Comprimir un sonido es limitar su rango dinámico, es decir, que nunca pase de un nivel determinado, sea cual sea su volúmen inicial.
Con treshold estableces el rango a partir del cual el compresor empieza a comprimir. El ataque y el release establecen los tiempos en que el compresor empieza a actuar al recibir la señal, y el tiempo en que deja de hacerlo.
En realidad, basta saber en qué rango se mueve cada instrumento, y no te hará falta ningún analizador de espectro. Si pones un compresor multibanda, escoges las frecuencias que quieres que sean controladas (agudos de cuerdas, medios de guitarras, bajos)...
El espacio, y el "castillo de frecuencias" determinan el sonido final. Debes procurar que cada instrumento esté en su lugar, y no sea enmascarado por otro que esté al lado en el panorama. Usa cascos para ello. Con las reverbs consigues ambientes, y acercas o alejas el instrumento en sí. Me gusta jugar con instrumentos más "mojados", y otros más secos, más en primer plano.
La reverb nunca debe solaparse. Escucha instrumento a instrumento, y procura que las notas nunca se lleguen a montar una encima de la otra, o al menos, no muy exagerado.
Bueno, qué jartada de escribir...