Pronosticado para el año 2022 -y en uno de los barrios legendarios que engendró el culto, el Bronx- abrirá sus puertas el "Museo de Hip-Hop Universal de Nueva York", el cual estará dedicado a "celebrar y preservar la historia de la música y la cultura hip-hop global y local para inspirar, empoderar y promover el entendimiento", como cuenta el sitio web del museo, ya activo y con varia información al respecto.
Resulta que será una amplia edificación cerca al estadio de los Yankees, donde habrá espacio para todo tipo de objetos y experiencias que rindan tributo a la memorabilia del género: artefactos, historias y tecnologías que narran la historia de eso que es hoy la importante dimensión cultural que carga el hip-hop. Se ubicará para competir con el anunciado Hip-Hop Hall of Fame, otro edificio dedicado al Hip-Hop que se instalará en Manhattan e incluirá también un hotel y locales comerciales.
Para exponer la historia del mentado género, se valdrán de diversas tecnologías: desde las tradicionales como un giradiscos, un estudio de grabación -dentro del cual los asistentes podrán ir a grabar- o una máquina de sampling clásica, hasta salas de exhibición con avatares, hologramas y experiencias en realidad virtual. Incluso se podrá hacer graffiti dentro del lugar, aunque habrá que ver dónde.
Según cuentan sus creadores, la idea de tener experiencias de interacción, es una prioridad, con el fin de aprovechar tanto la posibilidad de que los asistentes puedan aprender de una forma práctica diferentes técnicas o experiencias, como rapear, hacer un graffiti o aparecer en escenario junto a LL Cool J, como sugiere la gente del museo en su Twitter.
Desde ahora están recolectando objetos y memorias importantes para tejer la ambiciosa estructura, que además de las necesidades técnicas del edificio, es una apoteósica empresa desde el punto de vista histórico, en tanto es casi ya medio siglo que lleva el Hip-hop en la tierra y su propagación es tan ubicua que la tarea de compilar su legado es por lo menos vasta y exigente.
Miguel es un investigador que relaciona la filosofía, el arte, el diseño y la tecnología del sonido. Vive en Medellín (Colombia) y es fundador de varios proyectos relacionados con lo sonoro, como Éter Lab, Sonic Field y Designing Sound.
