Informática musical

Review de Maschine Mikro MK3, beats de bolsillo y bajo coste

Veredicto
Es complicado pensar en otro producto que por el precio de este te brinde la oportunidad de poder realizar de forma rápida tus propias creaciones musicales y con un sonido tan bueno como el que ofrecen los instrumentos virtuales y librerías de Native Instruments, y además te entreguen un controlador decente con el que manejar gran parte del software y de la ejecución musical.

Precio

Introducción

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El caballo de batalla de Native Instruments siempre ha sido el software. Por muchas incursiones que hayan hecho lanzando hardware propio, salvo contadas excepciones –algunos productos DJ y poco más– siempre ese hardware se ha tratado de un controlador más o menos complejo cuyo funcionamiento siempre se ha apoyado en un completo paquete de software con el que el hardware se integraba de forma eficaz. Maschine ha sido el evidente ejemplo de esa filosofía, un hardware que aparentemente guarda el aspecto de las clásicas MPC, pero cuyas posibilidades van mucho más allá porque es un controlador especialmente diseñado para un software que corre en un ordenador y que además aprovecha los instrumentos virtuales de la marca y su poderosa colección de librerías para Kontakt.

El producto que analizamos hoy, la Maschine Mikro MK3 es si cabe un ejemplo más evidente de todo esto, ya que el controlador se ha reducido a la mínima expresión –si lo comparamos con la Maschine MK3–, se ha. reducido también su precio con respecto a anteriores versiones, pero se mantiene un completo paquete de software que acompaña al producto y que trata de dar valor a la compra. Dado el bajo coste del producto, está orientado a principiantes en producción, aunque también su marketing parece enfocado a aquellos que ya llevan tiempo produciendo pero necesitan algo portátil para hacer cosas “en el camino”.

¿Consigue este económico controlador y su software complementario ser una alternativa interesante para los que quieren empezar en el mundo de la producción? ¿Es comparable a soluciones hardware autónomas? ¿Puede satisfacer a gente más experimentada? Tratamos de responder a todo eso en el presente artículo.

Unboxing e instalación

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El producto se presenta de forma muy espartana, una sencilla cajita de cartón marrón con el tamaño justo para contener el controlador protegido por corcho blanco y una bolsita de plástico, un cable USB, un sobre con la tarjeta de registro del producto, unas pegatinas y las instrucciones de seguridad que Europa obliga a incluir en cualquier producto electrónico.

Para instalar el producto simplemente hay que conectarlo por USB –no necesita más alimentación–, dar de alta una cuenta en la web de Native Instruments, descargar su gestor de software Native Acces, e introducir en el gestor el número de serie del producto que viene en la tarjeta de registro. Automáticamente aparecen en Native Access una gran cantidad de productos software para instalar, que son tanto el software propio de producción de Maschine, como todas las librerías e instrumentos virtuales que lo acompañan. Estos son:

  • Maschine 2 Essentials: versión específica del software Maschine para este controlador.
  • Maschine 2 Factory Selection: una selección de la librería de sonidos que acompaña a la Maschine MK3. Dado que es una versión reducida del controlador lo que tenemos, la selección de sonidos han decidido recortarla también.
  • Massive: sintetizador virtual, muy reconocido estos últimos años en producción de estilos con bajos agresivos cargados de modulaciones como el dubstep y el brostep.
  • Prism y Mikro Prism: sintetizador de modelado físico basado en los nuevos módulos de Reaktor. Mikro Prism es unaversión muy recortada –70 presets con unos pocos parámetros con los que jugar–.
  • Monark: sintetizador virtual monofónico basado en el Minimoog Model D.
  • Play Series Selection: librería que comprende una selección de sonidos de las librerías comerciales Analog Dreams, Ethereal Earth e Hybrid Keys.
  • Reaktor Factory Selection R2: cuatro instrumentos basados en Reaktor para ejecutar un total de 200 presets.
  • TRK-01 Bass: generados de bajos basado en TRK-01, otro sintetizador más realizado con Reaktor.
  • Expansions Selection: 1.5gb de sonidos recopilados de la librerías comerciales disponibles para Maschine.
  • Kinetik Treats: un instrumento a base de muestras basado en Kontakt. Los sonidos giran en torno a juguetes infantiles antiguos.

En total se instalarán casi 9gb de software y librerías. Además de lo incluido, el software puede utilizar cualquier otro instrumento de Native Instruments que adquieras, así como instrumentos VST y Audio Unit que tengas adquiridos o planees comprar.

