Bad Suite escribió:
Todos dependemos en mayor o menor medida del reconocimiento. Es inherente a la condición humana, y se puede manifestar en un continuo o espectro de intensidad, desde el puro sociópata hasta por ejemplo un narcisismo más ligero o sano. Lograr el reconocimiento ante el grupo, implica un componente en la búsqueda del sentido vital, que resulta inevitable y nadie debería sentirse culpable por ello. Con los años el reconocimiento puede fluctuar... la llegada de la los hijos por ejemplo, acaparan la mayor parte de nuestras motivaciones, y lo lógico es que proyectemos en ellos parte de esa necesidad individual de éxito, centrándonos en su bienestar y minimizando nuestros logros personales.
Pues honestamente, ya que estamos en el asunto del libre albedrío y que si existe o no, mientras más te liberes de esa necesidad de reconomiento más libertad tienes de hacer lo que quieras, porque nadie de esa forma te puede poner límites por el temor de lo que puedan pensar de ti o por la necesidad de hacer una cantidad de cosas para que los otros te den su reconocimiento.
Bad Suite escribió:
Otras fluctuaciones modificaciones en la "necesidad de agradar" a los demás (que al fín y al cabo es un envoltorio para agradarse a sí mismo o para la autocomplacencia) o de demostrar nuestras capacidades, vienen dadas a causa de la habituación excesiva, o la falta de motivación individual en un área concreta por los motivos que sean... Por ejemplo, ese músico famoso que ya ha demostrado todo lo que tenía que demostrar y que habiendo experimentado o agotado todas las vías de obtención de refuerzo positivo por parte del grupo (o masa).... En esos casos cuando ya uno está "de vuelta de todo" aparecen las patologías mentales, y desgraciadamente muchos terminan suicidándose
Supongo que te refieres a esas personas que, al alcanzar la cima, se dieron cuenta que ya no pueden conquistar nuevos territorios porque no tienen más nada que conquistar y sí, eso puede ser aterrador y muy atemorizante. Por eso yo nunca quiero llegar a la meta final de nada, porque disfruto enormemente el espíritu de conquista. Claro, yo me fijo pequeños objetivos pero por ejemplo cuando hago música siempre me digo ¿qué pequeña cosa puedo agregar que no he hecho antes? Puede ser algo insignificante, pero luego de decenas de cosas nuevas resulta que conquistas una gran cantidad de cosas sin haberte matado nunca por conquistarlas, porque lo hiciste a través de pequeñas y cómodas metas. Pero yo aquí estoy hablando del placer de las conquistas personales, no del reconocimiento.
supertorpe escribió:
https://www.hispasonic.com/foros/hard-philosophy/426306/pagina18#post3540489
Interesante reflexión, aunque reconozco que solo leí las conclusiones, pero ¿sabes? parece que hay gente que le aterra pensar que no existe el libre albedrío. A mi no me importa si tengo o no libre albedrío en muchas cosas que hago, sino si en satisfago necesidades que alguna parte de mi me dice que satisfaga, así yo en parte sea una especie de "mandadero" de otras partes de mi mismo. Es como el ejemplo de la tostada. No hay libre albedrío porque la necesidad física de comer te lleva a eso, pero... si satisfaces tu necesidad tienes el libre albedrío de buscar que sea de la forma más satisfactoria posible, con un espléndido desayuno, entonces, esa necesidad que no puedes controlar la satisfaces a lo grande y te sientes pleno. Para mi es más importante sentirse pleno por tener logros, que asumir que uno es totalmente libre de cualquier cosa, hasta de las propias necesidades.
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