Grabación

Una breve historia de la grabación

13/11/2014 por Guillermo Navarrete Actualizado el 14/11/2014

Conmemorando el 30 aniversario de Steinberg, he decidido escribir un breve artículo acerca de la historia y la ciencia detrás de la grabación de audio.

Antiguamente, la única forma en la que un ser humano podía escucharse a si mismo era gracias a la naturaleza, cuando las ondas sonoras que emitía su propia voz resonaban en superficies duras como sería el caso de una montaña o una cueva. Pero el poder capturar y guardar este sonido es un descubrimiento bastante reciente.

Thomas Edison lo inició todo con el invento del fonógrafo en el año de 1877. Hoy en día es probable que nos cueste entender lo complejo que habrá sido en esa época explicar el funcionamiento de su descubrimiento. Para ese entonces fue un gran hallazgo, que le convirtió en una celebridad mundial; pero increíblemente, Edison nunca imaginó que el uso principal que se le iba a dar a su invento sería el de grabar y reproducir música. ¿Que cara pondría Edison si pudiera ver como ha evolucionado su invento? Si pudiera ver cómo pasó de un cilindro de fonógrafo (que básicamente eran tiras de papel estaño enrolladas alrededor de un cilindro de metal) a lo que hoy en día conocemos como un reproductor de MP3.

El cilindro rotatorio del fonógrafo evolucionó luego al disco plano utilizado en el gramófono patentado por Emile Berliner en 1887. Más adelante, entre 1898 y 1900, el danés Valdemar Poulsen inventó el telegráfono (que utilizaba cable de acero), siendo así la primera máquina en grabar de forma magnética.

Poulsen, un empleado de la compañía de teléfonos de Copenhague, intentaba grabar un mensaje de voz en el caso de que una llamada se produjera en ausencia de un usuario, y en el proceso inventó el primer contestador automático. Pero tuvieron que pasar al menos cuatro décadas para que el mismo concepto fuera utilizado en máquinas de cinta magnética.

La producción masiva de discos planos a base de celulosa y goma laca hizo que durante varios años el fonógrafo de disco plano fuera un artículo común en la mayoría de las casas modernas. El desarrollo de la grabación eléctrica generó el concepto de estudio de grabación, y así nació el arte de la grabación musical.

Como mencionamos anteriormente, no fue hasta los años cuarenta cuando la empresa Ampex empezó a fabricar las primeras grabadoras de cinta magnética. La cinta magnética en sus diversas encarnaciones y formas se convirtió en el formato estándar de grabación y reproducción desde los años 50 hasta finales del siglo. La tecnología de la cinta magnética abrió las puertas a toda una nueva generación de artistas y junto con ellos un nuevo linaje de técnicos, ingenieros y productores musicales. Pero como algunos dirán: “no es solo la tecnología lo que cuenta, sino el uso que se le da”.

Los Beatles tuvieron una gran influencia en la forma en la cual la tecnología y las técnicas de grabación se desarrollaron. En esos días se grababa en solo dos pistas, los instrumentos en una y las voces en la otra. Estas dos pistas luego se mezclaban a mono para el master final. También lanzaron una edición especial en estéreo que incluía las dos pistas, donde la pista de instrumentos estaba del lado izquierdo y la pista de voces en el lado derecho.

No obstante, el punto de inflexión aconteció durante la grabación de Sargent Peppers. Con la aparición del 4 pistas ahora era posible hacer overdubs en la misma cinta y permanecer en tiempo, algo previamente imposible. Hoy en día es increíble pensar que un álbum tan complejo como Sargent Peppers fue grabado con tan solo 4 pistas.

Para Abbey Road, los Beatles ya estaban grabando en 8 pistas. Y después aparecieron las 16 pistas, formato utilizado para grabar Dark Side Of The Moon de Pink Floyd. Más adelante llegaron las 24 pistas... Y a estas alturas los ingenieros se preguntaban: ¿acaso tendrá esto un fin? Nunca lo sabremos, ya que la tecnología digital apareció dando lugar a una cantidad ilimitada de pistas a nuestra disposición.

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