cucio escribió:
El debate es el de siempre: ¿quién decide qué es justo? ¿La justicia es comparable a una magnitud física que surge del equilibrio de las tensiones del mercado? ¿Introducir criterios éticos en su determinación crea ineficiencias que abocan el sistema al fracaso o, por contra, actúa como amortiguador social y crea una sociedad más relajada y estable?
Complicado lo veo. El problema es que el
filthy lucre nos mueve a todos en mayor o menor medida (para mi por ejemplo un salario alto no es tanto una cuestión de dinero como de ego, sentirme valorado) y por otra parte las ineficiencias del mercado (nunca hay información y competencia perfectas) crean desigualdades que son inaceptables. El equilibro entre ambas cosas supongo que maximiza el bienestar general y también el crecimiento, si lo piensas bien ambas cosas se realimentan.
Yo ante la duda opto antes por el mercado que por la economía dirigida, porque prefiero menos "equidad escogida por terceros" y mayor libertad de elección. No se trata de garantizar derechos a la mayoría, se trata de garantizarlos a cada indivíduo. Mola sacrificar los derechos de otro "por el bien común" pero no mola nada que sacrifiquen los tuyos. Como dice un amigo, me gusta el concepto de redistribución de la riqueza, pero coño, que redistribuyan la de otro
No estoy en contra de que se apliquen valores como la equidad y fraternidad en nuestras leyes, pero tengo mis dudas que pueda hacerse por encima de los derechos y libertades básicas de algunos.
Apuntaba como interesante al otro párrafo porque expresa bien lo que creo, que vivimos en una democracia aparente (votas cada 4 años y en paz, pero en realidad ni siquiera lo que votas determina las leyes) y en un estado de derecho (sólo que no todos somos realmente iguales y en realidad la oligarquía sigue estando por encima de la ley)... ya no somos aparceros, nos han hecho accionistas de la Sociedad Feudal SA, pero en realidad no tenemos ni voz ni voto en el consejo de administración, que utiliza nuestras participaciones para mantener sus privilegios. Sigue habiendo amos y siervos.
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