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  • Ludiguer - al loro - alguien me debe 19 meses
    Luis Perdiguer González

    El otro día estábamos mi loro y yo hablando de nuestras cosas, ... mi loro y yo hablando. Si hace un año me hubieran dicho que iba a hablar con un loro hubiera pedido que me avisaran un segundo antes de volverme loco, y hoy aquí estoy, con toda la naturalidad del mundo contando mis conversaciones con él sin ningún pudor ni vergüenza, en fin, supongo que reconocer que algo no anda bien en mi cabeza es el principio de la solución, pero no nos salgamos del tema, decía que estábamos hablando de nuestras cosas cuando en una de ésas me dijo, "pues no me cuadra. Si terminaste los estudios cuando dices, empezaste a trabajar cuando dices, y tienes la edad que dices que tienes. Me faltan años. Hay más o menos unos dos años de tu vida en los que no hiciste nada", lo pensé por un momento y le aclaré, "no, a ti te faltan 19 meses que son los que estuve en la mili", "¿la mili?, ¿qué es eso?", me pregunto mi alado amigo con curiosidad, "sí", le expliqué yo, "el servicio militar, que en mis tiempos era obligatorio", entonces él me miró y me dijo, "y ¿cuándo lo hiciste?", "pues como casi todos", le respondí, "al acabar los estudios", tras esta respuesta me miró con un gesto de extrañeza y me dijo, "¿dices que al terminar los estudios os obligaban a ir al servicio militar?, ¿y cómo funcionaba aquello?, ¿alternabais lo que habías estudiado con asuntos militares?", subí la mirada hacia su jaula sin saber si reír a carcajadas o simplemente reír, y optando por lo segundo le contesté aún con la sonrisa en mi boca, "pues más bien no. Terminabas tus estudios y entonces hacías un paréntesis para hacer la mili de un año en el mejor de los casos, o de 18 o más meses si te tocaba en la marina o eras voluntario, como era mi caso", "¡ah bueno!", me contestó aliviado, "dices que era obligatoria, pero tú te fuiste voluntario", al oír esto rápidamente interrumpí, "no, no te confundas. Mi voluntariedad no fue una elección entre ir o no ir, yo fui voluntario para ir antes y al sitio que yo eligiera. Pero de haber podido elegir entre ir o no ir, ten la seguridad de que no hubiera elegido ir", me miró extrañado y preguntó, "¿y qué hacíais allí?, "¿Que qué hacíamos allí?", le dije mientras procuraba que las ideas no se amontonaran a la hora de salir, "pues tareas tan variopintas como pegar tiros, apagar incendios, pintar paredes, limpiar lavabos, descargar muebles o coger hojas de morera para los gusanos de seda de un brigada, eso de manera light y casi siempre con el agravante de estar a muchos cientos e incluso algunos a más de mil kilómetros de su familia y seres queridos, y algunos otros se llegaban a jugar la vida y en ocasiones hasta la perdían viajando en vehículos descangayados, haciendo maniobras con materiales de deshecho o cumpliendo órdenes de incompetentes, por citar unos ejemplos”, tras oír mi explicación con interés me dijo con rotundidad, “pero eso no se paga con nada. Tendríais unos sueldazos tremendos, ¿no?”, entonces, cambiando la expresión de mi rostro y con tono de decepción le dije, “pues exactamente eso debían pensar, que todo aquello no se pagaba con nada, porque prácticamente nada era lo que nos pagaban”, aquello llamó la atención de mi plumoso compañero de diálogo ya que repitió, “¿qué apagabais incendios, pintabais, lavabais y os jugabais la vida por nada?, no me lo creo, a qué llamas tú ’prácticamente nada’”, entonces alcé la vista hacia su jaula y mirándole a los ojos le dije, “pues yo llamo ’prácticamente nada’ a 727 pesetas al mes que cobraba de soldado y a mil y poco de cabo, que ni te lo cambio a euros para evitar la vergüenza“, entonces me siguió mirando con extrañeza y me dijo, “pero entonces, si hacíais todo lo que dices que hacíais y a ese precio, los profesionales os deberían tener mucho aprecio en agradecimiento por toda vuestra ayuda a tan bajo coste, ¿no?”, entonces me medio sonreí y con toda la ironía de la que disponía en aquel momento le respondí, “claro, claro. El trato era exquisito, una calidad humana, una psicología, unas ganas de agradar en la mayoría de ellos. Aún recuerdo una gratificación recibida de un teniente a modo de patada en la mano, porque en posición de firmes mi pulgar izquierdo no tocaba la costura del pantalón. Y había obsequios mayores lo que pasa es que yo sólo me llevé ése“, “o sea, que tampoco“, me respondió al momento captando el sarcasmo, para seguir preguntado, “entonces, el