Steinberg Cubase: un DAW total que fue pionero

En el vasto universo del software musical, muy pocas herramientas logran mantenerse relevantes, innovadoras y respetadas durante más de tres décadas. Steinberg Cubase no solo fue uno de los primeros DAWs del mercado: ha sabido evolucionar sin perder su esencia, convirtiéndose en sinónimo de producción musical profesional para miles de creadores en todo el mundo.

Dentro de esta serie dedicada a los mejores DAWs para producción musical, Cubase ocupa sin duda un lugar especial. Es el punto de partida de algunos, el destino de otros y el compañero de muchos que buscan una estación de trabajo completa, flexible y potente. Acompáñanos en este recorrido por uno de los nombres más emblemáticos en la historia de la creación musical digital.

Cubase tiene sus raíces en los primeros secuenciadores MIDI de Steinberg: Pro 16 (1984, para Commodore 64) y Pro 24 (1986, para Atari ST y Commodore Amiga). Estos programas sentaron las bases del flujo de trabajo que llegaría algunos años después con Cubase (que durante un periodo fugaz de tiempo se llamó Cubit) y que posteriormente adoptarían la mayoría de DAWs.

Fue en 1989 cuando Steinberg lanzó Cubase 1.0 para Atari ST, presentando una interfaz gráfica revolucionaria para la edición MIDI en forma de timeline horizontal. Poco después, en 1991, llegó Cubase Audio, que añadía grabación y edición de audio digital, lo que lo convirtió en uno de los primeros DAWs de la historia.

El gran salto para Cubase llegó en 1996 con Cubase VST, que introdujo el protocolo Virtual Studio Technology (VST), que permitía el uso de plugins de efectos virtuales. Esta innovación cambió para siempre la producción musical y más aún cuando Steinberg presentó el protocolo VST2 en 1999, que añadía soporte VSTi (Virtual Studio Technology Instrument), es decir, el uso de instrumentos virtuales además de efectos.

Desde entonces, Cubase siempre se ha mantenido como uno de los entornos de creación musical y producción de audio y MIDI más potentes, completos y usados del mercado, con un fantástico trabajo por parte de Steinberg añadiendo regularmente nuevas herramientas, funciones y tecnologías como el protocolo VST3, el VariAudio, el Audio Alignment o el soporte para mezclas Dolby Atmos que llegó con Cubase 12. En el momento de escribir este artículo, Cubase va por su versión 14, así que esa será la versión que tomaremos como referencia para todo lo que te contaremos a continuación.

Mencionar solo el 25% de las herramientas que ofrece un entorno como Cubase sería una tarea poco menos que titánica si se pretende escribir un artículo de una extensión razonablemente contenida. Es por ello que solo nos fijaremos en las características principales de este popular DAW, que, independientemente del tipo de música que hagas o de los géneros que cultives, seguro que tiene mucho que ofrecerte.

Aunque Cubase ha evolucionado como un entorno de producción musical integral, capaz de cubrir desde proyectos de composición orquestal hasta mezclas inmersivas en Dolby Atmos, su núcleo sigue muy arraigado en la grabación y la edición de audio a nivel profesional. Esta faceta ha sido históricamente una de sus piedras angulares, y Steinberg continúa refinándola con cada versión, manteniendo la confianza de músicos, ingenieros y productores que buscan precisión, estabilidad y un absoluto control de sus proyectos.

Cubase permite realizar grabaciones multipista con monitorización directa y en baja latencia, incluyendo funciones avanzadas como grabación en ciclo, punch in/out, compilación de tomas (comping) y hasta grabación retrospectiva, por si al músico en cuestión le dio por tener un arranque de genialidad antes de pulsar el botón REC. Además, Cubase también ofrece canales de entrada dedicados con grabación a 32 o 64 bits en coma flotante, en los que es posible cargar ecualizadores, compresores, saturadores y otros efectos para así poder mantener la máxima calidad y un mayor control de la estructura de ganancias desde la toma inicial.

