De entre las muchas posibles formas de censura de la creación artística, esta que acaba de adoptar Chechenia es bien singular: músicas fuera del rango 80 a 116 BPM quedan prohibidas.
Chechenia es una república gobernada por autoridades de corriente musulmana 'conservadora'. Eso ayuda a entender que, según se puede leer en The Moscow Times, el ministerio de cultura, atendiendo instrucciones del presidente para que la música "se ajuste a la mentalidad chechena", haya dictado que "A partir de ahora, todas las obras musicales, vocales y coreográficas deben corresponder a un tempo de 80 a 116".
El ministro afirmó que "Es inadmisible tomar prestada la cultura musical de otros pueblos", por lo que ha conminado a todos los artistas a que adapten su música dentro de ese rango con un límite temporal fijado en el próximo 1 de junio, a fin de evitar que se les impida actuar en público. Orden que el Ministerio de Cultura habría publicado en Telegram, según el citado medio, tras una reunión del ministro con autoridades y artistas de la región.
Tan sorprendente como es el mero hecho de la prohibición, lo es lo estrecho del rango que permanece permitido, que ni siquiera llega a ser de una 'octava': el límite superior es inferior al doble del inferior. Tanto por debajo de 80 BPM como por encima de 116 se encuentran muchos temas de muy diversa índole. No hace falta pensar solo en las aceleradas músicas de discoteca y raves. Infinidad de estilos y piezas tanto de música popular como de música 'culta' quedarán fuera de norma. Y es que 80 es también una cota demasiado dura. Se acabó, por ejemplo, tararear a los bebés la Barcarola de Los Cuentos de Hoffmann. ¿Dónde quedó aquello de adaptar el tempo al de los latidos languidecientes a la hora de dormir?
Pablo no puede callar cuando se habla de tecnologías audio/música. Doctor en teleco. Ha creado diversos dispositivos hard y soft y realizado programaciones para músicos y audiovisuales. Toca ocasionalmente en grupo por Madrid (teclados, claro).
