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El diseñador sonoro de Microsoft sobre los retos e implicaciones de las notificaciones sonoras

31/10/2018 por Miguel Isaza

Microsoft ha publicado en su canal de YouTube un interesante vídeo con Matthew Bennett, etnomusicólogo y diseñador de sonido encargado de crear el audio de las notificaciones de servicios y dispositivos de la compañía, donde explica su proceso creativo y de paso deja unas interesantes reflexiones acerca de la importancia de asumir el diseño sonoro como necesidad colectiva, en tanto en un futuro serán más dispositivos emitiendo notificaciones, voces, etc.

Según Bennett, el hecho de saber que en el futuro serán billones de dispositivos sonando al tiempo, implica que "nadaremos en más y más notificaciones, más alertas, más audio incómodo, más sonidos aleatorios, y debemos detenernos y pensar: ¿Qué clase de mundo sonoro queremos diseñar?".

Diseñar sonido para este tipo de dispositivos tiene un reto particular que no se presenta en otros formatos de este arte, dado que en el caso de una empresa como esta, se trata de sonidos que serán reproducidos millones de veces en un día en el mundo.

Habla por ejemplo del reto que implica algo tan simple como la creación de un sonido de alerta de calendario, ya que no es tan sencillo salirse del cliché: la idea de la alarma como tal, que para Bennett es efectiva en tanto es más agresiva con el oído y activa radicalmente nuestro sistema hormonal, especialmente disparando cortisol y adrenalina, además de la respuesta física que implica oír una notificación.

Su enfoque fue el de crear un sonido relacionado con el lenguaje humano, particularmente con la acentuación y el pitch que implica una frase como "Ready to go?" (¿Listo para ir?), que conserva un patrón musical en diferentes regiones y lenguas, manteniendo cierto ritmo y melodía. Su análisis lo lleva a identificar una suerte de motivo que luego traduce al sistema de notificación que se encuentra en el sonido del calendario de Outlook.

El resultado, que disecciona en tres partes, permite ver el interés por construir un sonido menos invasivo con el entorno, que permita plasmar la notificación como si se integrase al entorno, para ello creando un sonido que prepara el oído, un segundo elemento que representa el núcleo de la notificación, y un tercer sonido que viene a ser una cola que decae "como si se disipara de nuevo en el silencio del entorno".

Es una muestra interesante de cómo el diseño sonoro, aún cuando se trata de un efecto de unos cuantos segundos, logra ligarse a la emoción y buscar transmitir ciertos conceptos y valores que yacen en la investigación y el análisis de nuestros procesos de escucha, en el caso de Bennett creados para buscar algo que logre ser "intuitivo, universal y profundamente personal" al mismo tiempo.

Su historia es solo uno de tantos ejemplos de sonidos que nos habitan a diario y muchas veces no nos percatamos de que fueron pensados para un fin específico y lejos de ser meros agregados aleatorios a los dispositivos, son realmente procesos que en muchos casos tienen en cuenta el hecho de coexistir con una gran cantidad de sonidos que ya existen en nuestros entornos.

Claramente el diseño sonoro pensado para los espacios colectivos es un tema de radical importancia en nuestros tiempos, donde no solo estamos expuestos ante las notificaciones de nuestros propios dispositivos, sino también a aquellos sonidos que provienen de las máquinas que otros portan consigo.

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