La edición posterior se realiza en un potente entorno de manipulación de audio que incluye herramientas como VariAudio para la corrección tonal y temporal, editor de Hitpoints para detectar y manipular transitorios, Audio Alignment para sincronizar pistas, Time Warp para ajustar el tempo sin perder musicalidad y soporte ARA2 para integrar herramientas externas de otros desarrolladores, como Celemony Melodyne, y también de la propia Steinberg, como SpectraLayers. Además, el procesamiento offline directo (DOP) permite aplicar efectos sin comprometer el archivo de audio original, lo que entre otras cosas da la opción de probar diversas combinaciones de efectos y procesos antes de aplicarlos de forma definitiva. Y naturalmente, también cuenta con todo tipo de herramientas adicionales como fundidos, envolventes por eventos o crossfades, entre otras, para facilitar y agilizar aún más las tareas de edición.

El entorno MIDI de Cubase 14 está entre los más precisos, completos y versátiles del mercado, y continúa siendo una referencia indiscutible en los trabajos que exigen un control absoluto de la interpretación virtual. Desde el piano roll de la ventana de edición se pueden aplicar procesos de cuantización, transposición, legato, edición de velocidad y modulación con fluidez y precisión quirúrgica. El editor de percusión clásico ofrece mapas personalizables para cada kit y facilita la programación de baterías y percusiones con una lógica visual más accesible, incluso en piezas con tempos complejos o polirrítmicos. Y con la llegada del secuenciador de patrones, que fue una de las novedades destacadas de Cubase 14, Steinberg ha fortalecido aún más las capacidades de su DAW para programar ritmos y secuencias de una forma mucho más visual e inmediata.

Pero donde probablemente más brilla Cubase a la hora de hablar de trabajo con MIDI es en el terreno de las herramientas de expresión musical. De hecho, no es casualidad que Cubase lleve décadas siendo una de las elecciones predilectas entre los compositores de música para cine, televisión, videojuegos y producción musical avanzada. Gracias a los Expression Maps es posible controlar todo tipo de articulaciones orquestales, haciendo que instrumentos como Kontakt y Halion o librerías de VSL y Spitfire respondan casi como si fueran interpretadas por instrumentistas reales. Por otro lado, Note Expression, que es una de sus tecnologías más diferenciales, permite editar parámetros como el pitch bend o la modulación nota por nota, lo que sin duda es una ventaja considerable en pasajes llenos de matices. Y también podríamos sumar el soporte para MIDI 2.0 y la capacidad de controlar remotamente instrumentos hardware y entornos híbridos, consolidando a Cubase como una plataforma ideal tanto para la producción de música electrónica como para composición acústica detallada.

Y la cosa no acaba ahí. En lo que a composición orquestal se refiere, Cubase se ha creado pensando también en los proyectos más complejos. Gracias a herramientas como Arranger Track, Track Versions o Markers, los compositores pueden estructurar partituras largas y con múltiples movimientos de forma lógica y modular. Y la integración directa con Dorico, el editor de notación dedicado de Steinberg, permite generar y editar notación avanzada desde el propio DAW.

Contar con las herramientas de mezcla y masterización adecuadas es una de esas cosas que marca la diferencia entre una producción funcional y una que realmente destaca por su sonido. Cubase entiende esto muy bien, y su motor de mezcla no solo es versátil y potente, sino que ha sido diseñado para adaptarse a diferentes perfiles de usuario incluso dentro el mismo proyecto. MixConsole es una de las ventanas de mezcla más completas del mercado, y permite una visualización por canal altamente personalizable y un control total sobre envíos, inserciones y ruteo interno. Las pestañas integradas por canal agilizan el trabajo y ayudan a evitar distracciones, y el sistema de grupos, pistas de efectos (FX), buses y faders VCA es clave a la hora de aportar orden en proyectos complejos.

También habría que destacar el Control Room integrado, que facilita la gestión de múltiples monitores, auriculares y fuentes de referencia, permitiendo a los usuarios controlar el entorno auditivo de forma precisa y rápida, así como insertar plugins de referencia y/o corrección acústica en los canales de salida sin afectar a la ruta de audio y sus respectivos procesos.