alojamiento si que era bueno, ¿no?, ¿estabais en un balneario o algo así?”, “o algo así”, le contesté echando mano de la burla de nuevo, y le seguí contando, “mi segunda residencia después de haber llegado a mi destino, era un barracón viejo alejado de todo, y mi primera cama una litera chirriante con un el colchón de espuma el cual estaba ornamentado con amplias manchas de a saber qué, y unas incrustaciones de fragmentos de madera, que nunca lo había pensado, pero ahora que dices lo del balneario, seguro que los pusieron a propósito para activar mi riego sanguíneo o algo así, y todo ello con el añadido de que mi sábana bajera, entiendo que para que los trozos de madera cumplieran si misión, tenía un desgarro de no menos de 60 centímetros lo cual tenía un doble efecto. Por un lado te hacía estar en contacto con tan flamante colchón toda la noche, y por otro, a la hora de hacer la cama y doblarla la convertía en un ser indomable, gracias a lo cual fui obsequiado con mi primer arresto”, mi plumoso amigo seguía con su cara de extrañeza y continuó, “pues la comida. Al menos la comida tendría que ser de calidad”, “hombre”, le respondí, “si hay algo que ha caracterizado la mili desde que existe, esto ha sido su buena comida, el rancho que se llama allí. Además tiene su lógica, primero el cariño con el que se hace, segunda que no se escatima en gastos, tercera que estaba hecha por verdaderos profesionales, y cuarta, que el cocinar para 600 ó 700 personas a la vez siempre es garantía de éxito“, oyendo esto mi loro se subió al techo de su jaula y desde allí me dijo, “no lo entiendo, ¿había algo bueno en todo aquello?”, yo le miré fijamente y le dije, “claro. Que nos hacía hombres”, se bajó del techo de un salto y me dijo, “eso lo explica todo. Era una especie de ’androfactoría’, ¿no?”, “androfactoría”, repetí yo, “sí, ahí has estado gracioso. Lo primero que me viene a la cabeza al oír esto es una fila de chavales vestidos de paisano con la entrepierna vacía, y tras pasar por una cadena de montaje salen vestidos de verde y con sus atributos masculinos colocados. He de admitir que has estado agudo”, pero mi plumosa mascota no se inmutó por mis halagos, y siguió con sus preguntas, “¿y a las mujeres también las hacía hombres?”, “no hombre”, le contesté yo, “las mujeres no hacían la mili entonces”, al escucharme decir eso se fue hacia su recipiente de pipas, cogió una se la comió, vino nuevamente hacia mi y me preguntó, “¿las mujeres no iban al servicio militar?”, “no”, le respondí, y mirándome me preguntó en voz baja, “¿y eso no es una forma como otra de discriminación?, entonces pensé un momento y le contesté, “pues yo no digo que las mujeres no hayan sufrido y sufran discriminaciones, pero si de igualdad hablamos, yo creo que es justo admitir las de todo el mundo, y esto lo era, nosotros terminábamos los estudios y perdíamos un año o año y medio antes de poder empezar a trabajar y ellas no. No se trata llegar a la igualdad a base de compensar injusticias sino de acumular cosas justas”, “pero entonces sigo sin entender cómo se aceptaba aquello y nadie hacía nada por mejorarlo. No entiendo cómo hacíais lo que hacíais y ahora no queda nada de aquello. Como si no lo hubierais hecho, ¿no?”, “me paré un momento a pensar y le respondí, “pues ahora que lo pienso, también tienes razón. Pero lo cierto es que existe un colectivo entre los cuales me incluyo, que acabamos padeciéndolo todo. Somos muy mayores para tener las ventajas de los jóvenes, pero tenemos poca edad para acogernos a las de los más mayores, debido a nuestro modo de trabajar nos duele la espalda demasiado para decir que estamos bien, pero poco para recibir una paga, como estamos en nómina, estamos demasiado controlados y todo el mundo sabe que cobramos mucho para conseguir ayudas y subvenciones, pero no lo bastante como para llegar a fin de mes holgadamente, y éramos jóvenes y fuertes cuando la mili era obligatoria y ahora que no lo es, pues somos lo que queda de aquello, así que ahora que estamos en época de reivindicaciones y memorias históricas, se me ocurre pedir lo que creo que es mío, y ya que empecé el servicio un 15 de abril y lo terminé un 19 de noviembre del año siguiente, alguien me debe 19 meses. No sé si de salario, de seguridad social, de antigüedad como funcionario, o de lo que quieras o de todo a la vez, pero insisto. Alguien me debe 19 meses”, mi loro me miró y me dijo, “eso, y con lo que te den me compras una jaula más grande, que también me la debes”.

