Sea compositor en una semana

pirator
#1 por pirator el 28/01/2010
LA AVENTURA DEL CONOCIMIENTO Y EL APRENDIZAJE


Por Alejandro Dolina.

La velocidad nos ayuda a apurar los tragos amargos. Pero esto no significa que siempre debamos ser veloces. En los buenos momentos de la vida, más bien conviene demorarse. Tal parece que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Premura en lo que molesta, lentitud en lo que es placentero. Entre las cosas que parecen acelerarse figura -inexplicablemente- la adquisición de conocimientos.

En los últimos años han aparecido en nuestro medio numerosos institutos y establecimientos que enseñan cosas con toda rapidez: "....haga el bachillerato en 6 meses, vuélvase perito mercantil en 3 semanas, avívese de golpe en 5 días, alcance el doctorado en 10 minutos....."

Quizá se supriman algunos... detalles. ¿Qué detalles? Desconfío. Yo he pasado 7 años de mi vida en la escuela primaria, 5 en el colegio secundario y 4 en la universidad. Y a pesar de que he malgastado algunas horas tirando tinteros al aire, fumando en el baño o haciendo rimas chuscas.

Y no creo que ningún genio recorra en un ratito el camino que a mí me llevó decenios.

¿Por qué florecen estos apurones educativos? Quizá por el ansia de recompensa inmediata que tiene la gente. A nadie le gusta esperar. Todos quieren cosechar, aún sin haber sembrado. Es una lamentable característica que viene acompañando a los hombres desde hace milenios.

A causa de este sentimiento algunos se hacen chorros. Otros abandonan la ingeniería para levantar quiniela. Otros se resisten a leer las historietas que continúan en el próximo número.

Por esta misma ansiedad es que tienen éxito las novelas cortas, los teleteatros unitarios, los copetines al paso, las "señoritas livianas", los concursos de cantores, los libros condensados, las máquinas de tejer, las licuadoras y en general, todo aquello que no ahorre la espera y nos permita recibir mucho entregando poco.

Todos nosotros habremos conocido un número prodigioso de sujetos que quisieran ser ingenieros, pero no soportan las funciones trigonométricas. O que se mueren por tocar la guitarra, pero no están dispuestos a perder un segundo en el solfeo. O que le hubiera encantado leer a Dostoievsky, pero les parecen muy extensos sus libros.

Lo que en realidad quieren estos sujetos es disfrutar de los beneficios de cada una de esas actividades, sin pagar nada a cambio.


Quieren el prestigio y la guita que ganan los ingenieros, sin pasar por las fatigas del estudio. Quieren sorprender a sus amigos tocando "Desde el Alma" sin conocer la escala de si menor. Quieren darse aires de conocedores de literatura rusa sin haber abierto jamás un libro.

Tales actitudes no deben ser alentadas, me parece. Y sin embargo eso es precisamente lo que hacen los anuncios de los cursos acelerados de cualquier cosa.
Emprenda una carrera corta. Triunfe rápidamente.

Gane mucho "vento" sin esfuerzo ninguno.
No me gusta. No me gusta que se fomente el deseo de obtener mucho entregando poco. Y menos me gusta que se deje caer la idea de que el conocimiento es algo tedioso y poco deseable.

¡No señores: aprender es hermoso y lleva la vida entera!

El que verdaderamente tiene vocación de guitarrista jamás preguntará en cuanto tiempo alcanzará a acompañar la zamba de Vargas. "Nunca termina uno de aprender" reza un viejo y amable lugar común. Y es cierto, caballeros, es cierto.

Los cursos que no se dictan: Aquí conviene puntualizar algunas excepciones. No todas las disciplinas son de aprendizaje grato, y en alguna de ellas valdría la pena una aceleración. Hay cosas que deberían aprenderse en un instante. El olvido, sin ir más lejos. He conocido señores que han penado durante largos años tratando de olvidar a damas de poca monta (es un decir).

Y he visto a muchos doctos varones darse a la bebida por culpa de señoritas que no valían ni el precio del primer Campari. Para esta gente sería bueno dictar cursos de olvido. "Olvide hoy, pague mañana". Así terminaríamos con tanta canalla inolvidable que anda dando vueltas por el alma de la buena gente.

