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Armas sónicas: el lado oscuro del sonido

21/07/2016 por Soyuz Actualizado el 23/07/2016

Aunque la mayoría de nosotros asocia el sonido y la música con experiencias positivas, también pueden utilizarse como armas peligrosas. Repasemos algunos ejemplos.

El cañón sónico de los nazis

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La historia militar nazi está repleta de episodios extraños relacionados con el desarrollo de armas alternativas. A principios de los años 40, cuando Hitler llevaba la iniciativa en el teatro de operaciones europeo, sus ingenieros se sacaron de la manga nada menos que un cañón sónico.

Este cañón contaba con una cámara de combustión de gas metano y dos grandes reflectores parabólicos que detonaban pulsos sónicos a una frecuencia de unos 44 Hz. Todo aquel situado a unos 200-400 metros del cañón sentía náuseas y vértigo, debido a la vibración de los huesos del oído medio y el fluido coclear en el oído interno. A distancias menores (50-200 metros) las ondas sonoras podían provocar daños más serios, comprimiendo y liberando repetidamente órganos resistentes a la compresión, como los riñones, el bazo o el hígado.

Por suerte, el cañón sónico no pasó de ser un experimento extravagante. En situaciones de combate resultaba poco efectivo, ya que no era fácil ocultar sus reflectores, que quedaban inutilizados con cualquier impacto de mortero, bazuca o incluso disparos de rifle.

Como podréis comprobar en este vídeo, el popular documental Weird Axis Weapons del History Channel le dedicó un merecido espacio (a partir del minuto 15:17):

Operación Wandering Soul

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Los vietnamitas creen que los muertos deben ser apropiadamente enterrados en su tierra natal, ya que si no, vagarán sin rumbo como almas en pena. Los americanos intentaron aprovechar esta circunstancia durante la Guerra de Vietnam: con el objetivo de causar confusión y pánico en las líneas enemigas, grabaron voces alteradas y sonidos horripilantes para luego reproducirlos a todo volumen en el campo de batalla —incluso con la ayuda de helicópteros—, como si esos muertos hablaran a los soldados del Vietcong.

Se desconoce el alcance y resultados de esta operación, pero parte de esas grabaciones se conservan en la llamada "Ghost Tape Number 10":

Música para torturar

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Ahorrémonos cualquier mal chiste sobre géneros musicales de dudoso gusto, porque esto es de verdad. En los últimos tiempos del mandato presidencial de George W. Bush, en plena Guerra contra el Terror, se supo que los militares de la base naval de Guantánamo interrogaban a ciertos prisioneros en condiciones de tortura. Entre otras tácticas vejatorias para obtener información y confesiones —como la privación de sueño y comida—, se utilizaba la música a muy alto volumen y sin pausas, durante largos períodos de tiempo.

Un teniente coronel retirado de la US Air Force daba una justificación bíblica: "el ejército de Josué utilizó el sonido de las trompetas para llevar el miedo a los corazones de la gente de Jericó". Pero las asociaciones de artistas no estuvieron muy de acuerdo, ya que han insistido repetidas veces en conocer la lista de canciones utilizadas, con la que se ha especulado mucho, y que aún no ha sido desclasificada.

LRAD, arma sonora antidisturbios

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LRAD es el acrónimo de Long Range Acoustic Device. Se trata de un dispositivo capaz de emitir a larga distancia un haz de sonido muy direccional, concentrado en un arco de 30-60º. Se basa en un array de múltiples transductores piezoeléctricos, cuyas ondas emitidas se combinan para generar un sonido de gran potencia. Aunque inicialmente su propósito no era militar, sino de notificación en masa para situaciones de emergencia, no tardó en ser utilizado con intenciones disuasorias, ya que es capaz de alcanzar presiones sonoras insoportables para los humanos (algo poderosamente efectivo para disolver manifestaciones o repeler ataques de piratas en el mar). Para muestra, un botón: el modelo 2000X tiene un alcance de 8.900 metros y una presión sonora de hasta 162 dB —un avión a reacción a 50 metros de distancia se queda en 140 dB; el umbral del dolor humano está en 130 dB—.

A diferencia de los ejemplos anteriores, traídos de la historia castrense o de turbios asuntos en cárceles inaccesibles, el LRAD es una arma sonora no letal que se utiliza abiertamente, y podrías encontrártela algún día por la calle. La usan los policías de Nueva York, Nueva Orleans o Santiago de Chile, y se ha visto en grandes eventos, como los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

La nota marrón

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Acabemos buscando una sonrisa entre tantos conceptos inquietantes. La nota marrón es una hipotética frecuencia infrasónica —situada en algún punto entre los 5 y 9 Hz— que supuestamente causaría en los humanos la pérdida del control de las tripas —náuseas, vómitos y cosas peores—, debido a la resonancia.

Pero afortunadamente, dicha hipótesis nunca ha sido demostrada. El aire es un medio muy ineficiente para transferir vibraciones de baja frecuencia al cuerpo humano; otra cosa muy distinta sería unir físicamente la fuente de esa vibración al cuerpo, una situación peligrosa que fue estudiada por el programa espacial americano cuando diseñó sus cohetes —quizá dando fundamento a esta leyenda urbana—.

La idea fue desmentida de forma elocuente en un episodio de MythBusters, y los guionistas de South Park la aprovecharon con fines relativamente pacíficos: en el episodio World Wide Recorder Concert, el "ruido marrón" provoca una total incontinencia fecal en todo el que lo oye:

Gracias a Alexmx03 por inspirar este artículo.

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