    el 08/06/20071
  • Un poquito de música
    JuanVílchez

    Para quien le pueda interesar:

    Lo que he hecho en los últimos tiempos se encuentra para libre descarga en mi servidor: música de JuanVílchez

    Aviso: nada está terminado, ni de componer, ni de producir. Más bien al contrario, está todo en pañales.

    Agradezco comentarios, tanto de ira como de placer, motivados por mis pequeños engendros musicales.

    Disfrutad cuanto sea posible ;)

    el 07/06/20072
  • hola a todos!!!
    marcelomaidana

    hola a todos! en realidad me registre para estar en contacto con un gran amigo! pero tambien me gustaria hacer nuevos amigos

    mdm

    el 07/06/2007
  • Ludiguer - al loro - tororarii
    Luis Perdiguer González

    Uno de estos días festivos que ha habido cogí mi ordenador y me puse a buscar entre los cd’s una melodía que hacía tiempo llevaba en la cabeza, así que iba de pista en pista oyendo el principio, la mitad y el final, más o menos, de cada una de las piezas musicales, pero aquella manera tan curiosa de oír música llamó la atención de mi loro que al momento me estaba preguntando, “¿qué estás haciendo?”, “nada”, le conteste, “oyendo música”, “pero ¿te preparas para algún concurso, o para batir algún récord o algo de esto?”, me preguntó intrigado”, “no”, le contesté, “¿por qué lo dices?”, entonces él empezó a mordisquear la pipa que se acababa de echar a la boca y me dijo, “porque parece que quieras comprobar cuántos discos eres capaz de oír en un tiempo determinado”, entonces saqué el CD que estaba oyendo y mientras lo guardaba en su funda le dije, “bueno, en realidad no estoy oyendo música por oírla, sino que estoy buscando una melodía”, entonces expulsó la piel de la pipa y me dijo, “¿y no es más fácil buscarla por el nombre?”, “sí, sí lo es”, le respondí, “pero no lo sé”, “¿… y por su autor?”, me volvió a sugerir misteriosamente, “¡vaya!, ¿cómo no he caído antes?”, dije irónicamente, “también lo es, pero a lo mejor no lo busco así porque tampoco lo sé”, “y entonces ¿qué sabes de ella?”, me preguntó con un tono de escepticismo, “pues que creo que es clásica, aunque también puede ser de un anuncio y tararearla”, le contesté, “suficiente”, me respondió, “¿suficiente para qué?”, tuve que preguntarle, “pues suficiente para encontrarla”, me respondió muy seguro de lo que decía”, “claro”, le dije yo, “mañana me voy de tienda en tienda canturreando la canción hasta que algún dependiente me diga de qué melodía se trata y la compro”, entonces él me miró y me dijo, “también, pero yo utilizaría una técnica más avanzada. Yo entraría en la red y así evitaría el tener que desplazarte para saber su nombre, luego ya como la consigas es cosa tuya”, al oír esto, le miré de nuevo con cara de no entender nada y le recordé, “pero si hemos quedado en que no sé ni el nombre, ni el autor, ¿cómo la busco?”, mi alada mascota me miró, cogió una pipa con su pico y me respondió, “¿quién ha hablado de buscar?”, no es que la conversación fuera muy profunda, pero me estaba perdiendo, “así que no sé el autor, no sé el nombre, no la busco, pero la encuentro...”, le dije perplejo, “¿qué pasa?, ¿que si me conecto a la red, enchufo unos auriculares al ordenador y me echo una siesta se me va a aparecer en sueños el autor y me va a dar los datos?”, “no”, me dijo mi multicolor amigo, “haz lo que ibas a hacer con los dependientes pero a través del ordenador. Tararéala”, “¿por internet?”, le pregunté sorprendido mientras le miraba comerse otra pipa y hacer un gesto con la cara como haciéndome ver que esa era la solución, así que no pude evitar decirle, “eso, grabo un mp3 tarareándola y lo cuelgo en el portal donde tengo mis canciones como si fuera una más y desde allí pido que si alguien sabe algo de esa melodía que me lo diga, ¿no?”, entonces expulsó la piel de otra de las pipas, me miró y me dijo, “hombre, es una idea, pero tengo otra mejor”, le miré y le dije, “pues tú dirás”, me miró y me dijo, “imagina que quisieras buscar la 5ª sinfonía de Beethoven. Tararéamela”, le miré con cara de sorpresa y le dije, “¿que te la qué?, “que me la tararees”, me volvió a decir. Entonces yo miré a un lado y a otro asegurándome de