¡Qué crisis! ¡Esto es un nuevo escenario!

zoolansky
#1 por zoolansky el 03/05/2012
Tanta mala noticia en Off-topic, tanto hablar de crisis, de lo malos que son los que nos gobiernan y nos gobernaron, etc. etc. etc.,... me parece que necesitamos una nueva visión de las cosas para no acabar pegándonos un tiro de la depresión... Aquí va, para quien esté ya un poco harto de quejarse y/o de los que se quejan constantemente:

¡Qué crisis! ¡Esto es un nuevo escenario!

¿Han oído Vds. ese chiste, con toda la pinta de estar basado en la realidad más castiza, que cuenta que un tabernero andaluz ha colgado en la pared de su taberna un letrero que dice “prohibido hablar de la cosa” y que cuando los parroquianos le preguntan qué es la cosa, explica que cada vez que entra un cliente y se acoda en la barra lo primero que pregunta es ¿qué, cómo va la cosa?.

Miren, les voy a pedir un favor, y les voy a hacer una promesa. El favor es que nadie me vuelva a hablar ya nunca más de la crisis (de la cosa). A partir de ahora, si no les importa, vamos a hablar de nuevo escenario o de nueva situación, pero no volvamos a hablar de crisis. ¡Me tienen rayado con la crisis! como diría un adolescente...

Y esto ¿por qué? Dos razones y no solo una son las que me animan a pedirles este favor.

La primera porque tenemos que empezar a llamar a las cosas por su nombre y esto ya no es una crisis. Cuando hablamos de crisis estamos dando por sentado que algún día las cosas volverán a ser como antes. Y eso no va a ocurrir. Si quieren podemos reservar el término crisis para el periodo de estrés implícito a cualquier trasformación. Cuando una oruga se trasforma en una mariposa podemos considerar que pasa una crisis en algunos momentos puntuales de ese proceso, pero visto en perspectiva, lo que le ocurre no es una crisis sino una transformación, por cierto, en algo mucho más hermoso que antes. Llevamos ya casi cinco años, desde que empezó la cosa, hablando de crisis, ¿no es demasiado tiempo como para que empecemos a comprender que esto es algo más que una crisis pasajera más o menos pertinaz? Si dura otros diez años ¿seguiremos hablando de crisis? Seamos realistas, lo que está pasando es que está cambiando el escenario. Y como nadie nos ha preguntado, el cambio no nos gusta. Pero, ¿quién sabe?, a lo mejor es para bien. En el nuevo escenario el sistema financiero va a ser bastante distinto del actual (no es una mala noticia necesariamente), la relación entre los países va a ser también diferente a la que ha sido hasta ahora, los países que van a tener poder van a ser otros, los modelos de negocio de muchas empresas actuales van a desaparecer o a reducirse sustancialmente y aparecerán otros nuevos y diferentes, los hábitos de consumo y de vida serán otros (ya estamos viendo cambios muy significativos), los modelos de “bienestar” serán sustituidos seguramente por modelos de “biencurrar” ,y la gente que estará montada en el dólar también serán otros diferentes a los que han estado montados hasta ahora. Es decir: un cambio. La vida es cambio y el cambio es vida. ¿Dónde está el problema?

Bueno, el problema está en los que tenemos algo o mucho que perder con el cambio, pero no en los que sólo tienen que ganar porque ahora mismo no tienen nada que perder. El nuevo escenario serán nuevas oportunidades que algunos aprovecharán como otros aprovecharon las anteriores.

