Memeces como las de los 20.000 millones avalan posiciones crispadas de trazo grueso como éstas, que son aplaudidas por mucha gente, cada vez más.
Lo de las subvenciones es un tema delicado y ante situaciones de estrechez entiendo que hay que vigilar para qué y quiénes.
Eso sí, que no sean tarugos de pecho ancho (de corazones henchidos de fervor mayormente) acaparando españolismo los que decidan, es más, que sea como en el antiguo régimen (para el que no haya estudiado lo que había antes del estado moderno surgido después de la revolución francesa), que decida un cuerpo de titulados con criterio.
El populismo lo que reclama es una soberanía popular tan de algarada como los bolcheviques en sus buenos tiempos, aunque no hay mucho que imaginar para entender que la cosa acaba en algo no tan diferente, salvo que hay un caudillo, una camarilla y favorecidos por el heroísmo y favores prestados, en vez de cándidos e
inclusivistas; arribistas de mafia portuaria a algún matón ( o matón in pectore o a la manera).
Todo bastante ridículo; pero, sobre todo, feo.
¿Qué música se escucharía y qué cine se vería en el paraíso
ehpañó de los hombres con un par y las virtudes de siempre?
Es para sanidad y educación...rojos de mierda, 2022