Otro curso muy indicado sería el de humildad. Habitualmente se necesitan largas décadas de desengaños, frustraciones y fracasos para que un señor soberbio entienda que no es tan pícaro como él supone. Todos -el soberbio y sus víctimas- podrían ahorrarse centenares de episodios insoportables con un buen sistema de humillación instantánea.

Hay -además- cursos acelerados que tienen una efectividad probada a lo largo de los siglos. Tal es el caso de los "sistemas para enseñar lo que es bueno", "a respetar, quién es uno", etc.

Todos estos cursos comienzan con la frase "Yo te voy a enseñar" y terminan con un castañazo. Son rápidos, efectivos y terminantes.

Elogio de la ignorancia: Las carreras cortas y los cursillos que hemos venido denostando a lo largo de este opúsculo tienen su utilidad, no lo niego. Todos sabemos que hay muchos que han perdido el tren de la ilustración y no por negligencia. Todos tienen derecho a recuperar el tiempo perdido. Y la ignorancia es demasiado castigo para quienes tenían que laburar mientras uno estudiaba.

Pero los otros, los buscadores de éxito fácil y rápido, no merecen la preocupación de nadie. Todo tiene su costo y el que no quiere afrontarlo es un garronero de la vida.
De manera que aquel que no se sienta con ánimo de vivir la maravillosa aventura de aprender, es mejor que no aprenda.

Yo propongo a todos los amantes sinceros del conocimiento el establecimiento de cursos prolongadísimos, con anuncios en todos los periódicos y en las estaciones del subterráneo.
"Aprenda a tocar la flauta en 100 años".

"Aprenda a vivir durante toda la vida".

"Aprenda. No le prometemos nada, ni el éxito, ni la felicidad, ni el dinero. Ni siquiera la sabiduría. Tan solo los deliciosos sobresaltos del aprendizaje".
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MIDI-Creator
#2 por MIDI-Creator el 28/01/2010
Interesante punto de vista el de Alejandro DOlina...pero:

El amor (o su antónimo, el odio) por el aprendizaje, también depende en gran medida de la escuela, de los planes de estudio y de los profesores que te toquen en suerte.

Yo terminé una carrera universitaria (con título y todo) pero salí jurando no volver jamás a pisar un aula escolar (al menos como alumno).

¿Los culpables? Unos cuantos carniceros (que se hacían nombrar "profesores") y que parecía que su objetivo en la vida era reventar a la mayor cantidad de alumnos posible (me tocó pasar por asignaturas en los que reprobaron a más del 90% del grupo).

Tanta presión me originó incluso problemas de salud a los 22 años de edad...problemas nerviosos medio severos (y no comunes en una persona de 22 años), mismos que no se aliviaron sino hasta que terminé la carrera. :evil:

Ufff!!

Desde entonces me volví autodidacta (y ahora aprendo de todo un poco, con más gusto...y sin problemas de salud) :mrgreen:
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Ginastera
#3 por Ginastera el 29/01/2010
Sí, igual Dolina no habla bien de los profesores-carniceros ni mal de los autodidactas. Tu problema, a mi enender, es con una institución no con el aprendizaje en si.
Me parece fantástico el texto, Pirator, muy oportuno difundirlo en estos tiempos que, bueno, ya todos sabemos como son...
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MIDI-Creator
#4 por MIDI-Creator el 29/01/2010
A ver,

dice por ejemplo: "...Quieren el prestigio y la guita que ganan los ingenieros, sin pasar por las fatigas del estudio..."

Yo digo: Bueno, lo que yo leo "entre líneas" simplemente de este renglón, es que el aprendizaje debe ser largo y tortuoso...muy parecido a lo que piensa el clásico y fortachón instructor fisico-culturista cuando te dice: "¿quiere estar en forma? Bien, si no duele, no hay forma".

