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Yamaha TQ5 (1988)

Opiniones de usuario (1)

  • angelsynth
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    Opinión de angelsynth el 06/07/2015

    Lo mejor: Lo que esconde

    Lo peor: Lo que se ve

    El TQ5 es probablemente (y en mi opinión) uno de los sintetizadores con peor diseño de la historia. Es un trasto de verdad feo, feo.

    De hecho no es sólo un sintetizador: debajo de esa carcasa tan fea, se esconde además un secuenciador... del que no puedo decir nada porque jamás lo he utilizado, pero que ahí está.

    El TQ5 se vendía en su época como un producto ideal para complementar un Clavinova y aportarle la parte de workstation del que el Clavinova carecía. Porque el TQ5 es justamente eso, un workstation en formato de sobremesa, con las limitaciones propias de la tecnología que emplea, que en la época en que fue lanzado estaba dando sus últimos coletazos.

    Como sintetizador, el TQ5 es básicamente un TX81z mejorado aunque con una edición limitada, la llamada easy FM (quick edit), que sólo permite tocar algunos parámetros de los sonidos. No obstante, basta con emplear un editor del TX81z para que todos los parámetros de la máquina estén a nuestra disposición, con la ventaja de que, a diferencia del TX81z, aquí tenemos 100 posiciones de usuario y otras 100 en tarjeta, más las 100 posiciones presets. En definitiva, con un TQ5 podemos disponer de 300 sonidos FM de 4 operadores, de los cuales 200 son editables.

    Hay que reconocer que la imposibilidad de bucear en el sintetizador desde su propia interfaz a finales de los 80 (el TQ5 es de 1989), era una limitación real porque los editores software no estaban en absoluto generalizados ni disponibles para la mayor parte de los usuarios, pero hoy en día, no supone problema ninguno.

    De todos modos, la llamada easy FM tenía mucho sentido en una época en que la dificultad de programación de los sintes FM supuso que la mayor parte de sus usuarios tirara de presets y que, como mucho, los retocaran ligeramente. Siendo esa la realidad de su época, era muy sensato, por una parte, hacer fácil una edición muy superficial de los presets al alcance de cualquiera y, de otra, incorporar un gran número de éstos a la máquina. Eso fue lo que hizo Yamaha con el TQ5 y con sus hermanos: los YS-100 y 200.

    Además, el TQ5 incorpora una sección de efectos, muy básica, pero que resulta muy útil para endulzar los sonidos FM.

    El TQ5 presenta una polifonía de 8 voces como el resto de sintes de su familia (salvo el V50, que llevaba dos chips generadores y que tenía 16 voces) y es multitímbrico con 8 partes disponibles, demasiadas para su escasa polifonía pero que, en la práctica, nos permitiría usar 8 sonidos monofónicos.

    De su sonido poco se puede decir: es el propio de los Yamaha FM de 4 operadores, con bajos muy bestias y huecos, y con una personalidad muy marcada en sonidos de metal que se controlan con mucha facilidad desde un controlador de viento. La verdad es que, a pesar de las limitaciones propias de su más limitada estructura, Yamaha hizo un gran trabajo con este tipo de sintes y la incorporación de formas de onda adicionales a las sinoidales empleadas por los FM de 6 operadores, permitió a estos sintetizadores alcanzar una enorme variedad sonora. El TQ5, además, lleva los mejores conversores empleados por Yamaha para esta familia de sintes con lo que su calidad de sonido es probablemente la mejor de las disponibles. Desde luego, los famosos Solid Bass y Lately Bass suenan brutales en el TQ5.

    El TQ5 tiene una construcción de calidad si lo comparamos con lo que se vende hoy en día. En su momento era una alternativa barata a los sintes profesionales de Yamaha, aunque teniendo en cuenta cómo han bajado los estándares de calidad, casi se podría decir hoy que está construido como un tanque. Su único punto débil es el control de volumen, que tiende a rascar con el paso del tiempo, pero por lo demás es un cacharro muy fiable.

    En definitiva, detrás del feo aspecto del TQ5 se esconde uno de los grandes tesoros de Yamaha y, en mi opinión, la mejor elección posible de entre los sintetizadores FM de 4 operadores. Además, al ser un aparato muy poco conocido, hace que puedan encontrarse a precios bastante bajos, con lo que, si a sus capacidades sonoras le añadimos un bajo precio de adquisición, el TQ5 es simplemente insuperable.

    Desde luego, si el mío se averiara, no tardaría ni un minuto en ponerme a buscar otro.