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Experimentación con el universo sonoro a través de ocho obras contemporáneas

Los Prix Ars Electronica son probablemente de los más prestigiosos galardones en lo que a nuevas exploraciones sonoras se refiere, además integrando otras categorías relacionadas con otros campos como la animación o lo híbrido.

Su categoría de músicas digitales y arte sonoro es conocida por presentar y premiar proyectos bastante interesantes, novedosos, cargados de una exploración que se ubica ampliamente entre la tecnología y la estética, entre la percepción y los métodos de creación; entre la tradición de la escucha y las nuevas búsquedas sonoras y audiovisuales.

No sobra aclarar que no estamos aquí hablando de fronteras y categorías fijas sujetas a la tradición o a lenguajes comunes, sino algo diferente: nuevas rutas estéticas, poéticas, sonoras; nuevas formas de entrelazar los procesos de los materiales, la luz y otras formas de vibración, el hecho de la resonancia, la inter-conexión entre lo científico y lo poético, la comunicación de lo mecánico con lo electrónico, la manifestación artística de lo digital y acústico, el reconocimiento del potencial del espacio tanto físico como onírico, la identificación de nuevos valores musicales más allá de las formas tradicionales, entre tantas otras búsquedas que de alguna u otra forma confluyen en la pluralidad de la manifestación sonora contemporánea y exponen un revolucionario encuentro de prácticas y retos a las nuevas concepciones del mundo.

Esto implica una apertura que no solo se ha de reflejar en los procesos creativos que proponen los artistas o compositores, sino que también implica a menudo un cambio de mentalidad en quien lo recibe y contempla, al menos una apertura a la hora de apreciar este tipo de trabajos. No son la típica forma de expresión sonora fácilmente de etiquetar en géneros o esquemas previos, lo cual no necesariamente nos obliga al abandono de nuestros prejuicios y lenguajes para apreciarlos "adecuadamente", sino que ante todo nos abre, nos muestra otras lecturas, nos permite dialogar con otras formas de concebir este arte del sonido y/o la música.

Más que tildar de x o y, se trata de encontrar lo que hay aquí de único y especial, y que permite enriquecer aquello que concebimos como universo sonoro, que igual al universo de la realidad en cuanto tal, está en constante expansión. Este tipo de propuestas artísticas a menudo integran una gran variedad de dimensiones creativas, conceptuales, psicológicas e incluso espirituales, lo cual invita de entrada a sentir desde nuevos puntos de escucha, expandiendo con ello los propios límites y definiciones.

Sin más ni menos, resulta que se han anunciado ya los proyectos reconocidos con premios o menciones destacadas en la edición de Prix Ars Electrónica de este año, donde se alcanza a vislumbrar una genial variedad de proyectos (ocho en total) en su mayoría bastante únicos y significativos para la exploración y la experimentación sonora de nuestros días. Vamos a recorrerlos uno por uno:

Chijikinkutsu

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Por Nelo Akamatsu (Japón), Golden Nica (premio más importante).

El nombre de la obra proviene de combinar dos palabras japonesas: chijiki y suikinkutsu. La primera remite al geomagnetismo, es decir, a propiedades magnéticas de la tierra que a pesar de no ser percibidas de una forma directa por el cuerpo humano, existen en todos los rincones del planeta y han servido para todo tipo de aplicaciones e interacciones mediante ciertos dispositivos, siendo la brújula magnética el más conocido.

El segundo término, suikinkutsu es el nombre que recibe un ornamento sonoro que se incluye en los jardines japoneses tradicionales. Básicamente consiste en un recipiente con base agujereada y ubicado al revés, de una forma delicada y estratégica que le permite emitir un particular sonido resonante activado con el caer de gotas de agua.

