Sigo a un youtuber que es psicólogo y en este video habla de el cerebro humano cuando se está inmerso en una ideología. Os dejo el enlace al video entero y tambien el blog de donde sacó los sintomas, aunque en el video trata muchas mas cosas interesantes. Describe las siguientes características:
Primero: Tu criterio de validez de las pruebas para la información que confirme tus opiniones es mucho más bajo que para la información que contradice tus opiniones.
Aceptas sin cuestionar anécdotas personales de personas que están de acuerdo contigo, pero desafían estudios científicos que lo contradigan.
Segundo: Consideras cualquier crítica a tu ideología como un ataque personal.
La mera expresión de una opinión diferente, o incluso el preguntarte cómo has llegado a adoptarla, supone negarte algún tipo de humanidad: te parece sumamente ofensivo y un rechazo hacia tu persona. Interpretas estas preguntas como parte de una inexistente maquinaria de opresión con el abuso de términos como “privilegio masculino” o “privilegio blanco”. El compromiso crítico objetivamente neutro (tal como una declaración provechosa de hecho incontrovertible) se toma como abuso o intimidación.
Como corolario, constantemente enmarcas cada discusión como si fueses la víctima. Depende tanto de tu argumentación ser la víctima que incluso inventarás una victimización que no se aplica a ti solo para hacer valer tus argumentos. La inexistente “guerra de Navidad” sería un buen ejemplo de esto.
Tercero: Eres reacio a aprender algo de cualquier persona que no está de acuerdo con tu ideología, incluso en áreas no relacionadas con esa ideología.
Si has concluído que alguien es racista, por ejemplo, serás menos proclive a considerar sus opiniones sobre cómo reformar el servicio de salud, o qué vino va mejor con determinado pescado.
Como corolario, te encuentras con que tus opiniones están “agregadas” con las de otras que comparten tu ideología, incluso en áreas no relacionadas con esa ideología.
Si has concluído que alguien es un líder cuando se trata de tu comprensión del feminismo, por ejemplo, es mucho más probable que favorezcas sus opiniones sobre Israel, independientemente de si tienen o no algún sentido.
Cuarto: Te encuentras en una cámara de resonancia, sin acceso a información contradictoria.
Tus opciones de medios sociales dictan que todo lo que veas valide tus opiniones. Crees que estás reuniendo más y más pruebas que demuestran tu teoría, pero de hecho estás gritando delante de un espejo. Piensas que el mundo está confirmando sin cesar tu ideología, pero de hecho has dejado de pensar. Tus investigaciones sobre los supuestos que subyacen a tu ideología no son más que una espiral auto-propulsora de falacias lógicas. ¿Cuál es la motivación en el pensamiento una vez que ya conoce la verdad real?
En consecuencia, eres muy hábil al defender opiniones terribles, pero no tanto al exponer esas opiniones en primer lugar. Debido a que tienes pocos motivos para pensar lo contrario, supones que, en cualquier conversación sobre tu tema favorito, sabes más que nadie, incluso si ellos están cualificados en esa área y tú no.
Como corolario, te sentirás justificado en la re-definición de palabras e ideas, que ya tienen definiciones perfectamente útiles, para adaptarse a su teoría. Por ejemplo, puedes decidir que la palabra “racismo” ahora excluye el racismo hacia los blancos.
Quinto: Supones que hablas para todos los que crees que deben compartir tu ideología, incluso si te han dicho específicamente que no lo hacen.
Si te identificas como un activista de Black Lives Matter, por ejemplo, asumes que hablas por todas las personas de raza negra (y que te deben estar agradecidas), aunque la mayoría de los negros (64%) “optan por All Lives Matter”.
Como corolario, supones que te preocupas más por el tema que las personas que tienen una opinión diferente, y que esto justifica su comportamiento.
Sexto: Saltas a la peor conclusión posible sobre alguien que no se alinee explícitamente con tu ideología.
La personalidad entera de alguien puede ser juzgada por la última opinión que tuvo y que no te gustó. Te resulta difícil aceptar que es posible estar de acuerdo con alguien acerca de una cosa y no estar de acuerdo con esa misma persona acerca de otra cosa.
Como corolario, crees que que eres moralmente superior a todos los demás. Al igual que pasa con la gente religiosa, es posible de que te convenzas de que no lo haces, pero sí lo haces y por lo tanto tolerarás la intimidación y el acoso a tus interlocutores. Incluso puedes creer que estás cumpliendo un importante servicio público al “llamar la atención” sobre estas diferentes opiniones.
Haces referencia a los oponentes más suaves como “trolls” e “idiotas” y te quejas de que los contra-argumentos más suaves expresados de la manera más politoria a los que consideras como “arengas” o “acosos”.
A lo largo de todo este pronóstico, por supuesto, crees sinceramente que eres de mente abierta y que estás dispuesto a escuchar las opiniones de los demás. Te imaginas que has pensado las cosas y has llegado a una conclusión final razonable. Sin embargo, la gente alfabetizada en historia son conscientes de que las soluciones finales nunca son buenas.
Me parece que este texto encaja bastante con el sector del feminismo que comento al principio del post. Es basicamente lo que comentaba anteriormente, vivimos en la época de las sentencias definitivas, y ese tipo de cosas son las que conducen al estancamiento social...
https://www.youtube.com/watch?v=5W_v2F9NJKk&list=WL&index=44
https://medium.com/@Carnaina/este-es-tu-cerebro-metido-en-ideolog%C3%ADa-df703874832e