que el balcón estaba bien cerrado y ni en casa ni fuera podía oírme nadie tarareando canciones a un loro y le dije, “tatatacháááááán”, y acto seguido cogí otro CD fingiendo que aquello nunca había ocurrido, cuando oí a mi tenaz mascota decirme, “muy bien, sigue”, “¿que siga?” le respondí, “venga, dejemos ya este circo que quiero seguir buscando”, “así no la vas a encontrar”, me insistió, “venga sigue tarareando”, y sin saber cómo ahí estaba yo, como un chalado tarareando mi quinta de Beethoven, “tatatacháááááán, tatatacháááááán, tariroriroriroriroriroriii, tariroriroriroriroriroraaa…”, “¿ves como no es tan difícil?”, me dijo mi melómana mascota, “ahora la sinfonía 40 de Mozart”, y ahí estaba yo también, cada vez más metido en mi papel de chiflado tarareando cosas, “tirorí, tirorí, tororiro, tirori tirori tiroriro…”, “muy bien”, me alentó dando saltos en su jaula pero sin levantar las patas del suelo, “ahora el lago de los cisnes de Chaikovsky”, en ese momento es cierto que una parte de mí le hubiera dicho que se riera de otro, y más concretamente de algún progenitor suyo, pero la verdad es que ya metidos en harina, hasta me estaba gustando la tontería, y ahí estaba el memo de antes tarareándole melodías a su loro, “tirorirori, rori, rori, tariroriroraaaaa…”, “¿has visto, a que es fácil?”, me preguntó con entusiasmo, “no si tararear ya sabía yo de antes”, le contesté, “pero sigo sin tener la melodía que busco”, entonces mi multicolor amigo me miró y me dijo con un cierto tono misterioso, “ahora tararea la melodía que buscas”, y como colofón a mi actuación ahí estaba yo, ofreciendo mi más mentecato perfil, mirando a mi loro y diciendo con la cabeza bien alta, “tirorarii, tiroriro, tirorarii, tiroriro tiiirorariiiro, tarirorara, tiroriro, tirorara, tiroriroriirorariirorariiroraraaa”, entonces me miró fijamente y me dijo, “ya está. Eso es lo que tienes que escribir y verás como alguien del portal te da el nombre de la melodía que buscas”, miré a mi mascota y le conteste, “vamos, ni loco hago eso, ¿qué quieres que me tomen por un majadero?”, se acercó a los barrotes e insistió, “Hazlo. Confía en la gente de la red. Son gente ágil de reflejos en su mayoría y con muchos conocimientos musicales y buen sentido del humor. Ellos son tu solución”, “¡qué no hombre, que no!, además, del modo en que lo dices parece que estés hablando de personajes llegados en un OVNI”, le dije, “no, no. Todo tiene un límite. Me van a llamar de todo menos listo”, “¿si tú vieras un mensaje así y supieras de qué melodía se trata no se lo dirías?”, me reprochó, “sí”, le contesté, “supongo que se lo diría”, “y cuando has escrito algo tú y alguien lo han comentado, ¿qué clase de comentarios te han hecho?”, siguió con su interrogatorio, “pues la verdad es que siempre en tono muy simpático y de buen rollo, que siempre es de agradecer si tenemos en cuenta los modos y formas a los que nos tienen acostumbrados en los medios”, le respondía, “pero esta vez no. Seguro que me ponen verde”, entonces dejó de mirarme, se dirigió hacia su recipiente de las pipas y dijo al aire, “pues no tendrás tanto interés en encontrarla”, así que respondí al viento, “pues ya lo creo. Llevo meses buscándola”, entonces se giró hacia mí y me dijo, “pues haz lo que te digo y te aseguro que alguien sabrá de qué melodía hablas y te mandará un mensaje con su título y autor. Enfócalo como una pequeña broma, como una interactividad entre un escritor y su lector y verás como alguien se une a la broma y te ayuda. Bastantes cosas serias hay ya todos los días como para no poder permitirte la licencia de un momento tonto”, entonces mientras me giraba hacia el ordenador le dije, “pues tienes razón, voy a hacerlo, y además tengo otra idea. ¿Qué te parece si para motivar a la gente ofrezco como premio al primer acertante un loro que habla?”, miré a mi plumoso amigo, él evitó mi mirada y yo me puse manos a la obra.

    el 02/06/20071
  • Mi último corto...Diente por Ojo..de miedo
    Javi d Lara

    Hola a todos/as

    Os dejo aquí mi últmo corto, no es que sea nuevo, es mas tiene cerca de dos años, pero lo acabo de subir a la red así que no estára muy visto (la historia si..jeje)...

