Emmmm, la verdad es que yo no quería entrar en este hilo, pero voy a intentar dejar un comentario lo más sucinto y objetivo posible.
Lo cierto es que desde la época de Franco la RAE no ha dicho que deban seguirse al pie de la letra sus normas, es más, su director actual (creo que sigue siendo Víctor García de la Concha) ha dicho varias veces que ellos no mandan, sólo recogen lo que se habla.
Para ello, como ya he expuesto en otros hilos, se utiliza un método estadístico que recoge conversaciones de diferentes estratos sociales de todos los países hispanohablantes, y en base a ello se formulan los diccionarios y la gramática. La ortografía es otro tema, puesto que sólo afecta a la escritura, y aunque se base en el mismo método que las otras dos, es más relativo y no tan directo en relación con lo que se usa normalmente para hablar.
Lógicamente, una lengua es de las personas que la usan: ellos la crean, ellos la modifican y con ellos muere. El hecho de que exista la RAE (o de que siga existiendo, que no tiene que ver con su historia) se debe a que, precisamente porque la lengua es de las personas que la usan, cuando más de 20 personas hablan una misma lengua hay que ponerse deacuerdo en algo, porque cada persona es diferente, cada persona siente cosas distintas, entiende las cosas de distinta forma y las expresa de distinta forma, por tanto, si no nos ponemos deacuerdo en lo mínimo, pues es imposible que nos entendamos los unos a los otros. No es una cuestión de elitismo, política o ganas de mandar, es una cuestión práctica.
Esto es obvio cuando hablamos de las ocasiones que requieren la utilización de conceptos determinados sin dar lugar a dudas, los idiomas formales como el legislativo que se usa en los juzgados, el que se usa en las administraciones públicas, y muchos otros en los que es necesario, como ya dije, que ciertos conceptos estén perfectamente definidos y en su sitio. En estos casos las normas hay que seguirlas a rajatabla, porque es necesario.
Precisamente, igual (y al mismo tiempo al contrario) que en los casos de los idiomas formales, cuando se escribe o se habla en un entorno o circunstancia que requiera de creatividad, exacerbar la imaginación, darselas de guay o, simplemente, porque nos apetece salirnos de lo común, cada uno es perfectamente libre de saltarse las normas de la RAE a la torera, pasarselas por el forro de, o mandarles a la concha de. Como ya he dicho también, la propia RAE ha aclarado este punto muchas veces.
Con lo cual, que nadie se enfade por esto, pero el que abusa de las normas de la RAE es por su propia iniciativa, sin excusa de que alguien le obligue; de la misma forma que el que no hace caso de las normas de la RAE bajo ninguna circunstancia también lo hace por propia iniciativa, sin excusa de que alguien le obligue.
Aquí cada uno hace lo que le da la gana, que Franco se murió hace mucho tiempo. Mi opinión personal, en el nimio aspecto moral que todo esto pueda tener, es que ninguna de las dos opciones es correcta, cada cosa tiene su momento.
Sobre si la RAE lo hace mejor o peor... permitidme que os sea franco y aclarando antes que NO VA CON ACRITUD, pero es que me joden ciertas cosas: ¿De verdad os creeis con los conocimientos necesarios para críticar el trabajo de la RAE?
Lo repito, los diccionarios se escriben en base a un método estadístico de conversaciones grabadas y escritas, con unos tamaños muestrales que llegan a los millones de conversaciones de todo el mundo y de todos los estratos. Lo primero que deberíais considerar es si teneis los conocimientos estadísticos suficientes como para, una vez que tuvieras todas esas conversaciones que no las teneis, saber qué hacer con ellas. Si no teneis ese conocimiento, críticar el trabajo hecho es como si os pusierais a dar consejos sobre las plantaciones de arroz en vietnam del sur, es decir, que sí, que las opiniones son como el culo y todos tenemos una, pero en este caso no valdrían para absolutamente nada ni serían mínimamente objetivas.
Lo segundo a considerar es si alguien tiene los conocimientos lingüisticos necesarios para saber con certeza si una palabra se usa o no, de qué forma se usa, qué porcentaje de la población hispanohablante la usa (esto tiene más que ver con las estadísticas pero bueno), y si es la formas más correcta de usarla ya sea desde el punto de vista etimológico-histórico, práctico, gramatical o incluso melancólico si quereis. Para esto hay que saber bastante (mucho) de latín y griego, saber cómo evolucionó el lenguaje en los diferentes puntos de la historia desde los lenguajes indoeuropeos hasta la edad media y el siglo XX, o (mejor si puede ser en vezd e ) tener una dilatada experiencia en el uso de la lengua hablada y escrita en los diferentes países y estratos que la usan.
En fin, como estoy seguro que el 99% (y me incluyo yo) de los que escriben aquí no tenemos estos conocimientos,
deberíamos (subrayo deberíamos porque yo tampoco obligo a nadie) limitarnos a dar una opinión del contenido, no del trabajo que se realiza. Y espero que nadie me venga con el típico "pues yo oigo esto de esta forma montón de veces y no viene recogido en el diccionario"
, porque a estas alturas
debería (otra vez subrayado) ser obvio que es del todo imposible recoger cada una de las acepciones y formas de usar de cada una de las palabras del castellano (como si fueran pocas palabras y pocos hablantes, vamos).
Saludos.
PD: A parte de todo esto, estoy deacuerdo con la opinión de Teresa, para romper las normas hay que conocerlas antes.
Edit: Dejo un
artículo interesante al respecto, y la página está cojonuda para todos aquellos que gusten de estos temas.