Por otro lado, Cubase también ofrece amplias capacidades de automatización, infinidad de herramientas de análisis, medidores de sonoridad y una paleta de efectos nativos enorme, aunque sobre esto hablaremos más adelante. Y sí, desde su versión 12, Cubase también incorpora soporte para mezcla Dolby Atmos siendo compatible con configuraciones hasta 7.1.4. A través de la ventana ADM Authoring for Dolby Atmos, el usuario puede crear camas (beds) y objetos con facilidad, sin depender de herramientas externas como Dolby Renderer; y con el plugin VST MultiPanner es posible posicionar sonidos en entornos tridimensionales con precisión espacial, ya sea en sistemas físicos o mediante renderizado binaural para auriculares. Todo lo dicho está integrado en el flujo del propio DAW, incluyendo exportación directa en formato ADM BWF con metadatos para distribución profesional.

Cubase viene cargado con una selección de efectos nativos que, salvo contadas excepciones, perfectamente podría cubrir todas las necesidades de producción sin necesidad de recurrir a plugins de otros desarrolladores. Incluye procesadores dinámicos como compresores multibanda, de-essers, limitadores y ecualizadores (incluyendo ecualizadores dinámicos), así como herramientas de saturación, imagen estéreo y mastering. También hay varios plugins de reverb (RoomWorks, Reverence, Revelation, etc.), de delay y un montón de efectos de modulación y efectos creativos, así como herramientas dedicadas a la masterización.

Y si hablamos de instrumentos virtuales, Cubase incluye el Halion Sonic SE con cientos de sonidos, desde pianos y sintetizadores hasta cuerdas y percusión. Al igual que Groove Agent SE y la recién estrenada Drum Machine, que en este caso cubren el terreno rítmico con todo tipo de kits acústicos y electrónicos listos para secuenciar. Y si buscas sintetizadores puros, tienes Retrologue, un sinte de emulación analógica que ofrece sonidos electrónicos clásicos y retro (aunque no solo), y Padshop, un sintetizador granular pensado para diseño sonoro avanzado. Y aunque es cierto que Cubase no cuenta con un sampler dedicado, la función Sampler Track permite convertir cualquier archivo o pista de audio en un "instrumento MIDI" para que puedas hacer el apaño en muchas situaciones.

En total, Cubase 14 incluye miles y miles de presets (instrumentos, efectos, presets de pista, etc.), samples, loops y otros contenidos que pueden llegar a requerir más de 100 GB de almacenamiento si se quiere instalar todo. Hablamos de librerías para Halion Sonic SE como Iconica o Verve, decenas de kits para Groove Agent SE y Drum Machine, cientos o miles de loops y efectos de sonido. No es obligatorio instalarlo todo, claro, pero si quieres hacerlo, más te vale preparar una buena porción de alguno de tus discos duros.

Y cambiando de tercio, merecen también una mención especial MIDI Remote, un editor de plantillas para controladores MIDI genéricos que es una auténtica maravilla, y otra de las grandes novedades de Cubase 14: Modulares, una completa sección de modulación avanzada que permite cargar y encadenar módulos de LFO, Envelope Follower, Shaper, Macro Knob, Step Modulator y ModScripter para modular cualquier parámetro de cualquier pista. Es un verdadero sueño para los amantes de la experimentación sonora, y su implementación en el flujo de trabajo tradicional de Cubase es sencillamente brillante.

MediaBay, el explorador de contenido integrado de Cubase, es mucho más que una simple biblioteca de sonidos que no tiene equivalente en la mayor parte de DAWs de la competencia, al menos no con semejante grado de integración y sofisticación técnica. Es un auténtico centro neurálgico para gestionar, previsualizar y organizar todo tipo de archivos musicales y sonoros, desde samples y loops, hasta presets de instrumentos y efectos. Su sistema de etiquetado, filtrado y búsqueda permite encontrar rápidamente el sonido adecuado sin interrumpir el flujo creativo, y su integración con los proyectos facilita arrastrar directamente contenido a la línea de tiempo y a los instrumentos virtuales.