Construcción y controles

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Centrándonos en el dispositivo físico, lo que tenemos es un controlador de 16 pads fabricado en plástico y goma. El diseño sigue las mismas líneas que la marca estrenó con la Maschine MK3 y que han trasladado tanto a sus teclados como a los controladores DJ: líneas rectas, color negro, botones negros con la rotulación retroiluminada, nada de serigrafías sobre el cuerpo del aparato. El plástico no es sinónimo de malos acabados, el controlador parece bien construido y a la vez es ligero, se podría transportar en una mochila sin mayor problema, y seguramente has transportado libros mucho más pesados.

La parte derecha del controlador tiene los pads con cuatro botones de modo sobre ellos, mientras que a la izquierda tenemos el resto de controles, todos botones salvo tres elementos: un encoder, una pequeña pantalla OLED y una tira táctil con 4 modos de uso. La tira táctil sólo se distingue del resto del cuerpo del aparato sólo al usarla, porque sobre ella hay una tira de pequeños leds multicolor. El encoder es decente, al estilo del que montan la S4 y S2 MK3, y la pantalla tiene un brillo que garantiza su visibilidad en cualquier situación, aunque su utilidad es algo limitada dado su tamaño, y según cómo coloques el controlador en tu escritorio y la altura de tu campo de visión, esta puede quedar ocultada por el encoder que tiene debajo.

Los pads son de una goma más dura que en anteriores maschines, pero debo destacar que el tacto de los mismos es muy agradable, una goma muy suave, y su sensibilidad es perfecta –puedes ajustarla desde las preferencias del software–. La iluminación RGB de los mismos es adecuada pese a alimentarse únicamente por USB el controlador. Los botones tienen un tacto casi igual de agradable, la pulsación es lo suficientemente dura como para no accionarlos por error sin resultar incómoda, aunque el sonido que hacen al pulsarlos es algo “feo”. De todos modos cuando uses el controlador lo que debería estar escuchando es música.

Al no llevar tarjeta de sonido el aparato únicamente tiene en la parte trasera un conector USB tipo B para conectarlo al ordenador. La firmeza del conector es adecuada y el cable incluido encaja perfectamente y sin holguras extrañas. El controlador tiene una cierta inclinación en el panel superior, no es mucha pero lo justo para que sea cómodo de usar aunque lo tengas un poco lejos.

En uso

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Una vez más llevé a cabo mi tradicional forma de probar algo: no mirar absolutamente ningún manual o guía para comprobar lo intuitivo de su diseño. Había usado hace años una Maschine Studio, pero únicamente fue para un artículo y el workflow del sistema Maschine lo tenía bastante oxidado; mejor que mejor.

El software Maschine estructura las creaciones en “escenas”, cada escena contiene diferentes patrones agrupados por los “grupos”, que son los sonidos sampleados e instrumentos a través de los que suenan esos patrones. Puedes grabar en una misma escena patrones de diferentes longitudes para cada grupo, y los patrones pueden simplemente disparar sonidos de percusión, o melodías y acordes de instrumentos. No es necesario cargar un instrumentos para grabar una melodía o acordes, ya que puedes coger cualquier sample y usando el modo “keyboard” del controlador tocar con ese sonido. Una vez tienes claro esto, que es algo de lo que te das cuenta pegando un vistazo rápido a cualquiera de los proyectos de ejemplo que vienen incluidos, no es muy difícil adivinar las funciones que activa cada botón del controlador, aunque las funciones de edición quizá necesiten una consulta rápida del manual, especialmente para tener claro en qué momentos las puedes usar. Bastantes botones tienen funciones secundarios que se activan pulsando el botón Shift del controlador al tiempo que pulsas el botón en cuestión, los pads tienen también muchas de esas funciones secundarias , –albergan principalmente funciones de edición y selección– , y también cumplen con la función de selección de grupo que en la Maschine MK3 cuenta con sus propios botones.

Hay algunas funciones “engañosas”, por ejemplo para subir o bajar de octava al usar un instrumento por software como un sinte, no debes usar la función secundaria de los pads 15 y 16 –Octave +/- – si no con el encoder cambiar el parámetro root note. Los diferentes parámetros que puedes controlar desde el encoder y la pantalla obviamente si no los investigas o consultas en el manual, no vas a adivinarlos. En general puedes hacer muchísimo desde el controlador, pero en ciertas ocasiones no queda más remedio que tirar de ratón para hacer ciertas cosas, por ejemplo para navegar por sonidos, ya que la pantallita resulta insuficiente. De todos modos no hay que olvidar que estamos usando un controlador de 220€ y que además no incluye los encoders de su hermana mayor, tampoco las pantallas o algunos botones específicos. De todos modos, el workflow que obtienes en conjunto con el controlador y el software no está nada mal, y en muy poco tiempo puedes aprender las funciones básicas relativas a secuenciar tus beats y melodías. Dedicándole más días ya comienzas a ir más allá de cargar programas y presets y puedes empezar a crear tus propios grupos, en los que puedes combinar incluso diversos instrumentos por software o instrumentos y muestras.

