supertorpe escribió:
Va a sonar rancio, lo sé

pero creo que este tipo de listados exhaustivos en realidad confunden más de lo que aclaran. Me explico. Puede que sea útil un listado de este tipo para tener una referencia rápida de qué notas conforma un determinado acorde, sobre todo a la hora de interpretar un tema del que solo disponemos del cifrado. Sin embargo, creo que el aprendizaje de la armonía debe seguir un orden.
Si, como es el caso, deseamos aprender los conceptos propios de lo que se ha venido llamando "armonía tonal" es necesario conocer primero los acordes principales y la relación funcional entre sus notas. Es MUY importante saber que, por ejemplo, la 3ª y la 7ª menor de un acorde dominante forman un tritono que pide a gritos resolver en otras notas de su tónica. Esto es mucho más importante que conocer de carrerilla una lista con todas las posibles extensiones de ese acorde dominante.
Tenemos, por suerte, una buena documentación histórica de la evolución de la armonía tonal que sirve como perfecta guía para este aprendizaje. No por nada la armonía tonal ha ido "creciendo" a través de los siglos de una determinada manera.
Pongamos un ejemplo. Los primeros compositores que se pueden englobar dentro del contexto "armonía tonal" empleaban exclusivamente tríadas en sus composiciones. La séptima, sin ir más lejos, era considerada una tensión, una nota disonante al acorde. Al primer acorde al que se le normalizó su séptima en el discurso musical fue el dominante (por la razón que expuse antes). Con el paso del tiempo, el oído (ergo el gusto) de los compositores fue adaptándose a esas armonías y buscando ampliar los acordes hacia nuevas sonoridades. Así fueron surgiendo los nuevos acordes como tales, tengamos en cuenta que lo importante no es su existencia teórica sino su uso práctico. Por ejemplo, el dom13 empezó a usarse tímidamente en el romanticismo pero no se impuso hasta el impresionismo.
Evidentemente, todas esas innovaciones de la armonía tonal fueron explotadas en el jazz a principios del siglo XX. Pero incluso en éste podemos ver otras evoluciones que nos siguen indicando como estudiar el uso de los acordes. Por ejemplo, en las primeras composiciones de jazz era muy difícil encontrar un min7 como tónica menor (algo ahora completamente ubicuo), este acorde solía emplearse casi exclusivamente como IImin7 de una tónica mayor.
No me extenderé más porque creo que ha quedado clara la idea. Sinceramente, creo que el aprendizaje de la armonía debe ir acompañado siempre del aprendizaje auditivo de los temas a tratar y siguiendo, en el caso de la armonía tonal, un orden que nos muestre la relación entre la formación de los acordes y su función tonal.