Con Cubase 14, MediaBay recibió además varias mejoras que lo hacen aún más útil. Ahora es posible preescuchar archivos de audio transponiendo su tonalidad y manipulando el tempo directamente desde el explorador, sin necesidad de importarlos al proyecto. Esto permite evaluar cómo encajará un sample en el contexto armónico y rítmico de cada producción antes de tomar decisiones. Además, se ha optimizado la visualización y el rendimiento general, haciendo que navegar por grandes bibliotecas sea más ágil y preciso. Estas novedades refuerzan el papel de MediaBay como una herramienta creativa en sí misma, no solo como un mero almacén de contenido.

Como es lógico, no todo iban a ser buenas noticias. La realidad es que, a día de hoy, no existen las herramientas perfectas, y Cubase, en su afán por ser una plataforma todo-en-uno, a veces se convierte en un entorno intimidante, especialmente para quienes dan sus primeros pasos en la producción musical. Su interfaz está cargada de módulos, pestañas y menús contextuales que, aunque útiles, pueden abrumar al usuario novato (o a usuarios de otros DAWs) que busca realizar tareas simples. Esta densidad visual y funcional, si bien puede ser una muestra de músculo tecnológico, exige un tiempo de adaptación considerable que suele ser mayor que el que demandan otros DAWs con enfoques más minimalistas y directos, como Ableton Live o Studio One. Además, Cubase es un DAW que requiere una configuración inicial que puede resultar más compleja y confusa que la de otros DAWs, que en muchos casos automatizan o facilitan mucho más el proceso.

A esta complejidad se le suma una curva de aprendizaje exigente, fruto de la enorme cantidad de funciones que ofrece Cubase. Desde herramientas avanzadas de edición MIDI y audio, hasta integración profunda con sistemas de mezcla, automatización y postproducción, casi todo lo que puedas imaginar estará a tu disposición, pero no siempre de una forma intuitiva. Llegar a dominar Cubase en profundidad requiere una inversión de tiempo y paciencia considerable, lo que puede desalentar a quienes buscan resultados rápidos o prefieren centrase en otros aspectos de la creación musical. Aunque es verdad que para eso están también disponibles las versiones Artist y Elements, menos ambiciosas en funciones y además considerablemente más económicas.

En cuanto al rendimiento, Cubase puede mostrar una demanda de recursos superior a la de otras alternativas. En sistemas menos optimizados, o con cargas pesadas de plugins, es posible experimentar ralentizaciones y cierta inestabilidad, algo que se suele sufrir menos en entornos más optimizados como Logic Pro. Es el precio de tener un "monstruo" en el estudio: potencia y profundidad a costa de sacrificar algo de agilidad. No estoy diciendo que Cubase esté mal diseñado o que funcione mal, ni mucho menos, sino que sus ambiciones lo convierten en una plataforma con necesidades técnicas proporcionales a su alcance. Es, en definitiva, un DAW pensado para quienes quieran tenerlo todo y estén dispuestos a pagar el precio que supone domarlo.

Cubase es un DAW que ha sabido adaptarse a una enorme variedad de géneros musicales, y eso se refleja en la diversidad de artistas que lo utilizan. Aunque históricamente ha sido muy popular en el ámbito del rock y la música de estudio tradicional, hoy en día también tiene una fuerte presencia en la electrónica, el pop moderno y, especialmente, en la composición para cine y televisión. Su flexibilidad y profundidad lo convierten en una herramienta ideal tanto para productores que trabajan con sintetizadores y beats, como para compositores que manejan orquestaciones complejas.

En el terreno del rock y el pop, Cubase sigue siendo una referencia para artistas que valoran la precisión en la grabación y edición de instrumentos reales. Bandas como New Order y artistas como Paul McCartney aseguran haber trabajado con Cubase en sus producciones. Y más recientemente, productores como Ian Kirkpatrick (Dua Lipa, Selena Gomez, etc.) lo han usado para crear hits pop con estructuras complejas y arreglos vocales detallados. Su entorno de mezcla y edición vocal lo hace especialmente atractivo para quienes buscan un sonido pulido y profesional.