También es importante remarcar la gran cantidad de modos, escalas y acordes que el software te permite usar para no colar nada fuera de tonalidad. Si no sabes armonía es una tremenda ayuda para en poco tiempo conseguir resultados rápidos en cualquier género.

El software como valor muy añadido

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Es importante también destacar la buena elección de los instrumentos elegidos, con Prism, Monark y Massive puedes hacer casi cualquier cosas que se te pase por la cabeza, y Prism concretamente me ha parecido sublime. Las licencias de estos tres sintes salen por separado por casi 320€, con lo que si no los tenías de antemano poco menos que es un chollo adquirir esta Maschine. Y aprovecho para comentar que a las empresas de software incluir este tipo de licencias no es algo que les salga gratis por el hecho de que los sintetizadores no sean físicos, para desarrollarlos hay que pagar a técnicos, ingenieros y músicos.

Respecto a las librerías incluidas, la cantidad de muestras que recibes es considerable, y aunque es obviamente menos que con la versión “grande” de Maschine, sigue siendo algo que a la mayoría de principiantes tardará en quedárseles pequeño. Por otro lado, si ya llevas tiempo metido en cuestiones de producción, ya deberías contar con tus propias librerías de sonidos.

La estabilidad, un punto débil

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El único problema destacable que he encontrado usando Maschine ha sido la estabilidad, no tengo claro si es un problema concreto de la versión actual del software o es algo que arrastre, pero he llegado a tener cierres súbitos del software y momentos en que se congelaba todo incluso varias veces en una misma sesión de trabajo y sin tener grandes cargas de CPU –varias veces me ocurrió al ejecutar repetidamente la orden de “deshacer”–. El problema de esto es que siempre perdía todo lo que había estado haciendo la última media hora, lo cual era un fastidio bastante grande. Otros problemillas que el software me ha dado ha sido reconociendo y empleando algunos plugins propios. Con los de Roland Cloud me daba un pequeño problema usando las cajas de ritmos, ya que al asignar cada sonido a un pad se me cerraba la interfaz del plugin cuando no pulsaba el primer pad al que había asignado el primer sonido de la caja… un poco extraño. Varios plugins de AIR no me funcionaban, me aparecían mensajes de error diciendo que no estaban activados cuando en otros programas no he tenido nunca este problema. No he encontrado forma de resolver estas cuestiones.

Conclusiones

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Es complicado pensar en otro producto que por el precio de este te brinde la oportunidad de poder realizar de forma rápida tus propias creaciones musicales y con un sonido tan bueno como el que ofrecen los instrumentos virtuales y librerías de Native Instruments, y además te entreguen un controlador decente con el que manejar gran parte del software y de la ejecución musical.

Es fácil de instalar, manejar, transportar… y la relación calidad/precio tanto del controlador como del paquete de software incluido es difícil de batir por cualquier competidor del mercado. Obviamente tiene sus elementos mejorables, creo que una pantalla ligeramente más grande no habría supuesto una alteración especial en los costes de producción, y probablemente la hubiera ubicado donde el encoder no dificulte su visualización. La tira táctil quedaría bien que quedara mejor enmarcada, a veces olvidas donde está y la tocas sin querer… aunque todo esto en cualquier otro controlador pequeño que trata de abarcar muchas funciones siempre ocurre, por mucho que trabajes la ergonomía tendrás que elegir entre dejar funciones fuera o que alguna sea incómoda, Native Instruments ha optado por lo segundo y creo que al final eso es lo que más beneficia a los usuarios.

La retroiluminación de los botones me encanta y estéticamente es “killer”, ver únicamente los rótulos en lugar de ver una luz blanca con letras negras en medio es cómodo y elegante. El diseño en general del controlador es actual, y cabe en cualquier mochila, no pesa… Imagino que no es para toda la vida ni indestructible… pero como decía antes, por el precio que pagas sencillamente no puedes pedir más.

Una verdadera lástima que todo quede un poco ensombrecido por los problemas de estabilidad que me ha dado el software. Espero sinceramente que lo puedan solucionar, o Native Instruments estaría dejando escapar la oportunidad de vender muchísimo este producto tan completo.

Lo mejor:

  • Precio insuperable, sólo por las licencias de los instrumentos virtuales incluidos ya merece la pena.
  • Controlador ligero, compacto y bien construido.
  • “Fácil” es una palabra que resume el producto: de instalar, configurar, usar…

Lo peor:

  • Cierta inestabilidad del software.
  • Algún que otro detalle sobre ubicación de controles.

En tiendas

Teo Tormo
EL AUTOR

He trabajado como productor musical y discjockey. Desde hace años investigo y analizo la tecnología musical aplicada al DJ, buscando siempre las herramientas más innovadoras y observando su impacto en la industria musical.

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