Roland mantiene su costumbre de lanzar novedades de producto sincronizadas en eventos anuales que duran varios días, dedicando cada jornada a una familia de instrumentos distinta. Este mes de septiembre tendremos cinco días de presentaciones, del 7 al 14, con monográficos de instrumentos de viento, guitarras, órganos, baterías y pianos, quedando el día 909 (9 de septiembre) reservado para los sintetizadores, como mandan los cánones.
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Esta vez, el protagonista se conoce de antemano: la imagen que decora la página oficial del evento es la de un D-50, y el eslógan nos habla de "experimentar el Roland D-50", así que no queda margen para la imaginación. Aunque la foto muestra el original a tamaño completo, es de esperar una versión Boutique miniaturizada de este famoso instrumento, que lideró el mercado desde el declive del Yamaha DX7 hasta la llegada del Korg M1 —todo un trío de ases— y celebra ahora su 30 aniversario.
El Roland D-50 fue el primer sinte asequible en combinar la síntesis digital pura —Linear Arithmetic Synthesis, una respuesta a la FM del DX7— con la reproducción de samples, incluyendo también por primera vez un motor de efectos con reverb. . Algunos de sus presets de fábrica se utilizaron sin apenas modificar en innumerables temas de éxito, como el "Pizzagogo" en el Orinoco Flow de Enya, o el muy abusado "Soundtrack".
Lo habíamos visto en versiones software, como la que incorporó la propia Roland a su nube el pasado mes de enero, pero este podremos tocarlo con las manos. Si se mantiene la filosofía de los Boutique anteriores, tendrá como mínimo una réplica del sistema de síntesis original con algún añadido moderno. La disposición de controles es una incógnita, ya que el viejo D-50 era todo botones y un joystick; los potenciómetros dejaron de verse con la caída de los sintes analógicos.
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