DJ

Review del controlador Pioneer DDJ-SZ

Cuando Pioneer anunció el DDJ-SZ a finales de Enero, hubo una pequeña revolución. Hasta aquel momento Pioneer había fabricado para el nuevo Serato-DJ primero el controlador DDJ-SX, que sorprendió positivamente por su calidad y por la gran cantidad de funciones que integraba (mixer autónomo con filtros, 16 pads multiuso, grandes y precisos jogs con iluminación) a DJs amateurs y profesionales, y del que ya publicamos una review. Posteriormente llegó el DDJ-SR, una versión de dos canales en lugar de cuatro, un interfaz de audio de calidad inferior y sin la posibilidad de poder usarse como mixer autónomo ni de tener iluminación en los jogs, aunque con el mismo diseño, construcción de calidad e integrando los pads. Finalmente llegó el DDJ-SB, que únicamente mantiene los jogs que han popularizado la serie y unos grandes botones similares a los pads, pero por un precio muy reducido. Se añadió el SP-1, un controlador auxiliar que tomaba los pads y knobs de la serie DDJ-S y que puede emplearse tanto en Serato como en cualquier otro software. Con todo esto parecía que la gama DDJ-S estaba completa y que Pioneer no iba a lanzar más controladores enfocados a Serato DJ, pero no, quedaba otro producto más que estaría por encima de los otros lanzados hasta el momento, el DDJ-SZ.

A simple vista, parece que con este nuevo controlador, Pioneer haya querido escuchar todo lo que los fans de Pioneer buscaron en el DDJ-SX y no pudieron encontrar, para ponerlo en un modelo superior: jogs más parecidos a los de los reproductores estrella de la marca, efectos que se puedan usar cuando se emplea el mixer de manera autónoma, iluminación RGB en los pads y un interfaz de audio que permite el uso del timecode son las funciones extra que a priori ofrece el DDJ-SZ. Evidentemente, para tener funciones adicionales, hay que pagar un coste adicional, y vaya si se paga, su precio dobla el del que era hasta hace poco el controlador tope de gama de la marca.

Durante varios días he tenido la oportunidad de disponer de una unidad del DDJ-SZ para probarla a fondo. Y mis impresiones os las cuento a continuación.

Construcción y controles

El DDJ-SZ es un controlador de gran tamaño. El aparato une en un mismo cuerpo un mixer de cuatro canales completo con la emulación de los controles de dos reproductores de gama alta con 16 pads… el resultado son 87 cm de largo y 42 cm de ancho. Su parte superior tiene una cubierta de aluminio negro con serigrafías en gris y rojo, pero el resto del cuerpo está fabricado en un material plástico, de bastante buena calidad, con un acabado rugoso agradable y una pintura negro mate. Pesa algo más de 10kg que no cuestan demasiado de mover, ya que el aparato por su forma y distribución del peso se puede agarrar fácilmente. Menos mal que usa bastante material plástico, si hubieran empleado aluminio para todo cuerpo del DDJ-SZ hubiera resultado excesivamente pesado (como el NS-7 II y sus 15 kilos de nada…), matando ya muchas opciones de ser considerado un dispositivo adecuado para DJs en movilidad.

En la parte central del dispositivo está el área de mezcla. Es un mezclador completo de 4 canales más el canal de micro, con filtros/efectos (los soundcolor FX) y un generador de sonidos llamado Oscillator. Cada canal cuenta con un vúmetro de 10 segmentos, y un vúmetro doble de 10 para la sección máster. Los vúmetros aparentan ser de 20 segmentos, pero en realidad cada segmento tiene una pequeña división de plástico que lo hace parecer doble. Bonito efecto visual, pero funcionalmente son 10 segmentos. En cada canal hay un selector en la parte superior para elegir la fuente de sonido del canal, los canales 1 y 2 pueden elegir entre CD y USB (cada canal cuenta con una entrada de línea RCA en la parte posterior) mientras que los canales 3 y 4 pueden elegir entre phono, USB y CD (estos cuentan con dos entradas RCA, una para línea y otra para phono), sobre los selectores de fuente de estos canales, están los botones de asignación de puerto USB (luego lo explicaré). Cada uno de los 4 canales principales tiene control de ganancia, una EQ de 3 bandas tipo isolator y un knob adicional para el soundcolor FX.

