El tema de los oidos es serio, yo personalmente también creo que las discotecas con "chumba-chumba" a toda piroya no puede ser sano... por eso no voy, que cada uno haga lo que crea. Respecto a los coches, ese es otro cantar. Quizás haya algún enamorao del sonido puro automovilístico que disfrute teniendo 350 watios de sonido en el coche y le baste con eso, no tenga necesidad de exhibirlos. Pero, en general, suele formar parte de la "garrulo fashion", coches con cristales ahumados, alerones, pegatinas por tós laos (hasta aquí bien, cada uno que decore su coche como le dé la gana)... y Camela o "Bacalado Mix 5" a toda ostia con las ventanillas bien bajás pa que se vean los jerolos de los orgullosos portadores del peaso de equipo de música. La alegría del viandante, vaya.
De todas formas, yo quería aprovechar la descarga anti-ruido colectiva
para exponer otro problema del que aún no se había escrito nada... los locales de ensayo. El "no me oigo, no me oigo" de los guitarristas uno lo acaba entendiendo cuando ve a que volumenes pone sus amplis... mare del amor hermozo... el milagro es que lleguen a escuchar al resto de los miembros de la banda. Quizás aquellos que gocen de locales grandes no lo hayan vivío, pero en los locales chicos, en los que una pared está prácticamente cuasi-formada por amplis, después de tres-cuatro horas de ensayos uno acaba con auténtico y genuino dolor de oidos, así como un pitido en las orejas que tarda un par de días en irse.
Después de oir varias historias de músicos y técnicos con pérdidas de audicíon serias, como la que empezaba este artículo, yo decidí ir a ensayar con tapones para las orejas. Siendo el oido uno de los sentidos que mas gustito dá a music@s y técnic@s, yo creo que merece la pena cuidarlo más de lo que, en general, se cuida en nuestro medio.
Saludos.