La segunda razón que me lleva a pedirles no volver a mencionar “la cosa” es puramente práctica: cada vez que la mencionamos engorda. Entre otras causas porque “la cosa” tiene su origen en el cerebro de todos nosotros: se trata de una crisis de confianza, de puro miedo, que limita el consumo y las inversiones y eso genera círculos retroalimentados que afectan a todos los niveles. Es decir, que cada uno de nosotros podemos estar haciendo o no haciendo cosas que la mantienen viva más tiempo. Y en ese sentido les ruego a los medios de comunicación que revisen el enfoque de sus noticias económicas (es decir, de sus noticias). No se puede salir de una situación de este tipo si todos los días se levanta uno escuchando una selecta colección, adecuadamente ampliada y dinamizada, de todas las consecuencias y facetas negativas que “la cosa” nos proporciona. Les sugiero que hagan un esfuerzo por ayudarnos a todos ofreciéndonos un enfoque de normalidad que sustituya al de alarma nuclear cada vez que la prima de riesgo se dispara. (¿Recuerdan?: los expertos nos dijeron que a los 400 puntos nos intervenían el país, hasta que llegamos a los 464 y no pasó nada).

Estos procesos transformativos vistos en perspectiva son bastante positivos: limpian el mercado de empresas no competitivas, impulsan el esfuerzo por mejorar, ofrecen nuevas oportunidades a personas y grupos que nunca los hubieran tenido, cambian las reglas del juego político, rompen los paradigmas de un pensamiento acomodado y son la oportunidad de producir cambios que, sin ellos, serían impensables.
Por ejemplo el derroche del gasto público. Era algo a lo que ya casi hasta nos habíamos acostumbrado. Lo considerábamos parte del sistema. Pero todos veíamos que eso estaría bien que cambiara y a la vez que resultaba prácticamente imposible cambiarlo. Bueno, pues ahora no solo es posible, sino que va a ser obligatorio. Con el consumismo privado nos pasaba lo mismo. Nos sorprendía en los viajes fuera de Europa descubrir que se podía ser feliz con mucho menos, pero nosotros no nos atrevíamos a probarlo. Ahora vamos a experimentarlo en propia carne. Y ¡verán qué bien!, ¡Hay otras maneras de superar una depresión que no sea yéndose de compras!

Tengamos en cuenta que “la cosa” durará tanto como nosotros tardemos en aceptar que no es una crisis, que es un cambio de escenario. Y que, dado lo que nos estamos resistiendo, tiene pinta de que va a durar bastante. El cambio tiene que completarse, es ley natural. El sistema tiene que reajustarse de nuevo.

Para que este reajuste se produzca lo antes posible es imprescindible que aceptemos algunas premisas básicas. La primera es que no tenemos dinero para mantener el ritmo de gasto público y privado que hemos llevado hasta ahora. Pero lo que se observa es que aquí seguimos en la fiesta con la copa en la mano y la música a todo trapo. Nos quejamos porque nos han bajado un poco la música y a algunos los han echado de la fiesta, pero la mayoría, aunque con un poco de miedo de que también les echen a ellos, seguimos bailando sin mirar el reloj y sin pensar en la factura. ¡Ya verás el susto que nos llevamos cuando la fiesta se apague de verdad y veamos la cara de todos los que llevan años en la cola intentando entrar sin tener ninguna oportunidad de hacerlo y encima les pedimos que nos limpien la discoteca.
Es necesario que comprendamos rápidamente este sencillo mensaje: ¡no tenemos dinero para llevar el ritmo de vida que hemos llevado hasta ahora!. Por tanto los recortes no es que sean necesarios, son imprescindibles. Podemos debatir acerca de la prioridad de los mismos, pero en todos los actos de protesta me cuesta encontrar cuál es la alternativa que proponen. Todo el mundo transmite el mismo mensaje: ¡a mí, no!

Y por supuesto que, a la vez que fijamos la mirada en el corto plazo y recortamos gasto, necesitamos levantar la mirada al largo plazo, preocuparnos de los ingresos y hacernos la pregunta del millón: En este nuevo escenario que está naciendo ¿Cómo vamos a competir? ¿Cómo va a competir Europa? ¿Cómo va a competir España? ¿Cómo va a competir el País Vasco? ¿Cómo va a competir Gipuzkoa? ¿Cómo va a competir Vd. mismo?. La competitividad estratégica hay que planificarla, invertir en ella, apostar fuerte. Empieza a perfilarse con bastante claridad la forma en la que van a competir algunos países y regiones. Pero aquí se oye muy poco hablar de esto. Estamos centrados en resistirnos a los recortes.

