¿Primero acordes y cadencias, o melodías?

A mi forma de entender, la Armonía (al menos en el lenguaje tonal) es la que posibilita y gestiona la Sintaxis y Yuxtaposición en el "discurso".
En un símil escrito, es la que proporciona, haciendo uso de las palabras -formadas éstas por letras del abecedario-, la construcción de frases, oraciones, capítulos, obras enciclopédicas, etc.
Las palabras, a su vez, pueden estar condicionadas al uso de sinónimos, concreciones de significado, evitar reiteraciones o iteraciones, consideraciones lingüísticas, etc. etc. Los párrafos, frases, etc. etc. pueden verse limitados o condicionados en tamaño/longitud por consideraciones rítmicas (versos) o cualesquiera otras muchísimas diversas razones.
Por todo ello: ¿Qué es anterior, la palabra, la letra, el índice del libro, la correcta puntuación del texto, tal o cual capítulo, los temas tratados, el encargo para escribir el texto, quien ha realizado el encargo, la ocurrencia serendipia, etc. etc. etc.?

migui.mateu escribió:

Cada una de estas Secciones tiene unos planteamientos y objetivos diferentes. De esta suerte, se deduce fácilmente que los procedimentos y recursos para la composición de cada una de ellas serán (muy, muy probablemente) totalmente diferentes y variados.

De algún modo estaba llegando a esa conclusión, aunque hasta que no te he leído no me había parado a pensarlo friamente.
Durante un ejercicio que me propuse recientemente en el que, tras componer un tema (empezando por una melodía sencilla y armonizándola antes de proseguir) pretendía desarrollarlo de forma mecánica, casi como una calculadora (aclaro que no porque pretenda componer así, sino para probar patrones base sobre los que soltar el resto).
Tras probar varias combinaciones la opción más sencilla resultó ser invertir los acordes del tema y crear a partir de ahí una nueva melodía, ignorando el tema pero respetando su ritmo al 100%. Es decir, que para que la continuación fuera coherente resultó más cómodo ir de la armonía a la melodía, mientras que para crear el tema fue justo al contrario.

Quizá sea una pérdida de tiempo intentar mecanizar procedimientos solo para desmecanizarlos más adelante... pero de momento me parece útil.

#31 Me ha gustado el símil.
Para ser un buen escritor, efectivamente, diría que es necesario no solo tener un gran vocabulario y conocer los usos de las palabras y frases, sino también entender cómo se relacionan todos los elementos para poder someterlos a estructuras preconcebidas.
En parte por eso me estoy centrando ahora en entender conceptos sobre armonía, ya que es mi talón de Aquiles a la hora de componer, aunque el estudio de la armonía tira del resto de materias, sin las que tampoco serviría de mucho, así que parece que todas van mejorando poco a poco (muy a pocos, me temo, pero avanza).

Pensando en más profundidad, debo decir que probablemente la mejor forma de aprovechar un tema es: definir una estructura, así como la Forma Sonata. Esto genera la diferencia entre una simple improvisación, y le da la seriedad de "composición".

Al definir una forma, la armonía y la melodía quedan como elementos necesarios, absolutos y a la vez unidos. Y sin estos, la estructura no se sostiene, por lo que termina siendo una relación retroalimentativa.

Y la verdad, personalmente, más que el hecho de ver la composición como "inventar", es más como "descubrir". Se percibe la sensación de que aquello que "creas", ya está listo, aunque no tengas acceso a el, y que el simple hecho de componer es poner las notas exactas, mientras sucede el flujo natural de la composición, y este flujo, es aquel que tiene en su esencia todo aquello de lo que te preocupas, y viene a salir solo, luego de miles de horas de perfeccionamiento.

Aveces el compositor no define un tema hasta que ya tiene material suficiente para elaborarlo, aveces el tema es lo primero que se ocurre. Por ejemplo, empezar con melodías ambiguas que pronostiquen el tema pero obviamente solamente algunos motivos de él (ya sea conociendo el tema o elaborándolo a partir de esos motivos), osea en estado incompleto y después de un rato se entra en el tema completo, algo así como ir preparando el tema desde su génesis, unos cuantos motivos cortados, ostinatos, etc.. En cuestión de desarrollo temático y todo éso creo que Wagner y Liszt son de los mejores ejemplos. Wagner para su motivo del Rin empezó con un acorde (según sus palabras), Eb, y después le fue incorporando una melodía a ese acorde ideando una melodía sobre el acorde, y sobre de esa melodía ideo tantos otros temas y motivos diferentes ya sea transformando el motivo o yuxtaponiéndole otros, osea del motivo del Rin se dio origen al motivo de Erda, la madre naturaleza y a otros tantos. Vale la pena indagar un poco en el uso del material temático que le da en su anillo de los nibelungos

Pues yo creo que un poco de los dos, normalmente tengo un nucleo de melodía y empiezo a trastear alrededor de ella y luego progreso con acordes y reescribo melodías y variaciones.