Guitarra clásica Ignacio Fleta, año 1976
Por CASA SORS el 09/04/2019 en Barcelona
Expiración: 08/06/2019 | Visto 348 veces
23000€
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CARACTERÍSTICAS
MAGNÍFICA GUITARRA CLÁSICA DEL LUTHIER IGNACIO FLETA CONSTRUIDA EL AÑO 1976
Materiales:
Tapa armónica: Cedro rojo occidental.
Fondo y aros: palosanto brasileño.
Cuello: cedro.
Diapasón: ébano.
Puente: palosanto brasileño.
Apuntalamientos: picea europea.
HISTORIA DEL CONSTRUCTOR
IGNACIO FLETA (1897-1977):
Las guitarras hechas por Ignacio Fleta son recordadas por su tremendo sonido, haciéndolas ideales para concierto. Trabajando en dos talleres interconectados en Barcelona, empezó su carrera como lutier fabricando gran cantidad de instrumentos de arco, incluyendo violines, violas y chelos. Sus dos hijos Gabriel y Francisco, se unieron al negocio de su padre, y cuando él murió en 1977, siguieron fabricando instrumentos con el sello Fleta.
El joven Ignacio desarrolló una gran pasión por el trabajo en la madera desde muy pequeño, cuando ayudaba en el taller de su padre. Cuando tenía ocho años, comenzó a tocar la guitarra, y a los trece se mudó a Barcelona con sus dos hermanos, Bienvenido y Manuel. Consiguieron empleo en el taller de un lutier francés, que se dedicaba a los instrumentos de cuerda. Estos fueron los comienzos de Fleta en el mundo de la manufactura de instrumentos musicales. Al cabo de pocos años montó su propio taller con la ayuda de sus hermanos, y en 1927 partieron el negocio, e Ignacio se estableció por su cuenta en la calle Calabria 90, mudándose más tarde a la calle de los Ángeles 4, donde trabajó hasta el final de sus días.
En 1920 Fleta hizo su primer instrumento, un Cello. Alrededor de 1930 construyó su primera guitarra, y siguió trabajando a pesar de las penurias que trajo consigo la Guerra Civil. Adquirió gran experiencia, y durante la Segunda Guerra Mundial, fue contratado para hacer instrumentos para la sociedad musical “ArsMusica”, entre ellos, arpas, violines, vihuelas, guitarras modernas, etc. La colección fue extremadamente exitosa, y el nombre de Fleta empezó a ser muy conocido.
En 1955, Fleta escuchó por primera vez al virtuoso Andrés Segovia, y tras esto decidió dedicarse expresamente a hacer guitarras. Como él mismo dijo: “He escuchado tocar a Segovia, y he decidido dedicarme por entero a las guitarras, y sólo a las buenas guitarras”. En 1957 hizo la primera de un total de tres, que serían tocadas por Segovia alrededor del mundo. La fama de Fleta creció y creció y de este modo, muchos de los grandes intérpretes de las últimas décadas del siglo XX han comprado sus instrumentos, entre ellos Alexandre Lagoya, Eduardo Falu, Alberto Ponce y John Williams.
Su modelo de plantilla, sus materiales y su rosetón estuvieron muy influenciados por Torres. En una de las entrevista que le hicieron dijo cosas muy importantes:
“Solo hago alrededor de veinte guitarras al año. Mi único interés es superarme a mí mismo en mi trabajo. Cada guitarra que construyo difiere de las demás, porque siempre tengo materiales diferentes. Para conseguir darle a mis instrumentos el carácter que quiero, tengo que cambiar detalles de construcción de una guitarra a otra. Al final, siempre quedo muy contento cuando escucho los primeros acordes de una nueva guitarra, porque veo reflejadas mis ideas sobre el sonido en ellos. He tenido la oportunidad de ganar millones, pero eso hubiese conllevado una pérdida de la calidad de mis instrumentos, y eso es lo que nunca he querido”.
Su guitarra:
Construía sus tapas armónicas utilizando dos tipos de maderas; la tradicional para ello, picea europea en algunas de sus guitarras; y cedro rojo occidental en otras. Es en sus instrumentos de cedro en los que se escucha el indescifrable e inconfundible sonido “Fleta”. El cedro tiene características tonales muy diferentes a la picea, ya que produce un sonido muy potente de inmediato, sin embargo es muy difícil trabajarlo, ya que su calidad varía mucho de un árbol a otro, en incluso en un buen tronco, es difícil reconocer las porciones de mayor calidad.
El sistema de apuntalamiento de Fleta es una de las características únicas en sus guitarras. Utilizaba un patrón en abanico de nueve varillas dispuestas simétricamente, conservó las dos varillas inferiores dispuestas en diagonal, pero además añadió una varilla superior también en diagonal, que se abría hacia la zona de los agudos, dejándola libre. A parte de esto, también pegaba una lámina de picea debajo del puente, para reforzarlo.
Sus plantillas para la tapa eran algo más grandes, y sus curvas superior e inferior algo más marcadas que las tradicionales. Aunque dichas plantillas no eran las más elegantes, contribuían a la plenitud de sonido producido por sus instrumentos.
Materiales:
Tapa armónica: Cedro rojo occidental.
Fondo y aros: palosanto brasileño.
