Sintetizadores

Cómo elegir tu primer sintetizador

Planteamos hoy unas reflexiones para recién interesados por la síntesis que quieran crear sus propios sonidos. El objetivo: ayudarte a decidir con mejor criterio la compra de tu primer sintetizador hardware. Se admiten añadidos y enmiendas.

Recuerda que dispones en Hispasonic de nuestro curso de síntesis.

A quién va dirigido

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Las formas en las que cada cual enfrenta esa decisión de compra son muy variadas. Hay presupuestos, gustos y necesidades tan diferentes que no es posible dar consejos únicos o definitivos, pero sí es posible recopilar cuestiones que cualquiera debería plantearse. Como siempre, si algo de lo que comento no está claro o te resulta desconocido, pregunta.

Si eres un miembro de una banda de guitarras/bajo/batería y lo que buscas es un sinte para lanzar dos o tres efectos y algún riff ocasional, usando sonidos ya existentes de fábrica, seguramente sólo se te aplicará parte lo que aquí contemos. Los consejos, las preguntas y las respuestas van dirigidos más hacia alguien que es o quiere ser teclista, o bien quiere hacer un uso intensivo de los teclados/sintetizadores cara a la creación de temas, deseando tocar y no sólo programar/editar a base de un dedo o un teclado de ordenador. Pero sobre todo, van dirigidos a quien tiene interés por comenzar la creación de sonidos propios y no sólo por usar un sintetizador como una colección de sonidos presentes de origen.

Y si ya eres entendido en el tema y quieres criticar constructivamente o aportar algunos otros criterios importantes que han quedado fuera de esta selección, por supuesto bienvenido también a los comentarios.

Así que el escenario es el de: no tengo un sinte propiamente dicho, quizá ni siquiera todavía un teclado, pero estoy decidido a darle un papel fundamental en mis creaciones musicales y quiero realizar con él sonidos propios. Si es el caso, vamos con ello.

Índice

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Primero enuncio y luego desgrano lo que sería la lista de requisitos, bastante fáciles de cubrir dentro de la actual oferta. En todo caso, tened en cuenta que mis opiniones posteriores serán aquellas que considero útiles para un % ampliamente mayoritario de interesados, pero nunca lo serán para el 100%.

  • Polifónico, sí o sí
  • Sustractivo aunque sea dentro de un esquema más amplio como S+S / rompler, wavetable, etc.
  • Memorias vs controles, ¿qué eliges?
  • Formato y número de teclas
  • Con MIDI en DIN de 5 puntas, no sólo USB MIDI
  • Osciladores, póngame dos, al menos
  • Fuente de ruido, por favor
  • Filtros con resonancia y autooscilación, 24dB/oct, y con keyscaling
  • Dos envolventes independientes
  • Opcional, pero para muchos necesario: multitimbralidad, batería/percusión, secuenciador/arpegiador, efectos

Claro que quedan fuera otras muchas cuestiones, pero la reflexión sobre estas no debería faltar.

Polifonía

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Korg Polysix

Me refiero a cuántas notas simultáneas puede hacer sonar. En esto soy categórico, aunque otros opinarán en contra de esta rigidez: es desde luego posible hacer un disco entero con un sintetizador monofónico, pero no es práctico, gasta mucho tiempo y exige tener las ideas muy claras tanto a nivel de composición como de orquestación/arreglo. Para un primer sinte, yo iría a por algo polifónico.

Algunos me lo discuteréis, pero mi opinión es, sí o sí, poli. Por algo será que casi todos los compositores han aprendido a tocar piano. Salvo que tu estética sea de total ruidismo y lejanía respecto al dictado de la armonía tonal, progresarás más rápido con un poli. Ya el futuro te permitirá añadir algún monofónico cuyo carácter lo merezca, pero como primer sinte, recomendaría uno polifónico.

Yo empecé de niño tocando con la flauta dulce del cole (monofónica) las canciones que me gustaban en la radio. Cuando ahorré suficiente pasé a una melódica de teclado, y empecé a tocar a dos voces, con una nota de bajo en la mano izquierda y melodía en la derecha, y poco a poco me vi tocando con tres y más notas simultáneas, creando sin saberlo intervalos y acordes. Eso antes de empezar a estudiar y entender la teoría y la técnica. Por eso mi opinión es que tanto si llegas a ello como resultado del estudio como si llegas por pura práctica, el límite para explorar los acordes y la armonía no debería ser que el sinte sea monofónico. Y cuanto antes mejor.

