A principios de los 80, los sintetizadores analógicos dominaban la Tierra. No tardarían en sufrir un evento ligado a la extinción —el meteorito DX7—, pero hasta ese momento todo era prosperidad, y las especies se multiplicaban.
En aquel paisaje jurásico no sólo existían grandes, rugientes y pesadas máquinas repletas de knobs, sino también curiosidades como el Mini-Synthesizer de Electro-Harmonix. De construcción endeble y aspecto de juguete, su sonido aún hoy tiene una parroquia de adeptos, que valoran su calidez y la capacidad de generar interesantes bajos de estilo funky.
Pues bien; el laboratorio genético de Electro-Harmonix ha resucitado este pequeño sinte en forma de app para iOS. Viene con 22 presets de serie y la posibilidad de almacenar un número prácticamente ilimitado de presets de usuario. Su interfaz imita con fidelidad al original, con un total de 12 sliders y nueve interruptores en pantalla. Tenemos controles para osciladores, filtros, sección delay, reverb y parámetros generales como el volumen, modo polifónico y portamento. Y eso es todo, ni más ni menos; puedes conseguir la versión iPad por 4,99 euros, y por 2,99 la de iPhone.
Una curiosidad: durante el tiempo que el Mini-Synthesizer estuvo en producción, hubo diversas variantes en el mercado, que hoy son objeto de coleccionista. Las diferencias eran estéticas, como el color de los sliders y el teclado, pero también funcionales; por ejemplo, no todos tenían sección de delay/reverb, como podéis ver en esta imagen de una unidad original:
Más información | Mini-Synthesizer para iPad (4,99 euros) y para iPhone (2,99 euros)