Cjikinkutsu es entonces, una obra que resulta de ambos conceptos, buscando principalmente reflexionar en torno a la naturaleza y sus sutiles sonidos. Para ello Akamatsu combinó materiales básicos como agua, agujas de costura, recipientes de vidrio y rollos de cable. El proceso entre todos los elementos es el siguiente: se suministra un poco de electricidad a una bobina adherida a los recipientes, los cuales contiene agua y una aguja magnetizada, la cual se mueve con respecto al magnetismo, golpeando el recipiente de cristal para obtener un bello sonido.

Ahora bien, eso no es todo: la instalación propiamente dicha, incluye una gran cantidad de recipientes de diversos tipos, distribuidos de forma solemne en las paredes del espacio, como se puede apreciar en el vídeo. Los impulsos eléctricos de las agujas son controlados mediante MIDI en una aplicación personalizada que establece diferentes relaciones entre los sonidos generados y su lugar de reproducción.

El aire silencioso, contemplativo y minimalista tan característico de la sencillez de los sonidos de la tradición japonesa, es inmediatamente percibido; sutilmente se va rompiendo ese vacío mediante los sonidos de las agujas, generando una serie de melodías que, además de construir levemente una estructura musical, exponen poesía pura tras las fuerzas mismas de la naturaleza, que aunque sutiles e intangibles, logran tomar presencia mediante la manifestación artística, en este caso resonando en todo el espacio de la instalación, generando una sublime interacción entre lo vasto del espacio y lo aparentemente minúsculo de una aguja.

Sin duda una obra bellísima, que quizás imprime una frágil y delicada sensibilidad a la vez que la exige como tal. Y vale agregar, como dice el artista, que la obra no se piensa en el sentido de lo científico, lo arquitectónico o lo tecnológico, sino que busca "utilizar la acción del geomagnetismo normalmente tratado como tema de la ciencia y expandir los sutiles sonidos del suikinkutsu en el contexto de la perspectiva japonesa en torno a la naturaleza".

Drumming is an elastic concept

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Por Josef Klammer (Austria), Premio por distinción.

El título de la obra ya lo dice todo: se trata de una concepción elástica de la percusión, en especial de la batería y las formas de ejecución de la misma que se ha venido forjando a lo largo de más de treinta años en la obra del músico y artista austríaco.

Básicamente el eje de su trabajo se reúne en la obra mencionada, constituida como una antología de todos sus procesos escénicos y sonoros que se representan en la idea central de reemplazar los parches de batería tradicionales de plástico por delicadas superficies de cristal o pieles de latex, los cuales que permiten asumir diferentes grados de elasticidad que generan cambios radicales sobre los sonidos y la manera de ejecutar el instrumento, al paso de reflexionar sobre las interacciones entre lo analógico y lo digital.

Esta interacción se manifiesta de varias maneras, principalmente en la exploración de los materiales de percusión y la forma como esto afecta la ejecución, la sonoridad y las posibilidades que se ofrecen mediante la expresión y la variación de elementos, donde también se integran desarrollos digitales como ensambles de Reaktor, formas de control mediante joysticks o periféricos de control donde no se necesitan los tambores y basta con el control en el aire, lo cual, unido a otras formas de control, representa una interesante propuesta a la hora de reconcebir la materialidad de los instrumentos sonoros y las facultades de los sentidos para expresar los timbres mismos, en especial el tacto.

::vtol:: oil

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Por Dimitry Morozov (Rusia), Mención de honor.

Desde hace un tiempo le sigo la pista a la obra de vtol, este artista ruso que gusta de generar interesantes propuestas de arte cibernético, donde combina de diversas formas su perspectiva de músico, artista e ingeniero, en tanto logra construir mecanismos de inquietantes sonidos y combinaciones que a menudo se desenvuelven en ámbitos paradójicos, generativos y extremadamente particulares.

Oil, la obra en cuestión es fiel a ello, en tanto se basa en este tipo de interacción que a menudo plantea el artista, entre la obra y quien la presencia o ejecuta. En este caso nos encontramos ante una instalación sonora donde se ubican varias prensas hidráulicas destinadas a destruir objetos que los visitantes aporten. El objeto se sitúa en una posición estratégica donde un micrófono va grabando los sonidos del objeto destruyéndose en pedazos, para entregarle finalmente al visitante un CD con 20 minutos de audio creado mediante un algoritmo que procesa los sonidos grabados, logrando resultados bastante curiosos; de hecho el sonido que permanece a lo largo del vídeo, es logrado a partir de una grabación creada con un celular siendo destruido.

