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Matrix Q12A

Opiniones de usuario (1)

  • Raul Cabezali
    5
    Opinión de Raul Cabezali el 17/11/2017

    Lo mejor: Potencia. Calidad. Calidad de sonido. Peso.

    Lo peor: Lo bueno hay que pagarlo.

    La Matrix Q12A es un monitor activo de tipo FRFR, es decir, full range flat response (en román paladino, rango completo y respuesta plana). Tiene un altavoz coaxial que promete una dispersión del sonido de 80º, es decir, no es tan direccional como el típico altavoz de guitarra, sino que el sonido se dispersa para que se pueda escuchar desde cualquier parte del escenario. La etapa de potencia es de 260W RMS.
    Se trata de un monitor pensado especialmente para su uso con modeladores de guitarra (Axe-Fx, Kemper, etc), pero sirve perfectamente para cualquier otro uso típico de monitor. En mi caso, tenía dos unidades para sonar con el Axe-Fx II en estéreo, pero incluso me los llevé a un pequeño evento para sonorizar las voces de los presentadores y reproducir música y funcionaron a la perfección, como cualquier otro monitor específico para PA.
    Lo primero que llama la atención al usarlos es la tremenda potencia. A pesar de los nominales "solo" 260W, si los pones en el suelo el aire que desplazan es de los que te ponen los bajos de los pantalones a ondear. Luego la calidad de sonido impresionante: al ser de gama completa y respuesta plana es el complemento perfecto para el Axe-Fx, ya que te permite emular los distintos amplis o altavoces de forma realista. Comparado con el típico monitor que tiene altavoz + tweeter por separado, la configuración coaxial de este altavoz hace que el sonido sea más comparable al de un ampli de guitarra normal, con la ventaja añadida de que el ángulo de dispersión te permite escucharte aunque no estés justo enfrente (tus compañeros de grupo te lo agradecen).
    La calidad de los acabados y la impresión al manipular el potenciómetro (suave y preciso), la calidad de los jacks de entrada, todo da la certeza de la gran calidad de fabricación. Y luego el peso: unos 16 kilos. Puedes llevarlo en una mano sin problemas de partirte la espalda (Ay, mi Twin, ¡Qué bien suena, pero con esos 34 kilitos qué poco lo saco de casa!)
    Lo malo es que el jamón de pata negra hay que pagarlo, y este es jamón de pata negrísima con denominación de origen, de estos de los que te comes una loncha y se te queda pegada en el cielo de la boca y la grasita que suelta te da carrasperilla...