Grabación

Mejora tus grabaciones estéreo con un disco Jecklin

08/04/2019 por Bobby Owsinski

Muchos de nosotros no grabamos a menudo en estéreo, y cuando lo hacemos pasamos por altibajos de frustración y euforia. La euforia llega cuando escuchamos lo amplio y realista que nos ha quedado todo, y la frustración aparece con las muchas imperfecciones que puede sufrir una grabación estéreo. Entre ellas podemos contar el hueco que queda en medio del campo sonoro, la espaciosidad poco natural, o la compatibilidad mono.

Hay muchos métodos de grabación —he contado al menos 9— que compiten por ser la técnica estéreo definitiva, y cada uno tiene sus aspectos positivos y negativos en cuanto al sonido. Ahora bien, probablemente no puedas juzgar qué es lo que mejor funciona en cada situación a no ser que tengas al menos un poco de experiencia en todas ellas.

Dicho esto, uno de los métodos de grabación estéreo que a menudo se pasan por alto y no son muy bien conocidos es el disco Jecklin. Esta es una técnica creada por Jurg Jecklin, antiguo ingeniero jefe de Swiss Radio. En realidad es un refinamiento de la conocida técnica microfónica de Alan Blumlein, citada en su patente de sonido binaural de 1931, y que en esencia consiste en un par de micrófonos omnidireccionales que intentan emular la forma en la que nuestros oídos se sitúan en nuestra cabeza —y por tanto, la forma en la que oímos—.

Para poner en práctica este método, situamos dos micros omnidireccionales separados a poca distancia por una pantalla acústica, que puede ser cualquier superficie dura cubierta con material absorbente, como el disco Jecklin —aunque hay variaciones más elaboradas, como el micro esférico Schoeps—.

Una de las cosas geniales de un disco Jecklin es que puedes hacerte uno tú mismo. Aquí tenéis un vídeo estupendo que os muestra el proceso, a partir de un disco de 30 cm de madera de pino, diversos materiales de cobertura, algo de espray adhesivo, y los micros y soportes.

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