Esa filosofía del "no pain-no gain" está bien para los mazoquistas pero para estar en forma y tener un físico aceptable, no es necesario desviarse las vértebras cervicales levantando pesas tan enormes, ni acabar bañado en sudor después de una agobiante rutina de 3 horas diarias en el gimnasio....con mucho menos se pueden lograr resultados más que buenos.

también dice: "...Lo que en realidad quieren estos sujetos es disfrutar de los beneficios de cada una de esas actividades, sin pagar nada a cambio..."

Yo digo: Bueno, no es que "esos sujetos" (como el les llama) no quieran pagar nada a cambio, pero tampoco hay por qué pagar en exceso (incluso con tu propia salud, dañándote la columna vertebral) sólo para darle gusto a los partidarios de la errada filosofía del "no pain, no gain".

También se ufana de todos los años que pasó en la escuela: "...Yo he pasado 7 años de mi vida en la escuela primaria, 5 en el colegio secundario y 4 en la universidad...Y no creo que ningún genio recorra en un ratito el camino que a mí me llevó decenios..."

Yo digo: OK, pero y si tuviste la mala suerte de reprobar algún año escolar, repetir asignaturas y si además vas a estudiar diplomados, masestría y docotorado, todavía hay que sumar unos cuantos años más en las aulas...Todo muy bien, pero...

Así vas a salir de las aulas cerca de los 30 años (y a los 40 años, en el mundo de hoy, ya no te quieren dar trabajo porque "ya estás viejo" :roll: ) entonces te queda sólo un lapso de 10 años para cimentar y construir tu tranquilidad financiera (ya no digamos la independencia financiera, tan sólo una cierta tranquilidad :roll: ).

En fin, el estudio es bueno (y necesario), pero como todo, no en exceso...y en cuanto al "no pain, no gain", que lo disfruten los carniceros y los mazoquistas...¡He dicho!
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seiscuerdas
#5 por seiscuerdas el 29/01/2010
acabo de empezar una ingenieria, tengo 28 años, trabajo 8h, músico autodidacta y home studio autodidacta.

Y siempre pienso que debería invertir más tiempo en solfeo e inglés jejejeje

Aupa!
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elploja
#6 por elploja el 29/01/2010
Muy interesante y acertado para los días que vivimos.
Se lo tendrían que leer muchos jovenes de hoy, los del "todo vale", los que quieren todo de inmediato y los que no soportan el fracaso.
Saludos y nnhorabuena por el atículo. Un maestro.
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Nox
#7 por Nox el 02/02/2010
Tal cual. Yo aguanté hasta los 26 y acabé sin el título, con una depresión grave con crisis de ansiedad diarias, autolesiones y yo q se mas, y cada vez q veo mi sueldo y mi nivel actual de estres me arrepiento de haber desperdiciado tantos años en vez de meterme a un FP de cualquier cosa un par de añitos y listo :roll:

Todavía me acuerdo de un profesor que obligaba a los alumnos a hacer "trabajos prácticos" de investigación de precios turísticos, vendía los datos conseguidos por los alumnos a una empresa privada, quitaba puntos enteros por signos de puntuación que no aparecían en sus apuntes, y después se jactaba de todo ello durante las clases :roll:

Sinceramente, no es cuestión de ir de victima, pero la vida es mucho más copmlicada de lo que este señor da a entender, y me parece una temeridad, cuando menos, juzgar tan a la ligera a todos los que toman la decisión de hacer un cursito o un FP, en vez de meterse en una carrera que dura media vida, en la cual no te aseguran ni que vayas a ganarte la vida(muchos de mis compañeros que sí tienen título de economicas están trabajando de peones obreros, en supermercados o en el paro), ni nada de nada... sus razones tendrán, y habrá que ver qué razones tienen uno por uno. Lo del gusto por aprender es muy bonito(y lo comparto), pero cuando tienes un plato de comida y una casa asegurados, no antes.

Saludos.