Lo que nos lleva a ¿cuánta polifonía? Menos de 4 voces sería demasiado escasamente polifónico. 4 voces da para mantener un acorde de tres notas y poder aún dibujar una melodía, o bien para intepretar un bajo mientras tocamos acordes de tres notas. Tan justito, tan justito que preferiblemente habrá que ir a un 6 u 8 voces. Especialmente porque sonidos con colas largas, necesitarían más, para que no mueran pronto las notas que vayas liberando. Y si vas a usar varios sonidos simultáneos, ya sea combinados en capas/zonas o a través de secuenciador en el que prepares bases pista a pista como permiten muchos sintes digitales y VA (analógicos virtuales), cuanto más mejor.

Esas polifonías bajas son propias de muchos sintes analógicos y VA (recreaciones digitales de analógicos). Pero no es extraño hoy encontrar sintes con 128 voces de polifonía, como sucede en tantísimos rompler y workstations. En ellos muchos sonidos usan más de una voz, porque parten de muestras estéreo, consumiendo con ello dos voces, o porque combinan varios elementos en la creación de un único sonido. Por ejemplo el ataque de un arpa mezclado con un fondo de voces angelicales y el rumor de las olas marinas, más unas campanillas. Reproducir todos esos elementos simultáneamente también consume más voces y el número 'eficaz' de voces es más corto que esa cifra centenaria, pero con todo elevado respecto a analógicos y VAs.

Tipo de síntesis

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Minimoog

De nuevo aquí seré categórico: sustractiva sí o sí. Para aprender síntesis, lo primero es lo primero, y es el uso de técnicas sustractivas. Hay otros esquemas, como la síntesis FM, o la granular, o el modelado físico, etc. Pero el modelo de referencia y más universal, frente al que contrastar cualquier otra síntesis, es la sustractiva. Hay que empezar por ella.

Eso no significa necesariamente limitarse a un sistema analógico real o virtual, en el que los osciladores tengan como mucho media docena de formas de onda, el filtro sea único y de tipo paso bajo, y las envolventes sean de tipo ADSR. La mayor parte de los otros sistemas de síntesis a día de hoy se usan integrados en algún sistema sustractivo o como complemento del mismo.

Muchos sintes S+S (sample+synthesis) o romplers parten de muestras pregrabadas de sonidos reales, pero las someten a todo el conjunto de elementos que forman una arquitectura sustractiva típica con filtros, envolventes, LFOs… Si vamos a sintes wavetable, más de lo mismo: aunque los osciladores se basen en tablas de ondas para generar la primera señal, esta atraviesa a continuación filtros y aparecen envolventes, LFOs, etc. Incluso muchos sintes FM avanzados usan técnicas FM pero contienen también filtros y, cómo no, envolventes y LFOs.

Así las cosas, casi cualquier sinte tendría elementos sustractivos y permitiría aprenderlos y usarlos; por eso la importancia de conocerlos bien. Pero procura que tu primer sinte haga claros esos conceptos sustractivos, que estén muy en primer plano. Las técnicas sustractivas son las más ‘lineales’ y con las que es más sencillo realizar un paralelismo entre conceptos técnicos y resultados musicales. Y eso es toda una ventaja para iniciarse en síntesis con pretensiones musicales. Ya habrá después tiempo de otras complicaciones.

En todo caso, recuerda que si eres de los que piensa crear sus propios sonidos, necesitarás dominar las técnicas sustractivas para poder entender otras. Y si eres de los que no piensa crear sus propios sonidos, sí que acabarás, espero, retocándolos para adaptarlos a las necesidades de tempo y fraseo de tus canciones, y esos retoques se realizan aplicando los conceptos que están ya presentes en los sintes sustractivos.

Si tu sinte combina varias técnicas, céntrate primero en el uso de la parte sustractiva y partiendo sólo de las dos formas de onda clásicas: diente de sierra y pulso rectagular. Ya irás ampliando paleta cuando conozcas mejor las posibilidades básicas de tu instrumento.