Cuello: cedro.
Diapasón: ébano.
Puente: palosanto brasileño.
Apuntalamientos: picea europea.
MAGNÍFICA GUITARRA CLÁSICA DEL LUTHIER IGNACIO FLETA CONSTRUIDA EL AÑO 1976
Materiales:
Tapa armónica: Cedro rojo occidental.
Fondo y aros: palosanto brasileño.
Cuello: cedro.
Diapasón: ébano.
Puente: palosanto brasileño.
Apuntalamientos: picea europea.
HISTORIA DEL CONSTRUCTOR
IGNACIO FLETA (1897-1977):
Las guitarras hechas por Ignacio Fleta son recordadas por su tremendo sonido, haciéndolas ideales para concierto. Trabajando en dos talleres interconectados en Barcelona, empezó su carrera como lutier fabricando gran cantidad de instrumentos de arco, incluyendo violines, violas y chelos. Sus dos hijos Gabriel y Francisco, se unieron al negocio de su padre, y cuando él murió en 1977, siguieron fabricando instrumentos con el sello Fleta.
El joven Ignacio desarrolló una gran pasión por el trabajo en la madera desde muy pequeño, cuando ayudaba en el taller de su padre. Cuando tenía ocho años, comenzó a tocar la guitarra, y a los trece se mudó a Barcelona con sus dos hermanos, Bienvenido y Manuel. Consiguieron empleo en el taller de un lutier francés, que se dedicaba a los instrumentos de cuerda. Estos fueron los comienzos de Fleta en el mundo de la manufactura de instrumentos musicales. Al cabo de pocos años montó su propio taller con la ayuda de sus hermanos, y en 1927 partieron el negocio, e Ignacio se estableció por su cuenta en la calle Calabria 90, mudándose más tarde a la calle de los Ángeles 4, donde trabajó hasta el final de sus días.
En 1920 Fleta hizo su primer instrumento, un Cello. Alrededor de 1930 construyó su primera guitarra, y siguió trabajando a pesar de las penurias que trajo consigo la Guerra Civil. Adquirió gran experiencia, y durante la Segunda Guerra Mundial, fue contratado para hacer instrumentos para la sociedad musical “ArsMusica”, entre ellos, arpas, violines, vihuelas, guitarras modernas, etc. La colección fue extremadamente exitosa, y el nombre de Fleta empezó a ser muy conocido.
En 1955, Fleta escuchó por primera vez al virtuoso Andrés Segovia, y tras esto decidió dedicarse expresamente a hacer guitarras. Como él mismo dijo: “He escuchado tocar a Segovia, y he decidido dedicarme por entero a las guitarras, y sólo a las buenas guitarras”. En 1957 hizo la primera de un total de tres, que serían tocadas por Segovia alrededor del mundo. La fama de Fleta creció y creció y de este modo, muchos de los grandes intérpretes de las últimas décadas del siglo XX han comprado sus instrumentos, entre ellos Alexandre Lagoya, Eduardo Falu, Alberto Ponce y John Williams.
Su modelo de plantilla, sus materiales y su rosetón estuvieron muy influenciados por Torres. En una de las entrevista que le hicieron dijo cosas muy importantes:
“Solo hago alrededor de veinte guitarras al año. Mi único interés es superarme a mí mismo en mi trabajo. Cada guitarra que construyo difiere de las demás, porque siempre tengo materiales diferentes. Para conseguir darle a mis instrumentos el carácter que quiero, tengo que cambiar detalles de construcción de una guitarra a otra. Al final, siempre quedo muy contento cuando escucho los primeros acordes de una nueva guitarra, porque veo reflejadas mis ideas sobre el sonido en ellos. He tenido la oportunidad de ganar millones, pero eso hubiese conllevado una pérdida de la calidad de mis instrumentos, y eso es lo que nunca he querido”.
Su guitarra:
Construía sus tapas armónicas utilizando dos tipos de maderas; la tradicional para ello, picea europea en algunas de sus guitarras; y cedro rojo occidental en otras. Es en sus instrumentos de cedro en los que se escucha el indescifrable e inconfundible sonido “Fleta”. El cedro tiene características tonales muy diferentes a la picea, ya que produce un sonido muy potente de inmediato, sin embargo es muy difícil trabajarlo, ya que su calidad varía mucho de un árbol a otro, en incluso en un buen tronco, es difícil reconocer las porciones de mayor calidad.
El sistema de apuntalamiento de Fleta es una de las características únicas en sus guitarras. Utilizaba un patrón en abanico de nueve varillas dispuestas simétricamente, conservó las dos varillas inferiores dispuestas en diagonal, pero además añadió una varilla superior también en diagonal, que se abría hacia la zona de los agudos, dejándola libre. A parte de esto, también pegaba una lámina de picea debajo del puente, para reforzarlo.
Sus plantillas para la tapa eran algo más grandes, y sus curvas superior e inferior algo más marcadas que las tradicionales. Aunque dichas plantillas no eran las más elegantes, contribuían a la plenitud de sonido producido por sus instrumentos.
Materiales:
Tapa armónica: Cedro rojo occidental.
Fondo y aros: palosanto brasileño.
Cuello: cedro.
Diapasón: ébano.
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