A la izquierda de los 4 canales tenemos un canal compartido para las dos entrada de micro del panel trasero, con un selector para encender, apagar o poner en modo talkover el canal, un control de ganancia para cada micro, una EQ de dos canales compartida y el knob del soundcolor FX. Entre medias de los knobs del canal de los micros Pioneer ha metido el knob del volumen del sampler, una mala decisión de diseño a mi juicio, ya que no tiene nada que ver con el resto de knobs de esa zona. Un poco más abajo tenemos los botones para elegir lo que queramos que haga el soundcolor FX, que actúe como un filtro o como un efecto de echo, jet o para alterar la tonalidad de lo que suena. A la derecha tenemos la sección master, con el vúmetro que comentaba, el knob de volumen maestro, el knob de salida de cabina (booth) y el control soundcolor FX del master. Debajo de estos controles tenemos los mandos del Oscillator, un generador de 4 sonidos “típicos” del dance… ruido blanco, sirena, bocina y plato, con un control de volumen, un control de parámetro (altera la tonalidad del sonido) y un selector para asignar la salida del sonido del Oscillator, que puede ser a los canales 3 o 4, o al master.

Es importante decir, que aunque el aparato reproduce un mixer completo de 4 canales, la ordenación de los canales es la habitual de muchos controladores de 4 canales, es decir, los canales 1 y 2 en el centro, y los 3 y 4 en los extremos. Si no te fijas, las primeras veces que usas el controlador tienes la tendencia a pensar que el canal más a la izquierda es el 1, cuando realmente estás tocando el 3. Hubiera estado bien que ya que Pioneer se ha esforzado en reproducir en un controlador es aspecto y el workflow de un mixer y dos reproductores, hubieran mantenido el orden normal de los canales.

Además de las entradas comentadas, en el panel trasero disponemos de salida balanceada (XLR) y no balanceada (RCA) para el master y salida balanceada para el monitoraje en cabina (TRS).

Todos los knobs del mixer transmiten una sensación muy sólida, para mi gusto requieren el esfuerzo justo para girarlos y hacer ajustes de precisión es fácil. Tienen un tacto gomoso agradable, a excepción de los knobs del soundcolor FX, que son algo más grandes y de plástico duro. Los knobs del canal de micro son algo más pequeños. Los faders de 50mm son los mismos que monta actualmente la DJM-900NXS, y que Pioneer asegura que son de alto rendimiento, con una durabilidad tres veces superior a los de la DJM-800.

El crossfader que monta la unidad es un Magvel que soporta más de 10.000.000 de movimientos, un fader que ya pudimos encontrar en la DJM-T1 y más recientemente en la DJM-900SRT. Es bastante suave de usar, aunque junto al crossfader tenemos un orificio para meter un pequeño destornillador y ajustar el feeling del crossfader si no nos satisface como viene de fábrica. Algo muy interesante es que el cut lag del crossfader se puede ajustar desde el “modo utilidades” del aparato, un modo de configuración del DDJ-SZ que se activa al arrancar el aparato pulsando Play+Shift. El cut lag se puede establecer entre 0,74mm y 5,93mm, por defecto viene en 1,34. A pesar de todo esto, siempre digo que los más capacitados para hablar con propiedad de un crossfader son los turntablistas, y yo no soy uno de ellos. Sí que puedo decir que gracias a este crossfader puedo hacer fácilmente mis lamentables trucos de transformers y crabs sin problema alguno

En los laterales del cuerpo del aparato, en la parte superior tenemos dos juegos de controles para los efectos, compuesto cada juego por 3 potenciómetros para ajustar efectos, un encoder y cuatro botones. Junto a estos controles, cada “reproductor virtual” tiene un gran encoder pulsable para navegar por nuestra librería musical. Me voy a quejar un poco de estos controles, los encoders de los efectos son totalmente negros y se ven fatal en condiciones de baja iluminación, sabes que están ahí porque ves una sombra, y lo mismo ocurre con los encoders grandes de navegación (a estos no les hubiera venido nada mal un led para localizarlos mejor tal y como son en los reproductores de la marca). Además, tanto el encoder grande como el anillo de plástico que tiene alrededor están montados con una holgura que no me ha terminado gustar.