Memorias vs controles, toca decidirse

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Roland JP-8000

Realizar todas las partes de un tema creando sonidos propios con un único sinte sustractivo puede ser una limitación desmotivadora, a no ser que quieras realizar un muy determinado tipo de música. Para una mayoría de los usuarios la creación de sonidos es la excepción, y el 95% de tiempo (incluso el 100%) parten de sonidos de fábrica o colecciones de sonidos compradas. Así que no te sientas mal por comprar un sinte para usar sus presets.

¿Necesitas sonidos realistas de piano, cuerdas en distintas articulaciones, metales reales y no sólo sintéticos, etc…? Imposible que los crees tú y partiendo de cero, salvo que tengas mucho tiempo libre, ganas y recursos. Eso o bien te pagan por crear sonidos, en cuyo caso no sé qué haces leyendo estos consejos para recién llegados.

Si la prioridad es crear sonidos propios y personalizados para cada tema, será muy útil un sintetizador con un interfaz generoso en controles y que no dependa de menús y pantallas para realizar las tareas más habituales en la creación de sonidos. Eso facilita enormemente aprender la síntesis en sí. Pero a cambio generalmente tendrás un recorrido muy limitado de parámetros a tu disposición. Caben como mucho unas decenas de parámetros controlables individualmente desde potenciómetros dedicados, mientras que un sinte con pantalla y menús puede usar centenares de parámetros que es difícil editar sin la ayuda de un ordenador.

Así que un primer debate interno que hay que resolver con sinceridad es el de si quieres a toda costa crear sonidos propios aunque sean de un alcance limitado o para ti pesa más la necesidad de disponer de sonidos variados y en amplio número entre los que elegir. Claro, todos diremos que ambas cosas. Pero ningún sinte va a darte todo. Hay que saber tomar una decisión. La mayor parte de las veces de decanta por la opción de disponer de una amplia paleta de sonidos, que cubra las bases habituales en los temas, y eso lleva en la práctica a sistemas Sample+Synthesis / Rompler.

Es una decisión importante porque los sintes con mucha oferta de sonidos normalmente abaratan coste por la vía de la reducción de controles, que no son tan necesarios para el usuario interesado primordialmente por los presets. Pero si tu prioridad es crear y moldear sonidos, quizá puedas preferir reducir la paleta de sonidos, prescindir del realismo de los romplers, y mirar en el terreno de los analógicos y VAs con decenas de controles, aun a sabiendas de que no tendrás tanta variedad y realismo como en un rompler y desde luego mucha menor polifonía.

Con los sintes polifónicos analógicos de los 70 y primeros 80 era todo muy evidente. Cada parámetro contaba con un control, potenciómetro o fader, y estaba todo a la vista y listo para ser modificado en cualquier momento. Todavía hoy una forma ideal de aprender y ganar la sensibilidad sobre lo que hacen los distintos parámetros a base de la experiencia. No hay nada como eso para aprender, sinceramente. Pero con esa misma sinceridad, los resultados de ese tipo de sintes están lejos de esa supuesta promesa de ‘crear cualquier sonido del mundo o imaginable’ que asociamos a un sintetizador.

A día de hoy exigimos de un sinte demasiadas cosas. Los sintes polis analógicos suelen tener unas pocas (muy pocas) decenas de parámetros. Las variaciones de sonidos que permiten son amplias pero hoy resultan una paleta corta frente a la cantidad y diversidad de sonidos que podemos escuchar en las producciones musicales. Un rompler puede tener fácilmente cientos de formas de onda de instrumentos reales en su memoria, y cientos de parámetros para definir un solo sonido, con lo que el realismo, complejidad y variedad de timbres es abrumador. Las envolventes ya no son sólo ADSR, sino multisegmento, con opciones de bucle, con contorno de cada etapa definible desde log a lin a exp y todo lo que pase por medio, llenas de opciones para afectar al nivel o a la duración de cada paso desde la velocidad, la nota o cualquier otro elemento, y así un sinfín. Imposible tener todo eso en un panel, salvo que sea a través de la visualización en pantalla de ordenador con un programa editor.

