Ya sabía yo que la estaba enfollonando. No problem. Decía que si tenemos do-re-mi y queremos doblar sextas por debajo (mi-fa-sol), como comentabas que te costaba pensar en ellas y utilizabas el viejo truco de contar y tal, y como también mencionabas que las terceras te salían con mucha naturalidad, el truco rápido era pensarlo de esta manera:
a la melodía do-re-mi le añadías la terceras superiores mi-fa-sol pero escritas una octava grave y quedarían bonitamente puestas en su sitio como sextas del doremi.
Ya se que no es un método muy pedagógico y que es liar el ovillo innecesariamente pero se me ha ocurrido de repente. No me lo tengas en cuenta que es muy mala hora y mis neuronas andas espesas.
Una probatina: melodía do-re-mi-fa-sol-la-... (lo que sea) bien reforzada por p.ej. metales dejándola bien clara e inconfundible y, en vez, de hacer un doblaje por debajo a tercera do-si-do-re-mi-fa ... (idem), subimos esta segunda voz una octava alta, o incluso mejor dos, sonando por encima de la voz principal anterior, instrumentada de modo ligerito, p.ej. unos violincitos, pocos, o una flauta con un oboe, .... o un sonido de sinte no espeso. Y por debajo la armonía y bajos correspondientes.
Perdona(d) la tontería y el embrolle.