Por estas razones les ruego que a partir de ahora hablemos de nuevo escenario, el que está empezando a surgir, el que se está empezando a perfilar, el que nos acompañará las próximas décadas. Y respecto a mi promesa: ¡yo les juro que a partir de ahora no volveré a usar nunca más la palabra crisis en vano!

José Manuel Gil
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ups!
#2 por ups! el 03/05/2012
Ayer lo comentaba con un colega profesional en una jornada de "miércoles al sol" : dejémos de contarnos penas y angustías porque es lo que hay y se quedará. Me apuntó una cosa muy graciosa, tristemente graciosa pero de un nivel filosófico brutal: Hablemos de esa família pija que sale en la tele "los Alcántara" :)
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fakie
#3 por fakie el 03/05/2012
Muy bueno! Estoy por poner un cartel aquí en la tienda , todos los días la misma conversación matutina... prohibido hablar de la cosa!!!! Ahora es" metamorfosis" jeje... saludos y ánimo!
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Gracias a todos
#4 por Gracias a todos el 03/05/2012
Qué marrano eres, Chema...siempre hablando de la cosa...
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Gracias a todos
#5 por Gracias a todos el 03/05/2012
zoolansky escribió:
Estos procesos transformativos vistos en perspectiva son bastante positivos: limpian el mercado de empresas no competitivas, impulsan el esfuerzo por mejorar, ofrecen nuevas oportunidades a personas y grupos que nunca los hubieran tenido, cambian las reglas del juego político, rompen los paradigmas de un pensamiento acomodado y son la oportunidad de producir cambios que, sin ellos, serían impensables.


Lo malo es que el salfumán va a dejar tieso todo...
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ups!
#6 por ups! el 03/05/2012
zoolansky escribió:
...cambian las reglas del juego político


jejje esto no lo había visto. Si, ahora se pueden cazar elefantes. Permíteme que tenga mis dudas, la política es "política" como el futbol es "futbol" que dijo aquel.
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patrolio
#7 por patrolio el 03/05/2012
zoolansky escribió:
la gente que estará montada en el dólar también serán otros diferentes a los que han estado montados hasta ahora.


:roll:

zoolansky escribió:
Es necesario que comprendamos rápidamente este sencillo mensaje: ¡no tenemos dinero para llevar el ritmo de vida que hemos llevado hasta ahora!. Por tanto los recortes no es que sean necesarios, son imprescindibles. Podemos debatir acerca de la prioridad de los mismos, pero en todos los actos de protesta me cuesta encontrar cuál es la alternativa que proponen. Todo el mundo transmite el mismo mensaje: ¡a mí, no!


:^o

A mí me suena a propaganda antidisturbios, la verdad, mal disfrazada de buen rollito.
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Gracias a todos
#8 por Gracias a todos el 03/05/2012
No te extrañe...
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Ed_Saxman
#9 por Ed_Saxman el 03/05/2012
A ver si leyendo ese tipo ese tipo de panfletos nos entra a todos síndrome de estocolmo...

Los síntomas son estos:

- Tanto la víctima como el autor del delito persiguen la meta de salir ilesos del incidente, por ello cooperan.
- Las víctimas tratan de protegerse, en un contexto de situaciones que les resultan incontrolables, por lo que tratan de cumplir los deseos de sus captores.
- Los delincuentes se presentan como benefactores ante los rehenes para evitar una escalada de los hechos. De aquí puede nacer una relación emocional de las víctimas por agradecimiento con los autores del delito.
- Con base en la historia de desarrollo personal, puede verse el acercamiento de las víctimas con los delincuentes, una reacción desarrollada durante la infancia. Un infante que percibe el enojo de su progenitor, sufre por ello y trata de «comportarse bien», para evitar la situación. Este reflejo se puede volver a activar en una situación extrema.
- La pérdida total del control que sufre la víctima es tan difícil de llevar, que trata de hacerlo más soportable convenciéndose a sí misma de que todo tiene algún sentido, lo que puede llevarla a identificarse con los motivos de los autores del delito.