En el campo de la música electrónica, Cubase está presente en infinidad de estudios. Productores como Zedd, Infected Mushroom, Deadmau5, Hannes Bieger, Nils Frahm o Justice, entre muchos otros, lo mencionan de forma habitual en sus entrevistas. Sus capacidades de secuenciación y su estabilidad al trabajar con hardware externo, así como los muchos sonidos y efectos que integra lo convierten en una opción de lo más sólida para géneros como el EDM, el synth-pop, el ambient o el hip hop.

Y por supuesto, Cubase destaca también en la comunidad de compositores para contenido audiovisual. Hans Zimmer, Alan Silvestri, Junkie XL (Tom Holkenborg), Ludwig Göransson o Hildur Guðnadóttir son solo una pequeña muestra de ilustres compositores de bandas sonoras que coleccionan premios Oscar y superproducciones en sus curriculums que confían en Cubase y aprovechan el arsenal de opciones que les brinda.

Seguro que ya te ha quedado muy claro que Cubase es uno de los DAWs más populares y usados del mercado, y eso, más allá de ser un motivo de orgullo y alegría para Steinberg, significa que sus usuarios se aprovechan además de las ventajas de contar con una gran comunidad que comparte contenidos, experiencias y conocimiento. Solo hay que escribir "Steinberg Cubase" en el buscador de YouTube para acceder a un sin fin de tutoriales y vídeos, aunque, eso sí, la mayoría de ellos están en inglés. Creadores de contenido como Ibon Alonso (Estudio Durango), Dom Sigalas o Chris Selim suben de forma constante vídeos con tutoriales, trucos, curiosidades, etc.

Además, Steinberg alimenta un foro en su página web y un canal de YouTube totalmente dedicados a Cubase. Y naturalmente, aquí en Hispasonic también tienes un lugar en el que exponer tus dudas y/o aprender de las vivencias de algunos de los usuarios que más saben sobre este DAW en la comunidad de habla hispana. Como por ejemplo el productor Antonio Escobar, un viejo conocido de esta casa que hasta protagonizó su propia entrevista para Steinberg.

Como has podido leer, Cubase es un titán de la producción musical. Un DAW total que ha ayudado a escribir la historia de este sector trayendo con cada versión nuevas herramientas y, en momentos concretos de su recorrido, innovaciones que cambiaron por completo la composición musical con ordenadores. El timeline horizontal del Cubase 1.0, el soporte VST e incluso los drivers de baja latencia ASIO son obra de Steinberg y parte fundamental de la filosofía y el flujo de trabajo de Cubase.

La lista de herramientas, funciones, instrumentos virtuales y efectos que ofrece Cubase a sus usuarios es poco menos que interminable, y estoy completamente convencido de que nadie llega a usarlas todas de forma habitual en su trabajo. Pero muchas de esas opciones no están para usarse siempre y de forma constante, sino para ofrecer diferentes alternativas y caminos a la músicos para que puedan llegar donde quieren llegar de la forma que consideren más adecuada.

Y sí, Cubase es un DAW que exige tiempo, cierta dosis de dedicación y una buena máquina para ejecutarlo, pero si lleva casi cuatro décadas estando donde está y tantos productores, músicos, compositores e ingenieros apuestan por él... será por algo.

En el momento de escribir este artículo, Cubase va por su versión 14, y Steinberg ofrece tres opciones comerciales de su DAW que son: Cubase Pro para usuarios profesionales, Cubase Artist para usuarios avanzados o "semiprofesionales" y Cubase Elements para principiantes, productores noveles y aficionados a la creación musical. Todas las versiones comparten el motor de sonido y ofrecen el mismo flujo de trabajo, aunque las opciones Artist y Elements están recortadas en funcionalidades y herramientas.

Precios oficiales:

• Steinberg Cubase Pro: 579€
• Steinberg Cubase Artist: 329€
• Steinberg Cubase Elementes: 99€

Cubase 14 está disponible para sistemas Windows, macOS y Windows Arm.

• Página web oficial de Cubase
• Cubase en YouTube
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