Me acabo de comprar un Roland GAIA (febrero de 2018) y, al buscar hilos sobre este sintetizador en Hispasonic, he dado con este. La verdad es que, 8 años después, resulta curioso leer los primeros comentarios y comprobar lo apresuradas que son algunas opiniones en los foros cuando sale un nuevo producto.
Algunos ejemplos:
"Por los comentarios que he oído y leído, no le auguro mucho éxito. Nuevamente hablaríamos de "Pifiada" de Roland, entre tantas otras ... ya es que me da la risa"
Pues bien, 8 años después de su lanzamiento, el GAIA sigue disponible en el catálogo de Roland y sigue pudiéndose comprar nuevo (todo un récord en los tiempos que corren). Por algo será
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"Cuando llegó a casa... pues regular. Es de plastiquillo, pero aceptable. Los controles no están mal y el tacto de las teclas también aceptable".
8 años después, resulta que, en el rango de máquinas con carcasa de plástico, el GAIA es una "rara avis" por su calidad de construcción (cómo se nota que por entonces todavía no habían salido los JD-Xa / Xi, AIRA, VOLCAs, Refaces, etc.) Para los estándares de 2018, el plástico del GAIA es "premium", por no hablar de los potenciómetros y las teclas... El GAIA es mejor en este apartado, no ya que la mayoría de productos similares de la actualidad, sino que le da 1.000 vueltas a mi Korg Karma, o a mi Yamaha MOXF, por poner sólo dos ejemplos de diferentes décadas.
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"El sonido. La verdad es que me ha decepcionado un poco. Probablemente por los presets que vienen con el Gaia, que son bastante malos. Suenan a sinte antiguo, que no llega a ser clásico... no se si me explico. Si es un Virtual Analógico le falta "chicha" por todos los lados".
Ya en 2018, y con la perspectiva de haber probado y escuchado muchos VAs, por fin tengo el sonido deseado. Ese sonido tan característico y devastador de los buenos VAs, que no es un sonido ni analógico ni digital, es simplemente un sonido distinto. Nunca he visto los VAs como una forma de alcanzar el sonido analógico, me gustan en sí mismos. Por hacer una reflexión, en los 70's la gente intentaba copiar sonidos de cuerdas utilizando las "String Machines". Estas máquinas, como "emuladoras" de secciones reales de cuerdas daban auténtica pena, pero resulta que en el intento se acabó por crear un sonido con su propia personalidad, un sonido que nos encanta y por el que hoy se pagan miles de euros en el mercado de segunda mano.
El GAIA suena tan bien o mejor como un ACCESS VIRUS B (tengo uno) y mucho mejor que un Roland V-Synth (tuve uno). Así que mi consejo para los que estéis pensando en comprar un VA en 2018 es: por el precio que tiene, es una muy buena opción frente a otros sintetizadores VA de precios astronómicos. No digo que esas otras opciones sean malas, ni mucho menos, sólo digo que a mí no me compensa pagar miles de euros de diferencia, si únicamente del sonido se trata.
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"Sin ninguna duda decepcionará a usuarios que hayan tenido algún analógico de verdad y a todos los que tengan o hayan tenido entre sus manos algún VA decente. En definitiva a cualquier usuario medio o avanzado."
Pues bien, como usuario de un Roland Juno 106 (original), puedo decir que me divierte infinitamente más el sonido del GAIA (supongo que esto me puede suponer la ex-comunión de la Iglesia analógica, pero es la pura verdad). Los sintetizadores analógicos están mitificados. No digo que no me gusten, sólo digo que el tiempo les ha dado un "aura mágica" de la que carecían cuando estaban en el mercado: en su momento, el Juno 106, por seguir con el ejemplo, era un sintetizador barato, de gama baja, con un interface y unas posibilidades de programación bastante más simples que las de un GAIA, pero a nadie se le ocurre decir hoy en día que es un teclado para principiantes (al contrario, hay mucha gente por ahí pagando con gusto 1.200 € por un 106). En definitiva: el GAIA no es necesariamente un sintetizador para principiantes, es un VA con el típico interface de síntesis sustractiva de cualquier sintetizador de los 70, ni más ni menos. Por la misma regla de tres, si el GAIA fuera sólo un sintetizador orientado a principiantes, un Minimoog sería un juguete de guardería.
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En definitiva, que el tiempo es el gran juez que pone a cada producto en su lugar merecido. Si quieres un sonido brutal, unas posibilidades de modificación enormes, dispones de un presupuesto de sólo 600 y pico euros y no eres de los que necesita "lo último" del mercado, incluye el GAIA entre tus posibles opciones de compra. A mí me convencieron 8 años de existencia convertidos en cientos de vídeos, audios, reviews, etc. acumulados en Youtube.