Justo debajo tenemos el needle search, una tira táctil para movernos por el timeline de la canción. Por suerte se puede desactivar su función mientras estás en reproducción de una canción, así que aunque lo toques accidentalmente no fastidiarás la sesión. A los lados del needle search tenemos botones de navegación y también para el slip mode y el censor/reverse. Y justo depués tenemos el jogs… Los jogs del DDJ-SZ tienen el mismo tamaño que los de los reproductores de gama alta de Pioneer (CDJ-2000NXS, CDJ-900NXS) y en su interior el mismo tipo de pantalla con una animación para indicarnos el giro del “reproductor virtual”. También el jog tiene una iluminación externa, que puede ser azul o blanca según el deck virtual que estés controlando, y que parpadea para avisarnos del final de la pista. Pero ojo, el feeling del jog no es el mismo que el de los reproductores de gama alta, ya que su construcción es diferente. Los jogs de los reproductores Pioneer detectan mediante un mecanismo de presión si tienes puesta la mano sobre ellos, mientras que este tipo de jogs son capacitivos (similares a un touchpad de un portátil o la pantalla táctil de un móvil), además el mecanismo de giro se nota también totalmente diferente. El jog tiene un control con el que mecánicamente se ajusta la tensión de giro, personalmente me gusta en el ajuste más duro de todos. Con todo esto no pretendo decir que el jog sea peor que el de los reproductores, simplemente trato de explicar que estéticamente es prácticamente igual, pero su feeling es distinto.

A la derecha de los jogs está el control de tempo, de desplazamiento suave y preciso, aunque con un feeling plasticoso. Esperaba algo de tacto más sólido. A la izquierda de los jogs están los botones para elegir el deck que controla cada sección de reproducción. Se echa en falta aquí la función Dual Deck que tenía el controlador DDJ-SX, que nos permitía controlar simultáneamente dos decks, y que podía usarse para por ejemplo scratchear a la vez dos pistas. No es que fuera una función imprescindible, pero siendo un dispositivo superior, resulta extraño que tenga alguna función menos. Más abajo de los jogs tenemos los 8 pads con 4 botones para seleccionar el modo de funcionamiento de los pads, a su izquierda los controles de transporte Play/Pause, Cue y Sync, y a la derecha botones para las funciones de looping.

Todos los botones de la unidad son de plástico duro, con una parte traslúcida que deja pasar la iluminación led, un tacto suave y necesitan relativamente poca presión para ser usados, lo cual aporta comodidad.

En uso

El DDJ-SZ puede emplearse como mixer digital autónomo, y eso fue lo primero que hice probando a mezclar algunos vinilos. El dispositivo tiene buen sonido, aunque no alcanza a tener la misma definición en la parte alta del espectro que los últimos mixers de gama alta de Pioneer (DJM-900, DJM-2000). Esto hasta cierto punto es lógico ya que aunque usa conversores de 24 bits, su resolución máxima es de 44khz, probablemente una decisión estratégica para alcanzar un equilibrio adecuado entre calidad de sonido y precio. El limitador (que viene activado por defecto) tiene un corte algo desagradable, y sinceramente prefiero usar el mixer con el limitador desactivado. Es posible también activar un atenuador, tanto el limitador como el atenuador se ajustan desde el “modo de utilidades”. Los knobs vuelvo a repetir que me resultan muy sólidos, y además no tienen apenas zona muerta.

Los efectos propios del mixer, los soundcolor FX, tienen una utilidad desigual, no obstante se agradece disponer de efectos propios en un controlador/mixer. El filtro es el típico de Pioneer, girando el knob a la izquierda tenemos un paso bajo y a la derecha un paso alto, buen sonido, resultón y versátil. El efecto jet de los mixers Pioneer para mi gusto está pasado de moda y es algo cargante, pero mucha gente sigue usándolo ya que supongo que habrá personas a las que les gusta seguir escuchándolo. Echo es bastante limitado, aunque una pincelada en el momento justo puede quedar bien, y el efecto Pitch quizá pueda resultar interesante para alguna cosa puntual en cosas como techno o minimal, pero poco más.

El Oscillator es algo curioso. Evidentemente el sonido más usado con diferencia de los que genera esta función será el Noise, jugando con el control de Parameter se logra un efecto de barrido de ruido blanco ideal para hacer build ups, combinado con un poquito del efecto Echo del mixer se pueden hacer cosas chulas. El sonido de sirena puede resultar también algo útil jugando con el control de Parameter, aunque el sonido de bocina y el de plato (cymbal) me resultan muy inconsistentes.

La integración del DDJ-SZ con Serato DJ es magnífica. Todos los controles corresponden a una función del programa, y no queda ninguna función importante sin cubrir desde el controlador, incluyendo ajustes a los beatgrids, despliegue de paneles adicionales, cambios de modo de vista o carga de canciones en el área de preparación. El aparato además permite funcionar a una latencia muy baja, 1ms sin problema alguno con un Mac de gama media con procesador i5 y 4gb de RAM.

