Sonido en vivo

Zoom Livetrack L-20, mezclador y grabador para directo con control inalámbrico

12/07/2018 por Pablo Fernández-Cid

Ya son muchas marcas las que vienen ofreciendo este tipo de formatos. Livetrack L-20 combina un mezclador ágil para directo con grabación autónoma en SD, gestión remota vía wifi y hábil como interfaz multipista para ordenador.

Zoom Livetrack L-20
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La propia Zoom ya contaba con su L-12 como antecedente, que ahora se amplía para atender una mayor demanda de pistas. En ambos se combina la facilidad de un interfaz generoso en controles y muy sencillo de usar con la versatilidad de lo digital.

Con Livetrack L-20 se dispone de 16 canales mono con previo para micro más dos canales para fuentes estéreo que también pueden servir para incorporar a la mezcla hasta dos señales estéreo desde un ordenador.

La posibilidad de que funcione como interfaz audio sobre USB 2.0 el formato es a 44.1/48 kHz y 24 bits. Permite elegir un modo class compliant para uso sin necesidad de drivers en todo tipo de dispositivos y sistemas operativos (iOS y Android incluidos). En ese modo interfaz ofrece 22 canales de entrada (se registran los 20 individuales más la mezcla) y 4 de salida (que pueden hacerse asomar por parejas en los dos canales estéreo, como hemos dicho).

Actuando como grabador / reproductor desde tarjeta SD en el propio L-20, ofrece los mismos 22 canales de entrada (las 20 entradas más la mezcla) pero sube a 20 pistas reproducidas que pueden ser mezclados sobre la marcha usando las funciones de la mesa. En este modo de grabación/reproducción autónoma se llega a los 96kHz.

Livetrack _20
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Sin embargo una mesa como esta tiene su vida más allá del uso como interfaz y grabador. Y en varios aspectos se nota que es una mesa concebida para llevarse bien con las necesidades de un directo.

La marca de 0dBFS corresponde (cuando tenemos activado el 'pad' de un canal) a un nivel en la entrada de +26dBu, con lo que tenemos un amplio márgen. Es de hecho superior al que encontramos en otros. Algo que ayudará a los menos duchos a sencillamente olvidarse de la calculadora y confiar sin más en lo que lean los vúmetros sin especiales temores a excesos de distorsión y recortes. En los canales estéreo el nivel máximo de entrada está en +10dBu, más conveniente ante unas señales de línea que suelen venir mucho más ajustadas ya y libres de sorpresas, y un valor que resultará mucho más útil ante los niveles de salida habituales en teclados, por ejemplo, que pecan de un tanto 'escasos' para ser unidos directamente al mundo de los +4dBu nominales y sus en torno a +24dBu máximos.

No falta el micro 'talkback' incorporado en el panel al lado del display.

Muy bien dotada en el apartado de auxiliares/monitores, son 6 las salidas de este tipo con las que cuenta (balanceadas, usando jack TRS) y para las que es posible crear mezclas específicas desde la comodidad de los propios faders. Los ajustes de nivel de salida para estos envíos a aux/mon se encuentran en potenciómetros al lado del propio conector. Cada una puede operar en mono balanceado hacia monitores o bien en estéreo unbal hacia auriculares si deseamos monitorizacion in-ear, por ejemplo.

La mezcla principal es estéreo y aparece (sin contar con los auriculares) en un único juego de salidas estéreo sobre XLR. Si necesitamos un segundo juego, tendremos que suplirlo con las salidas monitor. Al menos existe la opción en cada una de esas salidas de ofrecer una reducción mono de la señal máster, que también puede tener utilidad. El selector de señal hacia auriculares permite optar por la escucha de la mezcla principal, cualquiera de las 6 de monitorización o bien la selección 'solo'.

Hay dos unidades de efecto incorporadas, editables en dos de sus parámetros y con control del nivel de retorno en fader. La selección de tipos de efecto es variada y permite si se desea contar con dos reverberaciones diferentes (algo que es lo que más acostumbro a usar en este tipo de mesas cuando se mezcla a muchos músicos para tener dos planos diferentes y sabedor de que a día de hoy normalmente cada músico ya entrega un sonido muy acabado, redondeado con sus propios efectos).

No falta tampoco una sección de escenas que permite tener almacenadas y listas para reclamar al instante diferentes configuraciones de la mesa, como pueden ser las correspondientes a distintas canciones o las escenas de una obra teatral.

En cuanto al 'channel strip', en línea con la filosofía 'fácil' y todo controlable de inmediato, encontramos en los canales mono un compresor reducido a un único control para cada canal que se sitúa junto al de ganancia. La activación de 'phantom' es en grupos de 4 canales. El resto de los miembros del 'channel strip' se gobiernan a través del botón 'select' para elegir una pista/canal y los controles compartidos que aparecen cercanos al display y que dan acceso a la inversión de la señal (nunca me gusta llamarlo control de fase), panorámica, envío a efectos, y ecualización con low cut (muy generoso: desde 40 a 600 Hz, y 12dB/oct) y 3 bandas (sólo la intermedia semiparamétrica).

Livetrack L-20
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El formato en zig-zag de los conectores de entrada permite tenerlos a la vista y perfectamente alineados con los controles del canal correspondiente, algo que aunque no sea esencial en absuoluto, sí facilita la vida cuando andamos con prisas atendiendo un bolo 'en caliente' sin conocimiento previo de la composición de la banda.

El precio, siempre uno de los argumentos en Zoom, queda por debajo de los 1000€, inferior al que ofrecen otras marcas en modelos que no siempre alcanzan a pesar del mayor precio esta combinación de número de canales y funciones (en especial la grabación multipista autónoma) pero también es cierto que es a costa de algunos compromisos evidentes en L-20 especialmente en el alcance de las funciones de procesado, que en otros casos son más generosas pero complican el uso distanciándolo del 'todo a la vista' que reina en este caso.

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