udog escribió:
A veces hay que contar cosas reales
Vale, yo de pequeño era blandito, no jugaba fútbol y leía cosas.
De más mozo, en misa o en las oraciones, mientras otros compañeros parecían entregar su pensamiento a dios, yo me dedicaba a los pensamientos impuros.
Es por eso que tengo tanta querencia por las oraciones, en particular por las subordinadas.
Pensaba a menudo en Cataluña, donde había escaleras mecánicas en el Corte Inglés, museos fascinantes, y tiumph descapotables con extrangeros alegres y chicas en bikini sendas con medio cuerpo fuera y melenas rubias al viento, los trenes estaban electrificados en Tarragona, había catenaria,.
Todo hedonismo y libertad, modernidad.
Volvía a, Logroño y desde mi casa la campa iba desapareciendo con la construcción de casas, esas sí anunciaban cambios, en seguida las montañas mostraban nieve (antes nevaba más), los trenes se movían humeando y todo iba despacio, con ritmo tedioso.
Llegó el rock.