Según el artista el proyecto le ofrece a las personas una provocación para deshacerse espontáneamente de cualquier tipo de objeto de consumo para así establecer, mediante la destrucción, una manifestación artística que se ubica como una especie de ritual anárquico entre lo mecánico, la programación y el arte generativo.

UNDER WAY

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Por Douglas Henderson (Estados Unidos), Premio por distinción.

"UNDER WAY metafóricamente transpone la edificación en la que se ubica para convertirla en un bote en el mar y ubica a aquellos que se encuentran con ella en un viaje a costas inexploradas". Así comienza la definición de esta obra que roza entre la alquimia audiovisual y la poética de la percepción, donde a partir de un objeto que relaciona la luz, el movimiento y el sonido, crea una atmósfera marítima, ante la cual seguramente el vídeo no es fiel, en tanto debe sentirse en rigor es en la inmersión que ha de suceder ante este vasto océano perceptual.

El instrumento central está inspirado por herramientas de medición utilizadas en la navegación del océano. Consiste en una estructura de 12 altavoces suspendidos de tal forma que puedan moverse en dos ejes. El movimiento es dirigido por la reproducción del sonido. Una estructura de luces LED rodea circularmente la estructura y genera ciertas luces al horizonte que a su vez plasman sombras a lo largo de toda la habitación e interactua con el movimiento mismo de todo el instrumento, en el cual se reproducen sonidos en cinco canales, todos obtenidos mediante diversas frecuencias y grabaciones, como sonidos grabados en una bottella dentro del mar.

Electromechanical Modular

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Por Gijs Gieskes (Países Bajos), Mención de honor.

Gieskes es todo un explorador sonoro que se desenvuelve entre lo mecánico, lo electrónico y lo estético. Su trabajo para Prix Ars es realmente asombroso: consiste básicamente en la construcción de módulos eurorack que parten de principios mecánicos que entran en directa relación con lo electrónico, logrando interesantes enlaces de procesos que resultan en diversas formas de controlar, generar, secuenciar y procesar sonidos.

Los sonidos son producidos mediante movimientos mecánicos que son medidos con diversos sensores que transforman la señal y la llevan al sonido, pudiendo por ejemplo generar sonido a partir de los granos de un reloj de arena cayendo, relacionar la dinámica de un pequeño motor para que genere determinados movimientos en relación a la señal entrante, entre un sin fin de aplicaciones y combinaciones.

Es altamente recomentable visitar el canal de YouTube de Gieskes, donde se encuentran una amplia cantidad de experimentos sonoros que van desde el circuit bending hasta dispositivos de interacción entre lo visual y lo sonoro. Sin duda un paraíso experimental para todos aquellos aventureros de la modificación de aparatos.

Rawr! A Study in Sonic Skulls

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Por Courtney Brown y Sharif Razzaque (Estados Unidos), Mención de honor.

Se trata esta vez de una instalación sonora que explora un instrumento musical ideado para imaginar los sonidos de un hadrosaurio Lambeosaurinae, un tipo de dinosaurio que, según los investigadores, eran conocidos por sus largas cabezas en las cuales habría resonadores para llamados vocales.

La instalación busca, desde lo interactivo, permitirle a los visitantes escuchar los posibles sonidos resonantes, logrados mediante estructuras sonoras creadas a partir de un modelo en 3D del craneo original y orientado a emular y controlar la respiración y vocalización del dinosaurio. Lo curioso y especial del sistema instalado es que son los mismos visitantes, al soplar en la cavidad del cráneo, quienes activan el emulado rugido del dinosaurio, a partir de una secuencia sonora lograda en diferentes partes de complejo diseño (laringe, cráneo, labios) y generando una interacción que según sus creadores, permite establecer una relación directa con asuntos científicos que se hacen más comprensibles desde la interacción y la percepción misma, utilizando el arte como una forma de llamar a la arqueología, la investigación y el enlace histórico.