    Es de miedo (no gore), o eso intenté, pero bueno al que le dé miedo las peliculas de terror que no sé preocupe, no da mucho miedo, ¿o si?.

    Los créditos eran una video-creación que al final se convirtió en el corto.

    Espero que os guste.

    el 01/06/2007
  • Musica  para el alma
    Omar Salgado

    de viento caña y leyenda

    el 01/06/2007
  • Carta de Monty Python a George Bush
    Nachenko

    Una de las cosas más gloriosas que he leído jamás.

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    Domingo, 26 de enero de 2003

    Estoy entusiasmado con la última razón que da George Bush para bombardear Iraq: se le agota la paciencia. ¡A mí me pasa lo mismo! Llevo un tiempo bastante cabreado con el Sr. Johnson, que vive dos puertas más abajo.

    Bueno: con él y con el Sr. Patel, que regenta la tienda de comida naturista. Los dos me miran mal, y estoy seguro de que el Sr. Johnson planea algo horrible contra mí, aunque aún no he podido descubrir el qué. He estado husmeando su casa para ver qué pretende, pero tiene todo bien escondido. Así es de taimado. En cuanto a Patel, no me pregunten

    cómo lo sé, el caso es que sé -de buena tinta- que en realidad es un asesino en serie. He llenado la calle de panfletos explicando a la gente que si no actuamos primero, nos irá liquidando uno a uno.

    Algunos de mis vecinos dicen que si tengo pruebas, que vaya a la Policía. Qué ridiculez. La Policía diría que necesitan evidencia de un crimen del que acusar a mis vecinos. Saldrían con interminables sutilezas y objeciones sobre los pros y los contras de un ataque preventivo, y mientras tanto, Johnson estaría finalizando sus planes para cometer actos terribles contra mi persona, mientras Patel estaría matando gente en secreto.

    Ya que soy el único de la calle con un arsenal decente de armas automáticas, me doy cuenta de que es cosa mía mantener la paz. Pero hasta hace poco ha sido algo difícil hacerlo. Ahora, sin embargo, George W. Bush ha dejado claro que todo lo que necesito es que se me agote la paciencia, ¡y ya puedo tirar hacia delante y hacer lo que quiera! Y reconozcámoslo, la política cuidadosamente razonada de Bush con respecto a Iraq es la única manera de conseguir la paz y la seguridad internacionales. La única manera segura de parar a los terroristas fundamentalistas suicidas que amenazan a EE.UU. y al Reino Unido es bombardear algunos países musulmanes que nunca nos han amenazado. ¡Por eso quiero volar el garaje de Johnson y matar a su mujer y sus hijos! ¡Ataquemos primero! Eso le dará una lección. Así nos dejará en paz y dejará de mirarme de esa manera tan absolutamente inaceptable.

    El Sr. Bush deja claro que todo lo que él necesita saber antes de bombardear Iraq es que Saddam es un hombre desagradable de verdad y que tiene armas de destrucción masiva -aunque nadie pueda encontrarlas-. Estoy seguro de que tengo la misma justificación para matar a la esposa y a los hijos de Johnson, que tiene Bush para bombardear Iraq.

    El deseo a largo plazo del Sr. Bush es hacer del mundo un lugar más seguro, eliminando a los "estados peligrosos" y al "terrorismo". Una intención a largo plazo bien inteligente, porque, ¿cómo diablos se sabe cuándo se ha acabado? ¿Cómo sabrá Bush cuándo ha acabado con todos los terroristas? ¿Cuándo todos los terroristas hayan muerto? Pero un

    terrorista sólo lo es una vez que ha cometido un acto de terror. ¿Qué pasa con los futuros terroristas? Ésos son los que realmente hay que eliminar, porque la mayor parte de los terroristas conocidos, como son suicidas, se eliminan ellos solos.¿Será acaso que el Sr. Bush necesita acabar con todos los que podrían, quizá, ser futuros terroristas? ¿A ver si es que no puede estar seguro de lograr su objetivo hasta que cada fundamentalista islámico esté muerto? Pero resulta que algunos musulmanes moderados pueden convertirse en fundamentalistas. Tal vez lo único seguro que quepa hacer, según Bush, sea eliminar a todos los musulmanes.