Edito: Perdon, queria citar el primer post de MIDI-Creator :roll:
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pirator
#8 por pirator el 02/02/2010
estoy en desacuerdo con el comentario anterior...

hay que aprender por aprender!
estudiar no es un certificado de nada: de conseguir trabajo, de ser rico, de ser famoso, de tener esposa. No no, estudiar no es un pagaré, mucho menos a corto plazo.
No me simpatiza la idea actual de que "sin título no sos nadie", o "sin ningún estudio no conseguís trabajo".
Es verdad que las posibilidades laborales son menores para la gente que no estudió un colegio secundario, por ejemplo.
Pero hay un error de concepto en esa idea. La finalidad de la educación es muy otra: educarse para ser mejores personas, más cultas, mas preparadas para la vida, con más conocimientos.
Cuando uno aprende a caminar, no le aseguran que va a ganar un maratón...

Porque sino, en un país con alto índice de desempleo (el mío, por ejemplo) resulta que la educación pierde significado, y parece que las escuelas no sirven para nada.
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Nox
#9 por Nox el 02/02/2010
Es que la cuestión es esa precisamente. La universidad y el sistema de educación hoy en día es de todo menos un centro en el que adquirir conocimientos de manera/con una voluntad altruista: es un centro de enseñanza para preparar a los alumnos para el mercado de trabajo, es así para la gran mayoría de los estudiantes y de los profesores(que nadie se ofenda, es mi experiencia).
Sinceramente, es la realidad, porque en una universidad muy muy muy pocas personas te piden que aprendas, lo que te piden es que adquieras los conocimientos que ellos creen necesarios, provocándoles el menor esfuerzo y dando tú el mayor esfuerzo en el intento. Cuando sales al mercado laboral, la mitad de esos conocimientos no te sirven por su alto grado de especificidad, un cuarto podrían servirte pero nadie quiere que los uses porque es un coñazo ser tan teórico en vez de hacer una chapuza e irte a casa en cuanto puedas, y el otro cuarto es lo que usas a diario. En realidad lo más importante para trabajar al final es el papelito, porque sin el papelito no te contratan... el resto de lo que te hace falta lo aprendes trabajando, precisamente las cosas que no te enseñan en las clases.
Total, que en un cuarto del tiempo estarías preparado para salir al mercado laboral, y ahí, asegurados el plato en la mesa y el techo arriba, pues tú ya podrías dedicarte a aprender lo que más te gustara por el propio placer de aprender.

Ahora mismo las cosas están así, esa imagen del "chaval apañao" que empieza de conserje y acaba de director no existe, no se si existió en otro tiempo, pero desde luego hoy en día no existe. El chaval ese hoy no tiene trabajo porque no tiene un papelito y si lo tiene vete a saber si lo consigue o no, así que me parece lo más normal y lo más lógico que pase de estrujarse la cabeza y su tiempo no se cuantos años para nada. Si quiere aprender lo que le gusta se va a la biblioteca o se mete en internet, y a leer. Dada mi experiencia no creo que se les pueda juzgar así como así.

La música supongo que es igual: yo aprendí por puro placer, después de mi paso por el sistema de educación ni me planteo estudiar en un conservatorio.

Saludos.
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Mikolópez mod
#10 por Mikolópez el 03/02/2010
Me la apunto: ¡aprender es hermoso y lleva la vida entera! =D>
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Mikolópez mod
#11 por Mikolópez el 03/02/2010
Después de releer el artículo y sumar a ello los comentarios, creo que voy a pasear menos por el foro de lo que ya lo hago.

A los "mosqueados": ¿no os parece que la holgazanería de la que habla este señor está más cerca del que no tiene ni las ganas de practicar una puñetera escala de 7 notas y no para de preguntar una y otra vez dudas absurdas obtenidas de un vistazo rápido (no más de 10min) a la red?

Los que pasásteis por duros momentos en la carrera, recordad que los buenos en algo, aprendieron a pesar de la escuela. Se suele decir (o se solía, ahora no sé) de los brillantes intérpretes que han "salido" de los conservatorios españoles, a lo que más de uno le añadía la expresión "a pesar".

Si os topásteis con algún "sádico carnicero" en vuestra vida y habéis salido del paso, seguro que ya harbréis aprendido a torear a no pocos imbéciles que pueblan el mundo.

