Eso es verdad, como doctor no tenía precio, colaboró a mis fobias; aunque para ser justos, esa obsesión por la combustión ya venía desde mis lecturas infantiles de las selecciones del Reader,s digest, siempre se refería a un estado viscoso y graso del cuerpo antes de extinguirse. También desde pequeño pegando fuego a todo (la cabaña del Tío Sam, una versión familiar de la novela sureña) y pecando, que todos sabemos que el pecado acaba en llamas.
También me fascinaban aquellas sirenas que surgían del agua al echar aquellos polvitos (mágicos) de la casa Honor.
Y otro gran científico que no debe quedar en el olvido, el mago Tristanbaker, esas adivinaciones en el Retiro, clavadito a Niño Becerra.
Pues yo soy fiel defensor de la teoría de los antiguos astronautas y de cómo ayudaron a las antiguas civilizaciones.
pues yo defiendo la pamspermia.
¿con forma de cigarro? ta claro, es una inseminadora interestelar.
Si tuvierais presupuesto, como lo tiene ahora el Pentágono ,..joooer si lo haríais !
…..aunque solo fuera para investigar el vuelo de las moscas !