"En las relaciones de abuso y control, las víctimas tienen la sensación de andar siempre "con pies de plomo", temerosas de decir o hacer algo que pudiera dar lugar a un estallido de violencia. Para sobrevivir, comienzan a ver el mundo desde la perspectiva del abusador.
Empiezan a arreglar las cosas que podrían dar lugar a un estallido, actúan de modos que saben que agradarán al abusador o evitan aspectos de sus propias vidas que podrían causar un problema. Entonces la mayoría de nuestras acciones están basadas en nuestra percepción de la posible reacción del abusador. Empezamos a centrarnos en las necesidades, deseos y hábitos del abusador/controlador."


No les sigamos el juego. "La cosa" es la imposición de un modelo ideológico que solo beneficia a unos pocos.
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Ed_Saxman
#10 por Ed_Saxman el 03/05/2012
La remodelación del mundo, emprendida por los poderosos para que los débiles pierdan lo poco que han conseguido a lo largo de décadas de lucha, pone de manifiesto que la deriva neofascista de este decadente sistema obliga a recuperar términos para entender las posiciones personales mas allá de la pantomima partidista.

Colaboracionistas: derivado del francés collaborationniste, término atribuido a todo aquello que tiende a auxiliar o cooperar con el poder establecido. Entendida como forma de traición, surge como referencia a la cooperación del gobierno y de los ciudadanos de un país con las fuerzas de ocupación Nazi durante la segunda guerra mundial. La actitud opuesta al colaboracionismo -la lucha contra el invasor- es representada históricamente por los movimiento de resistencia.
Los colaboradores o colaboracionistas muchas veces actúan esperando a cambio seguridad pero también por coacción o miedo. En otros casos, esperan obtener ganancias, enriquecimiento y favores del enemigo. Frecuentemente, por eso, asimilan la ideología y el comportamiento del opresor, invasor, o dominador.

Mansos: La mansedumbre es calidad de manso; es poder bajo el absoluto control y no es debilidad como ocurre con la violencia, o es una violencia contra sí mismo, y que contrarresta la erupción del volcán de la ira que nos deja sin control a expensas de las arbitrariedades. Se manifiesta especialmente en la disposición a ceder sus propios derechos en provecho de otros, o en la tendencia a evadirse completamente de la realidad, como si no fuera con ellos, lo que conlleva a una falta elemental de sentido crítico, gran maleabilidad y permeabilidad ante el miedo, el marketing, populismos, nacionalismos, o cualquier otra forma de manipulación industrial de la conciencia.

Resistentes: Las resistencias son aquellas conductas de oposición frente a las estrategias externas u obligaciones cotidianas, que nacen del interés emancipatorio y tienen por objetivo desarticular formas de dominación explícitas o implícitas del sistema. Interesándose por las estrategias de oposición a una realidad que se asume como natural, a través de sus reivindicaciones se dota de significado político a lo que hasta entonces era considerado del plano privado. De esta manera rompen con los límites de lo establecido como política, asumiendo que "todo es político".
Se puede entender el término también como mecanismo de protección social, consciente o inconsciente, que puede superar la mayoría de las veces a las estrategias de dominación que se manifiestan a través del control social.
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Monza
#11 por Monza el 03/05/2012
Este texto quien lo ha escrito: Rajoy? De Guindos? Montoro? Santamaria?

En una cosa le doy la razon al texto... en que esto no es una crisis... es una p&%a estafa... si a esto le quieres llamar "cambio de escenario" pos nada... vete a la mierda...
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Ed_Saxman
#12 por Ed_Saxman el 03/05/2012
NEOLENGUA para el nuevo orden mundial:

No diga congelar el salario mínimo, diga “mejorar la competitividad”.

