Del home studio a la orquesta real: "Grateful", el viaje musical de Javier Quilis

Javier Quilis, acompañado por Joan Martorell y Luis del Toro, presenta en Conectados con Julio Navas su nuevo proyecto musical, Grateful. Este trabajo, que combina música orquestal con elementos de pop y jazz, refleja la pasión de Quilis por grabar con músicos reales y explorar diversas texturas sonoras. En la charla no solo desvelan los detalles de este ambicioso proyecto, sino que también ofrecen valiosas lecciones sobre composición, orquestación y grabación.

Grateful nace como una continuación natural del anterior trabajo de Quilis, A Dream Come True, donde ya experimentó con la grabación orquestal. La experiencia fue tan gratificante que, prácticamente desde el momento en que finalizó aquel proyecto, Quilis supo que quería repetir. Sin embargo, Grateful va más allá: con un total de ocho temas y un bonus track, el álbum busca transmitir emociones a través de una fusión de géneros, desde la épica cinematográfica hasta arreglos más cercanos al pop y el jazz, siempre con la orquesta como hilo conductor.

El proceso creativo, que se extendió durante aproximadamente un año, se vio influido por la pandemia, lo que permitió a Quilis reflexionar profundamente sobre el mensaje y las texturas que quería explorar. El resultado es un proyecto que, según el propio compositor, equilibra la grandiosidad orquestal con la intimidad de instrumentos como guitarras, baterías y coros, incluidos un coro infantil y otro de mayor envergadura.

El proceso de composición de Grateful comenzó en el home studio de Quilis, un entorno donde las ideas iniciales toman forma gracias a software y librerías de sonido. Quilis explicó que su enfoque parte de una pregunta esencial: ¿qué quieres contar? Desde ahí, utiliza una plantilla orquestal virtual que incluye instrumentos como flautas, metales, cuerdas y percusión, con el objetivo de que la maqueta inicial (o mockup) se asemeje lo más posible al sonido de una orquesta real.

Este proceso no está exento de retos. Quilis destacó la importancia de estructurar las ideas desde el principio, trabajando con una visión clara de la instrumentación. Sin embargo, también reconoció que el camino implica descartes y ajustes hasta dar con la dirección definitiva de cada tema. Una vez alcanzada esta etapa, el mockup pasa al orquestador, quien transforma la maqueta digital en partituras detalladas para músicos reales.

Joan Martorell, compositor y orquestador con experiencia en proyectos de Hollywood como Dune: Parte Dos, ofreció una visión profunda sobre el papel del orquestador. En el caso de Grateful, la orquestación estuvo a cargo de Bruno Valenti, aunque Joan compartió conocimientos generales sobre esta disciplina. El orquestador toma el mockup del compositor y lo adapta para una orquesta real, distribuyendo las notas entre las diferentes secciones (violines, violas, chelos, metales, etc.) de manera que se logre un equilibrio sonoro.

Joan comparó este trabajo con el de un cocinero que, con los mismos ingredientes, puede crear platos distintos según su enfoque. La clave está en conocer a fondo las capacidades de cada instrumento: sus registros, su tímbrica y cómo interactúan en conjunto. Por ejemplo, un mockup puede incluir sonidos genéricos de cuerdas (ensembles), pero el orquestador debe decidir qué notas asignar a los violines primeros, segundos, violas o chelos para que el resultado sea coherente y expresivo.

Este proceso no es meramente técnico. Joan subrayó que la orquestación implica una dimensión creativa, ya que el orquestador debe captar la intención emocional del compositor y potenciarla. En Grateful, esta colaboración entre Quilis y Valenti resultó en un sonido que combina la majestuosidad de la orquesta con arreglos más modernos, como baterías y guitarras.

Uno de los aspectos más destacados de la charla fue la importancia de grabar con músicos reales, un esfuerzo que Quilis asumió a pesar de los elevados costes. La grabación de Grateful involucró a un equipo diverso, desde la orquesta hasta solistas como Antonio de Haro al bajo y Toni Mateos a la batería, además de coros infantiles y adultos. Este enfoque, según Quilis, aporta una calidez y organicidad que las librerías digitales no pueden replicar.

Joan Martorell, quien también dirigió las sesiones de grabación, enfatizó la ventaja de conocer a fondo a la orquesta. Su experiencia en lugares como Budapest, donde ha trabajado en más de 70 ocasiones, le permite anticipar problemas y adaptar las partituras a las fortalezas y limitaciones de los músicos. Durante la grabación de Grateful, esta preparación se tradujo en sesiones fluidas, marcadas por una notable sinergia entre el equipo.

Luis del Toro, conocido por su trabajo en Dolby y con artistas comerciales, aportó su perspectiva sobre la mezcla en Dolby Atmos. Para Grateful, optó por un enfoque inmersivo que recrea la experiencia de un director de orquesta, con los chelos posicionados a la derecha y los violines a la izquierda. Este planteamiento, más agresivo que el típico enfoque de banda sonora, busca ofrecer al oyente una sensación de estar en el centro de la música.

La charla también abordó cómo la tecnología ha transformado la composición y la orquestación. Joan recordó los días en que los mockups se creaban con sonidos MIDI de baja calidad, lo que obligaba a los compositores a confiar en su imaginación y en la interpretación al piano para convencer a directores. Hoy, las librerías de sonido permiten crear maquetas tan realistas que los directores pueden escuchar una versión casi definitiva antes de la grabación.

Sin embargo, esta evolución tiene un lado oscuro. Joan lamentó que, en algunos proyectos audiovisuales, los productores opten por librerías en lugar de orquestas reales para ahorrar costes, incluso cuando los presupuestos son millonarios. Esta práctica, según él, devalúa el trabajo de los músicos y compositores, especialmente en un contexto donde el audio sigue siendo secundario frente a lo visual en la industria.

Un mensaje recurrente en la entrevista fue la importancia de la pasión y la colaboración. Quilis, que financió Grateful como un proyecto personal, reconoció que no es una empresa rentable en términos económicos, pero sí profundamente gratificante a nivel emocional. Para él, el esfuerzo de reunir a músicos reales y trabajar con un equipo comprometido compensa con creces.

Joan y Luis coincidieron en destacar la inteligencia emocional en el proceso creativo. Durante las sesiones de grabación, priorizaron un ambiente relajado y respetuoso, evitando tensiones innecesarias. Joan, en particular, abogó por trabajar con personas con las que exista una buena conexión personal, incluso por encima de su prestigio profesional. Esta filosofía se reflejó en la grabación de Grateful, donde la ausencia de conflictos permitió centrarse en la música.

Grateful está disponible en plataformas digitales (Spotify, Apple Music, Youtube music etc). El CD se encuentra ahora mismo en proceso de fabricación.