
Cerramos la serie de artículos sobre la psicoacústica como corresponde: haciendo un resumen de lo aprendido y dándole un sentido práctico.
Cerramos la serie de artículos sobre la psicoacústica como corresponde: haciendo un resumen de lo aprendido y dándole un sentido práctico.
Creías haber conseguido la perfección durante las pruebas de sonido, pero al llegar al paso final, cuando la banda toca junta nada suena como esperabas. ¿Te resulta familiar?
Nuestro oído está diseñado para la inteligibilidad de la comunicación oral —es decir, para tener una respuesta perfecta entre 2 y 6 kHz—. Pero tal como reflejan las curvas isofónicas o de Fletcher-Munson, nos cuesta escuchar los sonidos cuya frecuencia esté fuera de ese rango.
¿Sabes que nuestro cerebro recurre a los recuerdos para reconstruir e identificar los sonidos? Empezamos esta serie de artículos que se alejan de las vicisitudes técnicas y nos acercan a la imperfección del ser humano.