lgarrido escribió:
El problema de la composición es que el escalón de partida es muy grande.
No tanto, depende de los objetivos. Componer es escribir música, es organizar el sonido en el tiempo. Es como escribir un mensaje en el lenguaje escrito. El problema es que confundimos demasiado componer con escribir obras maestras. O lo que es lo mismo saber escribir una carta, una anécdota o un cuento con tener que escribir El Quijote. En música parece que si no escribes algo tremendamente serio o trascendental debes ser condenado a la hoguera.
Así que la composición, junto con la improvisación, debería ser parte desde el inicio más inicial de la práctica musical. Al principio no se dice nada, y poco a poco se aprende a decir cosas. Es como hablar, los niños balbucean cosas sin sentido. Luego empiezan a darles entonación de alegría, enfado, llanto y finamente utilizan palabras. Solo después de muchos años empiezan a ser creativos en el lenguaje.
La composición se aborda demasiado tarde y muy orientada a la "formación de nuevos Mozart" o de nuevos "Beatles" lo que condena a la sensación de fracaso a la gran mayoría de músicos que dicen cosas interesantes sin llegar a la genialidad. Vamos como quemar el 95% de los libros que se consumen actualmente por no ser literatura genial.
lgarrido escribió:
A mí me parece una idea muy bonita animar a los principiantes a explorar, sin reglas ni ataduras, pero no termino de ver que realmente sea un camino productivo: muy poca gente tiene la claridad de ideas y la personalidad irreductible de Charles Ives. Sospecho que, en muchos casos, los resultados se parecerán bastante poco a lo que los estudiantes están acostumbrados a escuchar: desorganizado, disonante, repetitivo... y muchos se desanimarán. No sé si ese desánimo les empujará a un estudio más estructurado y a largo plazo o directamente les hará abandonar.
No lo comparto. Es cierto que en caso del autodidacta puede ocurrir, pero yo concibo el aprendizaje de la composición como el de un oficio. Hay que ser aprendiz antes que maestro. Y si miramos a los músicos importantes en la historia de todos los estilos musicales ha sido fundamentalmente así. Más allá del camino pedagógico y las materias.
El aprendiz de compositor empezaba trabajando para el compositor. Era el copista, el que luego rellenaba partes secundarias, el que hacía las copias en limpio y las particellas, los transportes y sobre ellas el maestro le explicaba sus técnicas. Era el ayudante en los ensayos, el que comprobaba los errores si faltaba un compás o si no estaba bien el transporte. Conocía intensamente la música a la vez que empezaba a experimentar con la escritura.
No hay gran genio de la música que haya escrito obras maestras desde el principio. Las primeras obras muchas veces son torpes y malas, desequilibradas en la forma y con problemas armónicos. Y eso que contaban con las correcciones y rectificaciones de sus maestros antes de tomar la forma final.
Como ejemplo esta es una de las primeras obras de Beethoven. A mi me parece pobre, poco inspirada, nada que no hiciera cualquier compositor de 3a en su época ¡¡NI SIQUIERA MODULA!!. Y así empezó como torpe aprendiz antes de llegar a la etapa de genio. Está llena de tópicos de estructuras armónico-contrapuntísticas cliché de la época. A ver quién es capaz de escucharla 10 veces seguidas y sentir algo parecido como al escuchar una sola vez la patética o la apassionata.
Y lo mismo ocurren en el mundo del Pop. Hay muchos intentos antes de la primera canción de éxito (salvo que seas Georgie Dan) y más aún antes de la primera canción genial.
Así que al igual que en cualquier oficio, el maestro es el que guía, limita, sugiere, conduce,...
lgarrido escribió:
Hay muchos ejemplos de este problema en este foro, gente que viene buscando la manera de mejorar sus composiciones porque han estado experimentando por su cuenta y no les satisface lo que consiguen. Y luego además se arman unos líos de campeonato con los cuatro retazos de sabiduría teórica chapucera que han leído por ahí.
Normal, necesitan un maestro, sea de manera breve o intensa, pero la música se contagia por contacto directo con los músicos, no hay transmisión de libro a humano. Hasta los famosos autodidactas siempre han tenido contacto con músicos experimentados de los que han aprendido, puede que de una manera no académica, pero sí aprendido. En este caso el mundo moderno aporta la posibilidad de aprender a distancia o incluso conseguir los consejos de un músico por la cara. Pero lo que falta es más la capacidad de aceptar correcciones que otra cosa.