    Lo mismo pasa en mi calle. Johnson y Patel son sólo la punta del iceberg. Hay docenas de personas en la calle a las que no gusto y que -lo digo con el corazón- me miran muy mal. Nadie estará seguro hasta que haya acabado con todos. Mi mujer me dice que a lo mejor estoy yendo demasiado lejos, pero yo le digo que lo único que hago es usar la misma lógica que el Presidente de los Estados Unidos. Con eso le callo la boca. Igual que le ocurre al Sr. Bush, a mí se me ha acabado la paciencia, y si ésa es razón suficiente para el Presidente, también lo es para mí.

    Le daré a la calle entera dos semanas -no, diez días-para que salgan a la luz y entreguen a todos los alienígenas y piratas interplanetarios, a los forajidos galácticos y a los cerebros terroristas interestelares, y si no los entregan de buena gana y dicen "gracias", bombardearé la calle entera. Tan sensato es esto como lo que se propone George W. Bush. Y al contrario de lo que él pretende, mi política sólo destruirá una calle.

    Terry Jones, de los Monty Python, famoso por su argumentación sobre brujas hechas de madera que flotan, y pesan lo mismo que un ganso. También famosso por ser la madre de Brian de Nazaret.

    el 30/05/20071
  • La Carne del Imperio (no apto menores 18)
    neomad

    La carne del Imperio ** ATENCION NO APTA PARA MENORES ** (no es porno tampoco, pero hay desnudos)

    Ganador de innumerables premios el cortometraje Flesh (Carne) del diseñador francés Edouard Salier cuestiona a Estados Unidos y al terrorismo utilizando como escenografía la ciudad de Nueva York y los ataques del 11 de septiembre de 2001 al World Trade Center. Con la referencia a las 70 vírgenes en el paraíso que el Corán supuestamente promete a cada hombre que muere, Salier traslada el conflicto moral de una sociedad puritana que alimenta constantemente el deseo a una ciudad llena de fantasías, en donde hasta los fundamentalistas atacan por el deseo de carne.

    "El Imperio lo desvela todo pero no ve nada.

    Sus enemigos lo idealizan todo pero no toleran nada.

    Para algunos, el orgasmo terrenal de unas putas virtuales.

    Para otros, el orgasmo eterno de 70 vírgenes celestiales.

    ¿Y si todo se redujera a una cuestión de carne?"

    "El Imperio lo desvela todo pero no ve nada.

    Sus enemigos lo idealizan todo pero no toleran nada.

    Para algunos, el orgasmo terrenal de unas putas virtuales.

    Para otros, el orgasmo eterno de 70 vírgenes celestiales.

    ¿Y si todo se redujera a una cuestión de carne?"

    “Tan corrupta, libidinosa y excesiva como fundamentalistas religiosos, la superpotencia que es Estados Unidos se llena de fervor y energía para alimentar sus agresiones, conteniendo su violencia, inherente a la fundación de este Imperio”.

    “El corto muestra cómo los aviones kamikases sólo han agregado el combustible a las llamas y encendido una actitud de arrogante e imperialista de una superpotencia que está repleta de contradicción: los ataques de los aviones no tienen efecto; al contrario, sólo aumentan la decadencia espectacular que ellos tratan de derribar. Cuantos más aviones atacan la ciudad, mayor el libertinaje, el gigantismo, y proliferan las imágenes de violencia”.

    Articulo original Clarin

    Web de Salier (imperdible)

    el 27/05/2007
  • Ludiguer - al loro - historia del burro soez y el perro
    Luis Perdiguer González