Como dice mi madre: "mierda que no mata engorda".
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Nox
#12 por Nox el 03/02/2010
Bueno, creo que debo pedir disculpas por el tono de estos dos últimos posts, no quería que se fuesen tan a lo personal porque no viene al caso :? Es una mala temporada en el curro este que tengo que me tiene de los nervios y bueh... sorry :oops:

Voy a explicarlo de otra manera. Estoy deacuerdo en que el conocimiento debería ser adquirido por puro placer y por el ansia de crecimiento personal, tanto espiritual como intelectual. Pero tampoco veo justo exigir a la gente más joven que hipotequen en aras de estos valores morales, no se cuantos años de su vida en un sistema educativo cuando menos cuestionable, sabiendo que están rodeados todos los días por una sociedad, familiares, profesorado, etc etc, que les mete en la cabeza(igual que me lo metieron a mi y a todo el mundo, ya se q estamos iguales en eso) que si no tienen un diplomita-papelito no van a conseguir trabajo, y si no tienen trabajo no pueden comprarse el último de Bisbal y si no se compran el último de Bisbal no son nadie. Por tanto, si no tienen papelito no son nadie. En todo caso habría que romper ese tipo de argumentaciones antes de juzgar nada...

Yo ahora, que se todo esto y que si tuviera la oportunidad de volver atrás y meterme en un modulito de un par de años ni me lo pensaba, pues no me siento ni con fuerzas ni con autoridad como para juzgar este tipo de actitudes. De hecho, las considero de un realismo tremendo que puede ahorrar un montón de quebraderos de cabeza, y dado lo expuesto, me parece la decisión más lógica, ya sea moralmente más o menos correcta.

Saludos.
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pirator
#13 por pirator el 03/02/2010
Otra vez cito a Dolina, preocupado siempre por estos temas.
Pido perdón a él por descontextualizar sus textos, y a los foristas porque usa muchos términos bastante "argentinos", muchos de los cuales son lunfardo.