La respuesta del software a los jogs es sencillamente perfecta, responde fantásticamente bien a todo tipo de movimientos, por pequeños que sean. La iluminación interna de los jogs nos indica si tenemos activado o no el scratch, si lo estamos tocando en la parte superior, nos indica la posición de “giro” del reproductor virtual (una referencia visual muy útil) y además tenemos un segunda luz roja giratoria que nos indica el tiempo que falta hasta llegar al siguiente hot cue (el giro completo de esa luz son 10 segundos). Cuidado con esa luz, si los hot cue no tienen entre sí 10 o más segundos sencillamente salta de una posición a otra dando una referencia errónea. A todo esto hay que añadir el poder ajustar la dureza de giro del jog a nuestro gusto y el aviso visual que tenemos en el jog cuando queda poco para acabar la canción. Como ya he explicado antes, su feeling no es el mismo que el de los CDJ de gama alta, aunque a nivel personal prefiero que funcione por contacto que por presión. Entiendo que haya gente a la que no le guste el hecho de que si te despistas y simplemente toques la parte superior del jog se pare la canción, pero yo personalmente no lo veo algo tan dramático, teniendo en cuenta que de esta manera tienes un jog que para mi gusto tiene un giro más agradable. Y si tenemos en cuenta únicamente a los controladores, me atrevería a decir que es el mejor jog sin motorizar que se ha integrado hasta el momento en un controlador para discjockeys.

Los nuevos pads con iluminación RGB muestran ahora el color que los hotcues tienen asignado. Los otros modos de funcionamiento también muestran diversos colores, la función Roll ponen los pads en verde, con el Slicer se ponen rojos y el pad que representa el corte que suena se pone en azul, el Slicer Loop usa el rojo y el azul también pero a la inversa, Sampler emplea un color malva y Velocity Sampler un color rosa. Ya que la he nombrado, la función Velocity Sampler permite tocar el SP-6 de Serato DJ teniendo en cuenta la fuerza con la que pulsamos los pads (velocity o velocidad es como el parámetro se llama), permitiendo que el parámetro de volumen de cada disparador cambie con cada golpe que damos.

Otra de las novedades que aporta el DDJ-SZ en cuanto a control sobre el software, es que es el primer controlador para Serato DJ cuyo interfaz de audio está certificado para poder ser empleado con timecode. De hecho permite controlar 4 decks con timecode, siendo como máximo dos de los decks controlados mediantes platos, ya que solo incorpora dos previos phono (aunque con dos previos phono externos se podría pinchar a 4 platos con timecode). Al principio parece que algo va mal con el software ya que no aparecen en el apartado de Setup opciones para configurar la función, pero todo se resuelve en la pestaña Expansion Packs activando la función Vinyl/CDJ Control, que hace aparecer los cuatro paneles de calibrado del timecode.

Respecto al interfaz de audio del dispositivo, sobre el que antes he hecho unos apuntes, hay que destacar dos características importantes. La primera es que a diferencia del anterior modelo tope de gama, el DDJ-SX, cada canal del mixer representa una entrada real del interfaz de audio, resultando cuatro entradas estéreo y una entrada mono de micro, en total 9 entradas. Seleccionando USB en cada uno de los canales del mixer, seleccionamos cada una de las salidas reales del interfaz de audio, con lo que el sonido del interfaz realmente se mezcla de manera externa en el mixer. Cuando usamos Serato DJ, el software realmente no recibe señales de control de la parte de mezcla del controlador (a pesar de que puede enviar mensajes MIDI) y todo el audio de los decks de Serato, se mezcla externamente en el mixer igual que si proviniera de reproductores externos. Esta circunstancia de la arquitectura del dispositivo, hace que los efectos de Serato DJ no puedan aplicarse post-fader, ya que al venir el efecto mezclado con el audio del deck hasta el canal del mixer, al bajar el fader cortamos todo. El que quiera algún efecto post-fader puede resignarse a usar el efecto Echo de los soundcolor FX del mixer.

Lo segundo destacable, es que el interfaz cuenta con dos puertos USB para permitir que dos DJs puedan conectar a la vez sus ordenadores y usar simultáneamente el controlador, y también hacer transiciones. Esto se consigue ya que al conectar dos ordenadores, los canales 1 y 3 quedan asignados a uno de los puertos mientras que el 2 y 4 al otro. Las transiciones pueden hacerse sin pausa ni interferencia alguna.