    Historia del burro soez y el perro pastorAyer por la tarde me senté un momento en el sofá a descansar esperando que se hiciera la hora de empezar con los preparativos de la cena, cuando nada más sentarme, mi descanso se vio interrumpido por la dulce voz de mi loro, “¿te puedo contar una historia?”, “no”, le dije yo, “es una historia de animales, creo”, me insistió, “bueno, si crees que es de animales”, le contesté, “entonces no”, así que mi plumoso compañero fue a su recipiente de pipas, cogió una con el pico, y cuando terminó de comérsela me dijo, “imagínate que en un pueblo hubiera un campesino que tuviera en una granja varios animales, y entre ellos un perro pastor y un burro”, “o sea, que me la cuentas, ¿no?”, le pregunté resignado, pero él ni caso, así que continuó contándome, “entonces imagínate que una mañana al levantarse el campesino se encuentra el establo totalmente desordenado, ¿quién crees que ha sido?”, “pues no sé”, le contesté sin mucha ilusión, “¿el campesino?”, entonces puso un gesto de mal humor y me dijo, “¿cómo va a ser el campesino?, ¿qué hace?, ¿lo desordena por la noche para tener que ordenarlo por la mañana?, no tiene sentido”, “bueno, pues la campesina. ¡Yo que sé!”, pero mi respuesta volvió a contrariar a mi mascota y me dijo con tono agrio, “¿quién va a estar en el establo?, pues el burro. Él fue quien lo desordenó, y a la mañana siguiente en el pueblo todos hablaban de aquello, sólo que había gente que recriminaba la actitud del burro, aquellos que no recomendaron su compra y otros que la justificaban, aquellos que sí la recomendaron. Pero al poco tiempo, un día paseando por el pueblo, el burro se escapó causando varios destrozos a su paso. Esto pronto se supo en el pueblo, y nuevamente unos reprobaron al burro y otros lo respaldaron”, “pues ¡vaya joya de burro!, ¿es autobiográfica la historia?, ¿me estás queriendo decir que has roto algo y no sabes cómo?”, le comenté burlonamente, “No”, me contestó al momento, “tiene algo de biografía, pero no es la mía. No me interrumpas y déjame que siga, porque días más tarde su dueño se lo llevó al campo y cuando volvían tiró a propósito la carga que traían, y por supuesto las opiniones al día siguiente eran opuestas entre los que estaban a favor y en contra de él, aunque algunos de los que en un principio estaban a favor ya empezaban a no opinar o a hacerlo en contra cuando hablaban con los más allegados”, “pues ¡vaya burro!, ¿no?”, le comenté, más por intervenir en la conversación que por interés en ésta, “¿la moraleja cuál es?, ¿cómo vender a un animal inservible?, ¿me estás dando ideas?”, “no, por supuesto que no, además, yo no soy inservible”, me replicó con un gesto de verse por un momento con una etiqueta y un precio colgando del cuello, “atiende que te estás perdiendo“, me recriminó y siguió contándome, “poco tiempo después, una mañana aparecieron algunas gallinas propiedad del campesino malheridas por todo el corral que había junto al establo, y por supuesto, a la mañana siguiente todo el pueblo supo de lo ocurrido, y por supuesto volvieron las opiniones dispares. Los que ayudaron al campesino a elegir al burro seguían defendiéndolo diciendo que la sucesiva provocación de las gallinas le ha obligado a adoptar esta medida, por supuesto los que estaban en contra del burro, seguían opinando que su elección fue un error, pero además, había un tercer grupo que empezaba a decir que aquello era más propio de haber sido hecho por el perro que por el burro, aunque todos sabían que el perro pastor dormía a los pies de la cama de su dueño y no tenía acceso a las gallinas, mientras que el burro sí”, en ese momento me giré hacia mi multicolor animal y le dije, “oye, ¿quedan muchos animales por salir?. Es que no veo a dónde quieres llegar, y esto empieza ya a tener demasiados personajes para mi gusto y ya no sé si el perro es dueño del amo o las gallinas son las dueñas de los campesinos. Intenta ir abreviando si puedes”, entonces él me miró y me dijo, “mira, la historia es como es, y no se puede ni alargar ni acortar, así que déjame seguir”, tomó aliento y continuó, “otra noche mientras dormían, se empezó a oír alboroto entre las ovejas que compartían el establo con el burro, así que el campesino le levanto sobresaltado y acudió al establo, donde se encontró a parte de su ganado con heridas y mordiscos, y como es normal, a la mañana siguiente e incluso varios días después, el asunto del burro era el protagonista en todos los mentideros de la zona, y no había corro de vecinos que no tuviera como tema de conversación las aventuras de lo que llamaban ya el burro soez, que por supuesto, siguió haciendo de las suyas, durante los cuatro años que lo tuvo que soportar”, entonces yo le interrumpí y le dije, “¡Que curioso!, cuatro años, como los mundiales, las olimpiadas, y como, ...como, no sé, me suena otra cosa que