No diga violencia machista, diga “violencia en el entorno familiar”.

No diga recesión, diga “tasa negativa de crecimiento económico”.

No diga copago ni mucho menos repago: es un necesario “ticket moderador”.

No diga recortes, diga “reformas”. No diga empleo precario, diga mejor “minijob”.

No diga abaratar el despido, diga “flexibilizar el mercado laboral”.

No los llame patronal o empresarios, llámelos “emprendedores”.

No critique las rebajas fiscales a los más ricos, son “ayudas a los ahorradores”.

No hable de regalar dinero público a la banca con un banco malo, se trata de “facilitar la gestión activa del patrimonio dañado de las entidades financieras”.

No cuestione un gabinete de puerta giratoria, con los lobbies en el Consejo de Ministros: alabe su preparación empresarial.

No critique a un ministro de Defensa que ha pasado los últimos 16 años a los dos lados del misil –comprándolos desde la Administración o vendiéndolos desde las fábricas de armas–: elogie su “experiencia en el sector”.

No recuerde a Lehman Brothers, sus directivos nunca han sido responsables de lo que pasó.

No prometa ante la Constitución, mejor jure ante la Biblia.

No hable de Estado aconfesional, elogie a dios como “legislador del universo”.

No lo llame matrimonio, que las peras son peras, las manzanas son manzanas y la mujer-mujer es alcaldesa de Madrid.

No diga Educación para la ciudadanía, diga mejor religión.

No lo llame subida de impuestos: es un “recargo temporal de solidaridad”

Y deje de culpar al sistema del paro, de la situación económica o de la lluvia, que eso es cosa del pasado: ahora es culpa de la “herencia recibida” de la “hemorragia de la deuda”, de la “coyuntura económica general” y de la “crisis internacional”.

Pero sobre todo, no diga "crisis"... Llámelo cambio de escenario.

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Marqués de Rabotieso Baneado
#13 por Marqués de Rabotieso el 03/05/2012
¿Qué ven mis ojos, UN HILO POLÍTICO? Como lo vea Nemessiah! a.k.a Mus Musculus ® "se va a habé un follón" :twisted:
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Gracias a todos
#14 por Gracias a todos el 03/05/2012
#12

Totalmente de acuerdo, este lengüaje que trasciende el anterior políticamente correcto, para entrar sin reparo alguno en el aufemismo barato y en el engaño más indisimulado; pero, claro, si seguimos escribiendo haber por a ver con malos atavíos empezamos para defendernos...
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patrolio
#15 por patrolio el 03/05/2012
A mí lo que me suena verdaderamente tenebroso, hasta el punto del escalofrío, es el párrafo que he subrayado donde ignora deliberadamente las propuestas alternativas, básicamente representando a la gente que protesta como chiquillos malcriados o deficientes intelectuales.

Alternativas se han propuesto, y muchas, con distintos grados de sofisticación, desde los más altos púlpitos neokeynesianos hasta los mismos trabajadores afectados. ¿Hace falta repetirlas una vez más o se va a seguir con el "habla chucho que no te escucho" y el cuento de que nadie propone nada y sólo gritan y queman contenedores?

Aumento moderado de la inflación, impuestos a las transacciones financieras, regulación de las prácticas especulativas a corto plazo, persecución del fraude fiscal, sanciones internacionales a los paraísos fiscales...

Respecto al gasto público: transparencia, transparencia y transparencia. Los presupuestos detallados fijados en un corcho a la entrada de cada organismo público. El contribuyente preocupado por los dispendios que tenga sugerencias sobre cómo optimizarlos, que los estudie y proponga alternativas. La varita mágica de la privatización en sectores donde es imposible tener una verdadera competencia es un cuento chino, que ya sabemos cómo acaba.
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