Los enemigos naturales del músico

Emilio Galsán, suscribo tu opinión.

Soso estéreo (mono) escribió:

Emilio Galsán escribió:
El músico debe ser también un filósofo

Pues entiendo que está en números rojos toda la profesión, o toda menos tú.

No puede decirse que yo sea músico. En todo caso desde luego no soy un músico pop (y en el pop incluyo toda la música que está fuera de la llamada música culta). Y también quiero aclarar que entiendo por filósofo a todo aquel que ama la sabiduría, que al fin y al cabo eso es lo que significa la palabra philo-sofia.Quien se pregunta quién es, de dónde viene, adónde va y otras cuestiones de carácter profundo ya está filosofando, aunque no tenga títulos académicos.

Emilio Galsán escribió:

otras cuestiones de carácter profundo ya está filosofando

Bueno, pues pintor y buzo/minero.

Emilio Galsán escribió:

(y en el pop incluyo toda la música que está fuera de la llamada música culta).

Y es que no cabe hacerlo de otro modo.

Emilio Galsán escribió:

Quien se pregunta quién es, de dónde viene, adónde va y otras cuestiones de carácter profundo ya está filosofando, aunque no tenga títulos académicos.

Una madrugada, de vuelta de alguna farra, transitando por un callejón del barrio de la Magdalena, me crucé a modo de epifanía con un viejo gitano borracho que cantaba esta coplilla:

Alguien escribió:

Yo no sé ni quién soy
Ni ande voy ni d'ande vengo
Ni ande iré mañana
Ni me interesa saberlo

¿Admitimos esta teofanía apofática nocturna en el club de músicos amantes de la Pistis Sophia?

Bueno, parece que hasta aquí hemos llegado. Después de escuchar, y oír, todo lo que hemos dicho, yo creo que queda meridianamente claro que los "enemigos" naturales del músico, como bien apuntaba el Hispasónico de los mil nicks, son los mismos que tenemos para cualquier otro tema que se nos antoje. Son inconvenientes que se nos presentan una y otra vez porque forman parte de lo que somos como personas. Si somos perezosos para hacer música, puede que también lo seamos para ir a pescar, o para darle un friegue al coche.

Un saludo, compañeros, y que logremos superar todos esos inconvenientes que no nos dejan fluir como nos gustaría.

Capitán kokorikó escribió:

el Hispasónico de los mil nicks

De los mil niquis, y aún más camisas.
De ahí el teorema de Niquis.

El Mil qui, viejuno coche de SEAT basado en el FIAT Millequattrocento. Muy representativo de las clases medías con aspiraciones a mas, taxís, y si eran negros, de cargos oficiales afines al regimen y a la dieta.

Cassini D escribió:

El Mil qui,

y el Fof to. Más viejuno aún. Bufones mediáticos en escala de grises de los cachorros del futuro régimen corrupstitucional.

#22 No seamos niquismiquis (¿o gnoseamos?)

Emilio Galsán escribió:

Soso estéreo (mono) escribió:
Emilio Galsán escribió:
El músico debe ser también un filósofo

Pues entiendo que está en números rojos toda la profesión, o toda menos tú.


No puede decirse que yo sea músico. En todo caso desde luego no soy un músico pop (y en el pop incluyo toda la música que está fuera de la llamada música culta). Y también quiero aclarar que entiendo por filósofo a todo aquel que ama la sabiduría, que al fin y al cabo eso es lo que significa la palabra philo-sofia.Quien se pregunta quién es, de dónde viene, adónde va y otras cuestiones de carácter profundo ya está filosofando, aunque no tenga títulos académicos.

Falta filosofía en muchos ámbitos. Puedes encontrar igual número de filósofos sin títulos como con ellos, en muchos casos gana el primer grupo.
Y lo digo como ingeniero, donde parece que a día de hoy la ciencia es ciencia, los negocios son los negocios y nada tienen que ver con la filosofía, la ética y el arte.
Suerte que junto con la música, la ingeniería es mi otra pasión y ambas se complementan y ayudan para llevarme por el buen camino.

Warpeadol disfunsional escribió:

Emilio Galsán escribió:
Quien se pregunta quién es, de dónde viene, adónde va y otras cuestiones de carácter profundo ya está filosofando, aunque no tenga títulos académicos.

Una madrugada, de vuelta de alguna farra, transitando por un callejón del barrio de la Magdalena, me crucé a modo de epifanía con un viejo gitano borracho que cantaba esta coplilla:

Alguien escribió:
Yo no sé ni quién soy
Ni ande voy ni d'ande vengo
Ni ande iré mañana
Ni me interesa saberlo

¿Admitimos esta teofanía apofática nocturna en el club de músicos amantes de la Pistis Sophia?

No he podido evitar acordarme de esta canción:


Y mi aporte a los enemigos de la música:
29 - Hablar de temas banales o poco profundos
30 - hablar de temas demasiado profundos

y me identifico con casi todos los que ya habéis mencionado

No sé si ya estará:

31 - Dedicar más tiempo a quejarse del compraventa que a practicar o estudiar.

32

Mabuela Carmela escribió:

Dedicar más tiempo a quejarse del compraventa

que a comprar y vender

33 comprar equipos que luego ni se saben arrancar.

Daniel escribió:

parece que a día de hoy la ciencia es ciencia, los negocios son los negocios y nada tienen que ver con la filosofía, la ética y el arte.

Daniel escribió:

30 - hablar de temas demasiado profundos

La música respaldada por Adorno –la que va de Beethoven a Schönberg– representa en su análisis la irrupción de la música verdadera, lo que significa, esencialmente, una música donde la aparición de las contradicciones sociales no se encuentra oculta. Si las disonancias son desagradables para los burgueses, no es porque la nueva música sea ininteligible, sino porque habla a éstos de su propia situación en un lenguaje que no pueden soportar. Las disonancias de la vanguardia son, en este sentido, como el martillazo en la cabeza de la falsedad escondida y el consiguiente descubrimiento del engaño. Pero esto hace también imposible escuchar a los grandes músicos del pasado: la música ligera se complementa en su estupidez con las creaciones autónomas de la tradición, repetidas una y otra vez como productos ya conocidos.

En este punto, la consideración de la música de Beethoven se convierte en una tarea doblemente complicada, que remite una y otra vez a la música de Schönberg y a la Filosofía de la Nueva Música. Como ciertas obras de música pop y jazz, según Adorno, también el Romanticismo y el Clasicismo se convierten con el capitalismo en mera mercancía de fácil consumo, en una actitud compartida por los músicos neoclásicos –como hemos visto–, que parten de ese lugar. Por eso, quien desee enfrentarse a la verdad objetiva y al valor de las composiciones clásico-románticas (que Adorno no niega) tendrá la doble tarea de romper el barniz del consumo y enfrentarse a la complejidad esencial y objetiva de la composición pre-(mal)-conocida.
http://www.sinfoniavirtual.com/libros/019_beethoven_adorno_filosofia_musica.php

Música ligera, cuya inanidad y simpleza se disfraza de sarcasmo.

Warpeadol disfunsional escribió:

Alguien escribió:
Yo no sé ni quién soy
Ni ande voy ni d'ande vengo
Ni ande iré mañana
Ni me interesa saberlo

¿Admitimos esta teofanía apofática nocturna en el club de músicos amantes de la Pistis Sophia?

En mi opinión ningún mediocre debería entrar en el Elíseo.