Aunque eso pasa a nivel de alumnos académicos. Los alumnos se enamoran de su obra y no aceptan correcciones y sugerencias. Y es porque falta la tarea de aprendiz de oficio. Empezar barriendo el taller antes de inaugurar grandes estatuas.
lgarrido escribió:
Un camino alternativo relativamente bien probado y exitoso existe, el collage, lo que por aquí se conoce como "pegaloops". A partir de fragmentos cuidadosamente compuestos, editados y seleccionados de grabaciones profesionales y procesamiento automatizado de tempo y altura, se permite al compositor construir su propio tema musical, encargándose el software de que el resultado no sea un caos.
Sistema que no es del todo malo. El mejor alumno que he tenido en composición aprendió a manejar estos programas gracias a un hermano mayor. El organizar loops para conseguir resultados te quita toda la tensión de la creación desde 0 de las reglas armónicas y te permite concentrarte en otros aspectos como la densidad, la tensión, la forma. Cuando dio el paso a hacerlo todo él, el resultado era maravilloso. Obras bien construidas, equilibradas, con planteamiento, forma, estudio del timbre,... A veces el camino empieza por un simple paso haciendo cosas simples que te ayudan a comprender cosas que no puedes hacer si empiezas con sesudas leyes y reglas.
lgarrido escribió:
Yo no lo veo tan así. En primer lugar, las revoluciones copernicanas tienen el valor estimulante de su novedad, pero raramente tienen éxito, porque nuestros ancestros no eran tontos y también experimentaban, probaban cosas nuevas y se quedaban con las que funcionaban mejor. Czerny no era idiota ni Clementi un ganapán. La herencia pedagógica que han dejado no se puede descartar de un plumazo sólo porque tenga más de 10 años.
No es eso lo que yo digo. No hablo de novedades en el repertorio, o de tocar más Justin Bieber y menos Beethoven, o más Alejandro Sanz y menos Beatles. Me refiero a la secuenciación de los contenidos y la presentación de los mismos.
Un ejemplo. Casi todos los pianistas de hace unos años, incluso siglos, eran introducidos en el paso del pulgar tocando la "fácil" escala de DoM ¡¡No tiene alteraciones!! y como no las tiene es que es más fácil. Un pianista joven que empezaba a dar clases se planteó que los alumnos tocaban horriblemente mal esta escala y hacían peor el paso del pulgar puesto que es la peor escala para hacerlo. Empezó a pensar y se dio cuenta que era más fácil empezar a trabajar el paso del pulgar con la escala de Mi M. La razón es que la mano estaba más relajada al estar los dedos largos en las teclas negras y que al ser estas más altas en el teclado el pulgar pasaba mejor por debajo sin forzar la mano. Era más natural. Así que la cuestión no es dejar de tocar escalas o de tocar Czerny, es hacerlo de manera más pedagógica. El profesor de piano que inició esta novedad en el acceso se llamaba Chopin.
Hoy el paso del pulgar no se hace con escalas. Se suele trabajar sobre grupos de notas y aislar el paso desde el 3o del paso desde el 4o. La razón es que aprender la escala de MiM y el paso del pulgar son dos cosas a la vez y el alumno no puede concentrarse solo en una. Así que aíslas los pasos del pulgar, le haces un acompañamiento a esas 4 o 5 notas y el alumno aprende el paso del pulgar y luego la escala de MiM. Es a eso a lo que me refiero.
En mi opinión, y esto no lo he inventado yo desgraciadamente, empezar la armonía o el contrapunto por la larga lista de prohibiciones es un error. Si enseñas al alumno como hacer correctamente el enlace armónico simple (conservando notas comunes y el resto a las más cercanas) nunca salen 8as y 5as, nunca. Así que no hace falta aterrorizarle. Si hay algo mal es que el enlace está mal. Después puedes abordar el enlace armónico por movimiento contrario que de nuevo bien realizado no produce las temidas 8as y 5as. No hay que abrumar con estos terrores armónicos heredados. Solo aparecen si haces mal el enlace. Así que puedes concentrar al alumno en el enlace y dejar de asustarle.
Las 8as y 5as empieza a aparecer cuando se usan inversiones. Es el momento de introducirlas. Se pueden introducir con terminología antigua o de una manera que un alumno de conservatorio con 13-14 años comprende mejor en el mundo de hoy. Yo hablo más de partes (que no voces) que se copian a distancia de 8a y 5a. Y les explico con ejemplos auditivos la razón por la que los enlaces resultan pobres o peores que hacerlos sin partes que se copian.
Junto con esto va el apartado de 8a y 5a directa o resultante y la explicación de cuándo son pobres y cuando aceptables.