Alguien escribió:
Elogio de la ignorancia
Escrito por Alejandro Dolina

Extraído de la revista "Humor" n° 10, de marzo de 1979


En estos tiempos que corren, cada vez le resulta más difícil a un bruto de ley mantener indemne su ignorancia. Usted camina por la calle y en cualquier esquina le sale al cruce una noción, un conocimiento, una noticia. La cultura está en acecho.
Diga que uno es un analfabeto zorro y enseguida cruza de vereda cuando ve que se avecina la ilustración.
Pero las cosas ya no son como antes para el buen alcornoque. Día tras día hay que soportar la implacable persecución de doctos de toda clase que pretenden esclarecernos de prepo. Y así, la noble estirpe de los burros corre el riesgo de extinguirse, diezmadas sus filas por la cultura, la información y otras calamidades.
Es que hoy en día la gnosis está al alcance de cualquier desgraciado. Los diarios, las revistas y la televisión contribuyen a reducir las fuerzas de las tinieblas a su mínima expresión.
Ahí tienen ustedes el programa ese de Mónica. Por ahí aparece un pelado que en cinco minutos se manda una explicación de la teoría de la relatividad que nos deja esclarecidos para todo el viaje. Y si uno piensa lo que tardaba antes un estudiante en comprender siquiera un poco este asunto, tendrá que admitir que las ciencias adelantan que es una barbaridad.
Algo parecido ocurre con las revistas: la historia del Imperio Romano en tres carillas. Todo lo que usted debe saber sobre el cáncer en cuatro columnas.
Evidentemente las ventanas de la ciencia y el arte se han abierto de par en par para que los paseantes se asomen y vichen durante un segundo.
El progreso ha construído anchos caminos que conducen hacia el saber. Y por esos caminos han transitado millones y millones de personas que en otras épocas nacían y morían condenadas a permanecer en los andurriales de la crasitud.
Entre todas esas personas ha habido muchas de bondadosa naturaleza y de sentimientos honrados.
Pero también han recorrido el camino de la cultura numerosísimos pajarones.
Y ya se sabe que no hay cosa más peligrosa que un pajarón instruído.
En ciertas épocas de la historia los secretos de la ciencia estaban rodeados de toda clase de precauciones. Los eruditos cultivaban el misterio, pues temían que los conocimientos cayeran en manos de los malvados.
Hoy tal reserva es impensable. Y el auge colosal de los medios de comunicación ha permitido que los impíos aprendan impunemente la germinación del poroto. Canallas y pelandrunes manejan a su antojo asuntos de tan delicada naturaleza como la electrólisis del agua o el soneto.
-¿Pero cuál es el mal que hay en todo esto? -pregunta un lectortan desorientado- ¿acaso no es bueno que la gente sepa más?
-Veamos -contesta el indocto autor de esta nota.
Hay varias consecuencias lamentables en esta ilustración a destajo. La primera es que los conocimientos son absolutamente incompletos. Porque debemos confesar melancólicamente que la teoría de la relatividad que explicaba el pelado en el programa de Mónica no es exactamente la teoría de la relatividad.
Es otra cosa. Es un cuentito de apariencia paradójica con trenes que parten y llegan demasiado rápido. Y en la historia del Imperio Romano que nos ofrece a todo color la revista "El Alma que Canta" faltan algunos episodios. Y en el fascículo cerrado "La medicina al alcance de su mano" el único consejo valioso que encontrará es la sugerencia de llamar al médico ni bien usted se sienta fulero.
Y la segunda calamidad es que a los consumidores de tantos disparates facilongos la soberbia les llega antes que la sabiduría.
Y entonces nos encontramos -de golpe- con millones de personas que creen que saben y que en realidad no saben nada.
Son los idiotas ilustrados. Ya alguna vez hablamos de ellos. Son gente que opina sobre todas las cosas del universo sin conocer cabalmente siquiera una.
Esta legión nefasta ha contribuido enormemente a la difusión del facilismo, postura mental que reduce toda custión a los estrechos límites de un cuadro sinóptico, o de una definición indigente. Y así han obtenido estruendoso éxito las idioteces de las cuales conversamos hace pocos meses en esta misma revista (1): "El karate es una filosofía de vida", "lo que tiene esta ciudad es que te aliena" y otras sandeces del mismo jaez.
Los idiotas ilustrados tienen también su propio lenguaje. Un lenguaje que poco a poco empieza a conquistarnos a todos, pues habrá de saberse que esta morralla tiene una habilidad especial para imponer sus usos y costumbres.
Esta jerga se nutre con palabras supuestamentes ornamentales y que tienen la virtud de otorgar importancia a lo que se dice. Asi el "conurbano" es más culto que el suburbio. "Coyuntura" es más fino que ocasión. "Inquietud" es más elegante que berretín. Para una visión más completa e inteligente de este asunto, vale la pena leer el "Diccionario del argentino exquisito" de Bioy Casares.
Conviene decir ahora que estas variaciones del idioma no solo se observan en la conversación corriente o en los periódicos. También el arte popular ha sido contaminado con exterioridades de apariencia culta.
Veamos la letra de este antiguo tango:
"Me enredó con un jueguito tan al lustre preparado que hasta el pelo de las manos de cabrero me arranqué".
La estupenda figura lograda en la segunda línea no requiere palabras altisonantes. Veamos ahora un ejemplo más actual: "Salgo a caminar por la cintura cósmica del Sur".
El verso requiere, ciertamente, una versación del poeta en temas geográficos y aún cosmográficos. Versación que no alcanza para que la línea se salve del ridículo.
Pero el poeta no es culpable de esto. La época nos conduce por senderos demenciales. He ahí otro ejemplo: "tomar senderos demenciales" en vez de "agarrar para el lado de los tomates". Como se ve, hasta los bestias más circunspectos nos dejamos tentar.
En la radio, muchos locutores han cedido ante el apetito de cultura.
Y así los relatores deportivos no tienen más remedio que hablar de extrañas parábolas que describen pelotas pifiadas. O de la mística ganadora de que están imbuídos los jugadores de All Boys. O de los conatos de agresión y escenas de pugilato que se verificaron en el área de Platense, mientras el juez se hacía el otario.
Todo esto me alarma muchísimo, como criollo y como iletrado. Porque puede ocurrir que la tendencia siga adelante y que los chicos jueguen a la mácula deletérea en vez de a la mancha venenosa o al esfinter cochambroso en vez de al culo sucio.
Pero no es el uso ridículo del idioma lo más alarmante.
Hay cosas que indignan todavía más.
La pedantería que obliga a avergonzarse a quien no sabe cual es la capital de Albania o el nombre del presidente de Francia. Los sabelotodos que copan los asados con teorías recién aprendidas.
La veneración por aparatos tan estúpidos como la licuadora.
El desprecio por las gentes sencillas y la burla a sus costumbres apacibles.
Ya lo dijo Sábato el otro día. La verdadera sabiduría es más fácil de encontrar en la gente humilde que entre esta caterva que se ha indigestado con bocadillos de cultura.
Por eso, el autor de estas carillas oscurantistas se compromete a seguir firme en su ignorancia.
¿Alguien quiere explicarme el conflicto de Irán? No quiero.
¿Otro se empeña en imponerme el funcionamiento de un ciclotrón? Jamás.
¿Un tercero se ofrece a contarme la vida sentimental de las cucarachas?
Que reviente.
Mis entendederas permanecerán cerradas como una piedra de granito, para satisfacción de mis familiares, amigos y favorecedores. Y mi necedad será como un borrón oscuro que se destacará entre tanto relumbrón. Porque ignorantes, lo que se dice ignorantes, vamos quedando pocos. Buenos días.
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monarca
#14 por monarca el 03/02/2010
Alguien escribió:
Y la segunda calamidad es que a los consumidores de tantos disparates facilongos la soberbia les llega antes que la sabiduría.