Tipping Point

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Por Kathy Hinde (Reino Unido), Mención de honor.

El trabajo de Hinde es fascinante, capaz de integrar varias disciplinas que convergen en el hecho artístico de una forma impecable y llena de aperturas para la percepción misma del oyente, a menudo generando interesantes perspectivas entre lo visual y lo sonoro.

Tipping Point es un ejemplo fidedigno de ello, una obra que refleja y expande nuestras nociones y relaciones con el agua y el uso que le damos a esta. La instalación audiovisual "explora complejidades y posibilidades sonoras al combinar recipientes de vidrio con niveles de agua cambiantes" que, conforme van variando la cantidad de agua, se afecta el sonido que se obtiene.

Esto se logra de la siguiente manera: los recipientes colgantes distribuyen agua entre sí. Mediante un micrófono se obtienen tonos de feedback en tiempo real, los cuales son balanceados y controlados para prevenir el incremento excesivo de volumen. Dichos tonos son reproducidos en cada recipiente pero varían en pitch y mantienen niveles de volumen variables conforme el trasegar del agua entre los recipientes va variando el contenido de lleno a vacío. El enlace entre la cantidad de agua variable y el cambio de volumen de los tonos controlados se logra por medio de luces LED ubicadas en cada recipiente que permiten iluminarlo según la cantidad de agua, lo que determina el volumen de los sonidos resonantes, y estos, en conjunto, generan una serie de acordes, secuencias y patrones que son articulados en un software generativo.

Algo interesante también de la obra es que Hinde la ejecuta en vivo, controlando manualmente todos los parámetros de la instalación e incluso modifica ciertos sonidos por medio de pedales de guitarra para alterar aún más el resultado obtenido, el cual es bastante singular, cargado de un ambiente meditativo, capaz de generar una atmósfera única que al tiempo que ofrece interesantes manifestaciones en cuanto a lo audiovisual, permite reflexionar sobre el agua, su dinámica y la importancia que tiene en nuestras vidas; claro está, eso ya es algo que depende de cada quien.

Soft Revolvers

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Por Myriam Bleau (Canada), Mención de Honor

En este caso nos topamos con una propuesta musical basada en cuatro peonzas/trompos de acrílico y construidos por la Bleau. Cada trompo está conectado de forma inalámbrica a un computador donde interactúa con algoritmos que reciben datos del giroscopio presente en cada peonza, concretamente datos referentes a la velocidad, la inestabilidad del instrumento o los choques entre los diferentes trompos, los cuales están equipados con luces LED que reaccionan a la dinámica entre el movimiento y el sonido, creando diferentes círculos de luz en relación con la música generada.

Los algoritmos de control están basados en PureData y buscan como tal una interacción inspirada en la dinámica de los giradiscos utilizados en el hip hop o la cultura DJ, lo cual se pone en manifiesto principalmente en el contraste entre las velocidades lentas y las más.

Según Bleau, hay un factor especial y fundamental en la obra que yace en la utilización de los trompos, "objetos familiares que atrapan a los miembros de la audiencia de una manera particularmente intrigante, despertando memorias físicas inconscientes provenientes de experiencias vividas con estos objetos en términos de expectativas del comportamiento, la función y las connotaciones simbólicas de los trompos. El público puede anticipar las reglas físicas que guiarán la interpretación y con ello participan activamente en la dinámica de tensión y relajación en juego en Soft Revolvers".

Miguel Isaza
EL AUTOR

Miguel es un investigador que relaciona la filosofía, el arte, el diseño y la tecnología del sonido. Vive en Medellín (Colombia) y es fundador de varios proyectos relacionados con lo sonoro, como Éter Lab, Sonic Field y Designing Sound.

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