En mi opinión, y especialmente para un primer sinte hardware, cuantos más controles mejor, y sin necesidad de recurrir al ordenador. Es mi recomendación que el primer sintetizador debe disparar tu creatividad y vinculación con el instrumento, sin que intervenga el ordenador. Antes de vivir los mundos virtuales conviene vivir los reales para tener conceptos claros a los que aferrarse al navegar por la virtualidad. Cuanto más autónomo respecto al ordenador sea tu primer sinte, mejor. Igual te suena carca, pero esa es mi experiencia. Con honrosas excepciones, veo habitualmente un tanto perdidos a los que directamente han nacido mirando sólo a la pantalla en estas cuestiones de la síntesis, porque es demasiado fácil saltar entre infinidad de productos sin centrarse en entender en profundidad ninguno.

Pero las ganas de hacer todo con tu primer sinte casi siempre llevan a elegir un rompler. En ese caso asegúrate de que tenga unos cuantos controles que sean asignables para que puedas gobernar los parámetros esenciales de cada sonido y adaptarlos a cada tema. Asegúrate también de que sea plenamente editable en su panel frontal a través de menús, etc. salvo que quieras estar permanentemente anclado a un ordenador. Algunos romplers y S+S baratos sólo son editables vía ordenador o directamente no lo son.

Hoy es habitual en romplers y workstations que haya un grupo de 4 u 8 pots, faders o encoders aparte de las omnipresentes ruedas de bend y modulación y pedales; y que vengan preasignadas a funciones básicas como son frecuencia de corte, resonancia, ataque y release, pero que puedan reasignarse a otras funciones. Eso junto con un editor en ordenador puede dar una combinación buena: la edición detallada desde la comodidad del ordenador y el uso en directo y al interpretar sacando partido a esa multiplicidad de controles.

Pero lo dicho: piénsate muy bien hacia donde decantar tu respuesta al dilema ‘controles’ versus ‘memorias/presets’, que podríamos también resumir al extremo como analógico (real o virtual) versus rompler/S+S.

Formato y número de teclas

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Teclas de sintetizador

Es tu primer sinte, así que teclas va a tener. Podría decirlo más largo pero no más claro: salvo que el espacio apremie, lo cual no debería suceder con un primer sinte, favorece los tienen teclas tamaño real, no mini. Y si vas a tocar a dos manos, mínimo 61 teclas. ¿No decías que iba a ser el primer sinte de tu prometedora carrera? Pues, eso, empieza ‘a lo grande’.

El teclado completo de piano y lastrado, salvo que vayas a estudiar piano desde el primer día, puede quedar para más adelante. Estás comprando un sinte por algo. Si tu prioridad es aprender piano, deja el sinte para más adelante y compra un piano de escenario. Si tu prioridad es un sinte, invierte en las funciones de sinte y cuando el cuerpo te pida el control, registro y técnica que sólo se consiguen en un 88 teclas lastrado ya te harás con él, sumándolo al lado de tu primer sinte sin sustituirlo.

Con MIDI DIN

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MIDI

Hoy por hoy, todavía es un consejo que en muy pocas ocasiones he visto que pueda eliminar. Aunque puede parecer a primera vista otra cosa, contar sólo con USB MIDI puede ser fuente de más de un inconveniente a poco que tu entorno crezca pasado el tiempo. Pese a que estemos en 2016, sigo recomendando que los equipos cuenten con MIDI en DIN de 5 puntas. Magnífico que lleve USB MIDI, y mejor si es class compliant, pero que lleve también MIDI In y Out en DIN de 5 puntas. No te preocupes en exceso si carece de Thru.

Ten en cuenta además que no todos los sintes USB MIDI son ‘class compliant’. Incluso en algunos recientes la solución que adoptan para MIDI por USB es propietaria y exigen drivers para cada sistema operativo. Eso los puede invalidar pasados los años si no tienen MIDI DIN, y además sería imposible usar con ellos dispositivos de tipo ‘MIDI Host’ que son capaces de añadir MIDI DIN a equipos sólo USB MIDI, pero que exigen que se trate de sistema ‘class compliant’. MIDI en DIN es una garantía de interconexión en el presente y cara a futuro.