El aparato, como he comentado antes, tiene un modo especial para configurar determinadas formas de emplear la unidad y la respuesta de la misma, llamado “modo de utilidades”, y que ya hemos visto en otros controladores de la gama. En este modo, las luces del aparato representan si determinadas funciones están o no activadas, o la manera en que el aparato responderá ante determinados usos. Muchos querrán pasar por aquí para ajustar el crossfader, el limitador y el atenuador, la configuración de la función fader start, la respuesta de los pads, etc. A diferencia de lo que ocurría con el modelo DDJ-SX, no es necesario configurar en un modo especial el DDJ-SZ para que envíe MIDI cuando se utiliza con otros programas, el controlador detecta cuando se está usando con Serato DJ y cuando con otro software para enviar o no mensajes MIDI. Sí existe por contra, la posibilidad de activar en el aparato dentro del “modo de utilidades”, una función para que envíe MIDI también cuando se usa con serato DJ, lo cual tiene múltiples utilidades, como por ejemplo utilizar la mitad del mixer para pinchar con Serato DJ y la otra mitad para enviar MIDI a un software como Ableton Live, y poder introducir secuencias o efectos adicionales.

Algunas conclusiones

El controlador Pioneer DDJ-SZ está en el nivel más alto de calidad, rendimiento y características de entre todos los controladores del mercado. Su calidad general es muy buena, y a pesar de que peque de emplear excesivo plástico, el resultado general es sólido y menos pesado de lo que podría ser algo de este tamaño. Su funcionamiento es magnífico, con una respuesta precisa y un sonido correcto. La introducción de características de otros equipos, como los grandes jogs con iluminación, o los pads RGB le hace ganar puntos por encima de otros controladores. Cualquiera que quiera disfrutar de un workflow y de unas sensaciones muy similares a las que se tienen con los reproductores de gama alta de Pioneer y con sus mixers, puede adquirir este equipo con la tranquilidad de que lo va a tener. Además disfrutará de un completo mixer autónomo al que puede conectar lo que le apetezca. De entre las pocas pegas que se le pueden poner, quizá la ubicación mejorable de algún control, la pérdida de la función Dual Deck, y por supuesto su precio.

Y es precisamente en el precio en donde quiero hacer algo de hincapié, ya que no es un problema pequeño. Hasta hace muy poco, los controladores para DJs han tenido una clara ventaja a la hora de comercializarse, y es que representan una opción mucho más económica que la tradicional combinación mixer+reproductores autónomos (sin tener en cuenta lo que cuesta un ordenador, aunque se asume que hoy en día todo el mundo tiene uno). Pero ahora el juego comienza a cambiar, ya que para poder ofrecer en los controladores características similares a las de los equipos autónomos, hay que pagar esas características. ¿Estará la gente dispuesta a pagar por caracterísiticas que aunque son útiles y facilitan el trabajo no son imprescindibles para pinchar? Pioneer por otra parte corre el peligro de caer en la canibalización de productos, ya que cualquiera que esté interesado en pinchar usando timecode de Serato DJ con un mixer Pioneer, en lugar de comprar la DDJ-SZ puede adquirir una DJM-900SRT pagando un poco más y obteniendo mejor sonido y más efectos. Habrá que ver la dirección en la que se mueve el mercado.

Lo que más nos ha gustado: jogs grandes y con feedback visual, iguales a los de gama alta. Mixer digital completo, interfaz de audio completo y con muchas funciones interesantes. Perfecta integración con Serato DJ.

Lo que no nos ha gustado: la ubicación de algunos controles, el precio.

Precio: entre 1.850€ y 1.960€, según comercio.

Alternativas: Por entre 1.300€ y 1.500€ puede adquirirse el controlador Numark NS7-II, igualmente de cuatro canales, con mixer digital autónomo, crossfader CP-Pro, dos grandes jogs motorizados y 16 pads RGB, aunque no tiene posibilidad de que su interfaz de audio sea usado para timecode (¿realmente es necesario con jogs motorizados?). Es también compatible con Serato DJ.

Teo Tormo
EL AUTOR

He trabajado como productor musical y discjockey. Desde hace años investigo y analizo la tecnología musical aplicada al DJ, buscando siempre las herramientas más innovadoras y observando su impacto en la industria musical.

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