente. Además, el subgrupo se puede convertir en nuestra última baza ante mezclas difíciles, algo que podemos tratar en otro artículo.

Donde sí tendría sentido controlar un subgrupo con un VCA/DCA propio (atención: he dicho propio) sería en el caso de una compresión paralela, algo que también trataremos en otro artículo si os apetece.

Y vosotros, ¿cómo utilizáis los VCA/DCA?

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