Un alto en el camino

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Como ya han quedado planteados los debates más filosóficos en los anteriores apartados, podemos ir con cuestiones más fáciles. Más técnicas y en las que es posible dar orientaciones muy concretas.

Si tu decisión se decanta por la vía rompler, prácticamente todos son a día de hoy excelentes máquinas y muy capaces en términos de síntesis, con abundancia de osciladores simultáneos, infinidad de formas de onda, varios filtros, envolventes y LFOs altamente configurables, etc... No tendrás problema en encontrar abundantes opciones para ajustar los sonidos a tu gusto y casi siempre hay disponible un software editor. Así que me centraré más en comentar qué mínimos habría que exigir a ese primer sinte en el caso de que optes por la vía analógica real o virtual, para que tenga amplio recorrido y no se te quede excesivamente corto rápidamente. Esos mínimos están casi siempre superados en cualquier rompler que consideres, pero en analógicos y VAs hay enormes diferenicias.

Osciladores, sírvame dos

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Jupiter-8 osciladores

Una primera cuestión (por seguir el orden tradicional: fuentes, modificadores, control) es el número de osciladores presentes en cada voz. Hay sintes con un único oscilador, a veces acompañado de un suboscilador, pero lo recomedable es al menos dos. No suele ser tantísimo el salto en precio pero sí lo es en resultados, haz ese esfuerzo extra. No cuentes el posible suboscilador como un oscilador adicional. Se trata de tener dos osciladores autónomos, afinables independientemente, con posibilidad de elegir distinta forma de onda en cada. Por cierto, no pueden faltar en esos dos osciladores las ondas diente de sierra, pulso de anchura modulable (que no sea sólo cuadrada, sino de ancho variable) y triangular. Si hay otras mejor.

Podríamos dar muchas más recomendaciones, pero hablamos de ir a por un primer sinte, así que no vamos a ponernos sibaritas exigiendo como imprescindibles cosas tipo modulación anillo o FM, sync, multisaw, etc. Todo eso viene bien, pero sólo por su ausencia no deberíamos descartar un sinte.

Fuente de ruido, por favor

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Otra diferencia que puede marcar mucho el rumbo de los sonidos que puedes llegar a obtener. Contar, además de los osciladores, con una fuente de ruido me parece importante. Preferible que sea independiente y no a costa de utilizar uno de los dos osciladores para seleccionar en él ruido.

No sólo el ruido es una parte importante en muchos sonidos y efectos más allá de la percusión y las olas, vientos y helicópteros, sino que añadido en su justa medida a la pureza de los sonidos artificiales de la síntesis les dota de una dimensión que en muchos casos es beneficiosa. Así que, en este caso: ruido, bienvenido.

Filtros

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Filtros en un sintetizador (MS-20)

Los filtros son siempre objeto de mucho debate… para quien tiene la suerte de contar con varios sintes y poder comparar y usar unos u otros al gusto. Pero en tu primer sinte, más que el tipo de filtro y sus características detalladas, lo que te plantearía como criterios que habría que exigir sería que cuente por supuesto con resonancia y que sea capaz de llegar a la autooscilación; que llegue a alcanzar los 24dB/oct, y con capacidad de usar keyscaling para mover la frecuencia de corte (preferiblemente un keyscaling continuamente variable y no limitado a sí/no).

Desde luego, mejor si admite otras pendientes como 12 dB/oct. Pero la base para que muchos sonidos tengan un marcado carácter de sinte es una buena selectividad del filtro, y eso lleva a los 24 dB/oct, que veo esenciales en bajos rotundos, en sonidos solistas… Un 12 dB/oct viene bien para cosas más ‘blanditas’ como pads, pero si sólo va a tener una pendiente fija, yo me quedaría con los 24.

Con la sección de filtrado puede haber muchas más cosas. El filtro puede no ser sólo paso bajo sino admitir modos paso alto o paso banda e incluso otros, especialmente en sintes VA, pero aunque son muy útiles añadidos hoy estamos hablando de lo básico, y lo básico es el tradicional paso bajo.