es cada cuatro años, pero ahora no caigo, ¿Y por qué tenía que soportarlo cuatro años?”, entonces él me miró y me dijo, “porque era el tiempo que necesitaba para ahorrar el dinero suficiente para comprarse otro. Unos años podía comprar tierras, con lo que sacaba de éstas, otro año compraba ganado, con lo que le daban las tierras y el ganado, tenía para poder abastecer otras necesidades y algún pequeño capricho durante el siguiente año, y a los animales de trabajo les tocaba al siguiente, era la única manera de no arriesgarse a caer en la ruina”, “muy organizado y calculador el campesino, ¿eh?”, le comenté, “pero aún no me has dicho que se decía de las últimas fechorías del burro soez”, “pues lo de siempre”, añadió, “los que lo habían elegido, que todo lo hacía por el bien de la granja, y que si lo hacía era como respuesta a las provocaciones de los demás; los que nunca lo vieron como solución a las necesidades del campesino, seguían diciendo que no era bueno, y que más le valdría intentar quitárselo de encima y comprar el que ellos le aconsejaban, y además cada vez aparecían más que admitían que lo que hacía el burro no estaba bien hecho e incluso empezaban a reconocer que había sido un error la elección de aquel animal, pero aún seguían empeñados en que aquello que hacía el burro soez nos hubiera extrañado menos si lo hubiera hecho el perro pastor, el cual siempre había sido fiel a su amo, pacífico y jamás había dado ninguna muestra de violencia o agresividad. Pero sabes que es lo que más dolía al campesino?”, “por supuesto que lo sé”, le dije yo con confianza, “¿la espalda al final del día?”, “no“, me contestó de forma tajante, a lo que le seguí diciendo con sorna, “ya sé, lo peor para el campesino es saber que tiene un animal inútil en casa y que no encuentra la manera de deshacerse de él. Me lo vas a contar a mí que sé lo que es eso”, “no, hombre no”, me dijo contrariado, “me refiero de las opiniones de sus paisanos”, “pues no sé”, le dije con tono dubitativo, “¿la de los que le mal aconsejaron y aún seguían defendiendo que aquel burro era bueno?”, “pues no”, me respondió de forma rotunda, “no porque el campesino pensaba que unos por el orgullo de no admitir el error, otros porque su ceguera les impedía ver más allá y otros porque algún interés tendrían en esa compra, al fin y al cabo defendían algo que por un motivo u otro de los anteriores les convenía defender”, “pues no sé”, le comenté, “¿cuál?”, entonces mi loro se acercó a los barrotes de su jaula para estar lo más próximo a mí posible y me dijo, “lo que más le molestó fue la opinión de aquellos que viendo el comportamiento inadecuado del burro, y sabiendo que todos aquellos destrozos no los había hecho el perro pastor sino el burro soez, siguieran comentando que todo aquello no les hubiera extrañado de haber sido hecho por el perro, pero que del burro les resultaba extraño, en lugar de tener la valentía de admitir que el burro es malo y fue una equivocación el elegirlo, y ya está , y no querer hacer ver que ha hecho algunas cosas mal, pero que al final todos los animales son malos y también otros animales hicieron antes cosas malas y en mayor cantidad,”, “como aprender a hablar”, le dije yo con tono burlón, pero como no podía ser de otro modo, no me hizo ni caso y siguió explicándome que, “eso no es más que legitimar lo incorrecto. Si este burro ha herido a diez ovejas, debe ser el único responsable y pagar por las diez ovejas heridas y no vale argumentar que sí, que es cierto que ha herido a diez, pero que otro animal hace unos años hirió a once, porque así damos permiso a cualquier otro animal a herir a menos de once ovejas que es donde dicen dejó el listón este último animal”, al oír esto miré a mi loro y le dije, “a eso solemos llamarlo -y tú más- que viene de las peleas entre niños que como carecen de argumentos para discutir, simplemente basan su defensa en decirle al otro que es más, sin reparar en qué es lo que se ha dicho”, “pues eso es lo que pasaba en aquella localidad”, me dijo con un cierto tono lastimero, a lo que yo le pregunté, “oye, pero hay cosas de esta historia que me llena de curiosidad y me gustaría que me aclararas. Las ovejas heridas... ¿qué hacían con ellas?, ¿las curaban y seguían dando leche?, ¿o las mataban y se las comían para celebrar que sólo habían resultado heridas y con la lana le hacían un suéter al burro? ”, y al decir esto me levanté para ver qué había para cenar.

    el 26/05/2007
  • Embrujada de Tino Casal en directo por Cobaya...
    Javi d Lara

    Aqui os dejo este video, es una de las versiones que hacemos (no hacemos muchas mas), el caso es que nos gusta versionar cosas que sean de otros estilos, o hacer una versión libre...nada de copias, pa eso está la original ¿que no?.

    Espero que os guste...en directo es todo un exito.



    Salud

    Moski

    el 19/05/2007