¿Saben la mayoría de los alumnos, incluso los profesores, por qué se "prohiben" las 8as y 5as? La mayoría de los libros no explican la razón o lo hacen vagamente. Piston solo dice que
los grandes maestros las evitaban. Tal vez si le explicamos al aprendiz por qué entonces las evite sin tenerlas miedo incluso con más interés y atención.
No hay muchos cambios con la teoría tradicional, al final los alumnos saben lo mismo, pero lo aprenden de otros manera que a mí, por supuesto, me parece más comprensiva, dosificada y pedagógica. Es eso a lo que me refiero. El camino de Rameau hoy nadie lo usaría, no porque sea malo, era su camino en el contexto de su época. La enseñanza debe siempre adaptarse a la realidad de la sociedad, de la edad de los alumnos, de sus intereses y buscar soluciones a los problemas de aprendizaje.
lgarrido escribió:
¿Pero, la tecnología y los nuevos métodos han sido capaces de reducir el tiempo medio para producir pianistas de nivel profesional a menos de los 10 años de estudio tradicionales?
No o sí, no tengo los datos. Pero sí que los pianistas y algunos centros de formación utilizan medios tecnológicos para mejorar a sus pianistas en este caso o músicos de otros instrumentos. ¿Cómo? Invención 1: La grabación y análisis de la misma. Tanto en vídeo como en audio. Invención 2: El estudio informático del movimiento el uso de los músculos y las posturas. Del mismo modo que ocurre con los atletas. Así muchos pianistas han encontrado su altura optima de la silla, su postura de acuerdo a las dimensiones de sus huesos o solucionado problemas musculares identificando sus causas.
lgarrido escribió:
La inversión en mantener un programa compatible con los avances en los entornos de ejecución no es demasiado grande si se dispone del código fuente. Yo apuntaría más a la falta de demanda, a que el producto no ha capturado el interés de una cantidad suficiente de usuarios.
En este caso se suman ambas. La tecnología dependía de cosas similares a los actuales plugins API? de los navegadores Web. Algunos se pueden reprogramar en HTML5 y otras formas, pero otros son terriblemente complejos. Tenía algo que ver con entornos flash y cosas así. Sibelius compró el programa a su autor tal cual y lo comercializó, no conozco los detalles sobre la propiedad del código fuente.
lgarrido escribió:
Me imagino que la gente que compraría un software de enseñanza de composición es la misma que se compraría un Piston o similares... es decir, cuatro gatos, no sé si hay mercado ahí.
Algo más que cuatro gatos. Solemos ver las cosas atendiendo solo a nuestro entorno, pero en países como Inglaterra o Australia es bastante común que haya aulas de informática musical con gran dotación de medios en colegios e institutos. Sibelius colocó de modo masivo licencias del programa en centros educativos de países anglosajones. Y luego algunos a algunos gatos que leíamos el Piston con grandísimo interés.
Y entonces llegó la evolución de los procesadores, los sistemas operativos, etc. Adaptar el programa suponía inversión de tiempo y dinero constante sin la seguridad de venta de actualizaciones. La actualización es interesante comercialmente si aporta novedades. El software ya era muy completo y no disponía de grandes áreas de novedades para volver a vender masivamente a centros educativos.
De hecho Sibelius comercializaba programas similares adaptados a niños y versiones menores del programa grande como G7 (orientado a guitarras y guitarristas) y Student (para estudiantes) además de Sibelius First.
Lo que hicieron fue centralizar todo en el programa principal. Todas las funciones y herramientas que incluía Compass están actualmente en Sibelius desde la versión 5 o 6, pero todo es menos intuitivo. Eso les permite concentrar todos los esfuerzos en un solo programa y no tener que estar tan pendiente de actualizar un montón de programas cada vez que un sistema operativo cambia.
Pero todo esto me parece anecdótico. Yo lo he probado y el programa era muy interesante para trabajar conceptos sin depender de grandes explicaciones teóricas.
Realmente la idea no es nueva y se utiliza mucho en países anglosajones. Sin ser software musical libros que sobreviven en el aula musical de los países anglosajones como Forma y Diseño, Aprendiendo a componer o Sonido y estructura, parten de principios similares.
Para subir una montaña, la montaña composición y disfrutar de las vistas de su cima, hay siempre varios caminos. Unos son mejores, otros más duros al principio, otros desconocidos, y algunos se pueden hacer sin cuerdas. La cuestión es que a veces merece la pena buscar otros caminos, tener otras vistas, y disfrutar del viaje no solo de la cima.