=D> =D> =D>

como todo (o casi todo) lo de dolina... una de las 250000 cosas que me quedaron sin hacer este ultimo paso por bs as fue asistir al programa de radio... queda para la próxima.
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My Nox
#15 por My Nox el 03/02/2010
estoy de acuerdo en que la sociedad esta inculcando indirectamente al exito rápido.

Pero también opino que meten el miedo de que la vida es corta y que hay que aprovechar cada segundo,por eso también,quizas,la gente lo quiera todo ya.Como que les da más seguridad algo rápido y corto que algo largo e inseguro,creo que es miedo a la frustación.Frustrarse pensando en que he perdido mucho tiempo en algo que no me ha servido,y que podria haber invertido ese tiempo en algo mas provechoso.

Para mí ,en esta vida,una de las cosas más importante que hay es el tiempo y además no se puede comprar con nada,ni se puede recuperar.

Porque hechemos cuentas:
pongo mi propio ejemplo:vivo solo y trabajo 8 h diarias,8 h de sueño,pierdo 1,15 h diaria en ir a trabajar (40 min ida y 40 min la vuelta,y eso que hay gente que pierde mucho más tiempo en ir a trabajar que yo,asi que...).
1h sumando todas las comidas(cada comida 20 min),1 h cocinando,1h fregando la comida,cena, y limpiando un poco la casa.1h al dia vistiendote,desvistiendote,duchandote,afeitandote, para ir a trabajar,etc y si ese dia no toca afeitarse, ese tiempo lo empleas en hacer la compra.

Bien señores y señoras...quedan 1h y 45min ,como tengas que ir a algun recado ese dia,o hayas quedado con tus amigos de cañas porque no vas a estar sin vida social,o que venga algun familiar a verte,o tengas que ir a comprar ropa por el cambio de temperatura o nose en el caso de otra gente ir con tu pareja a cenar(yo por el momento no tengo) o tengas que ir a clases de música o al gimnasio.....pues ese dia ...no tocas nada de musica o no aprendes nada de lo que sea porque no tienes tiempo y eso te frustra,o por lo menos ami.....ya que no lo llevas al día....
Y mirar. estos calculos son tirando por lo bajo,porque yo como en 20 minutos pero tendria que ser en 30 minutos y bueno hay gente que tiene horario partido de curro y eso ya ni te cuento.......


LO DICHO: QUE EL TIEMPO ES ORO y eso en parte es lo que acondiciona a que la gente lo quiera todo YA.


Por cierto,también estoy de acuerdo con lo que acaban de decir aqui: primero una casa y comida asegurada.
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