Os extrañará a algunos que ponga en la lista de requisitos lo del ‘keyscaling’, pero creedme en ello. Es muy necesario. Poder tener un sonido útil que aguante el tipo a lo largo de varias octavas lo exige.

Dos envolventes independientes

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Prophet 5

Este es otro de los puntos que siempre indico como imprescindible cuando alguien contacta conmigo para que le ayude en la compra de un sinte. Para que un primer sinte no se te quede corto, salvo que no quede otro remedio por presupuesto, es esencial que haya al menos dos envolventes independientes, para poder usar una cara a la frecuencia de corte y otra cara al nivel. El esquema ADSR es el más frecuente y sería el mínimo para cada una de esas dos envolventes, envolventes más simples (como las AD) se quedan cortas para muchos sonidos.

Opcional

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Efectos sinte

Dejo para el final cosas importantes y para muchos esenciales, pero que cada cual debe valorar hasta qué punto necesita. Son cosas que a menudo implican acudir al concepto rompler o bien a un VA avanzado: multitimbralidad, sección dedicada de sonidos de batería/percusión; estar dotado con efectos; y presencia de secuenciador/arpegiador.

La multitimbralidad implica poder usar más de un sonido a la vez. Es de utilidad para crear capas, que es una de las maneras de llegar a sonidos más complejos, o para crear zonas que permitan tener distintos sonidos distribuidos por el teclado como lo clásico de bajos en la izquierda y acordes en la derecha, o bien acordes y solista, etc. Para esos usos, contar con la capacidad de ofrecer dos o tres sonidos simultáneos puede ser suficiente. Pero multitimbralidad es también la clave para que un solo sinte reproduzca sonidos distintos reaccionando a los diferentes canales MIDI, lo cual permite en unión con un secuenciador crear temas completos con él por vía MIDI, sin exigir la grabación y edición audio.

Si vas a hacer uso de ese tipo, creando temas completos vía MIDI para aprovechar las facilidades de edición y corrección que permite, posiblemente necesitarás que el sinte cuente con la posibilidad de usar un ‘drum map’ en alguno de los canales. En un mapa de batería en vez de un sonido único por todo el teclado tienes un instrumento diferente de batería / percusión en cada tecla.

Los efectos son parte esencial del sonido ‘acabado’ que escuchamos en los discos. Igual que un guitarra procesa su intrumento con pedaleras, los sonidos básicos de los sintes se edulcoran y deforman con numerosos efectos que son parte esencial de su carácter. Con los multitímbricos, estate atento a cuántas unidades de efecto simultáneas existen y al hecho de si son unidades ‘globales’ (para procesar el sonido de todas las secciones/instrumentos, normalmente en envío regulable desde cada uno, pero con ajustes compartidos) o si son unidades ‘individuales’ que pueden aplicarse, típicamente en inserción, sobre alguna de las secciones multitímbricas concreta. No es extraño a día de hoy que haya varias (2 o 3, por ejemplo) unidades de efecto ‘global’ en envío, al estilo de los auxiliares de una mesa, más unas pocas unidades de inserción que podremos despertar para algunas de las secciones multitimbricas, pero no en todas a la vez. Así un sinte con 4 efectos de inserción y multitímbrico a 16 partes (capaz de usar 16 sonidos distintos en reacción por ejemplo a los 16 canales MIDI) sólo podrá aplicar efectos específicos en hasta 4 secciones. Lo normal es reservarlos para aquellos sonidos que usemos en el tema que más requieran el efecto. Quizá un compresor en el bajo, un phaser en un pad, una distorsión en un lead y un delay a tempo en fondo secuenciado, por ejemplo.

Difícil tarea la de intentar condensar unas recomendaciones para la compra de un sinte. Hay mucha y variadísima oferta y hay muy distintos tipos de necesidades según cada cual. Pero lo que he intentado es orientaros sobre las cosas que más a menudo forman parte del debate que establezco con quienes buscan que les aconseje sobre la compra de un primer sinte.

Pablo Fernández-Cid
EL AUTOR

Pablo no puede callar cuando se habla de tecnologías audio/música. Doctor en teleco. Ha creado diversos dispositivos hard y soft y realizado programaciones para músicos y audiovisuales. Toca ocasionalmente en grupo por Madrid (teclados, claro).

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