Menuda noche la de ayer señores . . . . como diría el gran Barney Stinson . . . . LEGENDARIA . . . de esas noches en las que queda patente que sin excesos se aguanta 8h de fiesta non stop.
Y eso que había quedado solo para tomar una cervecita y charrar . . . ufffff.
[ Imagen externa no disponible ]
Responder
Citar
¿Jugar en columpios o mirar de forma malsana a las que juegan en columpios?
Responder
Citar
Entrevista al escritor y economista francés Jacques Attali.
El economista y asesor de Mitterrand pronostica la ruina de Occidente
"Bueno, como todas las sociedades algo agotadas, Occidente ha tendido a superendeudarse para mantener su nivel de vida. Así, hemos mantenido, desde los años ochenta, una especie de ilusión de crecimiento económico basado, esencialmente, en la deuda. No es algo nuevo: recuerde Venecia... También ellos pensaban que lo de arruinarse era algo que les pasaba solo a otros".
La pregunta se impone: ¿Y solo nos quedan 10 años? Sin dejar de comer queso responde tranquilamente: "Es difícil saberlo con exactitud, pero sí, no creo que nos queden más de 10 años".
El periodista, claro, a estas alturas de la revelación ya está completamente despierto. ¿Y qué pasará?
"Asistiremos a la victoria de los más fuertes: China, EE UU y los bancos estadounidenses, que no están a las órdenes de EE UU. Y ganarán, me temo, los mercados. En Europa, veremos un lento declive del nivel de vida, como lo conocieron Venecia, o Argentina, en su tiempo. Todo dentro de un círculo vicioso, porque las élites, los jóvenes bien preparados que podrían sacarnos de esto, se irán a trabajar a otros sitios, a EE UU, a China o a Australia. De hecho, ya lo están haciendo".
¿Y qué se puede hacer?
Attali sonríe. Ya ha terminado de desayunar. El periodista también. Solo queda flotando en el aire una confusa sensación de apocalipsis que el economista disipa con una sonrisita algo indescifrable. "Actualmente, en un mundo globalizado, no hay cabina de piloto. La última reunión del G-20 lo prueba. Y triunfa la economía ilegal, los paraísos fiscales. Y en esos paraísos fiscales se hacen cosas que en cualquier otro Estado estarían prohibidas. Y eso afecta a todo y a todos. Hace falta una especie de policía económica internacional".
Mira la minipantalla de la Blackberry y repite que no tiene más tiempo del acordado (media hora). "Soy director de orquesta, escritor, economista, novelista: como no estoy seguro de poder reencarnarme siete veces, trato de vivir siete vidas a la vez".
De su etapa de asesor presidencial le quedan dos certezas. Una: "Para prevenir, para pronosticar, lo mejor es ponerse verdaderamente en la piel de otro". La segunda devuelve al ambiente esa sensación molesta de que el fin del mundo ya está en marcha y nadie se ha enterado: "La realidad avanza siempre más rápido de lo que uno se cree".
Responder
Citar
Garante, sabes que de esto voy sabiendo un poco: será así cómo dicen; pero no mis chinos; otra generación que está entrando ahora, con muchos mejores atavíos, estudios en escuelas de negocios, los ñla segunda y hasta tercera generación de paletos que se dedicaron al multiprecio tras los primeros billetes de los primeros restaurantes de chop suey.
la generación a la que me refiero ya han comprado el quebrado centro comercial M-40 (al lado de la Fortuna) y van a convertirlo en un chinatown avanzadilla, después irán a un renovado Cobo Calleja.
Claro que van a tener un peso importante los chinos en España, yo igual me voy a verlos allí en un mes.
Responder
Citar
Los negocios de los chinos en España, qué triunfo. Desde luego que esa mentalidad familia-negocio es impensable como norma en España, aunque todos sabemos que aquí los hijos cuando no encuentran mucha salida terminan metidos en el negocio de los padres. Pero lo de los chinos es increíble. Me llama la atención además lo organizados que están y la importancia relativa que le dan al tiempo trabajando. No les importa estar todo el puto día en su tienda pasando las horas sin hacer nada más que cobrar de vez en cuando a alguien u organizando las estanterías. Nosotros eso lo hacemos las horas necesarias, las que estipula el contrato o el convenio, pero no todas, como ellos. Pese a todo, y dado que el capitalismo ha entrado en China antes que la democracia, estoy seguro de que pronto su relación trabajo-beneficio no será sólo en términos empresariales sino que incluirán la satisfacción propia, el tiempo libre y esas cosas, vamos, lo que ha triunfado en Occidente (y especialmente en los países latinos), la cultura de la diversión, el cachondeo, el centro comercial, el jijiji jajaja, el hedonismo, etc. Lo que nos motiva a nosotros será lo que les terminará motivando a ellos.
Cuando se compren sus teles de puta madre, sus buenos cochacos y tengan los entretenimientos a su alcance empezarán a sentir que estar 16 horas en su negociete no es vida, y romperán todos sus clichés. Para entonces ya serán la potencia que tendrán que ser por cojones, pero les llegará su San Matín, sus burbujas y sus pecados.
Nosotros mientras tanto deberíamos ir recuperando los valores esenciales, la cultura del esfuerzo, del reconocimiento al trabajo, del beneficio justo, etc. en sustitución de la del pelotazo, la dolce vita, el lucro y la satisfacción material y personal, que parecen casi objetivo único.
Responder
Citar