Bricosound (XV): La ventana

La cosa empieza a complicarse, y no es para menos. En el artículo anterior diseñamos y colocamos la entrada de cables, un tema espinoso. A partir de entonces quedarán temas muy difíciles de abordar desde la parte del diseño como en este caso, la ventana.

Después de vueltas y vueltas a la cabeza, tuvimos un diseño bastante aceptable. Este consistía en montar una ventana a parte (el cristal y el marco) y después empotrarla en el hueco de la cabina.
En el diseño de materiales para la cabina, concretamente los cristales, nos decantamos por acristalamiento doble laminado de diferente grosor. Estos datos los obtuvimos revisando las experiencias de otros usuarios de Internet, especificaciones técnicas de materiales etc..


En definitiva: dos cristales laminados de 5+5 y 6+6 con una cámra de aire de 9 cm entre ambos. Para el que le extrañe el cambio de tamaño, comentar que esto se hace para evitar ondas estacionarias. Así mismo, recomiendan que ambos cristales no estén paralelos tampoco animando a inclinar unos 5 grados el cristal que queda dentro de la cabina.
Esto último, a riesgo de que aparecieran las temidas ondas estacionarias no lo hicimos por miedo a que no quedara bien la ventana.

Lo primero que hicimos fue coger una tira de DM de 16 mm tan larga como el perímetro total de la ventana. Teníamos retales para esto así que no fue muy difícil.
En esta tira de DM hicimos, con ayuda de una fresadora, los canales por donde iría cada uno de los cristales, respetando el grosor de los mismos para que estos se ajustasen lo mejor posible.

En la imagen de arriba queda cortar el borde de la izquierda de tal forma que quede ajustado al canal como en el borde de la derecha. No obstante este sería el perímetro de la ventana.
Una vez tuvimos el marco, cortamos cada uno de los lados, los lijamos, imprimamos con imprimación para madera y los pintamos con pintura negra esmalte (por cierto, que apareciendo ya referencias a la pintura es buena señal, ¿no creéis? ).


Si os fijáis en este detalle del marco podeis ver un rebaje en el borde. Esto debería hacerse en dos partes del marco enfrentadas de tal forma que todo el conjunto encaje perfectamente. La otra opción es, mediante un inglete, contar los laterales de cada parte del marco a 45 grados de tal forma que encajen perfectamente entre todos. Para gustos colores.

La ventana que estamos construyendo quedará de por vida empotrada en la estructura de la cabina sin posibilidad de quitarla así que, ¿Y si con diferencias de temperatura grandes entre el interior y exterior de la cabina se genera vaho y humedad entre los cristales y quedan manchados? Eso es impredecible aunque se pueden buscar soluciones que pueden paliar este fenómeno. Entre ellas está el usar bolas de gel de silicio, bolsitas como las que vienen en el calzado, bolsos y otros productos y que contienen este material con el fin de absorber la posible humedad que aparezca en los artículos. Pero dejar un par de bolsas de gel de silicio dentro de la ventana no nos parecía demasiado bonito (de nuevo, para gustos colores) así que decidimos hacer una serie de agujeros en la madera base de medio centímetro aproximadamente y dejar en los agujeros varias bolas de gel de silicio.




Cuando ya tuvimos todo listo, tocaba la parte de quirófano: montar la ventana en un entorno lo más aséptico posible, lejos de motas de polvo y otras partículas que quisieran quedarse por los restos entre dos paredes de cristal. ¿El lugar elegido? El salón de casa, que no estaba entonces para operar a corazón abierto a una persona pero era la mejor opción.

Al incrustar los cristales en el marco rellenamos los canales con silicona negra de tal forma que quedaran los cristales totalmente sellados.


Para sellar la ventana lo hicimos con pegamento “No más clavos” en la madera y así evitar ningún golpe mal dado ni vibración que hicieran que los cristales se rompieran.

Una vez que tuvimos la ventana completamente terminada había que empotrarla en la estructura de la cabina: Un gran paso para nosotros y un paso despreciable para la humanidad, pero qué ilusión nos hacía!
La fijación la hicimos con espuma de poliuretano. Esa cosa tan curiosa que ya comentamos en artículos anteriores. Tan puñetera y tan eficaz a la vez.






Una vez que dejamos secar la espuma de poliuretano un tiempo más que prudencial, cortamos todo el sobrante del mismo quedando la ventana tal y como podéis ver. Cementario de alguna que otra partícula y por qué no decirlo… un dedazo que se nos escapó.

Ventana del estudio limpia


ventana de bricosound empotrada

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